Fotografía
compartida con el medio radiofónico “El Burgado” del amigo Andrés Chaves.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA
LLANOS, remitió entonces (04/09/2025) estas notas que tituló “PACO CARBALLO”: “…Con Francisco Carballo Rodríguez, Paco, que hoy
recibirá cristiana sepultura en el cementerio del Puerto de la Cruz,
mantuvimos, desde que jugáramos juntos en el Infantil Peñón, una relación
amistosa y cordial, con sus vaivenes pero sin desavanencias graves, registrados
durante la etapa en que ejercimos como concejales. Curiosamente, con el paso
del tiempo la amistad se acentuó hasta el punto de que fue votante de nuestra
opción política en una de las convocatorias en que fuimos candidatos a la
alcaldía portuense.
De Paco recordamos
también su paso por los desaparecidos colegios San Agustín y Gran Poder de
Dios. Desde su juventud era sensible con el hecho deportivo y con la realidad
social del municipio portuense. Después de la Constitución de 1978, cuando los
españoles acudieron a las urnas para asumir responsabilidades democráticas en
los ámbitos locales, quiso participar activamente en los procesos. Y por eso
fue candidato a la alcaldía, su primer paso por el consistorio, en
representación de Alianza Popular, Partido Democrático Popular y Unión Liberal
(AP-PDP-UL). Años más tarde, intentó sin éxito una moción de censura en el
Cabildo Insular de Tenerife, contra el presidente de entonces, Adán Martín
Menis. Carballo, acompañado de Arturo Escuder, uno de los jerifaltes de
entonces del partido conservador, produjo en la víspera de aquel trance
político una llamativa frase convertida en titular de prensa:
-La moción en el
Cabildo es justa y necesaria.
Pero lo suyo era lo
local. Le podían el costumbrismo portuense, las tradiciones marineras
portuenses, la pesca practicada desde las pequeñas embarcaciones que estaban
varadas en el viejo refugio pesquero, del que era un habitual visitante, hasta
el punto de que frecuentaba los ambientes festivos y marineros, en los que se
integraba con ánimo participativo. Poco a poco se fue alejando de la política
pero jamás dejó de interesarse por los acontecimientos locales y la evolución
de las actuaciones que fueron configurando la historia más reciente del
municipio. Se vinculó a alguna hermandad religiosa en la parroquia de La Peñita.
Fue un servidor
público. Ingresó en el cuerpo de Correos y Telégrafos de cuya oficina principal
en la localidad portuense llegó a ser director durante varios años. Siguió de
cerca aquel crimen que ocurrió la noche del Tenerife-Milan, perpetrado en dicha
oficina, que costó la vida a un repartidor del cuerpo y que nunca fue
esclarecido.
Una cruel
enfermedad le arrebató la vida cuando ya estaba jubilado. Le
recordaremos...”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL