viernes, 11 de septiembre de 2020

EL AMBIENTE EN EL OROTAVENSE KIOSCO DE LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN (I)

La amiga de la calle el Calvario de la Villa de La Orotava Carmen Pérez y Pérez, a través de su nieta Ana Zarate Sosa, remitió entonces (11/09/2020) esta interesante fotografía, referente al ambiente que se registraba en el Kiosco de la Plaza de la Constitución de la Villa de La Orotava, al final de los años veinte y principio de los treinta del siglo XX.

Los jóvenes acudían a la mencionada plaza, a por la Banda de Música Municipal de la Villa de La Orotava dirigida por el maestro y compositor vallisoletano don Tomás Calamita y Manteca.

Todos ellos disfrutando de la mejor vida, entonces aprovechaban, para probar siempre el buen vino que el recordado Pepe Pérez suministraba.

Tal como se diseña en la fotografía, donde vemos al inolvidable Pepe el del Kiosco, sirviendo el buen vino desde la ventana.

Desconozco la identidad de la mayoría de los presentes, simplemente le puedo designar a Pepe el del Kiosco, como le he indicado sirviendo  desde el interior de la ventana.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

TAXISTAS Y AMIGOS

La amiga de la calle el Calvario de la Villa de La Orotava Carmen Pérez y Pérez, a través de su nieta Ana Zarate Sosa, remitió entonces (11/09/2020) esta interesante fotografía, referente a taxistas de la parada de abajo “El Llano”, apodada por la parada de los ricos, por sus servicios a la alta capa social de la Villa y varios amigos.

Tomada en los Jardines del Hotel Victoria (Marquesado de la Quinta Roja) delante del sepulcro vacio al final de los años veinte del siglo XX, por el fotógrafo Paco Roda, que en ese lugar poseía un estudio permanente.

Da la impresión que se trata de una Boda, puesto que están con vestuarios festivos, tomando champan, que en esa época pocos podían alcanzar.

Identifico los taxistas del centro, donde uno esta subido a la pela; Agrícola González, sobre Justo Hernández y el otro sujetando por la derecha; Cristóbal González.

El del sombrero a la izquierda de pie; Alejandro García González, por la derecha abajo; José Pérez (escalones), Agustín Lima (silla) y Benjamín Villar (silla).

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

martes, 8 de septiembre de 2020

LA RADIODIFUSIÓN FRANQUISTA EN LAS ISLAS

Fotografía referente a miembros de la Voz del Valle de La Villa de La Orotava: Isabel Dorta Hernández (Locutora), Señor Ortiz (Delegado Sindical local), Benjamín Afonso Padrón (cronista oficial) y José Siverio (director de la emisora). Tomada al principio de los sesenta del siglo XX, en el patio del ayuntamiento, junto al motor que le daba luz a la emisora.

 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (08/09/2020), estas notas que tituló; “LA RADIODIFUSIÓN FRANQUISTA EN LAS ISLAS”: “…El profesor titular de Historia de la Comunicación de la facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna, Julio Yanes Mesa (Güímar, 1951), doctor en Historia y en Periodismo, publica un nuevo libro titulado La singularidad de la radiodifusión franquista en las Islas Canarias (1936-1975) (Ediciones Densura), una completísima investigación sobre el papel y la evolución de la radio entre el golpe de Estado del general Franco y el final de su régimen político.

La obra de Yanes –dedicada a sus nietas, Alba y Lara-, desglosada en doce capítulos y un corolario, es una continuación de la línea de investigación abierta hace unos quince años en la universidad lagunera sobre la radiodifusión de Canarias durante el franquismo. Recordemos que ya vieron la luz dos monografías publicadas sobre Radio Club Tenerife y cuatro libros sobre Radio Juventud de Canarias, La Voz del Valle (La Orotava), Radio Popular de Güímar y La Voz de la isla de La Palma.

La obra rezuma datos y testimonios que concentran el rigor con que fue concebida y da continuidad al propósito del autor, empeñado en completarlo –sería una nueva fase del proceso investigador- con la parte que dedicará a las emisoras de la provincia oriental.

Yanes arranca su ameno y fecundo relato con una visión de la radio canaria como medio local y cultural que pasa a convertirse en portavoz internacional del fascismo. Desmenuza los limitados recursos, pasando de la megalomanía fascista a la precariedad minifundista. Dedica un capítulo a la locución diferenciando el purismo de la dicción castellana de la heterodoxia del habla canaria. La pujanza del catolicismo a medida que se constata la debilidad del falangismo conforman otra de las entregas del índice de la obra.

Julio Yanes escruta el mensaje, “del proselitismo fascista a los primeros escarceos informativos”. Se detiene en la cuestión social, cuando la beneficencia y el corporativismo ya se consolidaban. En los apartados dedicados a la cultura, se aprecia el esmero con que los locutores de entonces se tomaban su cometido que desempeñaban en veladas literario-musicales y manifestaciones populares. Y un capítulo, como no podía ser menos, para el teatro que tanto seguimiento radiofónico tuvo en los años cincuenta y sesenta. En el medio también tuvo preponderancia el entretenimiento hasta que aparecieron los grandes concursos y los eventos cara al público. Hay un apartado dedicado a los espacios infantiles, en donde se refiere al adoctrinamiento ideológico y también a las ansias de renovación pedagógica.

Por supuesto, un capítulo para los deportes, con el fútbol “como gancho adormecedor de la audiencia masculina”, pero también con referencias al baloncesto, ciclismo, lucha canaria y algunas otras disciplinas. La historia de iniciativas radiofónicas (equipos, red de corresponsales, retransmisiones, programas...) en esta materia y las primeras transmisiones televisivas complementan la amena descripción de las tretas que locutores e informadores llegaron a utilizar para dar idea de la amplia cobertura y de la solvencia profesional con que cumplían sus objetivos en cada jornada.

En su corolario final, el profesor Yanes expone doce vertientes del hecho diferencial isleño en el contexto estatal.

En definitiva, una obra de obligada lectura para los amantes de la radio y de todos aquellos que, de alguna manera, dedicaron una parte de su tiempo y de sus vidas a la participación y experimentación en un medio que siempre cautivó y ofreció a la sociedad insular una manera de avanzar, formarse, culturizarse e informarse…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

domingo, 6 de septiembre de 2020

JORGE RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ, TAXISTA OROTAVENSE EN EL RECUERDO

JORGE RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ,  nació en el lugar conocido por La Cancela (cerca de la Cruz del Teide) de la Villa de La Orotava en el año 1930 y falleció en el mismo lugar el día seis de septiembre del año 2020, a los 90 años de edad.

Contrajo matrimonio en la Villa de La Orotava, con la inolvidable dama orotavense Teresa Luis Machado.

Emigró a Venezuela recién casado y regreso a los 3 - 4 años y es entonces cuando se compra un coche e inicia su carrera de Taxista, su licencia era el número 49.

A titulo anecdótico, recuerdo que siendo entrenador del Juvenil CB. Águila del Valle de la cadena del CB. AA. AA. Salesianos (actual CB San Isidro), teníamos que ir a jugar a Icod de los Vinos. Después de tanto esperar por el micro que nos llevaba a todos el equipo. Al no presentarse por avería, hablé con Antonio Expósito Mesa, entonces directivo, para que me solucionara el desplazamiento a la ciudad del Drago. Departió con Jorge, que tenía un coche para 8 plazas, pero éramos 12 en total. Jorge sin pensárselo se comprometió a llevarnos a través de la carretera secundaria de Icod el Alto y la Guancha.

A Icod fuimos, ganamos el partido y regresamos por el mismo trayecto, alegre,  ya que Jorge cantaba muy bien y nosotros le seguíamos.

Jorge, poseía unos dotes humanos de ser un esposo, padre y abuelo extraordinario. Además de ser un Caballero excelente, servicial y amigo de sus amigos.

Espero que en el paraíso eterno e infinito, descanse, y disfrute de la paz, la esperanza y misericordia.

Te reencuentre con tu maravillosa e inolvidable esposa fiel compañera en la vida; Teresa.

Sigan disfrutando de todo lo que les era en común aquí en este terruño, se lo merecen.

No olvide que aquí se quedan tus hijos y nietos que te querían y te siguen queriendo.

Un abrazo amigo. Hasta siempre.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


sábado, 5 de septiembre de 2020

LUIS HERRERA

Fotografía del UD. Orotava temporada 1956 – 57. Luis Herrera “El Tanque: agachado el tercero por la izquierda y el cuarto por la derecha.

 

El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; ÁNGEL GARCÍA GONZÁLEZ remitió entonces (05/09/2020) estas notas, que tituló; “LUIS HERRERA”: “…En agosto de 2020 pasó a mejor vida este futbolista icodense , conocido por su fortaleza como “El Tanque”, que vino a la U.D. Orotava de la mano de su paisano Alfonso González, antiguo “copo de nieve” de los años cuarenta, y que siempre ejerció como embajador en ambos pueblos. El Icodense había perdido la primera categoría regional, en parte motivado por el éxodo de sus jugadores jóvenes a Venezuela. Luis aprovecharía el Orotava como su segunda casa en la que entraba y salía como escala de viaje en su larga carrera deportiva. La 1ª etapa en el club de la Villa transcurrió entre diciembre de 1955 y enero de 1957, por lo que participó en 2 temporadas, una a las órdenes de Chano Hernández (ex-jugador Iberia) y otra a las de Juan Herrera (ex-entrenador Price). Como compañeros se encontraría con famosos veteranos como Monago, Rivero, Pepe Sánchez, Fariña, etc... Que lo fueron domando como un potrillo salvaje y lo que fue peor, como diría jocosamente el propio Luis años más tarde,”los que me enseñaron a beber”. En esa época nosotros jugábamos en infantiles y rápidamente fue nuestro ídolo, sobre todo, a raíz del partido Orotava-Tenerife (homenaje a Ignacio, que triunfó en ambos) que fue reñidísimo, donde Luis Herrera avanzado el 2º tiempo con empate a uno, fue al remate de un córner en un salto felino y metió al portero por la puerta con balón y todo. El árbitro estimó agresión mutua porque se revolcaron ambos en el suelo y los mandó a la caseta. Poco después, Luis Saavedra, entró de cabeza el gol de la victoria, pero el héroe para nosotros fue Luis porque había “acojonado” al rival. La 2ª etapa ocurrió en 1961-62: el Juvenil Iberia, después de ser campeón de Tenerife, había aportado 8 jugadores al Orotava, que se había reforzado con el portero Angulo y el interior M. Saavedra pero hacía falta un 9 porque Francisco Sánchez había recaído de su enfermedad. Y el que había sido nuestro ídolo, ahora era nuestro compañero. Luis se entendió a la perfección con Saavedra y todos los domingos marcaban uno ó dos goles. Su fama tras pasó fronteras y a los pocos meses, Luis se fue al Canarias de Venezuela y Saavedra al Rayo Vallecano, dejando al Orotava al borde del abismo. La 3ª etapa comenzó también en diciembre, pero en 1964 Luis vino de Jefe, pues en Venezuela había sido campeón con el Canarias de Venezuela y seis veces internacional con la “Vino Tinto”. Coincidió su reintegro con un partido nada menos que un dos de enero, en la isla de La Palma y con viaje en el correíllo; llegamos medio muertos, por lo que la guagua que nos llevaba a Los Llanos tuvo que parar en Fuencaliente para visitar una bodega y hacer unos encargos. Ya en el vestuario Luis sacó un papel-vaso con azúcar y una cucharilla y todos fuimos pasando por su ingesta con vaso de agua atrás. Tuvimos la suerte de marcar finalizando la 1ª parte y después del descanso Luis tomó el mando, se bajó al centro del campo y atrapaba con su fuerza todos los balones que enviaba a los dos que quedábamos en punta y además subía a rematar. El festejo, primero en la bodega y después en el barco en cubierta fue inenarrable. La despedida de Luis en el Orotava también tuvo miga. Jugábamos en Güimar y fuimos temprano para descansar a la sombra en la Plaza de San Pedro, donde Luis puso una condición: si ganábamos el partido (y la prima correspondiente), nos invitaba a la fiesta del Calvario de Icod. Una carta jodida porque la mitad tenían a sus novias esperando en la Villa. Por lo que tuvimos que reagruparnos en el taxi de Luis y en el de Quillo. Efectivamente se ganó el partido y de una tacada y por aquellas carreteras de la época, Güimar-Icod. Luis como perro viejo que era ya, cobró la prima de los seis que veníamos en el taxi de Chicho, por lo que nadie podía desertar. En Icod nos esperaba una mesa bien dispuesta en comidas y bebidas y por fuera verbena a todo tren, con las retrancas correspondientes claro está. Y venga a entrar y a salir y venga a pasar horas. La gente ya estaba cansada y Luis que no paraba “Cuando se acaben las perras, paramos” La solución fue que el taxista renunciara a la diferencia del coste del viaje y a las 6 de la mañana llegamos a la Villa. Al día siguiente nos enteramos de que Luis Herrera también celebraba esa noche el ascenso del Icodense a 1ª, por lo que en septiembre de 1965 lo tuvimos en Los Cuartos, pero de rival. En agosto de 1973 fuimos al Molino a ver el partido de su homenaje entre UD Orotava y Selección Isla Baja. Esperaba ver a Luis Herrera “con muletas” pero resulta que todavía jugó una temporada más. Y después de retirarse del fútbol se hizo agricultor en su finca icodense y taxista con parada en la Plaza Principal, donde sus compañeros lo ascendieron a General. En julio 2013 hicimos una comida en la Finca Antonio Sánchez de los ex-jugadores del Orotava 1959-1965 y Luis Herrera se excusó diciendo que le había salido un viaje con el taxi. Y lo sentimos mucho, especialmente por los que habían venido de lejos para saludarle. Desgraciadamente, tal como sucediera con Quillo este mismo año, también le ha salido otro viaje, pero este sin retorno, y además sin poderle decir ADIOS, mi General…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

jueves, 3 de septiembre de 2020

CRISTÓBAL GARCIA, FOTOGRAFÍA AUDAZ Y COMPROMETIDA

Colección particular tomada de mi cámara.

 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (03/09/2020), estas notas que tituló; “CRISTÓBAL GARCIA, FOTOGRAFÍA AUDAZ Y COMPROMETIDA”: “…Al final no sabías con qué quedarte: si con su buen humor, su talante bromista y desenfadado, o con el olfato fotográfico que impulsaba su quehacer, convertido en arte cuando se salía del convencionalismo cotidiano. Ahí estaba Cristóbal García, atento y perenne observador, heredero de los mejores valores que caracterizaron a los grandes fotoperiodistas tinerfeños. Que son unos cuantos, por cierto.

Cristóbal debió ingresar en la agencia EFE allá por 1989, cuando Juan Carlos Carballo ya era delegado en Canarias, unos diez años después de que el medio se implantase en el archipiélago. Entró con la modestia del aprendiz que fue curtiéndose a base hacer kilómetros y tener la paciencia suficiente para saber que había que ser contrarrelojista del los buenos y que muchas gráficas se rompían o iban a la papelera.

Al poco, ya era un fotógrafo de prensa consumado. Pero no un fotoperiodista cualquiera. Sabía de la importancia de los gestos y del momento oportuno para disparar. Los paisajes no le arrugaban, hasta el punto de que cuando eran monótonos, aburridos o repetidos, él sabía que había encontrar el ángulo diferente. Treinta años, después de probar no sabemos cuántas máquinas, Cristóbal García plasmó buena parte de la historia social y política de las islas. Decir que el Parlamento fue uno de los escenarios donde mejor se desenvolvió sería quedarse corto. Estuvo en primera línea de sucesos, como el del fenómeno Delta. Reflejó como pocos impactos sociales como el de la crisis de los cayucos. Testimonios reveladores y hasta espeluznantes. E incendios de consecuencias devastadoras. Y al filo de los goles y de las canastas, y de las agarradas inverosímiles.

Nos dejó ayer cuando el desayuno se hizo indigerible. Recordamos sobre la marcha unos cuantos episodios que nos relacionaron. Y supimos de su pasión por el continente africano. Siempre contaba, sin alardes, sus experiencias, algunas plasmadas en sus obras. Claro, su formación en ciencias Biológicas acentuaba su amor por la naturaleza y el medio ambiente. Y hasta con ella justificaba el tono grabado en su teléfono: aquella con la que abría el programa televisivo de Félix Rodríguez de la Fuente, aún en blanco y negro. El fotógrafo igual se rendía al inhóspito paisaje desértico que al selvático, a los beduinos que a los senectos agricultores que hacían filigranas para salvar la cosecha, a los vendedores que regateaban en el zoco que a las pruebas de la arquitectura modernista.

Procuraba estar presente en las convocatorias de premios periodísticos. Ganó algunos o los compartió como aquella edición del promovido por el Gobierno de Canarias, con Carlos González, ya en los noventa. Se esforzó para ser sujeto activo en la constitución de la Asociación de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión, un hecho que dignificó la profesión. Desde entonces, 1990, si mal no recordamos, se empezó a hablar de fotoperiodistas. Cristóbal García, que no se incomodaba ante los reveses, fue uno de los destacados.

Las ‘Miradas de África’ fue una exposición suya que se pudo contemplar en la Antigua Casa de la Real Aduana del Puerto de la Cruz, hoy sede del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westherdal (MACEW). Le vimos hacer fotos de motivos marítimos antes del acto de apertura de la colección.

Consciente de las dificultades que aún condicionaban la libertad de prensa, aportó como el que más en aquella célebre concentración de profesionales de un 3 de mayo, en la plaza España, en 2012. Y terminó asumiendo la encomienda del gran Trino Garriga, uno de los maestros del género: ser el administrador de su legado. En las exposiciones, desde luego, se notaba su sello.

Buen compañero, claro. Cuando surgían los imponderables y algún fotoperiodista se quedaba sin la cobertura, por las razones que fuese, ahí estaba Cristóbal García para suplir el vacío, atendiendo primero su cometido principal. Ya no les queda, ya no está entre nosotros quien hizo del fotoperiodismo un auténtico arte, como dijo ayer, entre lágrimas, uno de sus discípulos admiradores.

A Sonia, que se queda, ánimo. Le recordaremos siempre…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

martes, 1 de septiembre de 2020

HASTA SIEMPRE TOMAS

Fotografía compartida en el Facebook, con mi amigo Jesús Miguel Cruz García, su yerno.

 

Otra triste noticia que me llega, referente al amigo y convecino de mi Barrio de la Villa de La Orotava que conocemos por EL LLANO.

Heriberto Tomás Hernández Rodríguez que conocíamos por “Tomás” nos ha dicho adiós definitivamente.

Nació en la villa de La Orotava en el año 1933 y falleció en la misma el 31 de Agosto del año 2020 a los 87 años de edad.

Estudió en el Colegio de San Isidro. Trabajó en la gasolinera de mi padre Juan Álvarez Díaz en la calle Calvario. Posteriormente se pasó al oficio de carpintero - ebanista, para el resto de su vida hasta su jubilación.

Jugó al baloncesto en el CB. El Calvario. Pero su principal misión en el deporte, fue la colombófila, perteneciendo al Club Colombófilo de su ciudad natal.

Contrajo matrimonio con la dama Carmen Barreda Machado, de cuyo matrimonio tuvieron tres hijos: Tomas, Carmen Luisa y Ana Hernández Barreda. Y cuatro nietos; Cristina, Helena, Raquel y Kaled.

Asiduo del Bar Suizo, donde coincidimos en muchas ocasiones.  Hablábamos de todo, de la vida, las anécdotas eran nuestro principal argumento.

“Tomas” poseía unos dotes humanos de ser un esposo, padre y abuelo extraordinario. Además de ser un Caballero excelente, servicial y amigo de sus amigos.

“Tomas” espero que en el paraíso eterno e infinito, descanse, y disfrute de la paz, la esperanza y misericordia.

Sigue regocijándote de toda esa familia del mundo de la colombófila. Esa devoción y recóndita  tuya de toda tu vida.

No olvide que aquí se queda tu fiel compañera en la vida; Carmen totalmente desolada por tu marcha, así como tus hijos y nietos que te querían y te siguen queriendo.

Un abrazo amigo. Hasta siempre.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL