lunes, 5 de julio de 2021

OLIVA, UN EJEMPLO, UN GRANDE DE VERDAD


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (08/08/2017) estas notas que tituló; “OLIVA, UN EJEMPLO, UN GRANDE DE VERDAD”: “…Han homenajeado en vísperas del 47 Trofeo Teide de fútbol (que ahora, por aquello del patrocinio, se llamará TeideMarkomilk: un poco raro suena) a Antonio Oliva Ávila (Los Realejos, 1936), junto al colaborador Jonay Martín.

Es un acto de estricta justicia: si alguien del norte vinculado al fútbol merece un reconocimiento, ese es Oliva, a quien conocimos hace muchísimos años, siendo niños, cuando nos acercábamos, libreta en mano, a pedir la alineación del realejero infantil San Agustín, uno de los equipos que entrenó. Aquella atención, aquella comprensión con el chiquillo que quería ser cronista, era la mejor expresión de su bonhomía, acreditada sobradamente en toda su trayectoria posterior.

Ya no quedan futboleros así, es decir, personas que viven desde dentro su pasión por el fútbol pero también por la vida, enseñando, entrenando, escuchando y ayudando a los demás; orientando y guiando a quienes anden en proceso de formación; aconsejando sobre cómo conducirse en la cancha y fuera de ella; aguantando desplantes y ordinarieces o comportamientos antideportivos.

Oliva ha sido uno de esos románticos que exprimió el fútbol sin que se notara, sin ánimo de lucro, sin otra aspiración que la de hacerlo mejor, más llevadero y más didáctico, especialmente en las categorías de base.

Ese homenaje, por tanto, es más que merecido. Iba para árbitro pero su talante difícilmente podía soportar los improperios, así que prefirió los espacios acotados para entrenar, las casetas limitadas, los banquillos (donde había) y las botellas de agua como primer auxilio. Siempre educado, siempre mesurado. Tanto, que a veces ni se escuchaba su voz alentando o dando indicaciones. La figura de Antonio Oliva recorrió los campos tinerfeños: generaciones de jugadores le deben las primeras enseñanzas, las primeras tácticas, los primeros desempeños en cualquier demarcación.

Otro realejero inolvidable, Santiago Palmero, que hizo de informador y de dirigente, dejó constancia de sus primeros afanes en el campo del barranco (actual colegio Agustín Espinosa): “Allí veló sus primeras armas como entrenador de fútbol, en las peores condiciones que cabe imaginarse. A veces era el balón roto. Otras, la incomodidad del medio. Sin embargo, aquel pedregoso y pobre terreno fue rico vivero durante años de buenos jugadores y mejores deportistas”.

Oliva se fue haciendo a sí mismo. Buscaba huecos en la carpintería donde trabajaba para esmerarse en su formación como preparador de fútbol y logró titularse como tal. Siempre humilde, atento, correcto... De esas cualidades saben mucho no solo en su Realejos del alma sino también en La Orotava y en La Vera. En Icod y en San Juan de la Rambla, lugares donde también entrenó. En el sector Longuera-Toscal fue un baluarte decisivo para que fructificara aquel serio proyecto de escuela de fútbol que aún aporta frutos. Saludaba a todos y todos le saludaban porque veían en él no solo al caballero del deporte sino a la persona cabal que nunca se enfadaba y que siempre obtenía una enseñanza de cada situación.

Este reconocimiento de la organización de una de las competiciones veraniegas más llamativas de España es más que merecido. Si alguien se hizo acreedor de ese tributo, por todas sus cualidades y la modestia con que ha atesorado uno de los más completos saberes del fútbol norteño, ese es Antonio Oliva, el entrenador que difícilmente decía 'no' o reprochaba a los árbitros alguna decisión o le decía a los juveniles que más importante que el balón era terminar los estudios.

Oliva, un ejemplo, un grande de verdad…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

domingo, 4 de julio de 2021

LOS ULTIMOS DEL CB. MEDINA OROTAVA


 

En la revista digital “BASKETMANÍA” del amigo AGUSTÍN ARIAS, en su página dedicada a ELLAS, me llama la atención una clásica fotografía de un equipo de baloncesto Femenino con vestuario blanco (copos de nieve), cintos y faldas.

Sin pensármelo, me implanto en ella curiosamente para saber de qué quinteto se trata y la época que estuvo activo, llevándome la sorpresa de reencontrarme con una señorial grafica inédita tomada en el Colegio de la Asunción de la capital tinerfeña del CB Medina Orotava, en sus últimos días de los setenta del siglo XX.

Un club del Baloncesto Femenino entonces dependiente de la Sesión Femenina Local, la que disponía de un delegado oficial, y nombraba un entrenador titular.

Durante una década la Villa llegó a disfrutar de este conjunto que militó en la máxima categoría provincial, codeándose con sus rivales de talla, entonces el CB. OM, al que le venció en su cancha de Franchi Alfaro.

Un conjunto en el que destacaban: la fuerza y velocidad de Lourdes, la dirección de Candelaria Ruiz y el juego en la pintura de las recordadas jugadoras;  Cándida Rosa y Milagrosa García.

Pero desgraciadamente llegó el triste final, el día 21 de marzo del año 1976, se produjo una tragedia brutal en su cancha de Franchi Alfaro, la que nos relató en la prensa tinerfeña el doctor otorrino don Francisco Raimundo Pérez Delgado: “… Plácida. Villa de la Orotava, 21-3-76. Santas Perpetua y Felicidad. Cancha Franchi Alfaro. 12 de la mañana. Preliminares del partido CB. Medina Orotava - M. Arrecife: Ambiente cordialísimo entre las chicas lanzaroteñas y tinerfeñas. No sólo por la tradicional hospitalidad que se dispensan las gentes de ambas islas, si no porque, de cara a la clasificación, el encuentro a disputar era a filarmónico ni fú ni fá. Habitual promedio de 30 tranquilos seguidores. Si se suspendía el partido por incomparecencia del árbitro (moda de la temporada por la escasez de personal), atravesarían la calle como otros domingos, entraría  en el polideportivo Salesiano se sumarian al otro promedio de cien aficionados que prefieren el encuentro de los chicos. El guardia municipal de turno, fuerza, pública que se considera por estos pagos y para estos menesteres suficiente para velar el orden (¡hasta. la fecha nunca ha pasado nada!), cumplía rutinariamente su deber, alternando su presencia física en ambas canchas (tiene la pega de que cuando está en una no puede ver lo que sucede en la otra. Pero lo oye perfectamente y no precisa más de 15 segundos a paso normal para trasladarse al lugar preciso). Llega el hombre del traje gris. Comienza el encuentro. Empieza a silbar ciertamente imparcial. Pero en un escamante tono altanero, mucho mirar sobre el hombro, no concediendo las más mínimas explicación en las jugadas dudosas... ¿soberbia? ¿Desahogo de mal humor ajeno a cuanto allí sucedía?  Es opinión comúnmente aceptada, que quien juzga un partido de baloncesto, si tiene inteligencia normal y un mínimo de rodaje, puede distinguir fácilmente el 80 %, de las veces, sin temor a confundirse, teatro de realidad. Otros porcentajes pueden darse naturalmente en superdotados e idiotas. Muchos por propia experiencia y otros por razones obvias también aceptan comúnmente que, cuando el choque se produce contra un poste (en este caso de hierro y sin acolchar) en principio de teatro nada de nada.

Y es lo último, en Jugada fortuita, fue lo que te sucedió a la pequeña hermana de Ventura de La Rosa. Pero el señor de Gris en ribete de sadismo amparado por el reglamento, permitió que siguiera la jugada no imitando a muchos de sus colegas, más humanos, que en estos casos no dudan en interrumpir el juego, por si las moscas. Y luego, de recochineo como, viera que el entrenador Toño acudía a interesarse por, la mayor o menor importancia del golpe pues... técnica que te pego, faltando poco para ser respondía con un puñetazo, afortunadamente auto dominado. Penalización del conato de agresión: ¡40 partidos y 10.000 pesetas de multa! y también para la jugadora Auxiliadora que estaba cerca de la mesa, e igualmente muy auto dominada puesto que al estallar el cronometro surgió de blanco el negro asfaltico y no el gris silbático: ¡ 16 partidos y multa al club de 25.000 pesetas! Súbitamente atacado de coribantismo (¿picadura de viuda negra?), el árbitro huyó despavorido. Se supone que bajo la influencia de la subsiguiente importante calentura, provocada por la ponzoña tarantulera, redactara esa historia para no dormir de modo y, manera que no admitiera vacilaciones para que esos señores a dos mil kilómetros del lugar de los tragicómico sucesos, comprendieran la necesidad de cargarse inmediatamente a este modestísimo equipo. La sección especializada del periódico deportivo "As” aprovechó, regocijada, la oportunidad para insistir, sobre su conocida tesis según la cual los jugadores y aficionados tinerfeños no somos otra cosa que una “jarcas" de energúmenos. Total: R.l.P. del Medina Orotava. Tus desconsolados seguidores perdonan contigo a quiénes te dispensaron en vida tan despiadada justicia terrenal y confían que, D.M. las iras no lleguen hasta el. Drago de lcod, y que tu desdichado hado no resulte estéril…”

Inédita fotografía del CB. Medina Orotava en la Asuncionistas de Santa Cruz de Tenerife, de izquierda a derecha de arriba abajo: Inmaculada González Martín, Carmita de la Rosa, Candelaria Ruiz, Mary Carmen Sánchez, Cándida Rosa, Lourdes, Angelita Hernández, Auxiliadora González Martin, Lourdes Sacramento y Floricel.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


sábado, 3 de julio de 2021

BARRANCO DEL RÍO







 

Fotografías:

1.- Milenario.

Panorámica de la Plaza de la Pila  con la cascada de la Fuente Caforiño, Casa Boquín y Callejón del Barranco del Rio, según lámina de J.J.Williams** (1836-185o)

2.-        Las márgenes  del Barranco  y zonas aledañas estaban, en tiempos de la conquista, densamente pobladas de mocanes y lauráceas  que fueron esquilmadas por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo  que utilizó, como leña, para el primer ingenio de azúcar que construyó en sus  inmediaciones ,llegándose a conocer con el topónimo “Barranco del mocanal de Ycode”.

3.- El primer e incipiente grupo  de pobladores hispanos e indígenas asimilados se establecieron en la margen derecha del barranco en torno a una  primitiva y humilde  Yglesia1 que data de 1501.Las tierras ,ladera arriba  próximas al barranco, fueron repartidas en datas  a caballeros2 y  clero3 que acompañaron  a  Fernández de Lugo , beneficiándose ,también, algún que otro  indígena-interprete4 del Adelantado.

4.- El primitivo grupo poblacional de Ycode , formado por españoles, indígenas bautizados, portugueses maderienses, vascos y extremeños,siguió  vinculado al barranco  que aprovechaba los excedente de agua  antes de ser vertidas al mar  conduciéndola ,por canalones de tea, hasta los molinos de agua existentes  construidos en la margen derecha dando origen al topónimo “Barranco de la/s Aceña/s” . Lamentablemente estas joyas etnográficas en estado ruinoso reclaman, por su valor paisajista y ambiental, una  restauración urgente que ha sido propuesta  y solicitada en varias ocasiones no materializándose ninguna hasta el momento.

5.- En varias ocasiones, por  lluvias torrenciales, el cauce del BARRANCO DEL  RIO se desbordaba  arruinando, a su paso, campos de cultivos próximos, alguna que otra casa y pocas víctimas mortales, de ahí que se le conociera, también, con el topónimo “Barranco de las Avenidas”

6.- Casa del Gobernador  de Ycod  en la margen derecha del Barranco del Rio,  palmera de la conquista, un curioso drago bífido. Y paisanos ycodenses con vestimenta tradicional atravesándolo.

 

El amigo de Icod de los Vinos Alvaro Fajardo Hernández, remitió entonces (03/07/2021) estas notas y fotografías que tituló: “BARRANCO DEL RÍO”,

Para programa de las fiestas del Cristo 2022: “…Pila Bautismal de Ycode  y topónimo castellano más antiguo conocido

EL BARRANCO

(FOSSA TORRENTIS)*  

Gestado durante millones de años tiene en canarias  una significación  especial, no solo como  formación geológica que ha dibujado una orografía  encumbrada , montuosa, con profundos  desfiladeros , sino porque posibilitó  el asentamiento de tribus indígenas que poblaron  las Yslas  en cauces alimentados de agua procedente de la lluvia ,fuentes, manantiales, veneros y chupaderos, dando origen a esporádicos y  permanentes  cursos de agua necesaria para desarrollar cualquier  forma de vida por primitiva fuera. Y, que en el caso que nos ocupa propició un poblamiento permanente  conocido por Ycode en las márgenes de un  barranco con  abundante  agua que  manaba ,de la ladera  próxima,  esparramándose en “torrencial cascada” ,desbordamiento soberbio” que en el diccionario histórico-etimológico del amaziq insular equivale a  “ekaffer-anzu > kafforino,  p.ext. “Cascada” y trascrito, Caforiño. Un topónimo,  entre otro, con los que se ha conocido el BARRANCO DEL RIO, próximo al mítico Drago, hoy Milenario.

Panorámica de la Plaza de la Pila  con la cascada de la Fuente Caforiño, Casa Boquín y Callejón del Barranco del Rio, según lámina de J.J.Williams** (1836-185o)

Las márgenes  del Barranco  y zonas aledañas estaban, en tiempos de la conquista, densamente pobladas de mocanes y lauráceas  que fueron esquilmadas por el Adelantado Alonso Fernández de Lugo  que utilizó, como leña, para el primer ingenio de azúcar que construyó en sus  inmediaciones ,llegándose a conocer con el topónimo “Barranco del mocanal de Ycode”.

El primer e incipiente grupo  de pobladores hispanos e indígenas asimilados se establecieron en la margen derecha del barranco en torno a una  primitiva y humilde  Yglesia1 que data de 1501.Las tierras ,ladera arriba  próximas al barranco, fueron repartidas en datas  a caballeros2 y  clero3 que acompañaron  a  Fernández de Lugo , beneficiándose ,también, algún que otro  indígena-interprete4 del Adelantado.

El primitivo grupo poblacional de Ycode , formado por españoles, indígenas bautizados, portugueses maderienses, vascos y extremeños,siguió  vinculado al barranco  que aprovechaba los excedente de agua  antes de ser vertidas al mar  conduciéndola ,por canalones de tea, hasta los molinos de agua existentes  construidos en la margen derecha dando origen al topónimo “Barranco de la/s Aceña/s” . Lamentablemente estas joyas etnográficas en estado ruinoso reclaman, por su valor paisajista y ambiental, una  restauración urgente que ha sido propuesta  y solicitada en varias ocasiones no materializándose ninguna hasta el momento.

En varias ocasiones, por  lluvias torrenciales, el cauce del BARRANCO DEL  RIO se desbordaba  arruinando, a su paso, campos de cultivos próximos, alguna que otra casa y pocas víctimas mortales, de ahí que se le conociera, también, con el topónimo “Barranco de las Avenidas”

Concluimos que el topónimo con el que se conoció a finales del siglo XV  y  nombre actual es, y debe ser, BARRANCO DEL RIO. Hoy protegido por la Ley5  de Patrimonio Cultural de Canarias, que impide cualquier intento oportunista de cambio  injustificado. 

Casa del Gobernador  de Ycod  en la margen derecha del Barranco del Rio,  palmera de la conquista, un curioso drago bífido. Y paisanos ycodenses con vestimenta tradicional atravesándolo.

 

TESTIMONIO HISPANO EN EL TOPÓNIMO

“BARRANCO DEL RIO”

El término topónimo procede del griego; topos > lugar y onoma>nombre y se diferencia de ciriónimo, que hace referencia a nombres propios aunque, como afirma el profesor Maximiano Trapero, en su función toponímica, todos los nombres son propios .y a su vez todo nombre propio implica un nombre común previo, según Coseriu.

Los topónimos nacen semánticamente  y se utilizan para dar nombre a  los lugares:  El Rio, “rio alto”,  o  convertirse  en sintagma oracionales  como “BARRANCO DEL RIO”  en donde la referencia  es geológica>barranco  e hidrológica > agua ;Topónimo que ha resistido y resiste el paso del tiempo a pesar de ser, como sostiene el profesor Trapero ,un  nombre despojado ya de significado lingüístico. Topónimo que nació  y devino a ser mera referencia geográfica  que se perpetua en tanto la realidad a la que nombra permanezca, o incluso desaparezca  o se transforme en otra realidad , cosa poco probable tratándose de un  BARRANCO como el  DEL RIO DE YCOD, que ha perdido gran parte del agua  que discurría serpenteando y acariciando,  plácidamente,  las márgenes del lecho acuoso y cristalino, espejo en el que ,hasta no hace mucho, El DRAGO ,ya MILENARIO, reflejaba su legendaria, totémica ,mítica y portentosa corpulencia arbórea. Como testigo mudo y perenne de los avatares de la comarca de Ycode.

EL BARRANCO

HITO, LINDERO, HABITACIÓN, MISTERI0 Y MUERTE

Los barrancos de Canarias6, a diferencia de los que podemos encontrar en la península, se caracterizan por tener una fuerte  connotación existencial, numinosa, referencial, y trágica. Además de ser, como hemos visto, lugar de  asentamiento primigenio y esencial. Las cuevas de las  márgenes y acantilados de los barrancos sirvieron para vivir y enterrar a los muertos, eligiendo  las más inaccesibles para que no fueran profanadas. En ocasiones fueron los barrancos protagonistas trágicos en las desiguales  y guerreras escaramuzas (arcabuces y ballestas contra palos y piedras)  que utilizaron los naticos guanches contra los conquistadores.  Y lugar elegido para despeñarse  por congoja, oprobio  y desesperación.

Los barrancos  fueron ,y siguen siendo, hitos diferenciales utilizados como linderos inamovibles para la demarcación de los Municipios de Canarias que se crearon, en 1835, atendiendo  más a criterios pastorales y eclesiásticos  que a poblacionales, de ahí  su número excesivo  (87+1=88)

 

N O T A S

(*) Fosa Torrentis,  término  utilizado por José Viera y Clavijo en el Diccionario de Historia Natural de las Yslas Canarias para definir  Barranco en los términos:”Quiebra profunda y extendida. Que separando en dos ribazaos los terrenos, aun más peñascosos, dejan difícil tránsito a los caminantes”

(**)J.J.Williams , es uno de los dibujantes y grabadores  ingleses más relevantes que figuran en la Historie Naturelle des Isles Canaries (1836-1850) obra que debemos a Philip Barker Webb (1793-1854) y Sabin Berthelot (1794-1880) Se ha especulado sobre  su existencia y estancia en Tenerife, esgrimiendo algunos autores  que residía ,permanentemente, en Londres, pero J.J.Williams no solo existió sino que  residió, temporalmente, en  Tenerife  alojándose en una mansión ,  muy cerca del “Sitio Litre “en el Puerto de la Orotava, hoy de la Cruz .Dejó Williams  un extensa colección de grabados de las Yslas de   Tenerife y la Palma.

(1)La primitiva Yglesia de Ycod se comenzó, en 1501, advocada a San Marcos Evangelista .Imagen flamenca  encontrada, según cuenta la leyenda, en una cueva de la “Caleta del Drago”, hoy de San Marcos. Fue su primer Capellán el presbítero Portugués  Ruy Blas que recibió varias suertes de tierra en las Laderas del Barranco del Rio que dedicó al cultivo de la vid torrontes y otras tierra en las fajanas de la costa que planto de malvasía .En 1515 se decide la fundación  de la parroquia y beneficio de San Maros,  lo que supuso  una jurisdicción más amplia que favoreció el crecimiento del incipiente pueblo que, en 1587, tiene una población entre 1400 y 1700 almas. La Yglesia Matriz de San Marcos posee un rico tesoro sacro que se custodia en un moderno  museo en el que destaca la famosa cruz en filigrana de plata y un Lignum Crucis, además de numerosas  obras de ingeniería de reconocido  valor artístico .Recientemente la Yglesia ha sido restaurada por la tenaz y persistente labor del párroco Rubén Fagundo García, la colaboración del Cabildo de Tenerife y generosas  aportaciones vecinales

(2)”Diego de León. Un pedazo de tierra  encima del rio de Ycod y 2 cahices de sequero entre los dos caminos,  el camino de los cavallos hasta el camino de la Palma, por cuanto fuiste conquistador, y más vos doy el anchon [sic.] de la cebada junto con la dicha tierra.  Que digo que se vos asiente con tal que no sea en la vega de arriba” [DOT, lib.1 cuaderno 8º, núm.13, 14-1-1502>Serra R.1978:69]

(3) El  clero regular fue otro de los grandes favorecidos en el reparto de tierras después de la conquista de Tenerife  por contribuir a la evangelización de la comarca de Ycode y Daute .Sobresale el capellán portugués Ruy Blas que bautizó  con agua del barranco, a modo de pila bautismal, a los primeros indígenas  hispanizados de Ycod. Entre 1500 y 1510   Ruy Blas  recibe en la comarca de Ycode un total de 9 datas,  de tierras de  regadío, para el cultivo de la caña y vides. En 1500  recibe en la margen izquierda del barranco principal de Ycod, bajo las cumbres o riscos de la Vega, nuevas tierra  para plantar vides. En 1501 recibe datas en la parte baja de Ycod bajo el camino hacia Daute destinada al cultivo de cañas de azúcar que se regaba  con el agua procedente del “Barranco del Rio “que, entonces, tenía un curso regular y permanente de purísima agua. El conjunto de datas de Ruy Blas ,en las laderas de Ycod, constituyeron  haciendas y heredades  destinadas a la viticultura de regadío  conocidas como “Viña del Barranco de la Aceña” y “Viñas del Barranco del Rio” que fueron  destinadas a viña de vaso y parral que se regaban gracias los nacientes y veneros que vertían sus aguas al barranco. 

(4) El Adelantado  Alonso Fernández de Lugo, en 1503, entrega data “A Pablo Martín  un asiento de colmenas  en Ycode atrás de un drago  grande bajo el camino de Daute  en una fuente que está ahí, como es costumbre”. Pablo Martin fue uno  de los canarios asimilados  que vinieron  a la conquista de Tenerife, en 1497, con Fernando Guanarteme  que recibiera, en 1507   en “las cabezadas”  una heredad  de medio cahiz de extensión para vid y oros 2 cahices de sembradura  anejos a la hacienda de “La Lomada” en Ycode, explotadas mediante el sistema de secano  al no disponer de manantiales con suficiente agua. El repartimiento al clérigo Ruy Blas le proporcionó una economía holgada al poseer un total de 60 fanegas de tierras para viñas  de las que 55  se regaban con agua del BARRANCO DEL RIO.

(5)   La ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias .Capitulo V  Patrimonio inmaterial En el articulo 25 recoge como bienes culturales inmateriales  a las tradiciones orales  Así como la toponimia tradicional  e histórica como instrumento para la concreción de la denominación geográfica de los territorios.

(6) En el Diccionario Estadístico de las Yslas Canarias de Pedro de Olive se recogen un total de 129 topónimos referidos a este accidente geográfico; de los que 96 son BARRANCOS 27 BARRANQUILLOS y 6 BARRANQUITO .Distribuidos como sigue;  BARRANCOS: Las Palmas  35, Tenerife  33, La Gomera 3, La Palma 24 y El hierro 2 BARRANQUILLOS: Tenerife 5, Las palmas 19, Gomera 4, La Palma 2 .BARRANQUITO: La Palma 6.

F U E N T E S    y  C O N S U L T A S

1.             José Viera y Clavijo :Diccionario de Historia Natural de las Yslas Canarias o índice alfabético de sus tres reinos Animal ,Vegetal y Mineral (Nivaria Ediciones, MMV)

2.             Pedro de Olive: Diccionario Estadístico de las Yslas Canarias.

3.             Ignacio Reyes: Diccionario histórico-etimológico del amaziq insular,2017

4.             Dolores Corbella y Josefa Dorta (Editoras): La Investigación dialectologica en la actualidad.

5.             Pedro-Miguel Martínez Galindo: La vid y el vino en Tenerife en la primera mitad del siglo XVI.

6.             Fundación Canaria de Historia de la Ciencia: Proyecto Humboldt

7.             Maximiano Trapero Trapero: Diccionario de Toponimia de Canarias.

8.             Manuel Hernández: Catedrático  de Historia de América  en la Ull

9.             Álvaro Fajardo Hernández: El Barranco: Hito, lindero, Habitación, Misterio y Muerte.

10.          Elías Serra  y Räfols: Las Datas de Tenerife.

11.          Emeterio Gutiérrez López:  Historia de la ciudad de Ycod de los Vinos en la Ysla de Tenerife (1914)

12.          Marcos  A.  García Luis Moleiro, Cura –párroco ycodense. (Consulta)

13.           Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma de Canarias.

 

Desde “Las Castras”, El Tanque, recóndito lugar de medianías y cumbres, ideal para serenas reflexiones donde el Barranco del Rio, de mi ciudad nativa YCOD,  tiene especial significación.

Un septembrino Festero Ycodense, 2022.

Álvaro Fajardo Hernández 

(alvarofajardoh@gmail.com)...”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABREU

PROFESOR MERCANTIL

UN INDUSTRIAL DE REALEJO ALTO Y LA HISTORIA DEL SEGUNDO ELEVADOR: PERSONAJES, FUENTES Y TÉCNICAS



El amigo de la Villa de Los Realejos JERÓNIMO DAVID ÁLVAREZ GARCÍA, remitió entonces (02/07/2021) estas notas y fotografías, que tituló: “UN INDUSTRIAL DE REALEJO ALTO Y LA HISTORIA DEL SEGUNDO ELEVADOR: PERSONAJES, FUENTES Y TÉCNICAS”.

Publicado en el Programa de Fiestas del Carmen 2021 de Los Realejos: “…Es la mecánica la parte de la física que estudia el movimiento y reposo de los cuerpos, las fuerzas que lo producen y la relación entre estas que actúan sobre los entes en contrapeso. El griego Arquímedes inició su ciencia; trabajó sobre las leyes del equilibrio de las palancas y realizó estudios de hidrostática permitiéndole enunciar su célebre principio. La domesticación animal revolucionó el transporte del hombre prehistórico y la invención de la rueda lo tornó exponencial; así serían los desplazamientos terrestres hasta la Revolución Industrial, a lomo de animales y en carros.

Los autores del Diccionario de Historia De Bernardi y Guarracino, compatriotas de Giovanni Agnelli, cofundador en Turín en 1899 de la Fabbrica Italiana di Automobili Torino (FIAT), nos conducen al mundo de la automoción. Durante el siglo XIX, varios ensayos de máquinas autómatas de transporte con propulsión a vapor, fueron desechados ganando la batalla el motor de combustión interna. La invención decisiva de Gottlieb Daimler fue la introducción de la gasolina (quien fusionó su patente con Carl Benz). La producción industrial de automóviles avanzó desde 1888 en el primer mundo y a inicio de siglo se añaden innovaciones que hicieron de estos un producto técnicamente maduro hacia 1920; en Europa y Japón se convertiría en un fenómeno masivo tras la Segunda Guerra Mundial. Eminentes ingenieros y sus firmas destellan en el olimpo de la automoción, destacaremos a: Henry Ford, Soichiro Honda, Louis Renault: General Motors Company, Mercedes Benz, BMW (Bayerische Motoren Werke) Fábrica de Motores de Baviera en su traducción castellana, y la Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT); en España han pasado a la Historia los camiones y autocares Barreiros y Pegaso, entre otras marcas.

Gilberto Alemán en su estudio Rincones & Recuerdos de Santa Cruz de Tenerife. Llega el automóvil, data la llegada de los primeros vehículos y guaguas a Tenerife en 1902. La isla asume estos nuevos portentos técnicos y en 1927 la cifra de automóviles matriculados asciende a más de dos mil unidades. Dos años más tarde el consistorio capitalino autorizó la libre circulación de autobuses, primer paso de la Unión de Transportes Urbanos cuyos coches serían conocidos como las“guaguas perreras”. En 1938 existía un servicio diario de guaguas, cada media hora, entre los municipios del Valle de La Orotava. Las empresas de la automoción en Tenerife las recopila Juan Naval Pérez en su obra Tenerife y el automóvil; señeros serán los Hernández Hermanos establecidos desde los años veinte del pasado siglo, en Puerto de la Cruz y Ahlers & Rahn (sociedad heredera de Jacobo Ahlers).

El Archivo Histórico Municipal de Los Realejos cataloga a los primigenios propietarios y vehículos que circularon en el pueblo. Quedan en el recuerdo de los vecinos como exponentes del transporte público: Andrés Toste Pérez y su Fiat matrícula TF-878, (véase E. DOMÍNGUEZ en La Voz de Los Realejos, octubre 1996), su sobrino Eliseo Toste y José García el Morisco en San Agustín; Luciano Dévora, Dámaso Febles Torres y Jesús Hernández Molina, el taxista en Realejo Alto y el crusantero Simeón Armas Martín, (en su guagua viajaba el público del orotavense Cine Atlante, del que era proyeccionista). A ellos agrego sus pertinentes mecánicos: Manuel Pérez Siverio y su taller de recauchutados, Cesáreo López Toste, mecánico y empresario de transportes; el tornero Domingo Valeriano Vega Hernández y su socio Vicente Pérez Padilla, Carmelo Plasencia Pérez, el portuense Manuel Melián y Francisco González Hernández con sus talleres de la Calle del Agua y Puerto Franco; en la siguiente generación engrosará la relación el biografiado, Manuel Hernández Febles.

Desde los primeros pasos fundacionales de Gordejuela, el pago de San Agustín, denominado así por los cenobios agustinos que en él radicaron, estaba adscrito a jurisdicción de ambos Realejos. De entre sus moradores traemos a la memoria a Sor Jesús María de San José Álvarez de Castro, última monja que habitó el convento femenino; donde recibió a la viajera E. Murray (1815-1882), quien la retrató en su obra literaria y pictórica. Su óbito inscrito en el Libro 7º de Difuntos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, se redactó en esta forma: “En veinte y seis de diciembre de mil ochocientos sesenta y un años, el Beneficio de esta Iglesia Parroquial de Nª Sra de la Concepción del pueblo del Realejo de Abajo condujo al cementerio del mismo, para su enterramiento, al cadáver de sor Jesús María de San José Álvarez de Castro, religiosa [exclaustrada] que fue del Monasterio de Recoletas de este expresado pueblo, que falleció el día de ayer de ochenta y siete años de edad, vecina de este dicho pueblo, hija legítima de Don Nicolás Álvarez y de Doña Inés Rosalía de Castro, naturales de Güímar, tan sólo se administró el sacramento de la extremaunción, por haberse insultado,(1) y para que conste lo firmo. Juan Crisóstomo Albelo, Colector”. El incendio del Convento acaecido en 1952 y su pronta y sorprendente propagación observada desde Realejo Alto, propició que sus vecinos bajaran a tropel en ayuda (o por curiosidad). El alcalde Óscar González Siverio agradeció el gesto por escrito a su homólogo de Realejo Alto, Nicolás González del Carmen quien lo publicó en la prensa. Entenderá el lector que lo acaecido durante el siniestro ha quedado en la tradición local aportando fuentes orales y reflexiones, que resultan de oneroso registro, aparte de otras informaciones en rotativos insulares coetáneos. (2)  

Retomo la frase inicial del párrafo anterior, para advertir cómo los vecinos de la franja oriental de San Agustín y barrios cercanos (Barros, Carrera, Jardín, Toscal y Longuera), eran feligreses de Santiago y recibían sepultura en El Mocán, en su Cementerio de San Agustín, como acreditan las tumbas, entre otras, de la familia Hernández-Siverio. Los relaciones epistolares, entre Realejo de Arriba y San Agustín se custodian en el Archivo Histórico Municipal de Los Realejos: así leemos cómo en la primera mitad del siglo XIX, el clérigo Ignacio Llarena y Franchy rematador del Agua del Convento Agustino de San Juan Bautista, envió una airada misiva al alcalde de Realejo de Arriba. En ella acusaba al regidor de no impedir los robos de agua perpetrados por sus vecinos, por otra parte era lógico, lamentaba el sacerdote, pues el mismo alcalde participaba en ellos. Los pleitos del agua prosiguen en las actas del Ayuntamiento de Realejo Alto, donde se aportan numerosos registros de la cotidianidad del barrio: en el año 1887, Miguel Chaves Albelo, primer munícipe en ese momento, despachó los oficios remitidos por el Ayuntamiento de Realejo Bajo, donde se protestaba por "las inmundicias y materias putrefactas", procedentes de la carnicería de ese pueblo que contaminaban del agua de consumo, añadiendo el lavado de ropa en las atarjeas; se exigía impedir tal abuso. La presidencia del Consistorio la ostentaba Pablo García García en 1918, cuando se nombró al vecino de San Agustín, Vicente Siverio Bueno, secretario municipal. Con la llegada de la Segunda República en 1931 asume la alcaldía el político progresista, natural del citado pago, Manuel Espinosa Chaves, hijo de los preclaros representantes de su burguesía, Agustín Espinosa Suárez y Elena Chaves Estrada. En la década de los cuarenta el alcalde de Realejo Alto, a la sazón, Miguel Cedrés Borges, autorizó al mayordomo de la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen, el referido Siverio Bueno, “enramar” la Calle San Agustín y una subvención municipal. Por último, bajo la interinidad de Cristóbal Borges Hernández (1953-1954) se renovó el alquiler de la escuela de niños de San Agustín y supervisó el informe de la citada anteriormente, agua pública del convento.

Dicho todo lo anterior, el lector evidenciará en la siguiente anécdota el ejemplo más llamativo de la división administrativa que acontecía; narrada por Adelina Estévez González (1939) queda expuesta en esta forma: a finales de los años cuarenta falleció un vecino con domicilio en la vivienda, sito esquina de la Calle San Agustín con Calle de La Virgen. Al momento de la salida del féretro, sus convecinas expectantes ansiaban certificar si sería sacado por la puerta de la Calle San Agustín, pues significaba que correspondía a la jurisdicción de Realejo Alto y enterrado en El Mocán; o bien, por la ventana de su fachada del callejón de La Virgen, perteneciendo a la jurisdicción de Realejo Bajo y con sepultura en San Francisco, aconteció la segunda opción; el hecho bien ilustra el ambiente social.

La Carrera, como se advirtió, antiguo pago de Realejo de Arriba, es cuna de la familia paterna del biografiado; su padre Agustín Hernández Siverio casó con María Remedios Febles Fuentes, vecinos del Camino de San Benito. Manuel Feliciano Hernández Febles (Manolo el de los escapes), nace en Realejo Alto en 1945 y procreó con María Candelaria Delgado Anceaume dos hijos, quienes han colmado su merecido retiro con cuatro nietos. Tras adquirir la educación primaria trabajó con su padre en su popular molino, y más tarde comenzó a fabricar tubos de escape de manera autodidacta. En 1967 finalizado el servicio militar abre su taller ubicado en Calle San Isidro; desde ese momento el auge de su actividad mecánica y comercial (tubos de escape, chapa y cerrajería) avalada por su firma Fadem Canarias, se desarrollará por el norte de la isla y otros puntos de la provincia. En el cambio de milenio inaugura una nave de fabricación y montaje de tubos de escapes; pero subrayamos ante todo, su diseño de máquinas como se verá aquí, y escapes (homologados por Ministerios de Industria y Ciencia). Aún jubilado desde 2010 prosigue su actividad creadora en la actualidad. De este ingeniero nato destacan las capacidades técnicas para el dibujo y el diseño, o la aplicabilidad de las leyes físicas a la vida cotidiana, que manifiestan su modo de interactuar con los demás.

El culto al Carmelo Realejero lo analiza José Javier Hernández García en su clásica obra y detalla el precedente del actual ascensor: existía en la capilla del Convento de Agustinas un ejemplar rústico denominado popularmente elevador o husillo, su función era subir el trono y en su elevación asomaba tras el expositor. El husillo de construcción similar a los del lagar canario para el prensado de la uva; produciría con su efecto el regocijo del público, que nosotros equipararemos al sentimiento actual. El artilugio poseía una bandeja donde se ubicaba la talla, cojinete ascensor, tuerca y arandela giratorias y el husillo. Construido en tea, el husillo se introducía en un cuadrado excavado en el suelo del presbiterio. Un puente de tablas desde la bandeja a la base del nicho en el retablo, ubicaba en él al trono. Este precursor y otros que aún persisten en la geografía insular, como en Los Silos para Nuestra Señora de la Luz, nos trasladan al elevador analizado aquí, diseño de Manuel Hernández donde manifiesta su devoción; confirmada con la donación por promesa personal, de un manto que apreciamos en la foto, color beige con motivos florales en azul y dorado, encargado a una casa de bordados de Córdoba.

El párroco emérito Juan Manuel Batista Núñez (1941) fuente oral de primer orden, corrobora lo acaecido durante la gestación del proyecto. Confirma cómo en la idea de ampliación y reforma del camarín de la iglesia, ejecutado entre 1995 y 1996, y del que dio cumplida referencia La Voz de Los Realejos; se propició el anhelo de recuperar la función que poseía el antiguo husillo. Por ello, unos años después, se solicitó a Manuel Hernández el diseñó de la máquina, quien donó los materiales y su mano de obra. Así se deduce de la inexistencia de apuntes contables que denoten costes a la cofradía; en tanto sus correspondientes actas no reflejan la orden para construir el elevador, pero sí el acuerdo de 25 de marzo de 2001 que reza: “el Lunes de Pascua se traerá a Manolo Febles para que baje a la Virgen desde su Camarín al trono”, como certificó el párroco Marcos A. García Luis a quien suscribe.

Nuestro protagonista es responsable de la conservación técnica y de su manipulación durante las sucesivas bajadas y subidas del trono en las Fiestas de Julio. Las características de esta, su obra de ingeniería mecánica, quedan explicadas por el biografiado en estos términos: este elevador, movido por energía eléctrica y no por fuerza manual como el antiguo husillo, se rige por un motor ubicado a pie del camarín y se acciona con mando a distancia. Su bomba hidráulica tiene capacidad para soportar la carga de cuatro toneladas, aunque actualmente y añadiendo al de su propia estructura el peso de las andas e imagen, eleva unos 750 kilogramos; ha sido construido en acero galvanizado. El montacargas se proyecta desde un foso excavado en roca viva a 50 centímetros de profundidad en el suelo del presbiterio; una vez finalizada la maniobra, de un minuto de duración, queda totalmente oculto y asimilado por el piso del altar. La torreta de elevación, junto a un anexo añadido por nuestro biografiado para completar todo el trayecto hasta la altura del nicho del camarín, es la pieza central de la maquinaria, sobre el cual se depositarán los caballetes metálicos o “burras” y el trono con sus andas. Al llegar a la paralela con el nicho, del que dista unos 80 centímetros, son unas correderas fijas con sus rondanas las que permiten que el simple impulso de una persona traslade el trono hasta su interior. El conjunto se acompaña de diversas pletinas y pasadores de seguridad que evitan que el trono descarrile de su recorrido previsto u oscile durante este. El mecanismo eleva las andas hasta una altura que sobrepasa los dos metros desde el suelo del presbiterio, alcanzado así la hornacina. En el interior del camarín existe un segundo dispositivo hidráulico que ubica el trono definitivamente.

El cometido del nuevo elevador es similar al del desaparecido husillo, pero con modalidades técnicas y sistemas de seguridad adaptados a la mecánica de finales del siglo XX. Este montacargas rescata la esencia técnica del husillo y contribuye a la teatralidad innata en la devoción popular y la solemnidad litúrgica en los cultos. En los últimos años se manifiesta la vigencia de esas funciones, y queda probada la utilidad y capacidad del elevador, señal de la valía profesional del protagonista, que ya se ha adelantado. Manuel Hernández Febles con su nombre y actividad profesional figura en la historia industrial y económica de Los Realejos, así como en la devoción a Nuestra Señora del Carmen.

Agradezco la predisposición del biografiado y su familia, la atención del párroco don Marcos Antonio García y la colaboración de don José Cesáreo López Plasencia y don Javier Lima Estévez.

Notas. 

          1. Indisposición repentina que priva de sentido o movimiento, accidente cerebro vascular, apoplejía.

          2. Si el lector deseara profundizar en la intencionalidad del incendio, teoría compartida por el propio obispo Pérez Cáceres, véase GONZÁLEZ DEL CARMEN, Nicolás, “Historia contemporánea de Los Realejos, La Fusión”, en Los Realejos a través del tiempo; nº 16, mayo-junio de 2013, p.11 y MÉNDEZ HERNÁNDEZ, Juan, en Los Realejos dos pueblos y un sólo corazón (1814-1955), 2005, p. 91.

 

          Foto 1. Manuel Hernández Febles en el momento de la maniobra del trono. M. CARMEN HERNÁNDEZ DELGADO.       

          Foto 2. Talleres Siverio en Los Barros, década de 1930. ARCHIVO MUNICIPAL DE LOS REALEJOS/JOSÉ DAMIÁN PÉREZ          

          Foto 3. Francisco González Hernández en su taller. DOMINGO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABREU

PROFESOR MERCANTIL