sábado, 5 de noviembre de 2022

BULLYING

El amigo de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (05/11/2022) estas notas que tituló; “BULLYING”: “…Una película titulada “Cerdita”, recientemente estrenada en las salas de cine de toda España, me da pie para opinar sobre la palabra bullying, cuyo significado es la burla y el acoso constante y desmedido hacia otra persona amiga o conocida, por un defecto físico evidente, como puede ser exageradamente gorda o flaca, etc. Se han dado casos en que la persona acosada termina suicidándose. 

    Quiero contar pequeñas historias anecdóticas de personas de mí alrededor físico, familiar o coetáneo, que han sufrido bullying. 

    Un alumno quinceañero era muy flaco en el colegio de religiosos; pero lo peor del caso es que los mismos profesores, religiosos con sotana de la congregación que regentaba ese colegio, eran a veces los que ponían apodos a los alumnos que por su físico llamaban la atención. A uno en concreto, por muy delgado, lo apodaron “el esqueleto ambulante”; a otro de alta estatura, lo tildaron de  “el chimenea” y, además, con cierto morbo, en inglés, ‘the chimny’… 

   Fui testigo inevitable de la burla a que sometieron sus compañeros---sobre todo los más tendentes al gamberrismo--- a dos alumnos en mi colegio religioso. Ambos fueron objeto de burla a lo largo de los seis cursos de bachillerato, constantemente, cada día durante todos esos años, especialmente en el periodo lectivo de nueve meses. Uno de ellos se suicidó poco después, y del otro desconozco actualmente, pasadas varias decenas de años, qué habrá sido de él, si ha fallecido o aún sigue con vida. 

    Otro caso es el de un chico muy cercano a mi curso, que era demasiado delgado, hasta tal punto que estuvo siete años seguidos depresivo, y no se bañaba en la playa los veranos, después de que en su infancia y primera juventud, esa playa fue donde se pasaba los felices días del estío en vacaciones.   

    Ya jubilado, subió unos kilitos de peso y entonces siguió bañándose en el mar; los complejos se le fueron pasando, e incluso iba y venía en bañador desde su vivienda, distante del mar unos trescientos metros. Final feliz…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

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