miércoles, 28 de febrero de 2018

QUINI, ENRIQUE CASTRO, EL BRUJO



El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (28/02/2018) estas notas que tituló; “QUINI, ENRIQUE CASTRO, EL BRUJO”: “…Ayer, 27 de febrero 2018, falleció Quini, a los 68 años de edad.
Jugó en el Sporting Gijón y luego fichó por el Barça cuatro temporadas en 1980, por 80 millones de pesetas, cuando había cumplido 30 años de edad. Fue Pichichi cinco temporadas en Primera y dos en Segunda.
En competición, marcó el gol TRES MIL del Barça. El gol CUATRO MIL lo marcó Amor, y el gol CINCO MIL lo marcó Messi,
Fue secuestrado hace 37 años, el 1º de marzo de 1981, pocos días después del golpe de Estado fallido de Tejero, 23 F 81.  El secuestro duró veinte y tantos días, en un zulo de Zaragoza. Fue rescatado después de un gran despliegue policial, pero el Barça, al parecer, pagó 350 millones de ptas. por el rescate.
Hoy 28.2.18, se celebra un gran duelo funeral en el estadio de El Molinón. Descanse en paz, Quini…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL


ELOGIO DE UN GRAN HOMBRE: DON PEPE RODRÍGUEZ BARRETO



El amigo de la Cuesta -  Puerto de la Cruz, actualmente residente en el Bajo Ampurdán - Cataluña; ZOILO LÓPEZ BONILLA, remitió entonces (28/2/2018), a través de su blog ZOILOLOBO – RETRODEZCAN, estas notas y foto que tituló; “ELOGIO DE UN GRAN HOMBRE: DON PEPE RODRÍGUEZ BARRETO”: “…Don Pepe Rodríguez Barreto, ya fallecido, fue padre de Lola, Pepe y Margarita Rodríguez Espinosa; los dos últimos compartieron conmigo pupitres en el Colegio de Segunda Enseñanza, ubicado cerca de la Plaza de la Iglesia. Seguimos juntos las clases –que se impartían en sus aulas– de bachiller superior y a las que también acudían, entre otros, los hermanos Juan José y Armando Figueroa, Jesús Hernández (fallecido joven), Carmen Rosa Torrents, Rafael Cobiella, amén de algunos otros cuyos nombres, desgraciadamente, no acuden ahora a mi memoria.

Recuerdo, eso sí, una fiesta de fin de curso celebrada en el ya desaparecido Teatro Topham,donde se representó la obra de teatro, dirigida para la ocasión por don Jesús “el Maestro”, “El enfermo imaginario”, de Molière, cuya interpretación corrió a cargo, entre otros actores, de Jesús Hernández y Layo Santaella y en la que no faltaron las actuaciones musicales de final de fiesta interpretadas por el estupendo dúo que formaban por entonces Margarita Rodríguez Espinosa y Carmen Rosa Torrents.
Volviendo a don Pepe, he de decir que durante un tiempo vivió desterrado del Puerto de la Cruz como consecuencia de su manifiesta disidencia política, teniendo por ello que afincarse, en contra de su voluntad, durante un largo periodo, en Santa Cruz de Tenerife.
No olvido, sin embargo, el patio de su magnífica casa del Puerto, en la calle Esquivel, esquina a Iriarte, en el que se albergó, durante el transcurso de los primeros años sesenta, una de las pioneras salas de fiestas del Puerto llamada “Skandinavia”, y que, naturalmente, tal y como su nombre indicaba, estaba destinada fundamentalmente al regocijo y diversión de un turismo mayoritariamente de origen nórdico. Aunque era muy frecuentada también por gente pudiente de Santa Cruz, que admiraba la elegancia y lo divertido del lugar.
Es curioso hacer notar que, después del tiempo transcurrido ausente de la isla, el destino haya propiciado que su hijo Pepe Rodríguez Espinosa y yo hayamos coincidido en Barcelona, desde hace ya muchos años, ejerciendo él como médico en el Hospital de San Pablo y un servidor como funcionario, ya jubilado, del Ayuntamiento de Mollet del Vallés; y que, gracias a esta fortuita coincidencia, hayamos seguido cultivando la sincera amistad que nos uniera desde nuestros años de estudiantes.
La fructífera labor investigadora de mi amigo y colaborador Antonio Pedro Dorta aporta nuevos datos sobre la personalidad política de don José Rodríguez Barreto.
Según Dorta, el señor Rodríguez junto a otros dieciséis vecinos del Puerto de la Cruz fueron detenidos y sometidos a Consejo de Guerra Ordinario el día 22 de febrero de 1937, acusados de delito de excitación a la rebelión y por cuya causa fueron condenados al pago de una multa de 100.000 pesetas.
N. del E.- José Rodríguez Barreto, a quien el Puerto de la Cruz le debe un homenaje, fue rehabilitado como funcionario pasados los años setenta. Era un hombre ilustrado, caballeroso y generoso, un portuense ejemplar. Fue perseguido injustamente por el franquismo a causa de sus ideas, pero sin embargo hasta sus enemigos políticos reconocieron siempre su honestidad y su hombría de bien. Su familia es conocida y apreciada entre los portuenses. Agradecemos a Zoilo López que haya traído su olvidada figura a nuestro diario digital…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

LA CÁMARA ALTA



El amigo de la Cuesta -  Puerto de la Cruz, actualmente residente en el Bajo Ampurdán - Cataluña; ZOILO LÓPEZ BONILLA, remitió entonces (28/2/2018), a través de su blog ZOILOLOBO – RETRODEZCAN, estas notas y foto que tituló; “LA CÁMARA ALTA”: “…Los caballeros que aparecen en esta vieja fotografía (don Luis Castañeda y don Miguel Delgado) formaban parte de aquella denominada Cámara Alta, con cuyo nombre los más jóvenes del Puerto de la Cruz bautizaran entonces a las tertulias que, a diario, se organizaban bajo la parte cubierta del Bar Dinámico, en la popular Plaza del Charco, para tratar de lo humano y lo divino; y cuyos miembros solían ser siempre los representantes no oficiales de los distintos sectores de la sociedad portuense de los años sesenta y setenta durante los que yo, al descuido, comencé a fotografiarles.
A la derecha  podemos distinguir a don Miguel Delgado; y al cronista don Luis Castañeda en el centro; de espaldas creo recordar a don Pepe Boza, un simpático peninsular afincado en el Puerto, casado con la rica heredera Juanita Fernández, hija de doña Juana Sotomayor González de Chaves y de don Vicente Fernández Pérez de Celis,  y con el único de los tres que en aquel entonces intercambiara yo algunas bromas divertidas, como consecuencia de la profunda amistad que ambos manteníamos con Edmundo Alí Essedín del Ródano, un controvertido personaje argentino que fuera, a la sazón, propietario del popular “Greco” (ex “Cueva Gitana”), lugar en el que yo actué como músico durante algunos años.
Tanto el señor Castañeda como el señor Edmundo Essedin (que había sido diplomático argentino) solían escribir con frecuencia artículos de opinión en el diario “El Día” y también en el vespertino “La Tarde”. El primero porque, tal como recuerdo, era afamado cronista, y el segundo por su supuesta condición de ex diplomático.
El último artículo del señor Castañeda que tuve oportunidad de leer en “El Día”, antes de su muerte y de mi propia ausencia de la isla, trataba sobre una severa crítica a las autoridades correspondientes en la que denunciaba la indiscriminada y drástica poda con la que el Ayuntamiento, según su propio criterio, sometiera por aquellos años a los extraordinarios laureles de Indias del entorno del Bar Dinámico. Artículo en el que, además se lamentaba profundamente de no llegar a poder ver de nuevo a aquellos hermosos laureles en su plenitud y exuberancia antes de su propia muerte…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

EL CÉLEBRE PUERTO CRUZ- SILENSE



El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (28/02/2016) estas notas que tituló “EL CÉLEBRE PUERTO CRUZ- SILENSE”: “…Se cumplen 28/02/2015 cincuenta y cinco años de aquel célebre encuentro de fútbol que determinó el primer ascenso del C.D. Puerto Cruz. Tan célebre que tiene hasta un libro, ‘Recuerdos de un partido memorable C.D. Puerto Cruz-Juventud Silense (Temporada 1959-60),’ editado por la Asociación de Vecinos La Peñita-Aqualia y escrito por Pedro Barreto, Gregorio Dorta y José Manuel Martín. Y por si no bastara, hasta se repitió el 1 de agosto de 1982, con los supervivientes de aquella confrontación. Jesús Hernández, desde la corona, alertado de la fecha, ha hurgado en las hemerotecas y ha encontrado una de las principales referencias periodísticas del acontecimiento, la crónica de Tinerfe en el matutino El Día.
Hablamos de un partido cuyo resultado (2-0) fue decisivo para que el equipo local se proclamara campeón del Grupo Norte de Segunda categoría regional y disputara posteriormente, con el Estrella de La Laguna, le eliminatoria definitiva de ascenso. En la primera vuelta, en Los Silos, ganaron los de casa (2-1). En la clasificación final, los dos equipos igualaron a puntos (29), al cabo de dieciséis jornadas, por lo que el campeonato se resolvió con la fórmula del ‘goal average’. Es verdad que los números de Puerto Cruz eran mejores: marcó 79 goles, por 52 del Silense. Encajó 11 frente a los 13 que recibieron los de la isla baja.
Fue el domingo 28 de febrero de 1960. Hay algunas citas de que era pleno Carnaval pero nadie recuerda ver máscaras o disfraces en un campo abarrotado, con unos seis mil espectadores. Remozaron con prisas El Peñón (apenas se distinguen y el risco y el templete en las fotografías, dada la cantidad de personas que buscaron cualquier acomodo) y hasta instalaron graderíos supletorios. Casi todo el mundo de pie, desde luego. Debió lucir un sol abrasador: muchas gorras y pañuelos en la cabeza.
Las localidades costaron veinte pesetas. Aunque algunos precisan que veinticinco.  La recaudación se elevó a ochenta mil pesetas, todo un récord de la época. El ardor de algunos aficionados les llevó a mostrar desde las gradas billetes de cien y mil pesetas para premiar a los jugadores. Nunca fue especificada la prima por ganar. En cambio, sí está probado que Isidoro Luz Cárpenter, alcalde la ciudad, regaló sendos trajes a los autores de los goles, Vicente y Del Pino.
Los jugadores y aficionados del Silense, desplazados en varias guaguas, protestaron la actuación arbitral de Antonio Calvo, auxiliado por Almenara y Valle. Anuló un gol a Jacinto, por presunto fuera de juego, aún con la igualada inicial. Y ya avanzado el segundo tiempo, expulsó al visitante Ninín.
Es curioso pero un simple titular periodístico de vísperas del choque “calentó” el ambiente y no gustó a la afición portuense: “La luz que va delante es la que alumbra”, declaró Vicente Hernández Coronado, entrenador del Juventud Silense, en clara alusión a la condición de líder con que su equipo se presentaba en la “cazuela” portuense.
Puerto Cruz ganó el ‘goal average’ y sumó dos puntos -así se premiaban entonces los triunfos- en su camino hacia el título que hubo de refrendar en la última jornada con un resonante triunfo (7-2) sobre el Icodense. Del partido se siguió hablando durante mucho tiempo, pese a que, según cuentan las crónicas y muchos testigos presenciales, no fue de gran calidad. Y hasta resultó duro y bronco en el segundo tiempo.
El C.D. Puerto Cruz militaba en Segunda categoría, donde había dos grupos, Santa Cruz-Laguna y Norte. El club portuense compitió con Juventud Silense, Icodense, Gara, Buenavista, Vera, Rambla, Imperial y Canteras. Orotava y Realejos ya andaban en Primera. Las bases de la competición establecían que los primeros de cada grupo se enfrentaban en un encuentro de ida y vuelta, de modo que el ganador era el que ascendía. El equipo portuense jugó con el Estrella de La Laguna, al que ganó los dos partidos: (0-1) en La Manzanilla y (2-1) en El Peñón.
Aquel Puerto Cruz-Silense de 1960 alimentó una seria rivalidad futbolística, salpicada años más tarde con algún episodio extradeportivo de infausto recuerdo. Era imposible, cada vez que se enfrentaban, dejar de recordarlo así como los lances del memorable partido en el que intervinieron:
C.D. Puerto Cruz (2): Tito; Alberto, Galindo, Elfidio; Berto, Arturo; Germán, Soriano, Pagés, del Pino y Vicente.
Juventud Silense (0): Manolo; Mederos, Ninín, Mora; Lorenzo, Andrés; Manolito, Enrique, Juanito, Gilberto y Jacinto.
Vicente (31’) y Del Pino (79’) marcaron los goles portuenses. Pedro González de Chaves y Rojas presidía el club cuyo secretario factótum, Roberto Hernández Illada, fue vitoreado cuando se consumó el ascenso.   Ramón Mesa era el entrenador de aquella memorable formación, bautizada e inmortalizada en los versos de Vicente Yanes como “el pequeño Real Madrid”…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL