sábado, 29 de febrero de 2020

EL MATACULEBRA, MANUEL J. LORENZO PERERA Y EL PUERTO DE LA CRUZ


El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna remitió entonces (29/02/2020) estas notas y fotografía que tituló “EL MATACULEBRA, MANUEL J. LORENZO PERERA Y EL PUERTO DE LA CRUZ”: “…Dentro del ciclo festivo del Carnaval, el ritual del Mataculebra constituye un acto esperado y seguido. Su origen se remonta a la isla de Cuba y su llegada hasta nuestro territorio nos aproxima ante una muestra más del contacto entre ambas orillas. Cada año, el punto inicial se marca en la Punta del Viento. Niños y niñas del municipio, alumnos y alumnas de diversos centros educativos del lugar, inician el acto con la misma forma y representación que, con posterioridad, interpretarán los adultos. Cantan al unísono, tocan el tambor y finalizan su escenificación con la petición de dinero en sus sombreros a los espectadores. Tras ellos y su despedida entre aplausos por parte de los asistentes inician el acto miembros del Grupo Folklórico de la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna. Al igual que los niños, con la cara, los brazos y las piernas cubiertas de color negro, bailan y cantan al ritmo de una música que se convierte fácilmente en pegadiza. En los cantos y la música participan tanto hombres como mujeres. El sonido del tambor marca la base de un ritmo y de una representación que tiene como escenario diversas calles portuenses. A su paso, con ritmo de desfile, los locales y los foráneos se agrupan para observar con sorpresa y cierta dosis de curiosidad la escenificación. Nadie queda indiferente.   
El origen de todo ello se remonta a Manuel Díaz El Catalina, cuyo espíritu inquieto aún permanece en la memoria de muchos. Tras su fallecimiento en 1948 y, con el pasar de los años, la actividad que tal hombre impulsó desde la isla de Cuba se perdió. La sensibilidad, el esfuerzo y la constancia del profesor Manuel J. Lorenzo Perera se lograría materializar en su recuperación en el municipio turístico, con la realización de entrevistas a los que le conocieron, tanto a través de familiares como vecinos. Gracias a la actividad desarrollada por numerosos portuenses (especialmente del núcleo de La Ranilla) que conservaron la letra original recitada por Manuel Díaz El Catalina, se logró retomar una propuesta que sigue vigente. Sobre su vida nos habló una de las personas asistentes al acto, Lola Acosta, quien aprendió la letra siendo muy joven de la voz del propio Manuel Díaz El Catalina. 
Un acto que, sin lugar a dudas, forma parte del Carnaval y cuya presencia debe seguir siendo parte de su identidad…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

LOS DÍAS BISIESTOS Y MIS RECUERDOS

Fotografía de la prensa tinerfeña referente al ambiente y crónica de la inolvidable tarde futbolera del 28 de Febrero del 1960, en el estadio municipal El Peñón del Puerto de la Cruz.

El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN, “ESPECTADOR”, remitió entonces (29/02/2020) estas notas que tituló; “LOS DÍAS BISIESTOS Y MIS RECUERDOS”: “…Hoy, sábado  29 de febrero de 2020, es día bisiesto de un año bisiesto. Los días bisiestos se repiten una vez cada cuatro años, para ajustar debidamente el horario y diario de nuestro planeta Tierra en su recorrido alrededor del Sol.
Recordemos un día bisiesto, el 29 de febrero  del año 1960, o sea, el día bisiesto de hace la friolera de sesenta años.
Si este 29 de febrero de 2020 cae en sábado de Piñata del Carnaval, el 29 de febrero del año 1960 cayó en lunes de Carnaval.
Los lunes de Carnaval suelen ser días de celebración de comidas de parrandas con cantares típicos, con instrumentos musicales y de percusión de los grupos de amigos en  nuestros pueblos canarios.
Pues bien: el día 29 de febrero de 1960, salí por la tarde con mi amigo JMLG (pondré solo las iniciales, para seguir la costumbre de enmascarar en estas fechas de carnestolendas).  Por la tarde de ese día, bajamos al Puerto JMLG y un servidor, y paseamos con chicas enmascaradas un buen rato por las avenidas de la zona de Martiánez. Una gozada inolvidable, de la cual no voy a contar los pormenores…
Y ya a  la anochecida, nos despedimos de las muchachas y regresamos a la Villa. Cogimos las guitarras y fuimos con un grupo de amigos, de perras de vino, tocando y cantando por la zona de la Villa Arriba y algunos de sus guachinches. Se nos hicieron, casi sin darnos cuenta, las tres y media de la madrugada.
Como dato adicional, he de decir que el día anterior, domingo de Carnaval, 28 de febrero de 1960, se había jugado un interesante partido de promoción a Primera Regional en el campo portuense de El Peñón, con el resultado de:
Puerto Cruz 2—Silense 0.
Un potentado de la diáspora canario- venezolana, don Juan Valiente,  había regresado y cedido un terreno de su propiedad desprendidamente, para hacer un gran campo de futbol, en la zona hacia la costa de su pueblo natal, Los Silos. Hace escasas fechas lo visité, sesenta años más tarde, y está en estado perfecto, con cancha de césped y gradas pintadas, limpio y adecentado como una patena.     
En conclusión, la vida es corta… Pero yo tengo la dicha de poder recordar un buen tramo de mi vida y sus circunstancias, algo parecido a lo que diría el intelectual Ortega y Gasset. Que fue un señor…. Y no dos: “los señores Ortega y Gasset”, que así fue como puso en un examen escrito, otro amigo mío de grato recuerdo, las iniciales de cuyo nombre de pila prefiero dejarlas…enmascaradas…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

viernes, 28 de febrero de 2020

CUANDO ESTUVO EN PELIGRO LA ESCUELA PÚBLICA DEL PUERTO


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (29/02/2020) estas notas que tituló; “CUANDO ESTUVO EN PELIGRO LA ESCUELA PÚBLICA DEL PUERTO”: “…En septiembre de 1821, el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz confeccionó y aprobó un censo electoral en el que quedaron registrados mil ciento trece vecinos.
Apenas un mes antes, el último día de julio, el consistorio hubo de hacer frente a un hecho que puso en evidencia los riesgos de quedarse sin escuela pública en el municipio.
Relata el cronista oficial Nicolás Pestana Sánchez que el comisionado del Crédito Público, Juan Pedro Nepomuceno, se presentó para hacerse cargo de los enseres del convento dominico que, por distintas causas, debería quedar cerrado. Si eso se consumaba, sería clausurada la escuela pública que estaba instalada en una de las estancias del mencionado convento, donde recibían instrucción y formación los adolescentes y jóvenes del pueblo.
El Ayuntamiento era consciente de que una materia de su incumbencia consistía en velar por el buen desarrollo de la enseñanza en la localidad, de modo que, a la vista del artículo 26 de la Real Orden de 25 de octubre de 1820, ofició al expresado comisionado haciéndole ver la preocupación y las razones de la limitación de recursos para poder atender las demandas educativas correspondientes.
La escuela estaba instalada en el refectorio (sala que se utilizaba como comedor común) del convento dominico. De ello tenía conocimiento la Diputación Provincial. El consistorio, con donaciones hechas por los vecinos, invirtió en el acondicionamiento de la estancia doscientos pesos de la época. Se trataba de convencer al comisionado para que dejase el citado espacio a disposición del Ayuntamiento que, en consecuencia, se hacía responsable para que los niños y jóvenes portuenses no se quedaran sin recibir las enseñanzas correspondientes.
El comisionado Nepomuceno accedió a la petición del Ayuntamiento. Con posterioridad, el consistorio acordó elevar escrito al Jefe Superior Político para que se señalase uno de los conventos que quedaban vacantes, “con el objeto de hacer en él -relata Pestana- la casa consistorial y demás piezas que eran necesarias para el servicio público y de las que totalmente carecía este pueblo”.
En la comunicación se hace constar que dada su localización, construcción interior y menor provecho que se podía obtener por parte del crédito público (equivalente, suponemos, a los intereses generales del municipio), el convento dominico era el más apropiado para el fin solicitado.
De esa forma, se salvaba la que debía ser mínima dotación para la instrucción pública. La normativa o la burocracia de la época exigían una reiteración de los acuerdos adoptados, por lo que el consistorio portuense se dirigió nuevamente al Jefe Superior Político para que determinase uno de los conventos suprimidos para el Establecimiento de casa consistorial, escuelas, cárceles, hospitales y demás centros de beneficencia pública, de manera que, dando cuenta a la Diputación Provincial, se señalase el convento dominico, por encontrarse en situación más apropiada para los referidos objetos sociales…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

TERRITORIO, LA CALLE


CONCHI GONZÁLEZ MARTÍN, me sorprende con esta fotografía, donde podemos  presenciar el típico “Salto de la soga”, que en el tiempo fue un juego de niñas.
Esta fantástica panorámica, me lleva a la memoria del pasado, en la calle principal del Barrio orotavense “Los Cuartos”, estas niñas, seguro que son de la familia González Martín y otras del Barrio, me llama la atención, el jugar sin calzados, y el vestuario dócil de aquellos años.

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (28/02/2020) estas notas que tituló; “TERRITORIO, LA CALLE”: “… ¿Fue Manuel Fraga Iribarne, a la sazón vicepresidente y ministro de la Gobernación de Arias Navarro, quien dijo, en cierto momento de la Transición política, “¡La calle es mía!”? Afirmativo. Evidentemente, no era suya pero costaba hacérselo entender, así como a algunos de sus herederos que parecieron interpretar al pie de la letra tal aserto. Pero tempus fugit, el tiempo vuela o se escapa, lema utilizado hasta no hace mucho tiempo para decorar relojes.
De modo que la calle era, en cierto modo, territorio de todos y ahora recordamos aquellos años en que jugábamos en ella, nos divertíamos en ella, convivíamos allí niños y adolescentes, en los años cincuenta y sesenta del pasado siglo. Algunas empedradas y quienes accedían a las ya pavimentadas, era como si tuvieran un artículo de lujo. Lógico: escaseaban o no había instalaciones deportivas, en tanto que algunas plazas públicas quedaban un tanto lejanas para acercarse, previo permiso de los padres, faltaría más. Don Manuel tuvo un sentido posesivo y autoritario; los niños de aquella época -de calzón corto ellos; blusas y faldas ellas, algún pantalón- lo que querían era jugar en la calzada, cuando el tráfico rodado era escaso y cuando los vecinos y viandantes se detenían para fijarse en las habilidades, en lo grande que está el hijo de... y en llamar la atención para poner fin a aquella estampa lúdica, tan sana, tan noble, tan de aprendizaje.
Claro que el territorio de la calle, tan accesible, tan libre, fue mermando. Ya había vehículos cuyos conductores encontraban su estacionamiento, nuevas construcciones que alteraban la fisonomía de la vía, alguna definitivamente ganada para la causa del tráfico o del comercio. Iba aumentando el fastidio a medida que se acortaba el espacio. Los niños de ambos sexos fueron perdiendo sus predios; la calle, con un nuevo trajín, dejó de ser suya.
Entonces, fueron desapareciendo juegos como el brilé o balón prisionero y también balón tiro, el tejo, variante de la rayuela: pintados sobre el suelo los espacios con una tiza hurtada en el colegio-, piola, montalachica, sintoquelis, virgo o el escondite, la soga. O el simple intercambio de cromos. Boliche, el trompo. Todo lo más, algún tímido ensayo de un intento colectivo o grupal. Hasta había zonas delimitadas, un reparto de la calle cuasi virgen para los chicos y las chicas que, al final, terminaban juntándose e intercambiando los elementos de lo lúdico. Algunos años después, Mike Kennedy y Los Bravos cantaron algo así como “Los chicos con las chicas/tienen que estar”. ¡Qué cosas!
Posiblemente, aparte del aprendizaje y la distracción, lo mejor de todo aquello era la relativa tranquilidad de los padres y abuelos que igual te mandaban a jugar a la calle que terminaban reclamando la presencia, desde el balcón o la ventana, para merendar o cenar o porque se está haciendo de noche. “Those were the days”, cantó la Mary Hopkin descubierta y producida por Paul McCartney: evocando aquel paisaje, aquel territorio de la calle, la traducción era bastante exacta: “Qué tiempo tan feliz”…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

jueves, 27 de febrero de 2020

LA OBRA EDUCATIVA DE D. GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ GALDÓS


El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna remitió entonces (27/02/2020) estas notas y fotografía que tituló “LA OBRA EDUCATIVA DE D. GUILLERMO CAMACHO Y PÉREZ GALDÓS”: “…Seguir la trayectoria biográfica de D. Guillermo Camacho y Pérez Galdós (1898-1995)  es aproximarnos ante el conocimiento de una realidad en la que, sin lugar a dudas, su faceta de trabajo por la educación ocupa un papel esencial. Sobre su llegada a tal ámbito llegaría a reflexionar A. de la Nuez Caballero en un artículo periodístico publicado en 1995, bajo el título “En la muerte de un personaje galdosiano”. Entre sus párrafos describe lo siguiente: Guillermo deseaba dedicarse al profesorado porque con su mutilación de capitán de Estado Mayor y los problemas económicos de la guerra no tenía para sostener a su familia. Le ofrecieron el `transformarlo´ en mutilado de guerra con lo que hubiese tenido garantizada la vida. Pero él con la sencilla dignidad que poseía, se negó rotundamente a ser objeto de una trampa incompatible con su ética. Muestra de esa nueva faceta en su vida sería el interesante trabajo dedicado al alumnado de 6º de bachillerato con el título “El imperio español en Canarias”, expuesto bajo  dedicatoria a los alumnos de Historia del Imperio Español en el Colegio San Ignacio de Loyola, ubicado en Gran Canaria. El texto, publicado en 1947, realiza a lo largo de 24 páginas un ameno recorrido que tiene como marco inicial la incorporación de Canarias a la corona de Castilla. De esa forma, establece algunos aspectos sobre la antigüedad y el origen de la población canaria, el contexto de las Islas Canarias en la antigüedad clásica, las navegaciones medievales, la conquista de las islas menores, la conquista de Gran Canaria, La Palma y Tenerife, el papel de la Iglesia, las instituciones de gobierno, las empresas militares, los aspectos asociados a la actividad económica, el arte y las letras. Unas notas que el profesor realiza, según sus propias palabras, para que los alumnos del sexto año de bachillerato puedan utilizarlas, cuando quieran completar algo de nuestra tierra la Historia del Imperio Español, y lleguen también a fijar mejor en la memoria ciertos acontecimientos de carácter general si los relacionan con los hechos locales de más relieve. 
Una propuesta que evidencia la implicación personal como profesor y el conocimiento que D. Guillermo demostraba respecto a nuestro pasado y, al mismo tiempo, constituye desde nuestra posición un sencillo homenaje ante la conmemoración de los veinticinco años de su fallecimiento…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

miércoles, 26 de febrero de 2020

LA MÁSCARA, EN PAZ DESCANSE


Fotografía de dos mascaras histórica de la Villa de La Orotava: Don Norberto Morales y Don Maximino Álvarez Arbelo.

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (26/02/2020) estas notas que tituló; “LA MÁSCARA, EN PAZ DESCANSE”: “…Como los carnavales de 2020 van a ser recordados como una crónica de sucesos, incluyamos en ella la práctica desaparición de la máscara, una figura fundamental en otras épocas pero que fue palideciendo hasta ver difuminados hasta perder sus valores. Que los tenía, vaya que sí.
Máscaras eran las que improvisaban un disfraz. O lo preparaban con todo lujo de detalles. Fundamental el antifaz, para ocultar la identidad. Y para hacer más notorio el falsete de voz.
Máscaras eran hombres que simulaban movimientos y contoneos, con instinto ligón o con ánimo de diversión, simplemente. Solteros y casados en busca de una aventura, en bailes apelotonados -los baños turcos, llegaron a bautizar los que se celebraban por todo lo alto en el antiguo cinema Olympia, del Puerto de la Cruz- o en cualquier local donde el desenfado se vestía de cualquier cosa y hablaba cualquier idioma. Máscaras eran también mujeres que salían solas o en parejas o en grupos, según conviniera, a tiro hecho -esto es, quedar ya con otros 'enmascarado'- o lanzadas a la aventura, al desenfreno, al roce -a los roces- de una noche, a la engañifa, al frenesí...
Máscaras eran jóvenes de ambos sexos que ocultaban bajo el antifaz y el disfraz los instintos y los afanes de libertad, el goce de los prohibidos.
Eran otros tiempos, desde luego. Pensar que los carnavales estuvieron proscritos... Ello contribuyó a que la máscara se expandiera o se multiplicara. Cuando las restricciones fueron disminuyendo -desde las regularizadas Fiestas de Invierno a la apertura natural porque esto es lo que quiere el pueblo- se interpretó que no tenía mucho sentido ocultar la identidad. Que lo que se quería, se podía hacer sin necesidad de antifaces y falsetes. Otras mentalidades. Otros modos de diversión. Otros desenfados. Otras osadías. Con el tiempo, se diluirían en el regocijo y en el bullicio popular.
Pero en 2020 se contrasta que cada vez hay menos máscaras. No se las ve. Y si alguna se atreve, no se detiene. Cierto que su desaparición no ha mermado el ambiente carnavalero y lúdico pues, por fortuna, la popularización ha tenido un efecto multiplicador considerable. Pero, con menor o mayor nostalgia, se echa en falta aquel ser carnavalero no identificado, mujer u hombre, que hacía malabares para ser y divertirse sin estar. Es como si definitivamente hubiera fenecido la máscara, elemento protagonista de la fiesta que desafía todos los imponderables con tal de dar rienda suelta a los instintos y los propósitos de diversión.
Y a quienes se resisten y aún pululan, mucho mérito que debe ser ponderado…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL


martes, 25 de febrero de 2020

EL TRÍO UCANCA, EL FESTIVAL DEL ATLÁNTICO Y UNA EFEMÉRIDE


La fotografía es de la revista Canarias Gráfica.

El amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por la Universidad de La Laguna remitió entonces (25/02/2020) estas notas y fotografía que tituló “EL TRÍO UCANCA, EL FESTIVAL DEL ATLÁNTICO Y UNA EFEMÉRIDE”: “…El Trío Ucanca cumple sesenta años. Durante décadas, su papel ha estado presente en nuestras vidas. Sus letras, sus canciones y su particular sello artístico con hermosos boleros y otros géneros musicales han superado y sobrepasado la senda de generaciones. Una muestra indudable de sus comienzos y de su calidad artística sería ya evidente en 1967. En ese año, acudieron como favoritos a la segunda edición del recordado Festival de la Canción del Atlántico. Un certamen que, por primera vez, tenía como marco de celebración el Parque San Francisco. Actuaron como presentadores los populares Federico Gallo e Isabel Bauzá, ante la presencia de un numeroso público que abarrotaba las gradas del recinto. De las dos primeras sesiones se seleccionaron diez canciones para ser interpretadas en la final del 17 de junio. Los temas fueron los siguientes: Noche de verano, interpretada por el trío Ucanca, (19 puntos); No serás feliz, interpretada por Silvano Velasco (18 puntos); Operación cariño, interpretada por Michel (17 puntos); Verán, también interpretada por Michel (17 puntos); Corazón con música, interpretada por Roberto Lana (15 puntos); Es una luz, interpretada por Ana Kiro (15 puntos); Hojas amarillas, interpretada por Rita Doris (14 puntos); Un sombrero de paja, interpretada por Víctor Manuel (14 puntos); Quiero volver allá, interpretada por Silvana Velasco (13 puntos) y Lo Negarás, interpretada por Franky (13 puntos). El ambiente era de gran expectación y el escenario sobre el que actuaron los diversos intérpretes mostraba un gran gusto en su diseño, con una esmerada selección de claveles y gladiolos.
El jurado no premió al Trío Ucanca. A juicio de comentaristas y expertos en la materia, el tema merecía un puesto de galardón, tal y como ya habían demostrado con su interpretación durante las dos primeras jornadas.
El pasado 14 de febrero, conscientes de la necesidad de hacer balance y reconocer la trayectoria de trabajo durante tantas décadas, el afamado trío musical ofreció un concierto/homenaje en el municipio de Candelaria, concretamente en la plaza del Centro Comercial Punta Larga, acompañados en el acto por el Quinteto Hamelin y el Trío Acaymo.
Un evento en el que se sucedieron los sentimientos, los recuerdos y las anécdotas. Unas vivencias en las que, sin lugar a dudas, el Puerto de la Cruz y su recordado festival nos aproximan al contexto inicial de su carrera.
Nuestra más sincera enhorabuena al Trío Ucanca por el reconocimiento a seis décadas como profesionales en el ámbito de la música…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

lunes, 24 de febrero de 2020

¿REBELIÓN FISCAL EN EL PUERTO?


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (23/02/2020) estas notas que tituló; “¿REBELIÓN FISCAL EN EL PUERTO?”: “…Una suerte de rebelión fiscal debió correr el Puerto de la Cruz en 1821.
Ocurrió que los tres encargados de la recaudación municipal, Domingo Fernández Quintero, José Martínez Oramas y Narciso Baeza Junior, manifestaron que no era posible cobrar ni un solo de los ochenta y un recibos que obraban en su poder. Resultó que todos los vecinos se negaron al pago, al manifestar unos que no disponían de recursos para satisfacer los tributos y otros que habían tenido conocimiento de que habían sido condonados a partir del año 1817 y posteriores.
El 7 de mayo de aquel año se reúne el Ayuntamiento para tomar una determinación. Según la normativa de entonces, estaba totalmente prohibido el uso de la violencia para el cobro de las contribuciones, por lo que el consistorio acordó suspender dicho cobro y dar cuenta a la Diputación Provincial…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

sábado, 22 de febrero de 2020

ANTO. EL CARTERO OROTAVENSE QUE QUIERE SUBIR AL TECHO DEL MUNDO




Información que me remitió (22/02/2020), el amigo de la calle El Calvario de la Villa de la Orotava; JOSÉ RODRÍGUEZ MAZA (LIBRERÍA EL VIAJANTE).
ANTONIO PÉREZ (ANTO), nacido en la Villa de La Orotava en el año 1970 se plantea para este año 2020 un extraordinario reto, ascender uno de los 14 ocho miles del planeta, el MANASLU  convirtiéndose, en caso de lograrlo, en el primer orotavense en conseguirlo y en uno de los tres o cuatro canarios.
Y empecé a subir mis primeros cuatro miles: el Gran Paradiso (4061), el Breithorn (4164), el Cástor (4228), Monte Rosa (4554), el Weissmies (4017), el Mont Blanc (4810)...
El siguiente paso fue la cordillera andina. En varios años me recorrí toda Sudamérica, desde Otavalo en Ecuador, hasta el Calafate en el sur de Argentina, y siempre buscando otras culturas, otras formas de ver el mundo y por supuesto nuevas montañas. Ascendí algunos cinco miles como el Licancabur (5920) en Bolivia, o el volcán Láscar (5592) en Chile. Y también algunos seis miles como el Huayna Potosí (por varias Vias), el Illimani (6438), el Nevado Sajama (6542), el Acamarachi (6046), el Sairecabur, o el Llullaillaco (6739).
Cuantos más países conozco y más culturas descubro más quiero viajar. Siento la necesidad de empaparme de otras razas y de otras etnias, y por ello tras recorrer las principales cimas de Europa y Sudamérica me adentré en el continente africano, recorriendo pueblos bereberes a través del Atlas, donde además subí al Toubkal (4167) y el M'goun (4071) en Marruecos, y también Etiopia, con el monte Ras Dejen (4553) como techo. Y por supuesto el gran Kilimanjaro (5895) en Tanzania.
Tras muchos años de montaña y muchos viajes, la llamada del Himalaya era cada vez más fuerte e insistente, y mi primer destino tras dejar África (solo de momento) fue lógicamente Nepal. Una vez descubierta esta cordillera será muy difícil quitársela de la cabeza. Aquí las dimensiones se me escapan. Todo es inmensamente grande: los valles, las lagunas, a las escarpadas, los cañones, los glaciares...
Por aquel entonces, los grandes colosos de este país me parecían lugares lejos de mi alcance, así que seguí a mi ritmo, haciendo algún trekking que otro por aquí y otros países de Asia, como en la Cachemira India o en Irán, a la vez que aprovechaba para conocer otras visiones del mundo, como  el budismo, el hinduismo o el zoroastrismo. Entre una cosa y otra seguí subiendo motañas: Stok Kangri (6154), en India, el Mera Peak (6476) o el Island Peak (6189) en Nepal.
El siguiente paso eran los siete miles. En 2018, hace año y medio, logré ascender el primero, que fue el pico Lenin en Kirguistán (7134). Allí el mal tiempo hizo que casi tuviéramos que desistir de ascenderlo, pero una pequeña mejoría nos animó a aventurarnos, y casi in extremis conseguir cumbre.
La última montaña que he subido, de momento, fue el MUZTAGH ATA, en China, hace apenas seis meses. Tan cerca ya y tan lejos a la vez de un ocho mil.
Puedo decir que lo subí relativamente bien dentro de un tremendo esfuerzo por supuesto. Esto hace que me plantee ya, por lo menos intentar uno de los grandes colosos. Y en ello estoy ahora, buscando posibles patrocinadores que me apoyen en esta nueva aventura, ya que el costo de estas montañas se sale y mucho de mis posibilidades económicas….

BRUNO JUAN ÁLVAEZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

PARA LOS POBRES, NI LA MISA DE ALBA


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (22/02/2020) estas notas que tituló; “PARA LOS POBRES, NI LA MISA DE ALBA”: “…En junio de 1821, teniendo en cuenta que unas tres mil quinientas personas, aproximadamente, oían misa en el Puerto de la Cruz, era indispensable oficiar siete para que todas pudiesen cumplir con el precepto. Surge entonces un problema al que las autoridades de la época buscaron solución a la que se refiere en sus apuntes el cronista oficial del municipio, Nicolás Pestana Sánchez.
Ocurría que los religiosos de la orden de San Francisco existentes en el municipio portuense tenían que trasladarse al convento de La Orotava, donde habían sido destinados. La carencia de sacerdotes para atender los servicios espirituales del pueblo era evidente, sobre todo si se marchaban antes de que llegasen tres nuevos dominicos, cuya llegada parece ser que había sido anunciada aunque se tenían noticias de que nunca vendrían.
Relata Pestana que la situación en que se encontraba el convento franciscano facilitaba “a la mayor parte de la población pobre” la posibilidad de oír la misa de alba que se oficiaba en dicho convento pues aquella “no podía presentarse de día por su miseria en el vestir y en el convento dominico no cabía ni la mitad de las personas que estaban obligadas a oír misa de alba, si faltase la iglesia de San Francisco”.
Tiene que intervenir el Ayuntamiento, claro. No se había consultado la conveniencia pública de procederse a la elección del convento que debía ser suprimido. La corporación, por acuerdo adoptado el 25 de junio de aquel año, se dirigió al Jefe Superior Político haciéndole ver la necesidad de que no se cerrase el convento franciscano. Se evitaba con ello el traslado de los tres sacerdotes que quedaban en el pueblo, hasta tanto no llegasen los de La Orotava de Santo Domingo, haciendo que se trasladasen éstos a vivir en el convento de San Francisco, “por razón de la comodidad pública, por su situación y por la capacidad de la iglesia, de la que carecía el dominico”.
Tres días después, siempre según la aportación de Pestana, el Ayuntamiento trató de suspender, por sí mismo, la salida de los tres religiosos franciscanos, a propuesta del síndico personero de segunda elección, “pero, atendiendo a la gravedad de este asunto, se acordó aplazar la resolución hasta el día 3 del próximo mes de julio, para elevar consulta”.
Entonces, una comisión del Ayuntamiento visitó al padre prior dominico, con el fin de recabar información sobre la fecha señalada por las autoridades para incorporarse al convento los religiosos que hubiesen sido destinados. Era el 9 de julio cuando debían reunirse los dos religiosos que se hallaban en el convento de Garachico. Pero la información no satisfizo del todo porque el prior ignoraba cuándo habrían de verificar lo mismo los de las otras islas al desconocer la fecha de la orden para que empezara contarse el plazo de treinta días que tenían señalado.
Llega el 3 de julio. Y como resultas de la contestación del Jefe Superior Político, el Ayuntamiento entendió que no debía oponerse a la salida de los religiosos franciscanos “para no desacatar los soberanos decretos”, de acuerdo con los apuntes del cronista.
Claro que el Ayuntamiento no podía permanecer indiferente ante la práctica supresión de la misa de alba en el convento franciscano, al que concurría la parte más pobre de la gente del pueblo que era ya la del barrio de La Ranilla. Por ello, dirigió una petición del Provisor del Obispado, rogándole atendiese a esta necesidad espiritual…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

CARNAVAL CHICHARRERO


El amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN, “ESPECTADOR”, remitió entonces (22/02/2020) estas notas y fotografía que tituló; “CARNAVAL CHICHARRERO”: “… Sin intención expresa, me puse a ver por la tele la inauguración en el recinto ferial, del  carnaval chicharrero, de Santa Cruz capital, el miércoles 19  por la noche. Observé exhausto, medio dormido, las mismas  connotaciones de cada año. Los mismos defectos de cada año, que se repiten como por arte de magia con máscara añadida.
Veamos:
1.- Mucho dinero gastado e impresionante exhibición de mucha gente, <pa un lado y pa otro>, en el amplio escenario del recinto ferial.
2.- La excesiva carga del vestido—mejor: vestimenta--- de la reina y candidatas, algunas con cinco metros de fondo y cuatro de ancho…
¡Toma ya!... ¡sufre, rica!
3.- Las dichosas murgas, también con excesivo dispendio oneroso para hacerse sus disfraces y trajes con mucha purpurina.
4.- Las letras de denuncia con que engalanan sus cantares; parece como si los componentes de las murgas se tomasen en serio y se piensan que son auténticos intelectuales, revisionistas críticos  de las costumbres morales y materiales de sus vecinos y de la Humanidad entera.
5.- Algunas señoras y señoritas dejan entrever, sus muslos y tetas de jamonas, cuando no su delgadez. En ambos casos, se nota la falta de una alimentación dietética, un régimen alimenticio adecuado tendente a evitar la diabetes, una enfermedad típica de Canarias. Esas barriguitas (no digo barrigas, para ser benévolo) y esos sus torpes movimientos son consecuencia de no asistir diariamente  a practicar un deporte en el gimnasio del barrio, que las haga más ágiles y atractivas.
6.-  Para remate y como acompañamiento a todo lo largo de las fechas de las carnestolendas, multitud de comparsas y agrupaciones exhiben una tan desagradable como ruidosa forma de dañarnos los oídos, a base de darle mandobles al tambor y la tambora estrepitosamente.
Por favor: ¡que Don Carnal venga y ponga un poco de orden!
Firmado CAPITÁN CORAJE

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

jueves, 20 de febrero de 2020

LILIA


El amigo de la Villa de la Orotava: TOMÁS FAUSTINO SAAVEDRA TOSTE, me remite la triste noticia del fallecimiento de su querida madre; LILIA TOSTE GONZÁLEZ.
Nació en la Villa de la Orotava en el año 1937, y falleció en la misma el 19 de Febrero del 2020, a los 83 años de edad.
Era hija del recordado taxista de la parada de abajo, conocida por la “Parada de los Ricos”, porque hacían sus servicios para la alta sociedad villera; Miguel Toste Bautista, que perteneció al “Tin El Llano”.
Contrajo matrimonio con el pintor de la construcción, Faustino Saavedra Mora. Tuvieron cuatros hijos: Jesús Miguel, Tomás Faustino, María Candelaria y María de los Ángeles Saavedra Toste.
La conocí muy poco, pero si la vi en la vida en varias ocasiones, puesto que su padre Miguel Toste era muy amigo de mi padre Juan Álvarez Díaz, ambos miembros del “Tin El Llano”, que se reunían los domingos para celebrar sus refrigerios en “Mestres Juan” de la Florida.
LILIA TOSTE GONZÁLEZ, fue una gran mujer, excelente esposa y magnifica madre y abuela.
Descansa en la vida externa con  su querido y recordado marido. Un paraíso rodeado de esperanza y misericordia.
Por aquí dejas unos hijos esplendidos amigos y unos maravillosos nietos.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

TRÍO UCANCA, SEIS DÉCADAS PARA EVOCAR


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (20/02/2020) estas notas que tituló; “TRÍO UCANCA, SEIS DÉCADAS PARA EVOCAR”: “…Se dice fácil: sesenta años de interpretación musical. Pues los ha cumplido el Trío Ucanca, a base de melodías, baladas y boleros, paseándose por los escenarios más singulares de las islas, granjeándose el aprecio de miles de seguidores que gozaron con su arte, ofrecido sin grandes alardes, pero que salieron del alma impregnado de ganas de agradar y de cumplir respetuosamente ante quienes demandaban sus canciones.
Sesenta años no es un aniversario cualquiera. Por eso se fueron a Candelaria, a la plaza centro comercial Punta Larga, donde recibieron un reconocimiento popular que rubricó la alcaldesa, María Concepción Brito Núñez, con la entrega de una original placa conmemorativa. Se notó el afecto en aquella atronadora ovación, como en cada una de las interpretaciones que evocaron la música de todos los tiempos, la de todas estas décadas.
Arrancó el Trío Ucanca en diciembre de 1959. Tiempo de serenatas y de rondas. Un grupo de amigos al que gustaba la música sudamericana. El bolero empezó a ser también un género indispensable. Las experiencias de sonido estaban aún en pañales, así que las voces y las guitarras predominaron. Los fundadores: Saturnino Rodríguez Cubas, “Chicho el Barriga”, primera voz y guitarra; Roberto González, “el Gemelo”, segunda voz y guitarra y Pedro Pérez, tercera y requinto. Cuando este se incorporó al servicio militar, Roberto Pillado “el Tabique”, ya fallecido, le sustituyó, de modo que no se rompió la continuidad del grupo.
Participó en un Festival de la Canción del Atlántico, en el Puerto de la Cruz, el segundo, en 1967, con un tema titulado “Noches de verano”, que obtuvo un resonante éxito. El hijo adoptivo de Candelaria y gran coleccionista, Manolo Ramos, ha logrado conservar imágenes y sonido a la que se puede acceder, por cierto, en youtube.com. Subió la cotización del Trío, al que reclamaron desde muy distintos puntos. Su nombre, junto el de la orquesta Nicanrandy, se ganó un lugar en la preferencia musical de los canarios de entonces.
Les presentamos en algunas ocasiones, en esas veladas al aire libre donde eran elegidas reinas locales y donde poetas y artistas locales mostraban su quehacer. Chicho, además, jugaba al fútbol, en el Toscal y en el Tenerife, por lo que el seguimiento se hizo en un doble ámbito, artístico y deportivo. Grabaron un disco con el sello 'Candilejas' y ganaron el primer premio del concurso nacional “Primer aplauso”, promovido por Televisión Española.
En la actualidad, la formación tinerfeña sigue encabezada por Chicho Rodríguez Cubas, ahora con primera y segunda voz y guitarra; Domingo Alberto en la primera voz y Ramón Díaz, en la tercera voz y requinto.
El periodista deportivo Gerásimo Quintero, enamorado también de la música melódica y del bolero, es un fiel seguidor del Trío Ucanca, seguro que uno de los más asiduos espectadores de sus interpretaciones. “La conjunción vocal es la mejor cualidad del grupo. Cada actuación es una oportunidad para admirarla”, dijo en ocasión del reconocimiento recibido en Candelaria.
Sesenta años de melodías y evocaciones. El Trío Ucanca ha dejado huella y forma parte con pleno derecho de nuestro acervo musical. Han cantado a los poetas Fernando Garcíarramos y a Pedro García Cabrera. Alfacón Producciones les ha inmortalizado en la red. Sesenta años de éxitos. ¡Enhorabuena!...”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL