lunes, 14 de enero de 2019

UN FOLCLORISTA OROTAVENSE EN NUEVA YORK



PEDRO MARTÍN LUIS, nació en la Villa de La Orotava el día uno de Agosto  de 1934 y falleció en la misma, el día 13 de enero de 2019, a los 84 años de edad.
Trabajó en la platanera y en todos los cultivos ordinarios de nuestro terruño.
Formó parte del histórico grupo folklórico de La Florida conocido por “JUAN ROSENDA”.
El popular y recordado folclorista orotavense; Higinio González García (fallecido en Inglaterra - Londres), que dirigía un grupo folclórico en la Villa de Arriba (calle de San Juan), entonces agente municipal. Profesión que compartía con la de zapatero en la calle García Beltrán.
Le propuso incorporarse en LOS COROS Y DANZAS DE LA SECCIÓN FEMENINA de La Villa de la Orotava para actuar con el grupo en la inauguración de la central técnica de la televisión Española en Canarias, ubicada en Izaña. Precisamente por el mes de Febrero del año 1964.
A partir de ahí se quedó con el grupo para asistir a la feria Mundial de Nueva York (Primavera del 1964).
Tenía entonces 29 años, se lo tuvo que pensar, puesto que tenía que dejar el trabajo por un tiempo, asunto que se lo reverenciaron como excedente.
Al regreso continuó con la misma vida laboral. Finalizándola como chofer del camión de la basura municipal.
Antes de zarpar para la ciudad neoyorquina, se preparó magistralmente y musicalmente con el musicólogo orotavense JUAN JOSÉ GONZÁLEZ VILLAR, del que aprendió muchísimo. Proponiéndole la afinación del grupo de cuerda por su ardor musical (oído absoluto), además de sus conocimientos del septagrama (Posiciones de los instrumentos de cuerdas).
Tanto fue así, que a su regreso de Nueva York se quedó un tiempo como profesor al frente de la academia musical de la Sección femenina de La Villa.
La marcha desde un pequeño pueblo como la Villa de La Orotava, hacía una ciudad como “NUEVA YORK”, le impresionó tanto, que cuando visitó la famosa ESTATUA DE LA LIBERTA en Manhattan (regalo del pueblo francés), se perdió por las grandes avenidas. Recuperando su residencia habitual, gracias a un conocido obispo que le dirigió a su destino.
No llegó a subir a la monumental estatua, puesto que las prisas para actuaciones,  le impidieron. Ya que estaban programadas desde las 12 a las 13 horas.
Descansaba un día a la semana, tenía mucha disciplina, no podían actuar por su cuenta, y ganaba 10 dólares semanales. Cobrando la liquidación total cuando regresó a Madrid en la oficina central.
Con sus ahorros se compró un solar en la Villa de la Orotava, en la zona conocida por la Cruz de La Cebolla.
Se fabricó su casa y contrajo matrimonio con la dama villera, compañera en su vida; MARINA PACHECO VALLADARES natural de Pino Alto.
Tuvieron tres hijos; Emiliano (actual músico, comercial  y técnico de instrumentos musicales), Marina y Tomás Martín Pacheco.
En Nueva York, le acompañaron 7 grupos españoles, todos de la sección femenina.
Le llamó la atención el grupo de SICHE DE BARCELONA, sus componentes eran mayores entonces, al mes se volvieron a España.
Las entonces jóvenes y guapas neoyorquinas, eran su admiración, pero le recomendaron mucha precaución debido a lo grande y la inseguridad de la ciudad y el estado norteamericano.
Para menguar, le dieron un carnet oficial de la feria mundial, una especie de pasaporte o identificación, que tenía la obligación de conservar.
A titulo anecdótico, recuerda que la más pequeña del grupo Gloria Núñez Hernández (Goyita), que viajó solo con 15 años y con el permiso de sus padres, al llegar a Nueva York, la policía la quiso detener por ser menor.
Tuvo que intervenir inmediatamente la Jefa de todos los grupos, señora MARUJA DE SAN PELAYO, la que declaró que la joven no iba a trabajar sino a actuar, quedando el pánico en la nada.
Apareció por la feria un crucero que había zarpado desde Tenerife, con algunos canarios, que le entregaron el programa de las Fiestas Mayores de ese año (1964) de La Villa de la Orotava.
Pedro: en la vida eterna, procura seguir con tu folclore, con laúd, tocando de maravilla en lo celestial, como tu bien lo hiciste entre nosotros.
Descansa en paz con la esperanza y la misericordia.
Un abrazo.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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