domingo, 31 de julio de 2022

UN PERSONAJE DEL CENTENARIO DEL UD. OROTAVA




 

Don Leocadio Cuevas Felipe Pérez inolvidable y notable jurista de profesión, un personaje del centenario del UD. Orotava, puesto que fue su flamante presidente, el día grande de la inauguración del Estadio Municipal  “Los Cuartos” de la Villa de la Orotava, el 14 de octubre del año 1953.

Nació en los Llanos de Aridane (Isla de La Palma) el día 6 de agosto de 1912 y falleció en la Villa de La Orotava el 28 de  junio de 1964, a los 52 años de edad.

Hijo de Ezequiel Cuevas Pinto (Fiscal), de Santa Cruz de la Palma, y de Araceli Felipe Pérez de Los Llanos de Aridane.

En su vida residió en varios territorios por los destinos de su padre como Fiscal. Hasta estudiar el bachillerato y la carrera de derecho en Barcelona, último destino de su padre como fiscal.

La dama orotavense Rosario Suarez García en un viaje a Barcelona acompañada de parientes suyos. Conoció a don Leocadio, contrayendo matrimonio seis meses después en el año 1944. Ceremonia que se celebró en la casa familiar “VILLA REMEDIOS” (actualmente conocida  por el Parque cultural de doña Chana). Del matrimonio tuvieron dos hijas; Araceli y Rosario Cuevas Suarez.

Volviendo a Barcelona donde don Leocadio siguió ejerciendo de letrado y en el año l946 decidió venir a ejercitar a la Villa de La Orotava, donde montó su despacho de jurista, primero en la calle de don Nicandro González Borges – Verde, al  norte de la Plaza de Franchi Alfaro, y posterior en la Avenida de José Antonio (actual de Canarias).

El recordado MAGISTRADO-JUEZ don JOSÉ LUIS SÁNCHEZ PARODI, escribió en su libro una interesante narrativa que tituló: “LEOCADIO CUEVAS”: “…A través de la muerte y del negro silencio, en esta noche en que mi casa se llena de verano, me aparece su nombre, que muchas personas jamás habrán oído  -¡tan largo es ya el tiempo de definitiva ausencia!- pero sé también que otras muchas, al leerlo, sentirán, gozosas, renacer el pasado y retornaran, de repente, aquellos años, mientras la sangre correrá por sus venas con la misma ilusión y alegría que aquel entonces, tan cerca y tan lejano.

Abogado del Valle, popular y jaranero, penúltimo romántico de una época que poco a poco agonizaba, había nacido en la isla de la Palma, allá por donde llaman Mayantigo, de una familia de juristas, en la que su padre, fiscal, hubo de trasladarse a la Península, siguiendo los destinos de su carrera, hasta fijar su definitiva residencia en Barcelona.

Y fue en la ciudad Condal, donde Leocadio estrenó su juventud primera –porque, pronto, descubriría el secreto de ser eternamente joven- este palmero de fogosa fantasía, dueño y señor de la palabra, como suelen ser los hombres de su isla.

En los primeros años 30, yo lo entreveo, en bulliciosas mañanas por las Ramblas, sin acudir a las tediosas clases de Derecho, floristas y modistillas, y tardes-noches de Paralelos y bataclanes.

Un hormigueo interno le dominaba, un imposible estar quieto le movía, a este estudiante, impecable bailarín de claqué cuando Fred Astaire era ídolo de aquella juventud que lo impulsara a él a amar el baile, cuando años antes había descubierto la pasión por el tango, con su mundo de pebetas y malevos, de compadritos tristes y bandoneones y el eco de la voz única e irrepetible de Carlos Gardel, peinado con gomina y raya en medio. Viajes a Paris, por este tiempo, y a un Berlín, todavía sin nazis gobernando, en una decadente sociedad que la película “Cabaret” nos reflejara tan fielmente.

Mas llegó 1936 y la gran catástrofe también asolo a su familia, y en aquel verano de tanta sangre por los suelos, una pandilla de asesinos se llevó a su padre, cuyo cadáver apareció quemado. Y me contaba Leocadio como a él afiliado a la Falange, lo detuvieron. Y había oído narrar, sin acritud ni odios, como lo ingresaron en una “checa”, en aislada y solitaria celda, sin poder hablar con nadie.

¡Hacerle eso a él, conservador constante, amador del dialogo, apasionado comunicador de ideas y sentimientos que vertía a golpe de palabras y palabras!

Mire usted –me decía entre sonoras carcajadas- que para extremar la tortura de mi forzado silencio, yo tenía el primer día de mi reclusión un rayito de esperanza, y era que mi incomunicación se interrumpiera unos minutos, al menos dos veces en la jornada, cuando el carcelero me trajera el rancho, y fíjese mi tremenda sorpresa ya sé que no se lo va a creer, y que son exageraciones mías-, pero eran tan refinados y expertos en el suplicio, para desmoronar mi resistencia, escogieron a un sordomudo con el fin que repartiese la comida, con lo que hacía imposible compartir siquiera unos ¡buenos días! Compasivos y humanos. Y yo nunca pude saber –ni ahora mismo estoy seguro- si aquello fue verdad o era una deliciosa patraña de su imaginación palmera que de haberla conocido hubiera causado la admiración del propio Kafka, muerto muchos años antes.

Acabado la guerra, y pasados los años, casó Leocadio con tinerfeña, y se vino a vivir al Valle de la Orotava, donde reemprendió el ejercicio de su profesión de abogado, para lo que reunía unas inmejorables condiciones personales Sociables, con un gran don de gente, multiplicaba sus relaciones, sugestivo, de cuidadas y esmeradas maneras. Al principio, y como es natural, su despacho era pequeño, pero enseguida, su poderosa intuición, su profundo instinto, su viveza de ardilla, despertó un amor al Derecho que dormitaba en su fondo, cimentando una buena fama, que extendió por el valle y los restantes partidos judiciales de la isla. Tenía tiempo para todo.

Devoto apasionado de la noche, anfitrión de lujo en una hermosa finca de campo donde vivía, había instalado en ella un bar para sí y sus amigos, al que denominó -¡cómo no!-“Mayantigo”- Y había que verlo, acogedor y educado, atendiendo a todos, prologando las horas para la amistad y el desvelo con sus viejos recuerdos enhebrados en la nostalgia, adentrarse ya en el nuevo mundo que empezaba a germinar en aquel Puerto de la Cruz, chiquito y marinero, a punto de iniciar su ruta hacía la mesa del turismo europeo, en que a no tardar se iba a convertir- Parecía tras aquel querido mostrador del bar un viejo capitán, lobo de mar, de mil tormentas superadas, vaso de “Bacardi” en mano, forjando ilusiones que nunca vendrían, proyectando sueños, relatando aventuras difuminadas por el tiempo, bajo una cálida palabra, con acento isleño que nunca perdiera. Tenía seguridad que moriría joven –así mueren los Cuevas, me detallaba- y amaba tanto la vida que la gozaba día a día, generoso y pródigo de sus horas, sin impórtale nada los años que el futuro pudiera depararle.

No temía acortar su vida, si el precio que para ello hubiese de pagar era acomodarla a la quietud y la calma, a la paz y al sosiego, y ganar así unos años de viejo con achaques e inactivo, y sentirse llamar por voces infantiles, abuelito, cuya palabra no figuraba en su personal diccionario. No quiso ser un Fausto y pactar con el diablo, y Prefirió que las Parcas manejaran el hilo de su vida como ellas quisieran.

Aun le dio tiempo de ver un Puerto de la Cruz transformado y oir de nuevo aquellas palabras alemanas aprendidas en el Berlin de su juventud; y habló otra vez, chapurreando el lenguaje medio olvidado, con diccionario en el bolsillo y gestos y exclamaciones, con clientes teutones, pesados y de mollera dura.

Trabajador incansable, hubo de ir a Alemania ya sin nazis, potente y renacida, y en una comida su mano sufrió una interna y momentánea sacudida; y, calmosamente, pidió a su acompañante que nunca comentara aquel aviso. Regresó a la isla y continuó, imperturbable, su camino.

Una noche, en una cena de amigos, se le rompió por dentro su cuerpo, y su sangre, como una catarata desbordada, le abandonó, terrible y cruel, para siempre.

Han pasado  los años y lo sigo viendo, festivo y corpulento, con la cabeza grande a lo Danton, con su morena tez canaria, con sus ojos ligeramente saltones, plateado el cabello y el eco de su voz resuena, tenuemente en mi casa, sin  nadie y  solitaria. Y su sombra me trae aquellos años que como un tango que no olvido, ya nunca volverán.

Aquellos años, en que para mí y muchos de nosotros decir amigo, era decir, siempre: Leocadio…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL






 

EL CALDERO DE LAS NATILLAS

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se titula “EL CALDERO DE LAS NATILLAS”: “…En tiempos de mi adolescencia, las repartidoras de la leche, las llevaban a las casas, dándoles un gran movimiento a las calles. Recuerdo, entre las que yo conocí a Gloria, Tomasa, Otilia, Ifigenia, Lourdes, Lala y Domingo a las hermanas Carmen y Felicia, a Domingo el Benijero, que se daba un tonito con la lechera grande en la cabeza, y en la manos la medida. También de otra manera a Andrés el de Laura, con el furgón, en la Torrita a Don Pedro Díaz en la calle del Marqués, y a los Pascasios que venían de la Perdoma. Estos tres últimos vendían por aquí y la llevaban a Santa Cruz.

A mi casa la traía Eufemia, hija de José Barreto, un amigo de mi padre. Cuando secaban a las vacas, mi madre me mandaba a comprar a la gañanía en los trazos que estaba, donde más tarde fabricó Marcelino Correa, o la Candelaria del lomo a la casa de Doña María la Cruzantera. Muchas veces regresaba con la cacharra vacía, al decirme Doña María, que ya no le quedaba. La de cabra nos la traían de regalo algunos de los clientes del campo, o mi madre se la compraba a Adrián, el cabrero, que pasaba todos los días por mi casa con las cabras, y si no lo veía me mandaba otra vez con la cacharra al campo de la garrota, que era donde allí paraban por las mañanas.

Mi madre para hacer las natillas, prefería la leche de cabra, y si no la conseguía, las hacía con la de vaca. Usaba un sobre de tamatina del barco, como la llamaban en aquel tiempo, y con galletitas menudas que eran de la fábrica Saydo, que venían a granel ¡qué buenas le quedaban! había que vernos como nos peleábamos en casa después de hechas por las raspas del caldero.

Me gustaría saber: ¿en qué casa no pasó lo mismo? También hacía un arroz con leche riquísimo. Les puedo asegurar que si no tenía leche de cabra, no lo hacía. Se daba el caso que en aquel tiempo, se conseguía leche, pero el arroz era escaso, hoy aquellas repartidoras y aquellos ganaderos, desaparecieron, dando paso, a la leche en polvo, que empezó a venir. Recuerdo en latas de 25 kilos, y era racionada, confieso que a mi no me gustaba, lo mismo que con el dichoso queso, que nos daban en las raciones; no nos gustaba porque decíamos que daba olor a patas sudadas.

Con el tiempo, llegó la leche en polvo en paquetes de 1kilo, conocida por los Negritos de JSP, y más tarde, para mayor comodidad, líquida en tetrabrik de 1 litro, conocida como leche Millac también de JSP. Aunque no era leche, sino un derivado también desapareció; afortunadamente hoy estamos abastecidos, con otras marcas. También vienen hoy las natillas y el arroz con leche ya elaboradas, serán muy buenas,…, pero como las que hacía mi madre,…, ni hablar…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

sábado, 30 de julio de 2022

TEATRO EN EL PARQUE TAORO

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (30/07/2022) estas notas que tituló; “TEATRO EN EL PARQUE TAORO”: “…Siempre tuvo el Puerto de la Cruz una querencia por el teatro. Siempre será recordado el Topham, aquel espacio apto también para el cine, los bailes, galas lírico-musicales y hasta para riñas de gallos. Y también el Teatro Popular Español, aquellas representaciones ambulantes que podían seguirse en una carpa ambulante que instalaban en El Penitente y en la que fue posible ver a Mary Carrillo o Pablo Sanz. La respuesta del público era muy estimable. Los chicos de los años sesenta íbamos incluso a los ensayos, colándonos por los entresijos de la lona. Después, ya con más dificultades técnicas, hubo escarceos en el desaparecido parque San Francisco que a todos nos parecía grandioso y hubimos de conformarnos con monólogos o representaciones menores en recintos escolares y en escenarios donde  el fondo respondía a cualquier motivo, no necesariamente relacionado con la representación. El nombre de Jesús Hernández Martín, el Maestro, está directamente relacionado con la actividad teatral en la ciudad.

Ahora surge una iniciativa para abrir un nuevo espacio en la prolífica actividad cultural que durante el presente mandato ha situado al Puerto de la Cruz en una vanguardia muy estimable. El festival ‘Veranos del Taoro’ ha sido concebido para el desarrollo de propuestas escénicas que toman como escenarios espacios no convencionales de la ciudad. Va a tener como marco el entorno del Camino de La Sortija, en el corazón mismo del Parque Taoro del 4 al 6 de agosto próximos.

En su compromiso por marcar un punto de inflexión, el festival ‘Veranos del Taoro’ se integra así en la línea de trabajo desarrollada por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento en la que la ciudad aparece como un gran escenario, un espacio de encuentro fruto de un esfuerzo colaborativo entre lo público y lo privado. La propuesta, que recoge la tradición de citas como el ‘Regent’s Park Open Air Theatre de Londres’ o el ‘Shakespeare in the Park de Nueva York’, “no se podría hacer en otro sitio que no fuera el Taoro”, indicó el director de la convocatoria, Enrique Camacho, quien recalcó que “todo el montaje técnico del festival será poco invasivo” con el entorno y los espectáculos estarán “mimetizados” con los diferentes espacios escénicos que llevan nombres de flora autóctona del Parque Taoro: Laurel de Indias, Arboleda o Tabaiba.

Y no parece, desde la primera edición, que vaya a ser un festival cualquiera. En efecto, la celebración de ‘Veranos del Taoro’ ofrece la posibilidad de acercar a la ciudad primeras figuras nacionales y visibilizar propuestas locales de las artes en vivo, al mismo tiempo que enriquece su programación desarrollándola en espacios públicos como el Parque de la Sortija, un elemento escénico único. Nombres como María Galiana, Carlos Hipólito, Cristina Medina, Santiago Molero, Pablo Carbonell, Luis Pastor o Valeria Ros se unen en ‘Veranos del Taoro’ a piezas de danza interpretadas por Paloma Hurtado, Daniel Morales o Cía. La Reversa, junto a espectáculos para público familiar como el Premio Max 2019 al mejor espectáculo de calle Flotados o Planeta Alegría, de Clapso. El acceso a algunos de los eventos es libre mientras que para otros espectáculos es preciso adquirir la entrada en www.veranosdeltaoro.com.

 

Se nota que el actual alcalde portuense, Marco González Mesa, es un hombre del teatro. Seguro que habrá impulsado esta idea para fortalecer el ecosistema cultural y creativo del municipio, donde se consolida la conexión de las personas a través de la actividad creativa; donde el público no es un mero espectador sino partícipe y divulgador; y donde los artistas pueden desarrollar su trabajo de manera responsable, consciente y coherente con una ciudad rica en identidad y bienestar.

 

Con todo ello, ‘Veranos del Taoro’, una propuesta diseñada por ‘Encaro Factory’, con la colaboración del área de Cultura, prepara su primera edición que no solo busca hacer cercana e inclusiva la cultura sino también integrar al visitante, quien podrá encontrar en ella un atractivo más para disfrutar de la ciudad. El acceso al parque es gratuito, por lo que cualquier persona será bienvenida a formar parte de la comunidad festivalera incluso aunque decida acceder solo a la oferta gastronómica.

 

En fin, teatro de nuevo en el Puerto donde se pensaba que no podía hacerse: al aire libre, en entornos naturales. A ver si la iniciativa, por cierto, impulsa de paso la realización del proyecto del antiguo hotel y casino Taoro, allí, muy cerca, bloqueado…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

martes, 26 de julio de 2022

ARNOLDO ÉVORA, EL INCONFORMISTA


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (26/07/2022) estas notas que tituló; “ARNOLDO ÉVORA, EL INCONFORMISTA”: “…Era un artista envuelto en una personalidad controvertida, singularizada, a veces caprichosa pero siempre predispuesta para encontrar un toque de finura posibilista. Fue siempre así: un inconformista permanente, un intérprete de la realidad rebelde, nada convencional. Con mala suerte, con las mismas dificultades de aceptación de cualquier otro creador. Pero constante, inasequible a la adversidad, observador atento de cuanto gira a nuestro alrededor, inspirado muchas veces en los clásicos pero capaz de innovar y de plasmar su propio sello allí donde se lo propusiera.

Ha fallecido Arnoldo Évora, un profesional del turismo, durante muchos años conocedor por dentro de su gestión cotidiana, primero en ‘Viajes Ecuador’ y luego en el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) del Puerto de la Cruz, donde promocionó y participó activamente en varias campañas promocionales y en las convocatorias habituales de la entidad con las que daba vida a las relaciones con el Ayuntamiento.

"Personajes en una exposición" era el título de una de las últimas entregas del polifacético artista portuense Arnoldo Evora, abierta en el centro cultural "el Casco" de Adeje.

Entonces dijimos que aquella colección era atrevimiento y originalidad: Arnoldo en estado puro. Se lo escribe Eloy Cuadra Pedrini en el prólogo del catálogo: "...Tal vez quiera decirnos que el arte por el arte no existe, no puede éste ser autónomo, no puede vivir al margen de su mundo, y sobre todo, no puede permanecer ajeno a la crueldad y las injustas desigualdades que padecen muchos seres humanos".

Una obra suya, "Spectator", estuvo muchos años presidiendo el pequeño mirador de la Punta del Viento, en el Puerto de la Cruz. Era el lugar apropiado: una simbología de la contemplación de lo que en su día fue el núcleo del emporio turístico.

"Menina", otra escultura majestuosa, extraída del cuadro de Velázquez, pudo ser contemplada en el patio exterior del Castillo San Felipe y en el museo de arte contemporáneo de Garachico, localizado en el convento de Santo Domingo.

Le animamos en ambas realizaciones. Sabíamos lo importante que para él era dar a conocer su creación. Aunque se arruinara. Arnoldo Evora era así de desprendido: le pueden las artes, le pueden las ganas de hacer cosas y moldearlas a su aire, al aire de la provocación y de la imaginación efervescente.

Por eso concibió los seis personajes en una exposición lanzados en busca de la complicidad que el autor parecía reclamar para superar la indolencia ante lo que ocurre en el exterior. Atinada y poética descripción de Cuadra Pedrini: "...Entre luces y sombras, entre el todo y la nada, estatismo y movimiento brotan del bloque cúbico, cortado, estirado, sinuoso y alargado, geometrizando el trabajo escultórico de la figura humana como expresión de un sentir".

Luego está el canto de rotunda protesta de sus cuadros. Évora hizo una explícita condena de la guerra, de la pederastia, de la especulación urbanística, de la destrucción paisajística, del hambre y del llanto de mujeres y niños. Es un canto cruel del dolor y de la codicia humana que, en el caso determinado de la alusión a Euzkadi, generó alguna protesta teñida de radicalismo que, por fortuna, no pasó a mayores de anécdota.

En aquellos cuadros, Evora combina elementos y colores, inserta imágenes, cruza los impactos y provoca hasta no dejar indiferente a nadie.

El artista portuense volvía a hacer gala de su rebeldía y de su inconformismo, señales claras de una madurez artística ante la que cabe congratularse.

En cuanto a Spectator, admirable en la Punta del Viento, es una figura trabajada sobre hierro. “Si hay una escultura que se ha convertido en emblema del Puerto de la Cruz, esa es “Spectator”, opinó en su día el historiador del arte Eduardo Zalba. Aunque no fue concebida para este emplazamiento, este espectador -con su actitud sedente y pensativa- lo domina desde 1989 para que sea posible contemplar una de las mejores vistas con que cuenta el litoral portuense.

Évora deja una obra en su conjunto muy valiosa. Es seguro que muy dispersa y descatalogada. Lástima. La creatividad pictórica y escultórica del artista merece ser recordada. Arnoldo ha entrado en esa intrahistoria que siempre estará viva. Hasta siempre…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

lunes, 25 de julio de 2022

ANITA

La amiga del Puerto de la Cruz; Dori Hernández Perdomo me comunica la triste noticia del fallecimiento de su madre Anita, la del bazar “ANITA” en la calle Puerto Viejo del Puerto de la Cruz.

Ana Rosa Perdomo Brito que conocíamos por Anita, nació en la Villa de La  Orotava el 30 de junio del año 1932 y falleció en el Puerto de la Cruz el 25 de julio de 2022 a los 90 años de edad.

Hija del recordado celador guardia cabo municipal; Pedro Perdomo y Rosa Brito Díaz conocida por Mamaocha que tenía un puesto de venta en la esquina de las calles: León-Tostones y Tomás Pérez-Home. Tuvieron cuatros hijos; Ana Rosa, Pedro, Carmita y Paco Perdomo Brito.

Contrajo Matrimonio con el  portuense Fernando Hernández Pérez, en el templo Parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción de la Villa de la Orotava, siendo párroco y arcipreste don Juan Reyes y Reyes. De cuyo matrimonio tuvieron cuatros hijos: Dolo, Fernando, Ana y Doris.

Estudió en el Colegio de la Milagrosa de  las hermanas de  la Caridad de San Vicente Paul de la Villa de La Orotava.

Nunca hablé, ni la traté personalmente, solo sé de ella, que vivió en la calle Nicandro González Borges-Verde, donde coincidimos en mi infancia y primera juventud, así como sus hermanos: Pedro, Carmita muy amiga de mi hermana Carmilla (muchos años que no la veo) y Paquito con el que me unía y me une una gran amistad.

Anita descansa merecidamente en ese paraíso eterno, colmado de fe, esperanza y misericordia.

Un abrazo hasta siempre.


BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

sábado, 16 de julio de 2022

MIGUEL LÓPEZ CARBALLO, PREMIO MÁS QUE MERECIDO

Fotografía compartida con MOISÉS PÉREZ, del “Diario de Avisos” del día 30 de Agosto del 2011.

 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (16/07/2022) estas notas que tituló; “MIGUEL LÓPEZ CARBALLO, PREMIO MÁS QUE MERECIDO”: “…Acto sencillo y austero en el patio del antiguo convento de Santo Domingo, integrado ya en las casas consistoriales del Puerto de la Cruz, para reconocer el trabajo de Miguel López Carballo, presidente de la Agrupación Ranillera de Fiestas, uno de los escasos guardianes de las tradiciones marineras. El Ayuntamiento le concedió el premio honorífico de las Fiestas de Julio, instituido en el presente mandato. Acto sencillo y austero, como es el propio Miguel, miembro de una familia de pescadores que siempre respondió a las inquietudes que despertaba cualquier llamada de las gentes vinculadas a la Virgen del Carmen.

Allí estaban sus familiares y allegados, respaldándole. Y una vez más, López supo estar a la altura, desgranando brevemente los recuerdos y procurando destacar el sentimiento colectivo que anida en los portuenses cuando de su costumbrismo y de la Virgen se trata. El concejal de Fiestas, Alberto Castilla, primero; y el propio alcalde, Marco González, después, para completar las intervenciones que remarcaban la gratitud hacia una persona desprendida, un hijo de la mar, que diría Machado, que jamás se cansó de pedir ayuda (a ediles, emprendedores y párrocos incluidos) con tal de que las fiestas lucieran ese toque de tradición marítima que las distingue. 

Y apareció Esteban Aliaga Herrera para amenizar, con Marcos Luis López y Pablo Díaz Fariña, a la guitarra y al timple, la tarde impregnada de emotividad. Interpretaron canciones de José Peraza, muy bien arregladas por La Parranda Portuense, y hasta improvisaron folías e isas para acreditar el talento que atesoran las generaciones más jóvenes, identificadas con estos motivos festeros. Dedicaron, inicialmente, una composición cargada de nostalgia. Dice:

    "Puerto de ayer, / mi memoria te ha ido a buscar/ y y en fotos de Baeza y Fregel/ viaja el albor de la ciudad: Puerto de ayer/ de hoy y de siempre/ Puerto de la Cruz/ eres la casa donde viví/ un sitio para soñar. Y amar/.

    Puerto marinero/ tu manto de plataneras/ te lo besa el mar,/ donde el cielo azul/  se une en el infinito/ a las falúas que salen a pescar/.

    Puerto/ pueblo de gente sencilla/ que al que viene de otra orilla/ siempre supiste acoger./ Puerto, tu futuro y tu presente/ navegan con el ayer/.

    Es tu alma marina/ la que impregna cada esquina/ cada poro de mi piel/. Es mi plaza del Charco/ con caricia de ñamera/ es mi muelle/ que me vio amar y crecer/.

    Puerto/ que conoces mil andares/ que parrandeando en tus lugares/ siempre el día apareció/.

    Puerto/ tú que guardas en secreto/ muchas historias de amor"/.

    Con sencillez, ánimo y sentimiento, ingredientes indispensables en toda fiesta que se precie. Muy válido para poner punto final (esta tarde sale la procesión de la Virgen por un recorrido terrestre) a una programación lucida, tan llena de alicientes que estimularon la participación. Miguel López Carballo se llevó el afecto de los asistentes. Premio modesto pero más que merecido por su dedicación y entrega…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

jueves, 14 de julio de 2022

ÁNGEL ACOSTA MARTÍN, EL ARTISTA (POR SU NIETA)

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (02/07/2022) estas notas que tituló; “ÁNGEL ACOSTA MARTÍN, EL ARTISTA (POR SU NIETA)”: “…Ángel Jalo Acosta Martín no es solo la Virgen del Carmen del Puerto de la Cruz. Su nieta, María Acosta Curto, periodista, residente en Tortosa, descubrió ante los portuenses que casi llenaron anoche el salón de plenos del Ayuntamiento -el mismo sitio donde hace años fue distinguido con el título de Hijo Predilecto del municipio-, la enorme dimensión artística de una figura irrepetible que fue desgranando su producción en distintas facetas a lo largo de toda una vida.

María, en la segunda entrega del ciclo de historia local que promueve el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) en cada cita de las Fiestas de Julio, nos acercó, con abundancia de imágenes fotográficas y reproducciones, a un quehacer inagotable caracterizado en todo momento por la sutileza. Lo regó en la escultura, en la pintura y en la originalidad mobiliaria. La obra de Ángel Acosta Martín luce, primorosa, en Catalunya, Levante, Francia y algunos países iberoamericanos.

Su nieta, después de detallar algunos aspectos biográficos, describió la evolución de su obra. De los rasgos rectilíneos a las filigranas de varias tallas. El trabajo paciente y concienzudo. El artista, digamos que por antonomasia para los portuenses, en lo sacro y fuera de este ámbito, se esmeró en cada obra y en cada conjunto con la sensibilidad de la que solo gozan los elegidos.

De modo que no es solo la talla de la Virgen, su singular rostro femenino y su peculiar mirada al horizonte complementada por la figura de su niño acompañante, sino una variada producción que refleja el esmero del desempeño de Acosta, estudiado y diseccionado por una nieta, criada y curtida entre talleres, golpes de cincel y pinceladas, viendo y escuchando al abuelo, aprendiendo en cada gesto, asimilando cada rasgo y el trato delicado de la materia, con la peculiar visión del artista. 

Habrá que agradecerle todo eso que desconocíamos, el acercamiento a toda esa obra que nos permite hablar de que Ángel Jalo Acosta Martín es algo más que la inigualable Virgen de Carmen de su localidad natal. 

Jalo ya es, para los portuenses, el artista…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

miércoles, 13 de julio de 2022

VINO TINTO Y GOFIO

Fotografía compartida con CHAGO MELIÁN en su cuenta del facebook.

 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS. Remitió entonces (13/07/2022) estas notas que tituló; “VINO TINTO Y GOFIO”: “…Santiago Chago Melián rescató, en su pregón leído y cantado de las Fiestas de Julio del presente año, una composición que no es muy conocida pero que contiene indudables valores. Se trata del Canto (también era denominada Himno) al Puerto de la Cruz, música del compositor valenciano Enrique Ortí, el primero de una saga de músicos profesionales de distintas generaciones que ha dejado huella por el alto nivel de su desempeño; y letra del madrileño Luis Gálvez Monreal, profesor, escritor y poeta, casado con la portuense Luisa Acosta Miranda, hija de Andrés Acosta, y fallecido en Venezuela en enero de 1987.

Gálvez, autor de dos libros muy bien valorados, Dos mundos y un volcán y La ciudad tiene otra cara (este obtuvo el premio de  novela Pérez Armas en 1955), fue director en el país sudamericano de El Tiempo, La Voz Caribeña y El Barcelonés, además de fundar El Diario de Oriente. También dirigió en la venezolana Barcelona, el Liceo Cajigal.

La composición fue versionada, años después, por la coral Reyes Bartlett que la incluyó en su repertorio durante distintas etapas. Dice así:

 

 

        “Rincón de mis ensueños,

nidal de mis amores,

vergel del paraíso,

esencia de sus flores.

 

        “Recuerdos y añoranzas,

nostalgias y alegrías,

albores de esperanza,

ese es mi Puerto

mi patria amada.

 

        “Visten las olas

negros peñascos,

de blanca espuma

curvan las aguas

un horizonte

limpio de brumas.

 

        “El Teide eleva

en su misterio

que apunta al cielo

nieves y lavas,

lavas y flores,

flores y fuego.

 

       

“Palmeras que cimbrean

perfiles de araucarias,

rumor de plataneras

que trepan las montañas.

 

        “Estampa de otro tiempo

que el mar arrulla y baña,

colores derramados,

ese es mi Puerto

rincón de España.

 

        “Cantemos alegres,

cantemos al Puerto,

mitad campesino,

mitad marinero,

isas y folías

tiernos arrorrós,

vino tinto y gofio,

vino tinto y gofio,

que más quiero yo”.

 

Los versos son válidos, desde luego, para revivir las emociones de estas fechas portuenses…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

JUAN CARMELO

Otra noticia triste que me remite su ex; Lidia Electra Hernández González, el fallecimiento del amigo y compañero de pupitre en el Colegio de San Isidro Juan Carmelo Hernández González que lo conocíamos por Juan Carmelo el “Panadero”.

En la fotografía vemos al amigo Juan Carmelo Hernández González, con sus hijos Boris y Álex Hernández y Hernández.

Nació en la Villa de La Orotava el 11 de noviembre de 1949. Y falleció en la misma Villa el 12 de julio del 2022, a los 73 años de edad.

Hijo de Jovita González Suárez (panadera) y Jaime Hernández. Tenía tres nietos. Carla, Marcos y Néstor.

Estudió en el Colegio de San Isidro de la Villa de La Orotava, perteneció a la promoción bachillerato superior 1964 - 1965. Jugó al baloncesto en el Juvenil Águila del Valle.

Su vida laboral estuvo distribuida entre la Refinería de Tenerife, Banco Bilbao de La Villa de La Orotava y gestor administrativo de una empresa de  embutidos, también en la Villa, en el barrio de La Luz.

Fundador en el año 1964 de la agrupación folclórica Juvenil Teide, en la que formó parte del cuerpo de baile.

Era un excelente muchacho, un gran amigo, amigo de sus amigos, sobresaliente comunicador, y esplendido padre y abuelo.

Descansa en el  paraíso eterno, colmado de paz y misericordia, aquí dejas unos hijos y nietos maravillosos que te querian.

Un abrazo. Hasta siempre.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

sábado, 9 de julio de 2022

FERRÁNDIZ, EL GENIO

Fotografía compartida por “Pivot World 9”

 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS, remitió entonces (09/07/2022), estas notas que tituló; “FERRÁNDIZ, EL GENIO”: “…Fue en julio de 1977, poco después de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura de Franco y unos días antes de que se iniciaran las Fiestas de Julio. Fue en el hotel Semíramis del Puerto de la Cruz, dirigido entonces por Klaudius Heck que, además de excelente profesional del turismo, era un empedernido amante de la filatelia y la numismática y poseía unas colecciones extraordinarias. Su participación fue decisiva para que un matasellos inmortalizara la convocatoria y contribuyera a la difusión.

Allí, entonces, se celebró el primer Congreso Mundial de Entrenadores de Baloncesto. Duró cuatro días (del 7 al 11) y comenzó tal día como mañana hace ahora cuarenta y cinco años Lo organizó la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB) con la colaboración de la incipiente asociación mundial de técnicos (la WABC, World Association of Basketball Coaches), dependiente de la FIBA.

Allí conocimos a Pedro Ferrándiz, entrenador de la sección de baloncesto del Real Madrid. Julián García Candau, jefe de Deportes de El País, había publicado al respecto un artículo que anticipaba la importancia de aquela convocatoria. Este era su texto, bajo el título Un congreso importante:

 

“El próximo mes de julio, Tenerife será la sede del Congreso Mundial de Entrenadores de Baloncesto. De la mano de Pedro Ferrandiz y de la Asociación Española del gremio, llegarán a España los más importantes preparadores de la actualidad. Cabe la posibilidad incluso de que Madrid se convierta a partir de entonces en la sede mundial permanente. Sería una manera como otra cualquiera de centralizar, para en el deporte español, una serie de actividades aprovechables. La Asociación de Entrenadores de Baloncesto, además de servir para los fines técnicos habituales, se ha convertido en una institución social que probablemente tendrá imitadores en breve plazo de tiempo. Es hasta posible que se llegue a una unión universal de entrenadores españoles. El contacto entre los del baloncesto y el atletismo aunque informalmente, ya ha existido.

“El congreso de Tenerife tiene graves inconvenientes para que se desarrolle de un modo absolutamente satisfactorio. Como siempre, son las cuestiones económicas las que ponen trabas. La Federación Española de Baloncesto, tan generosa en determinados casos, como en el europeo de Barcelona o el preolímpico de Hamilton, dice que no tiene presupuesto para este caso concreto. En la DND la persona que prometió ayuda verbalmente cesó recientemente.

Si se piensa que el combate Velázquez-Muangsurin, en Segovia, ha tenido clara finalidad turística, nada de particular tendría que con Tenerife se hiciera algo similar. Por supuesto que la DND, también generosa en muchos casos, podría echar una mano a los profesionales del basket”.

En aquel congreso, Ferrándiz, ya con títulos deportivos en su haber, impartió doctrina. Los plumillas corrían tras él en el hotel para obtener unas declaraciones de quien sería también seleccionador nacional. Con el paso de los años, el laureado técnico se convirtió en una verdadero genio del baloncesto, un teórico distinguido “que se había cansado de ganar”, según dijo en cierta ocasión. Ingresó en el Hall of Fame (Salón de la fama) y fue Miembro y Collar del Comité Olímpìco Internacional (COI). La revista ‘Gigantes del basket’ le distinguió con el galardón de “Mejor entrenador de baloncesto español del siglo XX”. Su currículum, desde luego, impresiona. Una auténtica leyenda.

Aunque siempre será recordado por una treta sin igual que llegó a modificar las reglas del juego y de las competiciones. Fue el 18 de enero de 1962. En el Foro Ferrándiz-As, en 2003, describen aquel lance de forma ilustrativa:

"Lo teníamos previsto –explicó Ferrándiz- y habíamos estudiado la jugada antes del partido. Jugábamos en Varese en octavos de la Copa de Europa, era el partido de ida y quedaba la vuelta en Madrid. En el primer tiempo ganábamos 36-44, pero la cosa se puso fea. Hightower estaba lesionado y Emiliano en el banco. A falta de dos segundos metieron la canasta del empate a 80 y eliminaron por faltas a Morrison. Estábamos en inferioridad clara y la prórroga no nos convenía. Pedí tiempo muerto y saqué a Alocén".

Ahora habla Alocén: "Me dijo: 'Lorenzo, ya sabes lo que tienes que hacer'. Sacábamos de debajo de nuestra canasta y me la pasó Lluís. Emiliano estaba esperando para palmear si la fallaba, pero la metí limpia y fingí celebrarlo. La afición italiana empezó a gritar alborozada '¡Lorenzini, Lorenzini!".

Lluís remata la historia: "Nosotros le agarrramos como si se hubiera vuelto loco para que los árbitros no pitaran técnica y anularan la canasta. Pero un jugador del Varese, Toth, empezó a recriminarnos. El público se dio cuenta y empezó a tirarnos de todo". Pero la treta y la bronca valieron la pena: el Madrid ganó por dieciocho puntos en la vuelta y llegó a la final, que perdió ante el Dinamo Tbilisi. La FIBA prohibió la autocanasta bajo multa de 1.000 dólares y expulsión de dos años. Como tantas veces en una carrera que le vería ganar cuatro Copas de Europa, Ferrándiz había sido el más listo”.

Hasta siempre, genio. Los que nos quedamos, te seguiremos admirando…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

jueves, 7 de julio de 2022

FELIZ CUMPLEAÑOS NÉSTOR

En el muro del FACEBOOK del amigo de la Villa de La Orotava JESÚS ROCÍO RAMOS, aparece un magnífico y extraordinario trabajo suyo que comparto con su permiso, adaptado por ÁNGELA PÉREZ ROCÍO, que se titula “FELIZ CUMPLEAÑOS NÉSTOR”: “…Otro siete de julio, otro día de San Fermín, y como no, tú cumpleaños y tal como te prometí, voy a seguir recordando lo bien que lo pasábamos juntos.

Voy a empezar contándote que después de dos años de ausencia, por la dichosa pandemia, volvieron a celebrarse las fiestas. En verdad, que nos hacía falta para cambiar, el tan enrarecido ambiente. Yo no sé si volverá a suceder, ver nuestras fiestas de La Orotava y los carnavales en Santa Cruz, el mismo mes de junio y los mismos días. Si, no te extrañes, sucedió así al no poderse celebrar en sus fechas los trasladaron a junio, coincidiendo con nuestras fiestas (el turismo es un gran invento).

Aún así fueron las más fluidas de hace muchos tiempos. Recuerdo que tú tenías dos fechas para lucir el sombrerito y demostrándolos que estabas de fiesta era el lunes de carnaval y lo guardabas para el domingo de la romería. Este año no te hubiera dado tiempo para guardarlo. ¡Coño como gozabas!

Cambiando de tema, no te puedo explicar, la emoción que sentí al encontrar en mi baúl, la fotografía de tu boda, donde estamos todos los de casa juntos. Creo que es la única.

En ella se puede observar la mirada cariñosa de papá, a su primer nieto Angelito, el que hoy tiene más edad y más entero que la que tenía papa en aquel entonces. Seguí buscando y también me encontré con estas fotos, de los cuatro amigos inseparables, Juan Sosa, Torres Hilario Hernández, Pérez Lorenzo Pérez Bautista, y tú Luciano Néstor Rocío Ramos, una en el antiguo recodo, en la Torrita y otras en la playa de Martiánez, en una exhibición de bañadores. ¡Qué risas eran aquellos tiempos! y nos quejamos hoy.

Me voy a despedir contando lo que yo sé de tu viaje a Venezuela, a casa de nuestra hermana Nena,

la que hizo que ese viaje fuera para ti inolvidable. Así fue según me contaste, pero no me dijiste nada del susto que le hiciste pasar cuando fuiste de valiente en el metro, a ver a un amigo a Katia, al que según tú te esperaba en la estación. Fuiste muy temprano y eran las once de la noche y no sabían nada de ti. Estaban tan preocupados que iban a dar parte a la policía por si te hubiese pasado algo. Tu tan campante a las doce de la noche, llamaste como si nada, tal vez creías que estabas en La Villa abajo y también cuando fuiste a visitar a otro amigo del cuartel.

Esta vez fue Nena contigo, y cuando fueron a la casa les salió una señora. Te dijo que no se encontraba, pero que vendría en una hora. Ya pasado el tiempo volvieron, tocaste y te salió el y después de saludarlo le dijiste que ya habías estado antes y que la asistente te había dicho que venías en una hora. Él te digo que no era la criada, que era la señora. Tú te quedaste como si nada, pero a Nena le temblaban hasta las piernas.

Voy a terminar por hoy recordando lo que me dijiste al regreso con esa cara de niño bueno, que le habías preguntado a Nena cuando llegaste que si sabía hacer un potaje y te dijo: ¡pero muchacho que dices coño! Tengo que reconocer que me equivoqué, porque los hacía buenísimos. Lo mismo que el rancho y las papas rellenas, el pabellón y las arepas, y qué postres. ¡Qué coño, así vine con unos kilos de más! y muy agradecido por lo bien que se había portado conmigo.

Una vez más nos demostraste, tu nobleza, tu humildad, en no querer ofender ni hacer mal a nadie, por eso serás siempre querido y recordado por todos.

Tengo muchas más cosas que contar, pero los dejos para el próximo año si todavía estoy por aquí.

Viva San Fermín y feliz cumpleaños Néstor, un fuerte abrazo de tu hermano Jesús y familia, y como tu decías: “un respetito…” “sin comentarios”…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL