domingo, 16 de febrero de 2025

LA SAGRADA UNIDAD DE ESPAÑA Y MI ABUELO PEDRO.. LA REBELIÓN DEL FARROBO (V)

El amigo de la Villa de La Orotava ISIDRO FUENTES MELIÁN “MÉDICO” remitió entonces (16/02/2025) estas notas y fotografía que tituló “ LA SAGRADA UNIDAD DE ESPAÑA Y MI ABUELO PEDRO.. LA REBELIÓN DEL FARROBO (V)”:  “…El fraile franciscano desde el púlpito de San Juan del Farrobo, ni corto ni perezoso, arremetió contra todo aquello que se le puso por delante. Más que un sermón religioso, según cuentan, tuvo carácter de mitin, de arenga para encender los ánimos. Criticó a la política y a los políticos, a los poderosos y a los ricos; al injusto reparto de las tierras y de las aguas, a los diezmos y otras obligaciones de los agricultores.  Hizo referencia a la crisis monárquica de los Borbones pero dijo que si volviera Fernando VII (en esos momentos secuestrado en Francia por Napoleón) sería la solución para los problemas socio-políticos y económicos del momento.

Habló mal de los franceses que abrían las puertas a Europa,   por donde entraban a educarnos con su porte de cultos y refinados modales de Versalles,  siendo en realidad portadores del libertinaje y esclavos de su ambición de poder material. Y echó  gasolina al fuego cuando reprochó a nuestros aristócratas de  estar más preocupados por los franceses que del hambre y la miseria de nuestros campesinos, tan desafortunados como débiles, que morían en la pobreza…..Para terminar, dejó caer, como quien no quiere la cosa,  que la urgente solución estaba en las manos del pueblo…

No se aplaudió por respeto al recinto sagrado, pero el murmullo fue abrumador y se extendió por la Villa y el Valle y llegó hasta el Puerto de Orotava  y al Realejo de Arriba, poblaciones con importante número de franceses, unos en las cárceles y otros residentes de pleno derecho. Por todas partes se veían grupos hablando de lo mismo, algunos de ellos con líderes en plan mitin, que según pasaban las horas iban perdiendo calidad oratoria sustituidos por quienes  ganaban en ignorancia y violencia.  Según las crónicas, todo iba quedando en manos de…. “gente ruin y sin escrúpulos” y aumentaban  las exageraciones, los bulos y la confusión con llamadas a una respuesta efectiva e inmediata, mientras que los “influyentes” del Farrobo y los pacíficos bien intencionados, impotentes, fueron marginados casi a empujones…..por la fuerza de la chusma.

La charlatanería y la sinrazón fueron tomando preocupantes visos de violencia y las autoridades, superadas por el barullo, pudieron convocar una junta general pública, una especie de  asamblea que frenara el rumbo de los acontecimientos. Tendría lugar a media tarde del martes en la Ermita de San Roque (foto).

Foto: Trasera de la iglesia de San Agustín en los límites de lo que fue el "Llano de Gracia" por donde estuvo ubicada la Ermita de San Roque.

Enfrente, el Teatro Teobaldo Power, ya menos conocido como el que fue famoso "Cine de Don Casiano"

En aquel martes se “juntaron el hambre con las ganas de comer”, pues fue el martes de Carnaval y cuando se necesitaba Valium y agua bendita  que calmasen los ánimos entraron en juego las “perras de vino” tan necesarias para atreverte a lo que no harías estando sereno…  El alcohol atizó el fuego , los discursos fueron abucheados por el tumulto, los bulos aumentaron en exageración y el que más ruido hacía, a grito pelado, repitió varias veces que algunos aristócratas, cual espías, pasaban información secreta a Napoleón a través de los franceses… Se respondió a tal mentira con “vivas” a Fernando VII, a España, a la cristiana religión verdadera y los “mueran” a los malos políticos,  a los “traidores” y a los franceses….casi como un eco de lo que pasaba en la península contra franceses y afrancesados.

   El alcalde, ninguneado, quedó apartado, como si se escondiera en un rincón, así como otros bienintencionados  promotores del acto de San Roque[U1] . Se buscaban culpables y se habló de un inocente y pacífico francés,  profesor de baile, que daba sus clases en “familias pudientes” de La Orotava y El Puerto… El grito estentóreo de “¡¡A por el bailarín!!”,  repetido una y otra vez, marcó el primer paso del camino a seguir.

La chusma, sin cuantificar, se dirigió al Puerto en busca del “bailarín” encabezada por el alcalde que se le veía débil, apocado y, lo que es peor en aquellas circunstancias, indeciso y sin autoridad. Por el camino fueron sumándose gentes de todos los barrios y ya en El Puerto, al incorporarse los portuenses, la masa humana infundía miedo….....si no pavor……

Fue localizado el profesor de danza. Se llamaba Pierre y lo llamaban Perico. Su aspecto, inocente, de no haber roto un plato en toda su vida, su mirada triste, con cierta angustia y su gesto de resignación lejos de toda resistencia ablandaron los corazones momento que aprovechó el alcalde, apoyado por gente sensata de la Villa de Arriba, para decir que lo justo y lo legal, evitando futuras responsabilidades, era concluir el interrogatorio a Perico por el órgano competente en el ayuntamiento de La Orotava.

La comitiva, con Perico y el alcalde arropados por los más fieles, tomó rumbo hacia La Villa aquella tarde de carnaval cuando aún no había comenzado  el anochecer. En la Orotava, Pierre, fue declarado “no culpable” y salvó su vida.  El Alcalde se apuntó el mejor tanto de su mandato. Y el francés, Pierre, con su semblante, ahora, radiante de felicidad, por el camino del Torreón, dirigió sus pasos  hacia El Durazno para llegar, ansioso, a su vivienda  del Puerto. Y sus piernas, acompasadas al ritmo  carnavalero  de las rondallas, que le sonaban a música celestial,  se movieron en el mejor y más feliz baile de su  profesión como Maestro de Danza.

Bressan y Broual no tuvieron la misma suerte.

(Continúa)

 

Isidro Fuentes Melián.- Médico. Febrero de 2025…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


 

sábado, 15 de febrero de 2025

EL CARNAVAL PORTUENSE DURANTE EL SIGLO XIX EN LA OBRA DE JOSÉ AGUSTÍN ÁLVAREZ RIXO





El amigo  de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna, remitió entonces (08/03/2019) estas notas que tituló; “EL CARNAVAL PORTUENSE DURANTE EL SIGLO XIX EN LA OBRA DE JOSÉ AGUSTÍN ÁLVAREZ RIXO”.

Publicado el día 9 de Marzo de 2019 en La Opinión de Tenerife: “…José Agustín Álvarez Rixo (1796-1883) es el autor de una amplia producción bibliográfica que nos sitúa a lo largo de diversas circunstancias durante los siglos XVIII-XIX. Nació en El Puerto de la Cruz, vivió unos años en Lanzarote y Madeira para asentarse en su ciudad natal de forma definitiva desde 1816. Anales del Puerto de la Cruz de La Orotava. 1701-1872, nos permite obtener un análisis ante múltiples detalles relacionados con el pasado portuense desde diferentes perspectivas. A partir de tal obra conocemos que durante uno de los días del Carnaval de 1810, sucedieron toda una serie de sucesos que condena sin paliativos. Se trataba de altercados por parte de la población del Puerto de la Cruz durante la noche contra algunos franceses residentes en la localidad. El primero de los asesinatos sería contra José Bressan, escribiente de la casa Cólogan. Por su parte, el segundo asesinato sería contra Luis Beltrán Broual, maestro de primeras letras, latín y música que vivió en una casa ubicada en la Plaza Parroquial, siendo asesinado a pesar de que éste, “puesto de rodillas imploraba misericordia”. Con los cadáveres, “cometieron mil vilezas, algunas tan indecentes que hay reparo en escribirlas, arrastrándolos, mutilándolos, colgando al uno de ellos boca abajo con parte de la ropa ya fuera, de los andamios de la popa de un barco, que estaba construyendo en la Plaza del Charco; y hubo mujer que hasta lo mordió, ¡como si fuese una acción heroica!…” Nicolás, apodado “el carnicero”, continuó capitaneando a una masa que cometió diversos actos en un núcleo que no había experimentado tales alborotos en su historia.

Cuatro años después apunta la celebración de la Piñata en la localidad, concretamente en la Plaza Parroquial. Tal acontecimiento ocasionaría un importante alboroto que luego se lograría mitigar.

En febrero de 1863, describe como el Carnaval se inició de forma poco animada en el pueblo. Sin embargo, conforme transcurrieron los días, el escenario fue diferente y el mismo alcalde, consciente de la necesidad de modificar esa situación, salió con una máscara a caballo, “guiando a unos 18 o 20 jinetes disfrazados ab libitum, corriendo por las calles”. El día 22 del mismo mes volvería a repetir la escena, “disponiendo que se tocasen tambores y se enmascarase la gente, cual si fuere otro domingo de carnestolendas”. Álvarez Rixo, consideraría que cada cual es libre de interpretar el modo en el que se debe invertir el dinero, pero que, en su opinión, debe ser destinado para otras cosas más “útiles y duraderas”.

En el año 1866, anota que el Carnaval se celebró bajo el contexto de un tiempo fresco, destacando la presencia de dos bailes en el casino, costeados por parte de la gente más acomodada, mientras que otro baile sería organizado en el ex convento de monjas a cargo de los artesanos.

No duda en afirmar como el año de 1869, en concreto el Lunes del Carnaval, un coche salió por las calles portando un retrato del Diputado a Cortes, Feliciano Pérez Zamora. Como curiosidad apunta que el miércoles de ceniza de ese año perdió por primera vez la seriedad propia del día, “yendo algunos individuos de huelga en un carro a enterrar la sardina, al uso de Madrid, precedidos de hachos de tea, dando alaridos, sin que nadie les chistase. Uno de los de tal diversión era el mismo sacristán de la parroquia y el organista, éste último también 1º. Regidor del Nuevo Ayuntamiento republicano”. Tan solo un año después, Álvarez Rixo recoge como el desarrollo del Carnaval se disfrutó en un contexto marcado por una gran fiesta, de tal forma que “algunas gentes de la Ranilla celebraron y holgaron con una segunda piñata”.

Son, en definitiva, toda una serie de acontecimientos que nos sitúan ante el desarrollo del Carnaval en la ciudad turística del Puerto de la Cruz a lo largo del siglo XIX según las crónicas de José Agustín Álvarez Rixo…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL 


 

viernes, 14 de febrero de 2025

EL CABRERO

Fotografía compartida del FACEBOOK.

 

El amigo del Puerto de la Cruz SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (14/02/2025) estas notas que tituló; “EL CABRERO”: “…Casi llena la exigua sala del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) el orotavense Manuel Ángel Pérez Lima, diplomado en Osteopatía y Naturopatía, conferenciante y ex árbitro de fútbol de primera división, en la presentación de su quinto libro ‘El cabrero’ (LeCanarien Ediciones), una novela corta sobre el costumbrismo y los valores de nuestros pueblos “antes de la llegada del móvil y la era digital”, según precisó, cuando la vida, por supuesto transcurría de otra manera, con otros usos y otras actividades, las gentes parecían más cercanas y predominaba un espíritu de ayuda mutua que, sobre decirlo, se ha ido evaporando.

Pérez Lima se esfuerza en repescarlo, como si el tiempo -este es el dilema al que se enfrenta- no hubiera transcurrido, porque tira de memoria, de las vivencias familiares y personales… sabiendo que aquella es limitada y que la realidad es otra, incluso desde esa perspectiva: ciertamente, priman el egoísmo y la indiferencia. Es una larga sombra de deshumanización que se proyecta sobre nuestra cercanía y sobre nuestro presente inmediato.

El autor resalta las cualidades de Gumanito, su hermano, fallecido recientemente, un joven aspirante a cabrero en la medianías del valle de La Orotava, que conocía palmo a palmo el barranco La Raya, del que supimos hace años, cuando el escritor Cayetano Barreto multiplicaba su denominación en deliciosas remembranzas y nos transmitía las impresiones de una vida a caballo (a pie, estaría mejor decir) entre la urbe y lo rural, entre laderas y pedregales, rompiendo lonas y zapatos hasta llegar a tiempo a la parada de guaguas más próxima. En torno a Gumanito y su filin (una versión castellanizada del vocablo inglés ‘feeling’ que, en su raíz etimológica, significa ‘sentimiento’), va tejiendo sus vivencias, de adolescencia y juventud, enhebradas de forma sencilla, con el lenguaje llano que expresa naturalidad y hasta la personalidad misma. Esas vivencias van cobrando cierta cotidianeidad, como los juegos y las costumbres que se recrean sucesivamente, hasta hacer de las páginas una lectura entrañable, la imagen de modestia y austeridad que Pérez Lima transmitió en el IEHC, incluso contestando a las preguntas de parte del auditorio. Acaso la cultura entre la que creció, el relato prolongado de quien acepta moderneces, ultramodernos dispositivos de comunicación cada vez más fáciles de manejar por la ‘grey’ infantil, pero se resiste a que la cultura y valores de entonces se pierdan o desaparezcan. Y todo, o casi todo, por no convivir en armonía con el medio.

“Cuando el ser humano actúa en solitario, pocas veces consigue lo que desea; pero cuando se une con otros por un bien común, es imparable”, dice Pérez Lima resumiendo su pensamiento, ya conocido en anteriores entregas, como ‘Pérdida de valores en la sociedad’, ‘Liderazgo’ o ‘Trabajo en equipo’.

Y ahora, lo desnuda en ‘El cabrero’…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL