martes, 29 de octubre de 2019

CHICHA TE QUEREMOS….



Yo me visto de mago con alegría / y entono mis cantares como plegarias, / Porque de San Isidro La Romería / La fiesta más bonita que hay en Canarias.

La amiga desde la infancia en la Calle El Calvario de la Villa de La Orotava; CHICHA PÉREZ Y PÉREZ Romera Mayor de La Gran Romería de San Isidro de la Villa de La Orotava correspondiente al año 1970.
Nació en la Villa de La Orotava el día 29 de septiembre del año 1944, la cuarta de cuatro hermanos (Ana María, Ninina, Pepe y Chicha) del matrimonio orotavense; Pepe Pérez y Águeda Pérez.
Falleció en la misma villa el 29 de octubre del 2019. A los 75 años de edad.
La conozco desde mi infancia, nacimos en la misma acera y en la misma calle El Calvario, la calle de nuestra infancia. De los juegos infantiles.
A Chicha siempre le gustaban los espectáculos teatrales y de la magia infantil, tanto en mi casa como en la suya en vacaciones colegiales lo organizábamos, de autentica locura.
Estudió en el colegio de la Milagrosa de la Villa de La Orotava, hasta niveles llamado entonces de “Cultura General”, posteriormente trabajó en la venta de sus padres en la Calle El Calvario hasta el mes de Agosto del año 2010, en que por motivo de su jubilación cerró definitivamente en su totalidad el comercio.
En ese año sufrió un coágulo, que le apartó de su sonrisa vital y de su vida social. Pero pronto se recuperó y volvió a su quehacer cotidiano, que le caracterizó en toda su vida, como una mujer emprendedora, con un don servicial, alegre y abierto de cara a la sociedad.
Desde pequeños jugábamos a todos en la calle Calvario, nuestra calle, aunque ella es mayor, siempre me acuerdo de aquellos espectáculos teatrales que solía interpretar en nuestros hogares.
Perteneció a la Agrupación Juvenil Orotava que dirigía el amigo Paco Morales Rodríguez, en los carnavales, recuerdo verla al frente del grupo con su pandereta en señal de animación y alegría, también perteneció a la Agrupación del Liceo Taoro y fue Romera Mayor de la romería de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza en el año 1970.
CHICHA. Me he quedado frio de verdad, frio. La noticia me vino cuando nada me esperaba, de tu empeoramiento. No te preocupe amiga, arriba están tus padres, tu hermano Pepe. Muchos de tus amigos y comprometidos.
Tú sigues con la sonrisa de siempre, tal como lo hacía en aquel mostrador de oro de tu casa, sigue dándole a esa difícil pandereta folclórica que se movían en tus manos en los carnavales. No pierdas nunca tu sonrisa, ya que en ese paraíso eterno, se descansa en paz, con esperanza y misericordia.
Chicha te queremos, un abrazo, un beso y hasta siempre.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

lunes, 28 de octubre de 2019

JUDAS TADEO


Festividad el día 28 de octubre. Esta imagen de tipo estándar (siglo XX) fue donada al templo franciscano por la orotavense doña Francisca Sacramento, esposa de Pedro Cruz, conocido por don Pedro el de la Chatarra.
Se custodia en el actual templo de San Francisco de la Villa de La Orotava, reconversión y reconstrucción del histórico convento franciscano de San Lorenzo, incendiado en el año 1801.
Judas Tadeo fue, según diversos textos neo testamentarios, uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, que formaba parte del grupo de «los doce» apóstoles.
Tadeo significa “magnánimo”. No se sabe exactamente de dónde proviene el sobrenombre Tadeo y se considera que viene del arameo “taddà'”, que quiere decir “pecho” y por lo tanto significaría “magnánimo”. O tal vez surgió de la abreviación de un nombre griego como “Teodoro, Teódoto”.
Curiosamente lleva un hacha en su mano derecha, no sé el por qué.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL



sábado, 26 de octubre de 2019

PERSONAJE DE LEYENDA (O CASI)


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (26/10/2019) estas notas que tituló; “PERSONAJE DE LEYENDA (O CASI)”: “…"Adivina quién viene a cenar esta noche", era el título de aquella película dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Spencer Tracy, Katherine Hepburn y Sidney Poitier. Son otras circunstancias y es otro el escenario, naturalmente, pero nos tomamos la licencia para hablar de José Manuel García Peruyera, un asturiano nonagenario -aunque no lo parezca- acaso el último -o el penúltimo- superviviente de los campos de exterminio en la Segunda Guerra Mundial en Buchenwald, primero, y en Mauthausen, después, en Alemania y Austria. Español, seguro. Era uno de los protagonistas de anoche en Periplo. 
Azarosa es su vida desde que la salvó, con apenas ocho años de edad, porque su madre le envió a la farmacia a buscar un jarabe mientras ella y el resto de la familia penetraba en un refugio por donde minutos después se colaría un proyectil que acabó con su vida, la del resto de la familia y de tantas otras personas.
José Antonio experimentó el horror y la crueldad. Fue un niño de la guerra, aunque no le llevaran a Rusia, sino a Francia, todavía sin apagarse los cañones de la contienda española. Entre penurias y tribulaciones, respirando pólvora y miseria, sin rumbo ni horizonte, terminó en los campos de concentración, donde vería al mismísimo Heinrich Himmler, despiadado gerifalte del nazismo, y al tristemente célebre Josef Mengele, el "doctor muerte", los hombres que se ensañaban con los judíos y los menores mientras saqueaban todo el oro que detectaban o descubrían. Lleva tatuado uno de los célebres números con que distinguían a los cautivos.
Allí estaba el infierno. Hasta que ganaron los aliados y García Peruyera llegó a París, superviviente del Holocausto, para subir y trabajar en la Torre Eiffel, por recomendación de Picasso y donde conocería poco después a De Gaulle. Desde ahí continuó un auténtico periplo, en barcos donde hizo de cocinero, y cruzó el Atlántico y el Pacífico. Se casó por segunda vez en Costa Rica. Conoció al Ché y al comandante Fidel Castro. América rugía y siguió la "guerra fría" desde cierta distancia. El atrevimiento le había llevado hasta Pekín, donde fue huésped del mismísimo Mao Tse Dong. Pisó los cinco continentes y se dio cuenta de la facilidad que tenía para los idiomas.
Hasta que llegó a Las Palmas de Gran Canaria para residir definitivamente. El suyo, pues, no es un relato cualquiera. Es el de un aventurero -Periplo es un festival también dedicado a ese género literario- que vio estallar las bombas, huyó a toda prisa, se refugió donde pudo, vivió pesadillas -aún le acompañan, según confesaría-, se enfrentó a la reconstrucción de vidas, vivió junto a personajes históricos, encontró acomodo en una isla y disfruta contando hasta donde su memoria alcanza. Que no es poco, lo van a comprobar.
¿Ya adivinaron quién vino a cenar anoche? Es él: José Manuel García Peruyera, que se atrevió, entre otras cosas, hasta con canciones republicanas. Con razón, Pepe Naranjo había augurado que iba a ser la entrevista más difícil de su carrera…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

martes, 22 de octubre de 2019

JAZZ EN EL LICEO


El amigo de la infancia de La Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN, “ESPECTADOR”, remitió entonces (22/10/2019)” estas notas que tituló; “JAZZ EN EL LICEO: “…Dentro de todo un concierto excelente y extraordinario de jazz, lo que más  me gustó la noche del viernes 18 octubre, en el Liceo, La Orotava, fue la orquesta del saxofonista de fama mundial, Carlos Miyares, con su quinteto, acompañando la canción maravillosa LA CHICA DE IPANEMA, cantada por su hermana de color, con el ritmo adecuado.  Una canción inolvidable que hizo mella profunda desde los tiempos de mi primera juventud (ahora estoy en mi segunda juventud...).
Gracias, Toño Mesa y demás compañeros gestores del Liceo, por traer estas orquestas y atraer tanto público (incluidos gran cantidad de foráneos de la zona metropolitana tinerfeña)  en el patio grande del recinto liceístico.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

ARCHIPIÉLAGO NÓMADA, DE GONZÁLEZ RUANO


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (22/10/2019) estas notas que tituló “ARCHIPIÉLAGO NÓMADA, DE GONZÁLEZ RUANO”: “…Un viaje geopoético, se define El archipiélago nómada (Azulia 2018), original de José Luis González Ruano (Gran Canaria, 1957), a quien tuvimos oportunidad de entrevistar ayer noche en la jornada inaugural de Periplo, el festival internacional de Literatura de viajes y aventuras.
El subtitulo nos acerca a los contenidos y al mensaje de la obra: Un viaje libre y salvaje por las islas Canarias. Claro que González Ruano es un viajero literario que exprime cada desplazamiento para obtener zumo de las peculiaridades isleñas. Por eso interpreta la isla como un símbolo vital y un espacio narrativo propio. Por eso hace un periplo atrayente, penetrante, que plasma en páginas desbordantes de interés. No conocemos antecedentes de una descripción insular tan desmenuzada desde una óptica naturalista. Ayuda su condición de reconocido activista en defensa de la naturaleza pero enhebra una escritura tan sugerente, tan original, tan entretenida, tan pletórica de matices y metáforas, que las páginas van pasando a ritmo de inusitado interés.
El estilo literario de González Ruano prende y cautiva pues. "Enigma y destino. Conocimiento". Van sucediéndose las definiciones, algunas de ellas oración final adjetivada que cierra un párrafo. Por lo tanto, este no es un relato más: "Ninguna isla -escribe- parece estar lejos de nuestra mente". Es un canto reivindicativo: "El mucho andar y mucho leer me ha enseñado que la posesión privada no opera a favor de la preservación de la naturaleza salvaje", revela el escritor, que arranca en los territorios más próximos al continente africano, al norte de Lanzarote,  y hasta amplía su horizonte hasta las islas Salvajes, "cimas emergidas en la misma placa africana". Refuerza con ello su tesis de que la insularidad es una práctica salvaje, un sentimiento compartido, porque desde las islas el horizonte es una llamada. Esta afirmación, "el límite del mundo para el isleño está al final de un relato que se cuenta a los hijos para que no se pierda en la inmensidad del océano y del tiempo", pone de relieve el propósito del escritor, dominada su conciencia "como un poema océanico, a la deriva".
Y así se va abriendo paso el poder del lenguaje en el mapa de la naturaleza. Escribe Eduardo García Rojas que José Luis González Ruano se siente Ulises. Entonces le vemos lanzarse hacia mundos por descubrir, en una aventura literaria merecedora de atención. Huye de tópicos y hasta de sentimientos que pudieran ser comunes, le concede una chance a algún hecho histórico y describe, con meticulosa y fascinante prosa y empleo de de rica lexicografía, la geografía por la que, cuaderno en mano, se desliza con grácil y contundente estilo. "La certeza de una búsqueda también hace viajar", otra de las frases que suelta para invitarnos, escuetamente, a seguir leyendo. 
Eduardo cree que para describir Canarias de la forma que lo ha hecho González Ruano, desde Alegranza hasta Orchilla, cuenta con unas pocas herramientas, "las suficientes para contagiar al lector de sus sensaciones "y de cómo alcanza a ver ese archipiélago original que lo transforma como hombre y viajero. Una mirada feliz -adivina García Rojas-  pero teñida también de melancolía sobre una(s) isla(s) salvajes que se resisten a desaparecer aunque apenas tengamos memoria de ellas.
Por eso, por la entrevista y por la interactividad con el público asistente, vivimos una interesante experiencia de activismo literario. El viaje geopoético que es el libro tuvo un excelente añadido…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

lunes, 21 de octubre de 2019

SANTIAGO



Cuando me disponía a apagar el ordenador, leo una nota del amigo Felipe Hernández Ruiz, en la que comunica el adió definitivo a la eternidad del amigo SANTIAGO LECHADO.
Un gran hombre con un corazón inmenso, en donde cabían todos los amigos de su grupo, de perras de vinos: Pepe Herrera, Jesús Hernández Acosta, Peña, Antonio Jesús García Ruiz, los hermanos: Isidro y Evaristo Fuentes Melián.
Nació en el Puerto de la Cruz, pero vivió casi toda su vida en la Orotava. Primero en la casa cuartel de la Guardia Civil, su padre era miembro activo de la benemérita del puesto de la Villa (Guardia Civil). Posteriormente en el anexo del Casino Orotava, conocido por el de Los Caballeros (actual biblioteca municipal), ya que su padre ocupó cargo de encargado del local.
Siempre me decía, el porqué no se le puso a su calle, Callejón de maestro “BRUNO”, siempre me lo decía. Ya que a lo largo del tiempo se le conocía así, mi abuelo Bruno Abréu Rodríguez tenía la zapatería y su tertulia literaria en él. Pero los de la Huerta del Moral rebatieron por otra denominación.
Trabajó primero en el Instituto de Previsión, que después se convertía en la Seguridad Social. Por las noches, durante una temporada le echó una mano en la administración a mi hermana Lola, en los autoservicios y gasolinera de mi padre Juan Álvarez Díaz.
Marido ejemplar, padre extraordinario, enviudó muy joven. A partir de este desenlace, solía salir por las noches a cenar con sus hijos y a veces solo.
El Liceo de Taoro, el UD. Orotava y todos los restaurantes y bares villeros y no villeros fueron sus lugares de reunión y de ocio.
Santiago, me desconsuela de verdad no poder despedirme y darte un fuerte abrazo, lo tenía en mi esencia.
Espero que en ese lugar de la tranquilidad, de la paz y de la misericordia, te reencuentre con muchos de tu peña villera, con todos tus hermanos, de ellos aquí se queda sola tu hermana María del Carmen (Carmita), además todos tus hijos que te querían de corazón y del alma.
Jamás te olvidaré, un abrazo y hasta siempre.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

viernes, 18 de octubre de 2019

SERAPHICUM SPLENDOR. EL LEGADO FRANCISCANO EN LA VILLA DE LA OROTAVA (III)





Éxtasis de San Francisco de Asís. Anónimo España siglo XVII.  Óleo sobre lienzo.
Se conserva en el museo municipal de Bellas y Artes de Santa Cruz de Tenerife.
Formó parte de la exposición ubicada en la sacristía de la citada parroquia: SERAPHICUM SPLENDOR. EL LEGADO FRANCISCANO DE LA VILLA DE LA OROTAVA.
Referente a la celebración de los 500 años de la fundación del convento franciscano de San Lorenzo (1519 – 2019).
Incendiado en el año 1801, pero que continuó unas décadas de más reconstruidos por los frailes, en su cuarta parte de lo que fue y se llamó el Escorial de Canarias, tal como lo conocemos en la actualidad.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

SERAPHICUM SPLENDOR. EL LEGADO FRANCISCANO EN LA VILLA DE LA OROTAVA (II)





Santa Clara de Asís. Obra del escultor orotavense Fernando Estévez de Sala (1788 – 1854). Madera policromada y tejidos encolados.
Francisco de Asís. Anónimo procedente de Sevilla. Siglo XVII.
Está ausente al culto en la parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción.
Se conserva en el Tesoro de la citada parroquia.
Formó parte de la exposición ubicada en la sacristía de la citada parroquia: SERAPHICUM SPLENDOR. EL LEGADO FRANCISCANO DE LA VILLA DE LA OROTAVA.
Referente a la celebración de los 500 años de la fundación del convento franciscano de San Lorenzo (1519 – 2019).
Incendiado en el año 1801, pero que continuó unas décadas de más reconstruidos por los frailes, en su cuarta parte de lo que fue y se llamó el Escorial de Canarias, tal como lo conocemos en la actualidad.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

SERAPHICUM SPLENDOR. EL LEGADO FRANCISCANO EN LA VILLA DE LA OROTAVA (I)





San Francisco de Asís. Anónimo procedente de Sevilla. Siglo XVII.
Está expuesto al culto en la parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción.
A la izquierda del retablo rococó que preside San Pedro El Grande, una de las mejores obras del escultor orotavense: Fernando Estévez de Sala.
Presidió la exposición ubicada en la sacristía de la citada parroquia: SERAPHICUM SPLENDOR. EL LEGADO FRANCISCANO DE LA VILLA DE LA OROTAVA.
Referente a la celebración de los 500 años de la fundación del convento franciscano de San Lorenzo (1519 – 2019).
Incendiado en el año 1801, pero que continuó unas décadas de más reconstruidos por los frailes, en su cuarta parte de lo que fue y se llamó el Escorial de Canarias, tal como lo conocemos en la actualidad.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

miércoles, 16 de octubre de 2019

GASPAR AFONSO DE QUEVEDO

 


Hijo de Domingo Afonso de Quevedo o Domingo de los Reyes y de Águeda Luis, fue bautizado el 21 de mayo de 1616 en La Orotava.
El 12 de julio de 1633, haciéndose llamar Gaspar de los Reyes y diciendo ser de edad de dieciocho años y natural de la «Isla de Canaria», se colocó por espacio de un año como aprendiz de pintor con el sevillano Miguel Güelles.
​Antes de cumplirse el año se encontraba aún en Sevilla «con ánimo de ser sacerdote», según una declaración testifical de su madre, pero en 1638 contrajo matrimonio con Isidora de León, que falleció con la peste de 1649.
Tras enviudar retomó la carrera religiosa y retornó a Canarias, donde reaparece documentalmente en La Orotava en 1652 junto a su madre y hermanos otorgando carta de dote a su media hermana Mariana Luisa Ravelo. ​
En su obra, junto a la influencia de la pintura sevillana, es notable la utilización de grabados de origen flamenco sobre pinturas principalmente de Anton van Dyck, como se hace patente en la Piedad (fotografías exposición legado franciscano de la Villa de La Orotava 2019.) de la ermita del Calvario de La Villa de La Orotava.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

CUANDO LA FUENTE PALIÓ LA ESCASEZ DE AGUA (1822)


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (16/10/2019) estas notas que tituló; “CUANDO LA FUENTE PALIÓ LA ESCASEZ DE AGUA (1822)”: “…Año 1822. Escasez de agua potable en el Puerto de la Cruz. El problema adquiere dimensión social, de modo que, en pleno mes de julio, con muchas familias al borde del desespero, el Ayuntamiento decide nombrar una comisión a la que se encomienda la urgente visita a la fuente de Martiánez para realizar sobre el terrenos los estudios y cálculos correspondientes para el aprovechamiento de sus aguas y tratar de conducirlas a los núcleos habitados del pueblo.
El cronista oficial del municipio, Nicolás Pestana Sánchez, relata un testimonio muy llamativo, a partir del informe emitido por la citada comisión. Contenía lo siguiente:
“1º Que se podría aprovechar el agua en el naciente, haciendo unas obras que costarían unos doce pesos, aproximadamente.
“2º Que el agua que salía por los dos chorros existentes daba cuarenta cuartillos por minuto, o sea, ciento veinte pipas en las veinticuatro horas.
“3º El estanque construido para fecoger las aguas medía 12,5 varas de largo, 3,5 de ancho y 1.5 de alyo, necesitándose catorce horas para llenarlo, en cabida de setenta pipas; debiéndose prohibir que, en dichas horas, se lavase ropa. Para el riego de huertas era preciso llenarlo cada veinticuatro horas.
“4º Que la conducción de las aguas al pueblo no era cosa difícil. Para ello solo se necesitaba hacer, desde los chorros al barranco, 700 varas de atarjea y desde este lugar a la esquina de la casa de los herederos de don Manuel Morales, 186 varas. Si se quería conducir por la parte trasera del sitio de don Ramón Mathieu, a salir por el callejón situado detrás de las casas de la calle La Hoya, habrían de construir 384 varas de atarjea, cuyo coste aproximado era de mil pesos”.
Claro que alguna terminología llama la atención. Estamos en pleno siglo XIX y algunos conceptos de entonces (pesos, cuartillos, varas) nos dan idea de las medidas y los elementales cálculos de la época. Otro concepto, síndicos personeros, también tuvo un claro protagonismo en este episodio (Era un cargo municipal español instituido por el monarca Carlos III como respuesta a las protestas populares conocidas como Motín de Esquilache producido en 1766. Se trataba de dar voz en los ayuntamientos al “común”, como se solía llamar entonces a los plebeyos, al pueblo. El síndico personero fue creado para intentar satisfacer las reivindicaciones populares en unos municipios dominados por la oligarquía de los regidores. Los síndicos personeros son los antecedentes de los modernos diputados del domún o defensores del pueblo).
Volvamos entonces al testimonio de Pestana que recoge que estos cargos creían que “ningún particular podría presentar derecho a estas aguas que el pueblo tenía, máxime tratándose un abasto de primera necesidad”. Fíjense en las precauciones que había que tomar pues estimaban que “para emprender esta obra sin miedo a que en ninguna época pudieran surgir cuestiones judiciales, se nombrase un miembro del Ayuntamioento para que se entrevistara y tratara sobre la materia con con don Luis Gutiérrez, administrador del Marqués de Torre Hermosa que, según voces populares, era el único que podía oponerse”.
El relato del cronista es minucioso y revelador para saber cómo se resolvió el intrincado problema de la escasez hídrica:
“Según un acuerdo municipal adoptado el 1 de junio de este año, es decir, con anterioridad al antedicho informe, los síndicos personeros (el plural sugiere que debía haber más de uno) mostraron al Ayuntamiento una escritura de 11 de junio de 1652, otorgada ante el notario don Martín de Nevada Romero, escribano público que fue de esta isla, por la que constaba que doña María Ruiz y demás interesados y dueños del año que llaman de Martiánez, la cedieron en beneficio de este pueblo grfatis y en nombre de todos sus herederos que en lo sucesivo fueren, bajo las condiciones que en dicha escriturfa se contienen; como, asimismo, les cedieron un sitio de 70 pies en cuadro dentro de esta misma jurisdiscción, en los llanos que también se llaman de Martián ez que, asimismo, les pertenecían, a fin de que, conduciendo el agua al peblo, pusiesen allí el pilar de su abasto”.
Nicolás Pestana Sánchez señala que un vecino del pueblo, José Francisco Páez, se trasladó con posterioridad a La Laguna con el fin de interesarse por la solicitud hecha por el Ayuntamiento portuense al denominado Consulado Nacional, “entre otras cosas, por la búsqueda de la escritura de las aguas de Martiánez y testimonio que de ella se sacó.” Finalmente, precisa el cronista: “No cobró cantidad alguna por sus trabajos, por lo que se le dio las gracias”.
Se supone que la escasez de agua fue paliada. La fuente de Martiánez era, nuevamente, el auxilio fundamental del pueblo. En 1822…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

martes, 15 de octubre de 2019

JAVI LÓPEZ


Javier López Carballo, conocido en el mundo futbolero por “JAVI”, nació en la Villa de La Orotava el día 25 de abril del año 2002.
Nació para ser futbolista, y de hecho ya es internacional sub 17. Se formó en las bases del UD. Orotava, cuando su padre presidía el histórico club villero, pasa a la cadena del CD. Tenerife y de ahí (01/07/2018) da un salto maravilloso hacía la escuela del Club Deportivo Alavés.
Comenzó con el Juvenil A, ya juega con Deportivo Alavés B y ha sido seleccionado para formar parte del combinado español (rojizo) sub 17.
Es un autentico lateral zurdo, que ya le están llamando la atención los grandes del balompié europeo, entre ellos LA JUVENTUS de Italia.
Es para estar satisfechos, en particular para los orotavenses, y para los tinerfeños y canarios en general, tener un magnifico jugador, que ya está llamado a llegar al pináculo del futbol internacional.
Un orgullo de la excelente, numerosa y extraordinaria cantera de la Villa de La Orotava.
Conocí a su abuelo, Pepe López el constructor y promotor del recuerdo, y conozco a su padre.
Así pues otro villero de más que dentro de poco lo vemos con botas de oro en el mundo de futbol.
Animo muchacho, los orotavenses, te queremos ver en la cúspide del deporte del balompié, ya que estamos acostumbrados a ello.
Felicidades para ti, y tu familia.
Un abrazo.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

FOTO: SERRANO


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (15/10/2019) estas notas que tituló; “FOTO: SERRANO”: “…Ha cumplido ochenta y cinco años Enrique Coscollar Serrano, a quien todos recordamos por su segundo apellido, pues así se movía en los círculos profesionales y así firmaba sus trabajos: Foto Serrano. Una lesión ocular no le impide seguir caminando y recorriendo algunas avenidas del Puerto de la Cruz, donde residió y ejerció profesionalmente durante unos cuantos años.
Era madrileño y vivió en Nueva York y Buenos Aires, donde colaboró con aquella inolvidable y prestigiosa publicación deportiva, El Gráfico. Era de los habituales en las convocatorias de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y extendió su reporterismo por varios estadios de aquel país y en la mismísima Casa Rosada. Sabía del peronismo un rato.
Hasta que llegó a la isla y se incorporó a Diario de Avisos, desde que estrenó la sede de Santa Rosalía, 85, en la capital tinerfeña. El fotógrafo tenía que estar disponible y Serrano trabajó en todos lados: cubrió varios frentes, aunque el futbolístico y el deportivo era el que más le atraía. Se hizo habitual del 'Rodríguez López' pero también de los campos regionales, cuando el fútbol de esta categoría aún atraía y generaba llamativas entradas de público, algunas apreciables con posterioridad, cuando se creó el grupo canario de Tercera División. El fotógrafo fue sujeto activo de la apertura de la delegación del citado periódico en el Puerto de la Cruz, a principios de los ochenta.
Pero no solo plasmó en sus objetivos estampas deportivas. Serrano vivió plenos de ayuntamientos, espectáculos artísticos, romerías, congresos, fiestas, incendios y sucesos. Cubrió las galas del deporte cuando se hacían en el desaparecido Casino Taoro. Y las Galas OTA, en la sala 'Andrómeda', del Lago Martiánez. Y la Muestra de la Canción del Atlántico en el parque San Francisco. Y varias ediciones de FITUR, en Madrid, a donde acudía bajo su propia organización.
Hay algunas fotos célebres: la que tomó en la cancha del Rodríguez López, con gesto distendido, a José Ángel Zalba, quien fuera presidente del Real Zaragoza, semanas antes de presentar su dimisión. Otra, al agresor del árbitro Carmelo González Vargas en un Toscal-San Andrés, final del Trofeo Teide en el municipal Los Cuartos. Otra, a Matías Prats Cañete (padre) en el hotel Maritim, horas antes de una gala del deporte tinerfeño. Otra, al cantante y compositor Gilbert O'Sullivan, cuando, algo enojado, terminó su actuación en el parque San Francisco, arrancó unos geranios del escenario y se los regaló a la esposa del general Ravina, gobernador militar.
Aunque un momento singular de su trayectoria ocurrió cuando el accidente de un avión de la Dan Air, en El Diablillo (La Esperanza). Durante un día trágico, de mucha niebla, pasaron varias horas hasta que fueron localizados los restos del avión. Serrano, conduciendo su utilitario, se metió detrás de un furgón de la Guardia Civil, que ya había sido alertado. El fotógrafo fue de los primeros en llegar donde estaban esparcidos tales restos, humano y materiales. Con dos cámaras, subió una loma. Debió llegar tan cansado que no pudo evitar deslizarse cuesta abajo, con evidente deterioro de su atuendo. Aún así, hizo fotos y pudo revelarlas en los laboratorios del periódico.
Eran características sus prisas por cumplir en el lugar de los hechos y salir disparado para completar esas tareas de revelado. Le acompañamos a menudo y gracias a él -y a sus impacientes esperas- pudimos cubrir decenas de encargos y convocatorias informativas. Este artículo tiene mucho de reconocimiento personal en ese sentido.
Se encargó de la distribución y de las ventas del periódico en el Puerto de la Cruz. Tenía olfato: cuando la edición del día siguiente incluía contenidos relevantes, él mismo se encarga de pedir cien ejemplares más, seguro de su venta. Enseñó -no sin discutir a menudo- a Moisés Pérez que seguiría sus pasos, cuando accedió a la jubilación y entregó negativos y fotos en el periódico.
Ya tiene ochenta y cinco años y Martiánez y el aire atlántico le siguen reconfortando. Nosotros seguiremos recordando los pies de sus trabajos y la firma de las informaciones y los reportajes. Foto: Serrano…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

lunes, 14 de octubre de 2019

LA MEMORIA ENRIQUECIDA DE AGUSTÍN ESPINOSA


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (14/10/2019) estas notas que tituló; “LA MEMORIA ENRIQUECIDA DE AGUSTÍN ESPINOSA”: “…-Diré que yo estuve allí...
Cuando se es testigo de un acto o un hecho sobresaliente, se puede afirmar con toda rotundidad, acaso para reafirmar los valores del mismo, que tal presencia es intransferible, que lo vivido o lo palpado es unipersonal y fue posible saborear todo su esplendor.
Fue en el Castillo San Felipe [Espacio cultural], convocatoria de la apertura del curso académico (o de actividades) del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC).Se unieron, bajo el título “Los crímenes de Agustín Espinosa”, el escritor grancanario Alexis Ravelo y el músico portuense Ismael Perera. Ninguna otra entidad ha hecho tantos esfuerzos para proyectar la vida y obra del insigne autor portuense que el IEHC. En el que es su año, el año espinosiano, según decidió el Gobierno de Canarias para identificar el Día de las Letras Canarias, el Instituto dotó de contenido sustantivo la tradicional conmemoración del 12 de octubre (fecha con la que arranca el curso que se prolongará hasta el próximo verano) con un acto singular que tenía mucho de experimental -no fue ni una conferencia ni un concierto al uso- y que resultó todo un éxito: por el marco -lleno en el recinto- y por el nivel de los intervinientes, entre los que hay que consignar a los directivos Julio Afonso Carrillo y Margarita Rodríguez Espinosa y al alcalde, Marco González Mesa. Son tantos los aspectos que hay que seguir descubriendo de la producción intelectual de Espinosa, que testimonios como el de Ravelo o la ejecución de Perera al piano vienen a resaltar la dimensión de obra del escritor. Por eso...
-Diré que yo estuve allí.
Para escuchar a un Alexis Ravelo, fresco, espontáneo y cercano. Leyó Crimen -la expresión más lograda y significativa de la literatura surrealista- a los 19 años y desde entonces se enamoró de su obra, de su imaginación inigualable entre los de su generación. Se nota que Ravelo lleva en su piel la escritura de Espinosa. Por eso, cada palabra, cada expresión, va encarnada de pasión, la misma que puso en sus investigaciones José Miguel Pérez Corrales, el más conspicuo de sus estudiosos. Alexis Ravelo subrayó que la desatención o la infravoloración hacia la obra de Espinosa ha ocurrido fuera. Pero su aparición y sus textos “aparecen en el contexto de una explosión creativa en la trastienda del mundo”. Y cuando desmenuzó las etapas del proceso de depuración al que fue sometido el escritor portuense -en el que hay un papel relevante y perseguidor del cura Manuel Socorro Pérez- fue explicando las acciones, las maldades, los “delitos” que, metafóricamente, sustanciaron “los crímenes de Espinosa”, haciendo suyo, naturalmente, el título de su obra más destacada, cuya próxima edición, por cierto, anda ultimando para que aparezca en breve en la colección 'Libros del tiempo', de editorial Siruela. Fue un relato lúcido y ameno que elevó el tono de admiración hacia el escritor, protagonista también de la Exposición Internacional del Surrealismo celebrada en la capital tinerfeña en 1935, año en que aún presidía el Ateneo de Santa Cruz de Tenerife. Junto a Pérez Minik, Eduardo Westerdhal, López Torres o Pedro García Cabrera, hizo cuanto estuvo a su alcance para impedir la prohibición de la película de Buñuel, La edad de oro. No olvidó Ravelo otro de los crímenes de Espinosa: firmar un manifiesto que Gaceta de Arte publicó contra la línea editorial ultraconservadora de Gaceta de Tenerife que se oponía ardorosamente a la proyección de la cinta.
Sonaron atronadores los aplausos para el cofundador de la revista literaria La plazuela de las letras, cuando minutos después se puso al piano Ismael Perera Hernández (Puerto de la Cruz, 1971), licenciado en Interpretación y Pedagogía del Piano por la Associated Board of the Royal Schools of Music y experto universitario en Recursos y Métodos de Educación Musical por la Universidad de La Laguna, compositor, intérprete y director de grupos y orquestas.
Perera interpretó a José Espinosa, hermano del escritor. Hurgó y hurgó hasta que encontró unas partituras que ha querido respetar, sin perjuicio de algún mínimo ajuste para su reconstrucción. Fueron tres piezas breves para piano, de claro sabor afrancesado, escritas en los años 1929 y 1930: Preludio, Berceuse y Pastoral. La mesura y la serenidad de las que hizo gala Ismael Perera, tras las explicaciones que ofreció después de la documentada presentación de Margarita Rodríguez Espinosa, fueron el broche de oro de un acto que cautivó a los habituales asistentes de las convocatorias del Instituto y a quienes, más o menos conocedores de la obra de Espinosa, contrastaron el nivel y la calidad de la performance. Quién sabe, como preguntó el alcalde en su intervención de clausura, si fue un estreno, también para los descendientes que no podían disimular su emoción cuando todos nos congratulábamos del contenido y del desarrollo de aquel acto, por fortuna grabado por el IEHC. Fue una cita histórica, desde luego. Todos se marcharon satisfechos y unos cuantos podrán corroborarlo:
-Yo estuve allí…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL