El amigo de la villa de la Orotava JUAN MANUEL REYES
CORNEJO remitió entonces (02/11/2024) estas notas y fotografías que tituló; “DOÑA
EVARISTA”: “…Ya se volvieron a
encontrar, y seguro que el bueno de Ezequiel, le tiene reservado un puesto
privilegiado en la otra orilla, además de elegirle el día señalado de los
fieles difuntos, tiene manga con San Pedro, con todas las imágenes que
reprodujo de Cristo crucificado, una treintena y no quiero contar las de otros Cristo,
María o los Santos, repartidas por pequeñas capillas y comisiones, recuerdo que
Doña Evarista me contaba cómo empezó a interesarse por el joven escultor al ver
cómo en los escaparates de Isaac Valencia Padre, vio la imagen del Nazareno,
quien le iría a decir que terminaron estableciéndose en la Perdoma, él de la
Villa de Arriba y ella de la zona de la Charca de los Ascanios.
La Perdoma donde fue
a parar su primera escultura religiosa, después de pasar por San Antonio María
Claret, sacarían adelante sus 6 hijos, además de buena Madre en época de
escasez y Ezequiel embebido en su creación artística.
También fue Evarista
su gestora de la desordenada agenda de trabajos, muchas veces despachaba a los
comitentes desde la ventana, cuando Ezequiel intentaba llegar a la fecha
establecida con la finalización de una imagen, "el que arreglaba los
Santos de la Perdoma" ahora su extensa obra lo reivindica como el
"Escultor Imaginero por excelencia del siglo XX", detrás de un
personaje histórico de perfil, siempre suele existir una compañera que lo
ayudaba, en el anonimato, pero que también lo hizo grande, dos caracteres de
bonomia y que acogían en su hogar con una hospitalidad y sencillez que en este
siglo XXI no se suele prodigar.
Sus hijos son
reflejo de la simbiosis de ambos caracteres, dos de ellos continúan en la senda
artística, Jesús siguiendo a su padre como imaginero y dorador, y Ezequielito,
que triunfa como artista pictórico y alfombrista en Estados Unidos, paradojas
de la Vida, su madre aprovecho el intre para ausentarse cuando él estaba lejos,
siempre tan sencillos, a escasas ceremonias de bendición de sus imágenes solía
asistir, salvo que llegase a entregarla por premura de tiempo.
Buenas gentes
ejemplos que engrandecen ese populoso barrio de la Orotava…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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