domingo, 11 de diciembre de 2022

LOA DE MI PRIMO QUIQUE A MI MADRE MARÍA SU TÍA.

El pasado 14 de noviembre del 2022, mi querida madre María del Carmen Abréu González excelente modista de caballero cumplía 114 años, por tal motivo mi primo Enrique José Abréu Rodríguez le dedicaba unas palabras tipo LOA, que expongo mi blog personal y altruista EFEMÉRIDES en su agradecimiento: “…Tal día como hoy 14 de noviembre de 1908 nacía María del Carmen Abreu González. Una mujer bella, alta y emblemática en el desarrollo emocional de nuestra familia.

La adornaban muchas virtudes y capacidades, entre ellas destacaban los grandes y eternos valores del ser humano: comprensión, amor, empatía y entendimiento del sufrimiento ante la adversidad.

Ella me moldeo desde mi infancia en la manera de ver las cosas. Con lo cual es una mujer que vive, dentro de mí y vivirá siempre.

Muchas Gracias por haber nacido…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

sábado, 10 de diciembre de 2022

MISCELÁNEAS HISTÓRICA Y ARTÍSTICA

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (10/12/2022) estas notas que tituló: “MISCELÁNEAS HISTÓRICA Y ARTÍSTICA”: “…El proyecto de la biblioteca temática ‘Sebastián Padrón Acosta’, iniciativa del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias y Mercurio Editorial, incluye desde anoche dos nuevos títulos, introducidos y editados por el profesor José Miguel Perera, a quien acompañó en la presentación y en la lectura de uno de los textos la directiva del Instituto, profesora Margarita Rodríguez Espinosa.

José Miguel Perera Santana (Arucas, Gran Canaria, 1978) es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Poeta, investigador, crítico literario y profesor de Enseñanza Secundaria de Lengua y Literatura. Es colaborador en diversos medios y revistas. Ha participado en varios proyectos educativos y es académico colaborador de la Academia Canaria de la Lengua.

Uno de los títulos, “Miscelánea histórica”, según explicó Perera, pone de relieve la importancia del trabajo de Padrón en el ámbito de la historia. Estamos, dijo, ante uno de los más brillantes de los estudiosos canarios del siglo XX. “No se entiende su obra completa, y especialmente la más conocida y consultada, sin sus incursiones elementales en la investigación histórica a través de las multiplicidad de fuentes”, añadió.

Habló de “una escritura vistosa y original” e incidió en un “acentuado lirismo” en varios de los escritos insertados en este tomo. Destacó que el historicismo del cura Padrón, “entronca directamente con una tendencia a la erudición, altamente valorada en la mayoría de sus comunicaciones”. Aludió a sus afanes por preservar el dato exacto “y el cuidado sutil por no tergiversar los historiado”.

Entre los textos insertos en esta miscelánea, cronológicamente secuenciados, figuran “El Puerto de la Cruz y los Iriarte”, relativo a la obra del mismo título del doctor Diego M. Guigou y Costa; y “Don Agustín de Bethencourt y Molina, elogiado por Menéndez y Pelayo”.

La gran mayoría de textos de Sebastián Padrón Acosta, en la que es considerada la segunda época de su obra, desde 1936 a 1953, fueron publicados en el desaparecido periódico tinerfeño La Tarde, cuya historia (de 55 años) ha sido dada a conocer recientemente en un volumen del que es autor el profesor de la Universidad de La Laguna, José Luis Zurita. Precisamente, el profesor Perera incidió en la importancia del papel de los medios de comunicación en la difusión de hechos y personajes históricos.

El otro tomo se titula “Miscelánea artística”. Tras la guerra civil española, adentrados ya los años cuarenta del siglo XX, Padrón Acosta activa su labor como fundamental crítico de arte de Canarias. En la cubierta del libro, se señala que “este ejercicio suyo va a extenderse por toda una década de intensidad escritural, casi hasta su temprana muerte a comienzos de los cincuenta, con una vehemencia y una constancia que harán que su empeño investigador, historiador y crítico se convierta en uno de los más palpitantes y sobresalientes dentro del ámbito de la historización y de la teoría del arte canarios”.

Para José Miguel Perera, Sebastián Padrón Acosta (1900-1953) siempre estuvo interesado, histórica, teóricamente y críticamente, por las artes plásticas. “La concepción estética del portuense –escribe-, desde muy joven, tuvo una serie de singularidades tocadas, en panorámica, por el movimiento modernista y regionalistas, favorecidamente insulares”.

Explicó que, en su interpretación artística, prepondera en la producción de Padrón “una inspiración vital y sagrada de la existencia, además del trabajo y la técnica perfeccionada a base de sucesivo esfuerzo, con un ademán voluntario de vocación y arrojo sinceros”. Fue testigo privilegiado de exposiciones y actos públicos y visitó a muchos artistas en sus propios espacios de trabajo.

En fin, que el proyecto de aglutinar la obra de Sebastián Padrón Acosta sigue creciendo con realidades bibliográficas como las que se han dado a conocer en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC). Unas misceláneas extraordinarias. Un éxito. Enhorabuena…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

martes, 6 de diciembre de 2022

DOMINGO EULOGIO


Domingo Eulogio Méndez García nació en la Villa de la Orotava en el año 1939 y falleció en el Puerto de la Cruz el día 4 de diciembre del año 2022 a los 83 años de edad.

Para poder hacerle un meritorio homenaje, me dirigí a casa de mi prima María del Carmen Ordoñez Álvarez, su cuñada en busca de una foto suya, solo me pudo conseguir la que expongo de pequeño y por los carnavales, puesto que el amigo Domingo Eulogio se negaba en ser fotografiado, tanto en grupos como en solitario, pero en el muro de facebook, del amigo y compañero de docencia Miguel Hernández González su amigo, aparece una fotografía en grupo más reciente, que expongo conjuntamente.

El menor de cuatro hermanos: Victoria, José Manuel, Lourdes y Domingo Eulogio.

Estudió en el colegio de San Isidro de la Villa con los salesianos y trabajó toda su vida hasta su jubilación correspondiente, en la Cooperativa Agrícola Norte de Tenerife (FAST).

Le conocí cuando venía a casa con su tía Eusebia (vivía con ellos), a  probarse los trajes que mi madre María del Carmen Abréu González (modista de caballero), le confeccionaba. Debido al intercambio que mamá tenía con su madre doña Concha García celebre modista de señora.

En su juventud, le dio clases particulares de inglés a mi hermana Carmilla y a Ana María Pérez en la casa de nuestras vecinas; Maruca y Aurora.

Pero donde establé una gran amistad fue cuando ocupaba el puesto de bibliotecario municipal de la biblioteca orotavense entonces en lo bajo del ayuntamiento.

Entidad cultural que frecuenté en busca de libros para el estudio del Preuniversitario y demás, gracias a su amabilidad pude trabajar con muchas obras que me exigían los catedráticos de  turno.

Domingo Eulogio fue para mí el mejor bibliotecario que he visto, con técnicas precisas de asesoramientos.

Me disgustó que dejase y como se produjo la biblioteca municipal, después de realizar un trabajo importante cualificado por la cultura,  por la libertad en el saber, y en todos los  conocimientos.

Fue junto al también amigo y profesor Justo Díaz Esposito, los promotores del Cine Club Orotava, donde  se pasaron importantes películas, muchas de ellas censuradas por los tiempos que nos tocó vivir.

Un hombre intelectual, muy buena persona, impresionante comunicador, que a lo largo de su vida convivió con todos los que defendíamos la libertad y el progreso.

Un abrazo amigo, hasta siempre.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


EL FRUTERO DE MI TÍA HIGINIA

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se tituló “EL FRUTERO DE MI TÍA HIGINIA”: “…Cuando yo era un adolescente, mi madre me daba para salir todos los domingos un real de vellón. Muchos jóvenes se preguntarán, qué moneda era esa, lo explico: era una moneda de veinticinco céntimos, ósea dos perras, y una perra chica, de las inolvidables pesetas (dos monedas de diez céntimos, y otra de cinco céntimos).

Después iba a casa de mi padrino Pablo (el molinero) que vivía pegado a mi casa, y me daba otro, y yo los ocultaba dentro del pañuelo, para que no sonaran. Después iba a casa de mi tía Higinia, en la calle de Meneses, le daba un beso, y ella me daba un bombón, que lo sacaba de una antigua alacena, de los que tenía reservados para su niña, mi hermana Nena.

Mi tía sabía a lo que yo iba, mientras tanto yo esperaba. Disimulaba mirando de un lado para otro, de pronto me fijé en un bonito frutero que estaba encima de la mesa del comedor, esperando para ver si me daba algo, y como tardaba se me ocurrió preguntarle por aquel frutero.

Me dijo que hacía años que lo había comprado en el bazar de Chanita Lima, en la calle del calvario, que estaba donde antes o después, estuvo correos, al que recuerdo pasar por la acera y ver por la ventana el bazar. La puerta estaba entornada, tenias que empujarla, para entrar; de dicha puerta colgaba una pequeña campanilla que anunciaba tu presencia. Después de explicármelo, sacó el monedero, y me dio otro real.

En aquel momento estaba yo más contento que unas pascuas. Tenía tres reales, o sea setenta y cinco céntimos (de las antiguas pesetas) ya tenía asegurada la entrada para el cine, las chucherías, y para llevarle un caramelo a mi madre.

Cuando llegue a mi casa, y le conté a mi madre lo del frutero me dijo que en aquel tiempo el bazar de Chanita Lima vendía loza muy fina, cristalerías, vajillas, juegos de té, y de café que decían que venía de China que la gente compraba para sus casas y para los regalos, y que desgraciadamente en la posguerra muchas las tuvieran que vender para comprar que comer.

Me contó que por la edad que yo tenía no lo comprendía, pero que fueron tiempos muy difíciles, de hambre y de estraperlo.

Aquí les muestro las monedas de un real y el frutero de mi tía Higinia…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

sábado, 3 de diciembre de 2022

MORÓN

La amiga TERE MORÓN, remite a través de su página del Facebook, esta inédita e interesante fotografía referente a su abuelo materno Juan Morón Delgado que futbolísticamente conocían por “MORÓN”.

Efectivamente es la gloria del balompié de la Villa de La Orotava, defendió la portería del Orotava CF. a lo largo de los años treinta del siglo XX, hasta el estallido de la guerra incivil, que me cuentan que fue destinado a África y posteriormente no se supo nada de él referente al futbol.

Jugó una etapa gloriosa en el estadio municipal de la Villa El Quiquirá, cuando el  Orotava CF. Vestía de negro absoluto, y reunía un excelente plantel compuesto en su totalidad de orotavenses; Francisco, Juan y Gustavo Dorta Hernández, Ignacio, Chano, Delgado, Sosa, Paco “El Raso”, Cleofás, Alfonso, etc….

A titulo anecdótico, Morón era de aquellos guardametas valientes y precisos, que volaba de un palo al  otro, se votaba a los pies de los temibles delanteros contrarios. En esta faceta tuvo una lesión, que lo tuvieron que llevar a la casa de Socorro, y una vez repuesto, con vendaje y demás, apareció en el Quiquirá para seguir defendiendo su portería.

Amiga Tere, te agradezco que publicase esta inédita e interesante fotografía de tu abuelo materno, porqué MORÓN fue y es la gloria del futbol orotavense y del Orotava CF., desde el año 1943, tras funcionarse con el CF Victoria y el CF. San Pablo se denomina UD. Orotava, que el próximo 23 de marzo del 2023 cumple 100 años de historia.

Gracias.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

MI PASO POR LA PEÑA DEL CASCO

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se tituló “MI PASO POR LA PEÑA DEL CASCO”: “…De jóvenes creo que por el año 1960 nos reuníamos varios amigos en la plaza de la Alameda (la Constitución) en el banco de piedras, en frente del kiosco. A veces jugábamos en el kiosco, al dominó, y escuchar los conciertos los jueves, y domingos a la banda de música. Ya lo he manifestado en otras ocasiones, en aquellos tiempos la banda en su repertorio nunca faltaba algún fragmento de zarzuela, y Melchor, Luis, Paco Quintero, Chicho, Agustín Machado, y otros que las conocían, las cantaban al compás de la banda, y fue así como yo al escucharlos me aficione, y empezó a gustarme.

Más tarde vino a La Orotava una compañía de Zarzuela, en aquel entonces al Cine Orotava poniendo en escena Doña Francisquita; fuimos y al día siguiente también al Teatro Topham del Puerto de La Cruz a ver Los Gavilanes. Recuerdo que fuimos al gallinero, yo ignoraba esa faceta de ellos, y como no, a echarnos las perras de vino y si el vino era cantor, terminábamos cantándola.

Ya en el año 1963 fue Agustín Machado quien dio la idea de hacer una Murga. Creo que oyó ensayar a una murga en Sta Cruz estando en el servicio militar, lo cierto es que lo logramos, y en 1964 salió por primera vez con la fantasía de los Cosacos. Los trajes los confeccionó Doña Lola González, tía de Agustín Machado, las polainas de cartón teñidas de negro, sombreros y escobitas que servían de instrumento. Se hicieron en el cuarto de ensayo en la casa Sindical cedido en aquel entonces yo por mi compromiso con la Orquesta, no pude salir el primer año, pero al tener a mi novia cerca, acudía a todos los ensayos. Era una novedad.

Fuimos la primera Murga del Norte. En aquel tiempo era muy difícil salir, teníamos que pagar para hacerle frente a los gastos; no recibíamos ninguna subvención vendíamos rifas, Lotería, y los cancioneros las letras de las canciones eran hechas por algunos de los componentes, y la colaboración de Manuel Mesa, Juan Báez, y mías, por las cuales fuimos en su día nombrados “Componentes de honor”, de lo que me siento muy orgulloso. Algunas enriquecidas con la música de los pasacalles de los cosacos de Katiusca y Amigos siempre amigos de los Gavilane, había que llevarlas a Información y Turismo para la censura y de ellas se encargaba el amigo Carlos Arguelles, a quién le debemos el nombre del Carnaval Villero, las traía casi todas censuradas; las cantábamos con mucho miedo, pero no las podíamos imprimir.

Según nos contó el director de la murga Agustín Machado estando actuando en la calle por fuera del antiguo Liceo, se acercó un guardia municipal preguntándole por el permiso por orden del alcalde, y sacándolo del bolsillo se lo mostró. Por aquel tiempo teníamos muchos temas que criticar, el puente y la fuente del Calvario estaban a medias , la poca luz y el asfalto, era un desastre. Que distinto a hoy que La Orotava esta muy bonita, pero siempre hay algo que criticar; por ejemplo seguimos sin tener donde hacer pipi.

Salíamos de La Piedad a ritmo de bombo y platillo hacia el Calvario para coger la guagua que nos esperaba para trasladarlos al Puerto de La Cruz, buscando algún dinero para ayuda de los gastos. Me encantaba la murga, pero solo pude salir en pocas ocasiones por mi compromiso con la Orquesta.

Salí de Madrileño, de Mary poppins, y aunque no saliera me hacía el disfraz, y al no poder salir se me ocurrió prestárselo a mi hermano, que era gran seguidor de la Peña para que saliera con ellos a vender los cancioneros; y cuál sería mi sorpresa: me llamaron diciéndome que la Peña no quería que mi hermano saliera con ellos, me sentó mal, y yo les dije que si mi hermano no cabía yo tampoco, y sin pelearme con ninguno, desde ese momento deje de ser componente el último año que salí según me decía Carlos Arguelles, que el Ayuntamiento le había dado 50.000pta para organizar el carnaval (que eran las fiestas de invierno), y lo bautizó como el “Carnaval Villero”.

Nos dio 5.000ptas a cada Murga por fuera de la ermita de La Piedad para un garrafón de vino, actuábamos junto con otras murgas en la plaza del Ayuntamiento, y terminando con una gran verbena con serpentinas y confetis en dicha plaza; la que estaba a rebosar. Nos ganamos muy bien el nombre del casco, porque tanto al salir de los ensayos, como en tantas ocasiones, nos tomábamos unos vasitos de vino.

Por aquel entonces teníamos muchas bodegas donde elegir: en casa de Anuncia, Braulio, Juan el cojo, Pedro el del poyo, Domingo el crusantero, Tomás el de la policía, Marcelino, y Onelia. Nunca pude saber quiénes eran los directivos, porque en realidad trabajaban todos, el director era Agustín Machado, y los demás fundadores éramos: Melchor Luis, Paco Quintero, Pepe Calzadilla, Julián Oliva, Felipe Hernández, Ruco, Manuel Estrada, Antonio Méndez, Abelardo, Goyo Oliva Chicho, Julián Escobar Manuel (ejemplar) Víctor Hdez Sálamo, Manuel Cabrera, Santiago Hdez, Antonio Trujillo, Jesús Martin, Santiago Toste, Reimundo Rodríguez, Leonardo Ruiz, Tomás Carrillo, Luis Escobar, Antoñito Rodríguez, Manuel Suárez y Jesús Rocío.

Después se incorporaron otros amigos: Agustín Glez y Carmelo Glez, Pepe Oliva, Jaime Machado, Eugenio Bolaños, Antonio P, Bernardo, Germán, y Falo. Al terminar los carnavales (fiestas de invierno) se hacía un almuerzo; uno de ellos fue a la casa de mi hermana Onelia que batimos el record, llegamos a las doce del medio día, y salimos a las doce de la noche. Ya más tarde lo hacían como premio a las señoras de los componentes invitando a los presidentes de otras murgas: presidente del Liceo, letristas y colaboradores en una bonita cena baile.

A veces en lo bajo de la Sindical en el Restaurante el Lagar, y otras en el Liceo Taoro, la Peña del Casco es mucho más de lo que yo reseño, en mi comentario. No hay que olvidar en todos los elencos que participaba: la vuelta ciclista al valle, la batalla de flores, destacando el homenaje a la vejez, en tantas ocasiones dándoles un paseo y terminando con un gran almuerzo; baile con espectáculos y regalos. Entre todas elegían a la reina. ¡Qué bonito era verlas con la ilusión que lo esperaban! No solo se celebraba en La Orotava, si no en varios pueblos de la isla invitando a los ancianos de Sta. Rita y los de La Cruz Blanca del Puerto.

Ya más tarde cambió a Fanfarria; a mí me encantaba, pero no puedo hablar de ella por no haber pertenecido. Todos los años los fundadores nos reunimos el lunes de carnaval en un almuerzo, para recordar aquellos viejos tiempos, y terminábamos cantando nuestro repertorio. De momento no hemos podido celebrarlo por esta pandemia, pero con la esperanza de que pronto volveremos a vernos.

En el vídeo aparecen las portadas de los cancioneros cedidas por el componente Manolo Cabrera, fallecido en estos días, y fotos de Arzola proporcionadas por gentileza de Fran García. Música de fondo: Arturo Castillo. Orquesta Orotava con la actuación estelar de Chago Melián…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

EL FASCINANTE VIAJE DE LAS PINCELADAS


 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (03/12/2022) estas notas que tituló; “EL FASCINANTE VIAJE DE LAS PINCELADAS”: “…Nos reencontramos en el Instituto con Pedro González, Peri, Pegonza, con su décima exposición de acuarelas, sustentadas por las que él llama “Pinceladas”, el origen de esta actividad pictórica que ha llenado una buena parte de una senectud –que no lo parece, ni por apariencia física ni por dedicación artística a tope- muy provechosa y fecunda.

Vuelve Peri a hacer un viaje por aquellos lugares que le inspiran, que le dicen algo y plasma con virtuosismo cromático desde la siempre sugerente y delicada técnica de la acuarela. Paisajes y motivos de París, de los bosques franceses que reflejan el apreciable bucolismo, de Austria, Italia, Sevilla, Barcelona y Cuba. Su recorrido es una invitación a contrastar la diversidad y la belleza. Como también a evocar y admirar el naturalismo más cercano de nuestras montañas y nuestro litoral, de nuestras poblaciones al límite, como Taganana.

Quienes hemos seguido desde cerca, periódicamente, su capacidad creativa, sabemos que quien se iniciaba en el género acuarelístico ha ido superándose con ánimo claro de perfeccionamiento. Hoy Pedro González es un artista consumado, capaz de las tonalidades más intensas o de las sutilezas más provectas.

Es un viaje fascinante, con un guiño al volcán palmero incluido, allí en Cumbre Vieja, después de atravesar un bosque de tajinastes, en otra isla, donde la naturaleza misma es un compromiso para el autor en el que, además, se siente cómodo, como cuando tiene que plasmar algún rincón urbano, pleno de vitalidad monumental y colorista, como es la plaza Concejil y la escalinata del paseo Las Damas.

En el Puerto que le hubiera gustado cantar a su amigo Luis Gálvez Monreal, se detiene en esa visión aérea que el inigualable César Manrique concibió de una parte de la costa de Martiánez, aunque tuviera que tragarse la “Coronela”, el último recurso para un baño en el mar aunque bajara la marea, que diría la copla popular. A Peri se le debe, desde luego, una revitalización artística de lo portuense, de sus rincones cercanos o cotidianos.

Ahí tenemos, por ejemplo, ese atardecer de Punta Brava que trata con esmero para que el oleaje suavice el adjetivo hasta hacer de la lámina de agua una suerte de alfombra, tentadora para ser pisada una y otra vez.

Pero el pintor salta también a otras latitudes. A la Venezia romántica y gondolera; a la Florencia, donde el arte se hace eterno y mágico; al París de atmósfera inigualable, entre versallesco y aglutinador de adjetivos que ansía las tardes de bohemia; a la Viena donde un sencillo pasaje urbano sugiere la dinámica de la ciudad que no descansa; al color especial de Sevilla, con su duende que nos remite de inmediato al olor a azahar; a la Barcelona nocturna del llamativo barrio gótico; y a La Habana, donde se sublima la decadencia y el atardecer es una transgresión de la monotonía cotidiana.

De vuelta a casa, hay que fijarse en el sombreado con el que Pedro González identifica a la Laguna, un alarde como los reflejos sobre el ciclista que prosigue su marcha, una asimilación de los mejores rasgos clasicistas en las inmediaciones del orotavense conjunto de  San Agustín y de lo que desprende ese jardín de amapolas a las que solo falta, si nos permiten la hipérbole, que huelan.

El acuarelista brilla en esta nueva entrega. Sus obras cautivan. No es de extrañar, por tanto, que reciba mensajes de admiración y que combine sus impresiones ya con dominio de sus colores y sus pinceles. Lo mejor es que sigue viviendo su quehacer artístico como quien emprende una ruta en la que va descubriendo matices y sugerencias hasta que se detiene en lo que ha de plasmar con finura o delicadeza pictórica.

“La acuarela es una danza impredecible”, escribió hace unos años la pintora chilena Cecilia Anich. Peri se suma al baile, cada vez con más destreza, porque en la agilidad y la espontaneidad, cualidades de esta modalidad pictórica, hay que desenvolverse con la soltura de la que hoy hace gala.

Nota del autor.- Texto leído anoche, en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias,  en la apertura de la exposición Pinceladas-X Exposición de acuarelas que permanecerá abierta, en horario de mañana y tarde, hasta el próximo 30 de diciembre…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL