lunes, 3 de noviembre de 2025

VIVENCIAS FAMILIARES ENTRE GARLOPAS Y MARAVALLAS


El amigo de la Villa de La Orotava y compañero de docencia en el IES La Orotava Manuel González Pérez; Adolfo Padrón Pacheco, me remite estas notas referentes a su reciente publicación bibliografía que tituló: “VIVENCIAS FAMILIARES ENTRE GARLOPAS Y MARAVALLAS”: “…La publicación, “VIVENCIAS FAMILIARES ENTRE GARLOPAS Y MARAVALLAS”. Una carpintería artesana en la ruta de los molinos de La Orotava”, ha supuesto una satisfacción personal porque he querido, como textualmente expongo en el libro: “Solo quiero dejar evidencia como ejemplo de superación de un experto, que con una educación elemental supo enfrentarse a una infinidad de vicisitudes para defender un sueño, en una época difícil, con la única arma con la que poseía: creer en sí mismo”.

En 1954 mi padre Adolfo Padrón Hernández decidió con ánimo y valentía a independizarse para crear su carpintería en la que, con un espacio de pocos metros cuadrados, una pequeña inversión económica, varias máquinas de segunda mano, unos bancos para trabajar y con unos artesanos que confiaron en su aventura profesional lograr lo que alcanzó, cuando hoy en día sería casi imposible y contados los que se arriesgarían a algo parecido. Su trabajo se valoró acertadamente porque contaba con extraordinarios carpinteros y ebanistas que supieron demostrar, con los muebles realizados que eran profesionales y que conocían los entresijos que el trabajo de la madera tenía. Muchos fueron los talleres de este gremio que supieron poner el “listón” profesional bastante alto, como lo hizo mi padre, para que se les reconociera su ejemplaridad de pericia artesana. Cuando un colectivo con experiencia tiene algo que manifestar porque se le ha reconocido su buen hacer, donde sus manos han contribuido a dar forma lo que le dictaba su inteligencia, es una satisfacción gratificante y entre ellos a los que han tenido como materia prima la madera ya es un honor sentirse agradecido. La Orotava, donde más carpinterías habían respecto a otros municipios por metro cuadrado ya que distaban unas de otras menos de doscientos metros, tiene que sentirse orgullosa de estas empresas artesanas que, anónimamente la mayoría de las veces al igual que sus operarios, dejaran su huella en tantas obras realizadas, ya fueran muebles o trabajos de carpintería en general para los hogares de sus conciudadanos y clientes en general. Sería bien aceptado por parte de todos, especialmente los orotavense, que los organismos competentes se interesaran para que esta Villa tuviese un centro donde mostrar e interpretar para la posteridad lo que supuso un desarrollo industrial y comercial carpintero y ebanista, durante décadas, de un gremio que dio solera a uno de los municipios más importante de Tenerife y que sumaría otra visión interesante a su rico patrimonio histórico cultural. Adolfo Padrón Pacheco…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


 


 

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