viernes, 13 de mayo de 2022

MARUCHI

María Victoria Paz Hernández García que conocíamos por “MARUCHI”, nació en la Villa de La Orotava en el año 1938 y falleció en la misma Villa el  13 de Mayo del 2022.

Triste noticia que me llega, del fallecimiento de una amiga, hermana y vecina de la calle el Calvario de la Villa de la Orotava.

De la pandilla de mi hermana Carmilla, jugaban en la plaza de Franchi Alfaro, participaban en las procesiones infantiles que organizaba su hermano Máximo, se criaron juntas y siguieron siendo amigas a por vida.

Trabajó varios años en la desaparecida tienda de calzado “MAJA” (posterior exposición de muebles Isaac Valencia Pérez, aun se conserva el escaparate), con Lourdes Méndez en la calle Tomás Zerolo – Agua de la Villa, ayudándole en tiempos extras a su familia en la tienda bazar de la calle El Calvario.

Contrajo matrimonio con el orotavense José Antonio Martin ex funcionario de la firma comercial Miguel Herreros y del Banco Hispano Americano, con el que tuvo 3 hijos; Toño, Carlos y Juan Lorenzo Martin Hernández y cinco nietos; Laura, Raquel, Eduardo, Elena y Adrian.

Excelente y bondadosa persona perteneciente a una larga y conocida familia orotavense que se le conocían por los “Castros”.

Sus padres; Lorenzo Hernández Castro (Impresor – músico) y Dolores García (ama de casa), tuvieron once hijos: Lorenzo, Nieves, Rafael, Angelita, Nazario (Chile), Aureliano, Dolores, Máximo, María Victoria Paz (Maruchi), Francisco y Candelarita.

Todos ellos convivieron con nosotros en la villera calle El Calvario, puesto que nuestras casas estaban situadas frente a frente, balcón a ventanas, ventanas a balcón. Siendo la comunicación muy familiar y sobretodo entrañable con afecto.

Maruchi descansa como se te merece en el paraíso eterno colmado de esperanza, fe y misericordia.

Un abrazo, amiga, hermana y vecina desde mi infancia.

Hasta siempre.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

jueves, 12 de mayo de 2022

EL SILBATO DEL MERITORIO Y DISTÉFANO


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (12/05/2022) estas notas que tituló; “EL SILBATO DEL MERITORIO Y DISTÉFANO”: “…Manuel Martín Ramos, a quien muchos llamábamos Emeterio, y casi todos le decíamos Tete, fallecido ayer en el Puerto de la Cruz, jamás imaginó que algún día arbitraría al mismísimo Alfredo DiStéfano.

Hasta que llegó el día, claro. Fue en El Peñón, aún con cancha de tierra, a mediados de los años setenta del pasado siglo. Allí no cabía un alma más en aquella fecha en la que rindieron tributo a Segismundo Tito Del Pino Real, aquel genio que no quiso traspasar las fronteras del fútbol regional pese a que reunía cualidades sobradas para jugar en categoría superior.

Para despedirle, trajeron, ni más ni menos, que a los Veteranos del Real Madrid, un seleccionado en el que militaban Marquitos, Vidal y otros afamados jugadores de épocas anteriores. Se enfrentaron a la Peña Celti, un equipo de aficionados y también viejas glorias, que así se denominaba entonces cuando reaparecían en las canchas. Sería injusto no consignar que Fernando Díaz, propietario del hotel Marquesa, y el inolvidable Gilberto Hernández, se encargaron de la organización y la logística. Sin embargo, se olvidaron de solicitar el arbitraje oficial. Claro, hubo que improvisar hubo que improvisar -a escasos minutos del comienzo y con el recinto abarrotado- una solución con árbitros locales (Martín Ramos y Rodríguez Perdomo) que alternaron las bandas y el tiempo. Con el primero de ellos, después de señalar un fuera de juego y con los senior madridistas en plena reclamación, se encaró el gran Alfredo DiStéfano. Le quitó el silbato a Martín Ramos y se lo dio al compañero. La ‘Saeta Rubia’, muchos años después también inmortalizado como tal en el himno del Rea, desconocía cómo le apodaban (¿quién en el Puerto no tiene nombrete?) pero soltó una de las suyas:

-Déjale no sabe más. Mira que es animal.

Cuando terminó el choque y le advirtieron el mote del árbitro, DiStéfano dijo con aquel laconismo que le caracterizaba:

-Lo siento, no lo sabía.

El encuentro, para deleite de los espectadores, acabó igualado (3-3). Martín Ramos pasó a oficiar de linier. O de línea, que así se les denominaba entonces. DiStéfano anotó el primer gol, un increíble remate, casi de espuela, en la portería del naciente. Los aplausos duraron. Aquel era el sello de un futbolista que, cruzado el ecuador de los cincuenta, conservaba las esencias técnicas. Era el jugador que había cambiado la historia del fútbol y del Real Madrid. Dejó un lance de la leyenda en la vieja cazuela portuense. Al día siguiente el vespertino La Tarde publicó en primera página una gran foto suya junto al otro protagonista, Del Pino, con el título ‘Los dos maestros’.

Pero es de Tete de quien queremos escribir unas líneas y recordar aquel lance. Era una especie de árbitro fijo, es decir, cuando se disputaban encuentros de distintas categorías, oficiales, amistosos o de aficionados, aparecía él, con su modesta vestimenta negra que portaba en una pequeña maleta de madera. Él siempre estaba allí, en El Peñón. La gente memorizó el que fue un célebre trío arbitral: Tito (en referencia a Norberto Castilla Yanes), Tano (nombre con el que se conocía a Cayetano Rodríguez) y Tete, el inefable meritorio. El trío de las ‘tes’.

Con una sonrisa ladeada y socarrona, hacía abstracción de los insultos e improperios que, a menudo, se ganaba a pulso. Solía solventar los lances dudosos elevando un dedo de la mano izquierda. En cierta ocasión, presumió de haberse inventado una sanción: señaló penalti tras una plancha de un jugador visitante en el área. Le recriminaron desde la grada que ese lance jamás se sancionaba con la pena máxima. Y él dijo:

-Pues a partir de ahora, sí se pita.

Muchos no pudieron contener las risas. El caso es que un equipo infantil de la localidad ganó gracias a esa decisión.

Era auxiliar de mecánica en una conocida empresa de transportes. Y durante años, colaboró en el cementerio, como si se tratara del sepulturero.

Una persona muy servicial. Será recordado siempre…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

lunes, 9 de mayo de 2022

CADA POSTAL ES UN RECUERDO

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se titula “CADA POSTAL ES UN RECUERDO: “…Tal como les prometí en mi anterior comentario “qué tiempo tan feliz” y viendo la gran aceptación que tuvieron mis postales, hoy vuelvo a mostrarles otra tanda de ellas que encontré en mi baúl. Muchas de ellas centenarias. Todas dedicadas con mucho cariño.

Al revisarlas me lleve una grata sorpresa al comprobar que entre todas, había una en donde mi madre en el año 1922 felicitaba a su cuñada Higinia, por el día de su santo. En verdad que me emocioné; juro que nunca la había visto antes.

En otra ocasión les mostraré unas cuantas más que me quedan en el baúl. Todas de la época; está vez muy bonitas dedicadas, pero muchas sin fecha.

Hoy la canción que se cantaba en mi niñez y hoy se sigue cantando “Solamente una vez”…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

domingo, 8 de mayo de 2022

REDESCUBRIENDO UN COLEGIO PORTUENSE

Fotografía referente a mí colección particular tomada de mi cámara, al fondo CEIP “TOMÁS DE IRIARTE”.

 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (08/05/2022) estas notas que tituló; “REDESCUBRIENDO UN COLEGIO PORTUENSE”: “…Setenta y cinco años de docencia, de enseñanza y aprendizaje. Son los que está cumpliendo el Colegio de Enseñanza Infantil y Primaria (CEIP) ‘Tomás de Iriarte’, en la portuense plaza de la Iglesia.

Es una larga y densa trayectoria que marcó los primeros pasos educativos de muchas generaciones de portuenses y que se iniciaba cuando el centro era conocido como “los grupos escolares”, dos edificaciones que posibilitaban la separación de niños y niñas, uno de los principios característicos de la educación del antiguo régimen.

Hasta la plaza llegaban los escolares, en solitario o acompañados de padres, abuelos y familiares, para el primer aprendizaje. Los alumnos, a principios de los sesenta, identificaban su nivel con el nombre del maestro que les había sido asignado y lo asociaban en femenino (la tercera, la quinta…) para localizar las clases. A los maestros se les recuerda acudir a su trabajo siempre emperchados, traje y corbata, respetables y respetados.

Entre una y otra edificación había un espacio separado de la plaza por una cortina vegetal para el recreo y para los juegos de alumnos y de quienes no lo eran. Daba a la trasera de la antigua sede de Correos y Telégrafos. Junto al colegio de las niñas hicieron en su día una pista de cemento cuyos usuarios practicaban fútbol, brylé y hasta alguien inventó una especie de frontón rudimentario. Pero las pelotas caían con demasiada frecuencia a la calle Agustín de Bethencourt, cuando aún era de circulación rodada, porque el muro longitudinal de defensa era de muy escasa altura. Desde abajo, de las oficinas del Centro de Iniciativa y Turismo (CIT) llegaban de vez en cuando las protestas por el ruido de pateos que generaban los escolares. Los porches y exteriores también fueron utilizados como espacios para juegos, incluso cuando finalizaba la jornada lectiva. Entre una y otra edificación, construyeron una caseta de madera que albergó durante varios años la oficina de información del CIT, hasta que se incendió.

Muy cerca, había otro colegio, el de segunda enseñanza ‘Gran Poder de Dios’, donde se cursaba el bachillerato y que desaparecería en el tiempo hasta integrarse el edificio en una amplio complejo que recibiría la denominación del gran fabulista portuense.

Después vinieron las reforma sucesivas. Llegó la Enseñanza General Básica (EGB) y los escolares dejaron de estar separados por sexo. Rejuveneció el profesorado. Maestros nativos y de otras latitudes se integraron para dinamizar una actividad a veces frenética. Ya en democracia, teniendo en cuenta el funcionamiento de las dependencias del CIT, la concentración de escolares englobaba también a los turistas en determinadas franjas horarias. Era aquella una efervescencia peculiar. El colegio intentó –y lo logró-- abrirse al exterior y era siempre de los primeros en participar en los nuevos esquemas y órganos educativos así como en las actividades que se programaban desde las administraciones públicas y otras entidades. La comunidad educativa del centro siempre estuvo predispuesta.

Pues una exposición titulada “Redescubriendo el CEIP Tomás de Iriarte”, refleja, en abreviada síntesis cronológica, una andadura de setenta y cinco años. Se trata de un valioso e interesantísimo trabajo de recopilación histórica desarrollado por Ana de León que ha diseñado una muestra que explica con detalle los tres cuartos de siglo que condensan este patrimonio que comparte el colegio con el municipio y que se podrá visitar hasta el 27 de mayo en horario de lunes a viernes de 10 a 13:30 horas, en la sede del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC).

En el acto de apertura, la dirección del colegio, ejercida por Claudia Barroso, agradeció tanto a la comunidad educativa, que hizo extensiva a la numerosa asistencia de profesorado ya jubilado, como al Ayuntamiento y al IEHC su colaboración desinteresada para que esta muestra que habla por sí sola de la importancia de la historia del colegio pueda revivir la memoria muchos años más y que sea conocida por las presentes y futuras generaciones de alumnado…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

EL ACUARTELAMIENTO DE SAN AGUSTÍN EN EL TIEMPO (III)

Panorámica tomada en el frente norte de la portada churrigueresca del acuartelamiento de infantería de la Villa de La Orotava y la plaza de la Constitución, en la década de los años sesenta del siglo XX.

Al crearse el ejército regular en España en el año 1860, en las metrópolis se instalaron los acuartelamientos de infanterías y artillerías, mientras que en las poblaciones rurales instalaron los regimientos de montañas y cazadores.

A la Villa de la Orotava, vino la compañía de montaña y cazadores al final del siglo XIX, con banda de música incluida. Emplazándose en el desamortizado convento agustino de Nuestra Señora de Gracia. Hasta que al principio del siglo XX, se formó la compañía de infantería Orotava.

Muchas fueron las reformas que el ejército regular, realizó al inmueble conventual, desapareciendo el claustro y corredor del patio central que era de madera de tea, y además muchas dependencias agustinas. Me cuentan que cuando se instaló el batallón borbónico procedente de Málaga, al principio del siglo XX, se tuvo que habilitar el templo anexo de San Agustín para delegar allí una gran parte de soldados borbónicos.

El balcón se colocó allí, en los años cuarenta del siglo XX, siendo don Augusto Machado Méndez y Fernández Lugo el general Jefe del Acuartelamiento. Fue trabajado por dos recordados ebanistas de la villa que entonces prestaban el servicio militar en dicha instalación; Urbano Sosa y Adolfo Padrón Hernández.

Me llama la atención y lo tengo en el recuerdo de mi infancia, ver en el interior de la plateresca portada agustina, en los laterales de la pared de fondo; un tabor militar rodeado de cuatros cornetas, que se usaban para las marchas de instrucciones militares que entonces realizaban en el campo de fútbol municipal Los Cuartos de la Villa de La Orotava.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

jueves, 5 de mayo de 2022

PEDRO PERDOMO BRITO


Pedro Perdomo Brito, nació en la Villa de La Orotava el 11 de octubre del año 1935, y falleció en la misma Villa el 5 de Mayo de 2022.

Estudió en los  colegios de la Villa de La  Orotava; Farrais y San Isidro(con los Salesianos). Posteriormente se matriculó para cursar  magisterio en la Escuela Normal de La Laguna.

Contrajo matrimonio con la dama orotavense; Visa Luis Delgado, con la que tuvo dos hijos; Malaly y Ramón. Cuatro nietos; Oscar, Verónica, Rubén y Manuel. Tres bisnietos; Alejandra, Julieta y Carlos.

Trabajó en el Hotel Monopol del Puerto de la Cruz varias décadas hasta su jubilación.

Vivió en la Villa Arriba hasta el fallecimiento de su mujer, yéndose a vivir con su hija Malaly a la Urbanización El Mayorazgo, quien cuidó y mimó con mucho amor hasta su fallecimiento.

Fue muy querido en la Villa de Arriba. Y como nuevo vecino del Mayorazgo acabó siendo tanto o más querido si cabe que en la Villa Arriba. Concediéndoles los vecinos y el ayuntamiento. Una plaza – parque (centro de la Urbanización) a su nombre.

Pedro nos conocemos desde mi infancia, puesto que éramos vecinos de la zona El Llano, tú en la calle Nicandro González – Verde y yo en la calle El Calvario.

Reconozco que en la vida fuiste un caballero, un ser humano extraordinario, con mucho corazón y notable comunicación.

Espero que en el paraíso eterno colmado de esperanza, fe y misericordia, descanse junto a nuestra madre María Auxiliadora, y sigas disfrutando de esa plaza que el pueblo orotavense te tributó merecidamente.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

martes, 3 de mayo de 2022

DEVOCIÓN AL SANTO MADERO

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (03/05/2022) estas notas que tituló; “DEVOCIÓN AL SANTO MADERO”: “…“De la historia del Puerto de la Cruz queda mucho por decir. Existen infinidad de legajos, expedientes, escrituras notariales, testamentos y otras fuentes documentales diseminadas en archivos públicos y privados aún por explorar. Eso ha significado que lo poco que conocemos acerca de nuestro origen sea algo muy puntual y mermado, cuando no, en ocasiones, con una lectura o interpretación errónea. Eso hace necesario estudios actuales con acertado criterio metodológico para poner en valor nuestra historia y analizarla convenientemente” (Eduardo Zalba González).

Se trata de un fragmento de la edición titulada La devoción al Santo Madero en el Puerto de la Cruz, editada por la concejalía de Fiestas y Patrimonio del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz que ejerce el entusiasta edil Alberto Castilla, original del citado historiador del arte, con ilustraciones de Jonás Emanuel, en la que es la primera entrega de una serie que llevará por título “Cuadernillos de patrimonio”.

(Muy oportunas la iniciativa y su aparición, para un mejor y más amplio conocimiento de los orígenes y la evolución histórica del municipio, a ver si se supera un déficit muy acusado, como se puso de manifiesto por parte de algunos sectores de población en la pasada conmemoración del Día del Libro y el homenaje tributado a la poetisa Fernanda Siliuto por los profesores y alumnos del IES María Pérez Trujillo, de La Vera).

Eduardo Zalba ha escrito un texto muy riguroso en el que, basándose sobre todo en las aportaciones de José Agustín Alvarez Rixo, el alcalde ilustrado, alude a las dos cruce más antiguas que se se conservan en la localidad, dos símbolos que atesora la parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia: la cruz procesional y la cruz del retablo mayor.

Señala Zalba que “en un inventario datado en 1664 –en el momento en que ejerció como mayordomo de la cofradía de Misericordia Andrés Oramas- se hace constar la existencia de una cruz de plata con peana y caja de madera… debe tratarse de la cruz procesional que ha llegado a nuestros días… Fue donada por Francisco de Casares y Bartolomé de León…”.

Más adelante, el historiador se refiere a la otra cruz de la iglesia parroquial que preside el segundo cuerpo en el retablo mayor. “La cruz –escribe Zalba- presenta un perfil de cinco lados, cantoneras, INRI y sudario, todo ello con el torno marmóreo del retablo y pan de oro”.

La conclusión del autor es que “ambas cruces, junto a las que fueron colocándose en la vía pública y e n muchos domicilios del lugar, justifican la importancia de este símbolo, así como la identidad que los portuenses han manifestado siempre por la devoción al Santo Madero, algo que también ocurre en algunos municipios próximos pero que aquí nadquiere una singularidad e identidad propias”.

Hoy, 3 de mayo, festividad local, los portuenses tienen una cita con sus tradiciones y su símbolo más apreciado…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL