sábado, 18 de febrero de 2017

LAS COMETAS Y EL FLUIDO ELÉCTRICO EN LA OROTAVA A FINALES DEL SIGLO XIX



Fotografía del Archivo Municipal de La Villa de La Orotava, de la calle de San Sebastián.

El archivo municipal de la Villa de La Orotava, de la calle de San Sebastián, publicó en su Blog, la circunstancia que tuvo la Villa al final del siglo XIX, referente a las cometas multicolores de los juegos infantiles, que dificultaban el suministro del nuevo entonces alumbrado eléctrico, puesto que se enrolaban en las instalaciones eléctrica a la intemperie que conducían el suministro: “…El 22 de abril de 1896 en La Orotava se firma un bando por el alcalde accidental Don Fernando Méndez y León que prohíbe se vuelen cometas por donde pasan los alambres del fluido eléctrico.
Hago saber: Que el Ilustre Ayuntamiento en sesión de primero de Mayo próximo pasado, acordó prohibir se vuelen cometas en ninguno de los sitios de esta jurisdicción por donde pasen los alambres que conducen el fluido eléctrico para el alumbrado de esta población.
Lo que se anuncia al público para conocimiento de este vecindario; debiendo advertir que los contraventores a dicha disposición serán castigados con la multa de una á veinticinco pesetas”.
Esta prohibición tiene su origen en la llegada de la luz eléctrica a La Orotava y en un escrito de la SEO (Sociedad Eléctrica Orotava) del 25 de abril de 1895 firmado por su presidente accidental D. Juan Cullen que pone en conocimiento de la Corporación el problema que ha ocasionado “descolgar trece cometas enganchadas en las líneas de suministro de corriente eléctrica para el alumbrado público y particular” añadiendo que “seguro que estos cuerpos extraños, en casos de lluvia formarían circuitos cortos que ocasionasen la fución de plomos y llevar a oscuras el total ó parte de la población” y solicitando se dicten “las órdenes oportunas a fin de cortar tamaño perjudicial abuso”.
Ante este problema, el alcalde D. Antonio María Casañas y González dicta una providencia que se comunica a la Sociedad Eléctrica Orotava (SEO) para que por los medios de que puedan valerse los inspectores de policía y los guardias municipales que están a sus órdenes, procuren que el juego de las cometas se haga fuera de los sitios donde pueda causar perjuicios a las líneas del alumbrado eléctrico. Este asunto, se lleva a la sesión del pleno del 1 de mayo de 1895 y se acuerda la publicación de un bando que prohíba volar cometas en ninguno de los sitios de la jurisdicción por donde fueren los alambres que conducen el fluido eléctrico para el alumbrado de esta población.
En definitiva, uno de los cambios que conllevó la llegada de la luz eléctrica a La Orotava a finales del siglo XIX.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

jueves, 16 de febrero de 2017

EL HOTEL MARQUESA, LOS CÓLOGAN Y NICOLÁS LEMUS




El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna remitió entonces estas notas que tituló “EL HOTEL MARQUESA, LOS CÓLOGAN Y NICOLÁS LEMUS”: “…La historia del turismo en nuestro archipiélago representa un tema de gran interés cuya atención ha merecido múltiples análisis. Se trata de un aspecto del que es amplio conocedor Nicolás González Lemus, profesor universitario, investigador y autor de numerosos libros y artículos bajo esa línea de investigación. Su nueva obra, bajo el título El hotel Marquesa, La Paz y los Cólogan en el turismo, publicada en LeCanarien ediciones, se estructura a lo largo de seis capítulos. En la introducción, González Lemus apunta toda una serie de detalles relacionados con las características y la situación geográfica de las Islas Canarias respecto al turismo, estableciendo una clasificación que inicia con la etapa de conquista y expansión atlántica; una segunda etapa caracterizada por el viaje expedicionario y aventurero; una tercera fase de turismo terapéutico y de élite y, por último, la consolidación del turismo contemporáneo, más conocido como turismo de Sol y Playa. A lo largo de la primera parte del libro, la familia Cólogan es descrita con gran detalle, siendo evidente su participación en diversas actividades económicas y políticas, tal y como ocurriera con Juan Cólogan Blanco (1710-1771). A partir de su biografía, González Lemus sitúa al lector ante dos de sus cinco hijos: Tomás y Bernardo Cólogan Valois; fundadores de la casa comercial Juan Cólogan e hijos. A lo largo del segundo capítulo, el autor efectúa una interesante relación respecto al significado de la casa comercial en el contexto del prototurismo. No duda en explicar el significado de Santa Cruz de Tenerife como punto de escala en el que obtener provisiones y es que, en aquellos momentos, la ciudad albergaba dos casas comerciales para los buques que fondeaban: Pasley & Little y Juan Cólogan & hijos. González Lemus, describe la atención que Bernardo Cólogan ofreció ante la visita a la isla de Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland. Se trata de un apunte que une al nombre de Tomás Fidel Cólogan Bobadilla, permitiendo ese hecho comprender las circunstancias que movieron a tal individuo para aproximarse al desarrollo del turismo, junto al significado de su matrimonio con Laura Cólogan Franchi y Heredia. Las características y beneficios del clima se unen a la importante labor desarrollada por Nicolás Benítez de Lugo en pro del turismo en el lugar en un contexto económico complejo para las Islas, marcando la fecha de 8 de abril de 1883 como el “pistoletazo de salida del turismo”. Un año en el que, asimismo, analiza la apertura de un hotel por parte de la familia Cólogan que sería conocido con posterioridad como hotel Marquesa, junto a otras iniciativas. Otro capítulo se encarga del nacimiento del turismo y el ambiente que ese hecho generó en la ciudad con la inauguración de diversos establecimientos y el papel desarrollado por Tomás Fidel Cólogan, incluyendo toda una serie de documentos ilustrativos de ese proceso. Capítulo aparte merece la atención del autor al hotel Marquesa, su etapa bajo la dirección de la Compañía Taoro, el periodo bajo Laura Cólogan Heredia y su posterior desarrollo y vicisitudes a través de otros arrendatarios. Indudablemente, la Primera Guerra Mundial tuvo sus efectos negativos en el desarrollo turístico portuense, apuntando González Lemus la presencia de unos años complejos para el establecimiento hotelero que continuó abierto. Continúa analizando con detalle el proceso de transformación urbana experimentado en la ciudad y la situación del hotel Marquesa en un contexto dominado por el turismo de Sol y Playa. Su investigación llega hasta la situación actual, definiendo al inmueble como el único “edificio hotelero del patrimonio histórico de la ciudad turística”. El último capítulo aborda el origen y desarrollo turístico en los terrenos de La Paz, con especial atención al hotel La Paz, el hotel Meliá Puerto de la Cruz y el hotel Semiramis. 
En definitiva, una lectura muy recomendable que aporta una visión de gran interés respecto al desarrollo de un sector clave de nuestra economía a través de un hotel con una gran trayectoria histórica…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL



viernes, 10 de febrero de 2017

EN LA ROMERÍA DEL AÑO 1952



El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava, JOSÉ POLEGRE ARBELO (PEPE) remitió entonces desde la Octava Isla (Venezuela), esta fotografía referente a la Romería de La Villa de La Orotava en honor de San Isidro y Santa María de La Cabeza del año 1952.
Izquierda a derecha: los hermanos; José Polegre Arbelo, María Argelia Polegre Arbelo (Ñaña) y su primo Eloy Jesús González, que al siguiente año se fue para Venezuela.
La toma que está realizada por un fotógrafo ambulante y festivo, corresponde a la calle El Calvario de la Villa de La Orotava, subiendo por delante donde estuvo el edificio del Instituto de Previsión (actual Seguridad Social – Centro Médico de Salud), viéndose a continuación las mansiones de; “Méndez y Jiménez”, y la que ubicaba entonces el Bar Almeida y la Barbería – Venta de don José Álvarez.
El vestuario es que utilizaba el pueblo llano (plebeyos), de cinta de colores y de fondo negro, aún no estaba extendido el actual traje de mago que conocemos por el de la Villa de La Orotava, que entonces utilizaban las clases de la sociedad alta (coburgos).

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL