martes, 31 de agosto de 2021

LUIS “EL PICHINI”, PERSONAJE POPULAR OROTAVENSE

El amigo de la Villa de La Orotava; DOMINGO HERNÁNDEZ Y HERNÁNDEZ, remitió entonces (12/08/2014) esta fotografía de LUIS HERNÁNDEZ HEREDIA “EL PICHINI”, descansando en un banco de la Plaza de La Constitución.

Personaje de la Villa de Arriba, vecino que fue siempre de la Calle Buenaventura Machado (Duque), trabajador del antiguo matadero municipal. Y amigo de todos los villeros desde la infancia en la “Villa Arriba”.

Hay que agradecer a LUIS “EL PICHINI”, sus paseos por el casco histórico orotavenses, sus saludos de rigor, sus amables y cortesías personalidad de congratular a los amigos, siempre desde la trastienda, quizá por el hecho de ser un popular que a lo largo de su vida fue matarife, y que muchos le querían y le apreciaban de todo corazón.

Su estrafalaria indumentaria, su aire entre huraño y asustadizo, sus caprichos a la hora de aceptar o no el cariño de los orotavenses, su aspecto que devino anacoreta - rulengas barbas, bastón  y cabello alborotado-, su silencio insondable, su pereza, su honorabilidad, sus amistad. Lo conocemos cariñosamente por LUIS “EL PICHINI”. 

El enigma ya tenía nombre. Un nombre además sonoro. Un nombre de matarife, gracias Luis por tu presencia en nuestras calles villeras por excelencia.

El amigo de la Villa de La Orotava y compañero de docencia; JESÚS GARCÍA DELGADO, remitió entonces (12/08/2014) estas notas: “… Luis Hernández Heredia. Hermano de Carmelo y Carlos. Carmelo vive en Pedro Álvarez (Tegueste) y Carlos, en Masca. Su madre fue Gregoria Heredia. Vivieron en la calle Duque, hoy Buenaventura Machado Melián.

Vivian con sus tías y primos, en una casa de alto y bajo frente a Don Manuel "Quintana" y lindando con Don Felipe Coronado. También eran conocidos por "Los Panzudos".

Ellos (Carmelo, Peyote), cuando chicos, eran asiduos del Campo de La Garrota y Plaza de San Juan. Gente estupenda…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

lunes, 30 de agosto de 2021

EL BOXEO EN LA OROTAVA

En la década de los años sesenta del siglo XX, se crea en la Villa de La Orotava el primer club de Boxeo. Todo empezó en un terrero para entrenamientos de luchas Canarias, en una huerta propiedad del que fue un excelente luchador villero Pedro González de Chaves y García  “El Pollo de La Orotava”, entonces ubicado en la esquina de las calles; Duque (actual doctor Buenaventura Machado Melián) y Castaño (actual doctor Domingo González de Chaves y García).

El orotavense Secundino Rodríguez (funcionario del Banco Exterior de España), que había realizado este complicado y duro deporte del  Ring en su juventud, un día que se pasó por el Terrero de Luchas, observó que unos muchachos practicaban el deporte de los guantes. Lo que le motivó a reunirlos en el sótano de su casa en la calle El Agua (Tomás Zerolo), y fundar allí un club de Boxeo.

El éxito fue muy significativo, de la nada empezaron a verses púgiles importantes en la Villa de La Orotava; Antonio Mora (primer federado orotavense desde el año 1965), Juan José Brito “Cheché” (campeón de España por el campeonato que organizaba la Marina – Ministerio de La Marina), Juan Pedro Hernández Martín, Lorenzo Rodríguez, Juanito Pérez (al igual que Antonio Mora primer federado orotavense desde el año 1965) etc.

Trasladado Secundino Rodríguez al Banco Exterior de Icod de Los Vinos, el Boxeo villero pasó por otras sedes; Calle León, San Agustín (casa de la Cultura) y finalmente en el polideportivo “El Quiquirá”. Así como otros entrenadores; Sastre, Yeyo, Antonio Mora y Juanito Pérez.

Fue precisamente en la década de los sesenta del siglo XX, cuando los entonces jóvenes boxeadores orotavenses, realizaron excelentes veladas; en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife, En la Terraza del Teatro Cine Atlante, en el viejo campo de fútbol del Colegio de San Isidro, en el Valle de San Lorenzo y conquistando un campeonato en el Valle de Güimar a través de su emisora radiofónica local etc.

A mi modo y poco de entender el complicado deporte del Boxeo, donde las técnicas, y movimientos en muchas ocasiones son o fueron  espectaculares, las pegadas son indiscutibles y muchas de ellas pueden acarrear al deportista hacía el  detrimento intolerable.

La panorámica está tomada en el ring que se montó en el viejo campo de deportes del Colegio de San Isidro de La Villa de La Orotava, por la festividad de María Auxiliadora.

Vemos al entrenador villero Secundino Rodríguez, dándole instrucciones al boxeador  orotavense LORENZO RODRÍGUEZ. En una velada en la que destacó curiosamente este combate.

Precisamente combatieron; Lorenzo Rodríguez frente a Carbi III. El combate duró 10 segundos con un solo golpe a favor, ninguno en contra. Arbitrado por el recordado santacrucero - Chicharrero “Armas”, que también fue árbitro de fútbol.

Indicar que en el Boxeo de la Villa de La Orotava, destacaron sus púgiles, pero solo llegaron a practicarlo como amateur, y en el servicio militar, ninguno llegó a ser profesional de este aristocrático y duro deporte.

 

BRUNO JUAN  ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

domingo, 29 de agosto de 2021

EL BOTONES DEL LICEO TAORO EN EL TIEMPO

Foto del amigo MANUEL MARTÍN Y MARTÍN conocido por Manuel "Cabrera".

 

Fotografía referente al principio de la década de los años cincuenta del siglo XX, donde vemos a un BOTONES de la Sociedad Cultural Liceo Taoro de La Villa de La Orotava, retratado por la cámara del recordado fotógrafo ORTEGA por fuera del templo monumental barroco Nuestra Señora de la Concepción.

Con este tradicional y típico atuendo de antaño, resplandecían aquellos pequeños trabajadores de botones de las sociedades culturales, casinos y hoteles de todo el Mundo.

Este BOTONES de la fotografía, propietario de la misma corresponde al orotavense Manuel Martín y Martín, conocido por Manuel "Cabrera" el de la CHARCA DE ASCANIO. Un hombre de mucho talento, trabajador de toda su vida, fundador del grupo carnavalero  PEÑA EL CASCO.

Comenzó su vida laboral con pastalones cortos, de BOTONES del Liceo Taoro, hasta que fue presidente de la sociedad el recordado profesor de física y química don Domingo Pérez Betancourt, que le ofreció el trabajo de jornalero en la fábrica de gaseosas en la calle de San Francisco conocida por ANDOMI.

Una vez desaparecida la fabrica por las competencias de las multinacionales, Manuel "CABRERA" se incorporó a trabajar a la histórica firma comercial de La Orotava Almacenes Herreros, en esta última se jubiló, y de esto actualmente disfruta su vida visitando su villa, sus calles, sus rincones y sus viejos amigos a través del monumental casco histórico.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

MIGUEL Y AGUSTÍN EN EL TIEMPO


Fotografías que remitió entonces (26/12/2013) el amigo de la Villa de La Orotava: MIGUEL ÁNGEL SÁNCHEZ PERERA (MICHEL).

La primera fotografía corresponde al personaje popular de Santa Úrsula, concretamente de su popular Barrio La Corujera.

MIGUEL, conocido por "EL SHERIFF”, pistola al cinto. Tenía la particularidad que cuando simulaba que le disparaban, como si estuviera en el Oeste, respondía disparando e incluso se tiraba al suelo.

La segunda fotografóa, fue un personaje popular de los llamados indigentes de La Villa de La Orotava del Barrio de Barroso.

AGUSTÍN conocido por “el de Barroso”. Siempre con una venda en la cabeza. Cogía flores y estaba perpetuamente con un ramo y apuntaba con la mano a los coches y disparaba.

Lo recogió el padre Antonio María Hernández y Hernández, y lo residenció en los hogares de Santa Rita del Puerto de la Cruz.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

viernes, 27 de agosto de 2021

PACO POLO EN EL RECUERDO

Francisco Polo Regalado (Paquito Polo), nació en la Villa de La Orotava en el año 1939, era hijo de Víctor Polo Rocío y Esperanza Regalado.

Estudió en el colegio de San Isidro hasta las revalidas de cuarto curso, pasando luego al colegio de Santo Tomás de Aquino para emprender los estudios de magisterio, estudios que no llegó a culminar, por lo que se fue voluntario al ejercito a la capital de España Madrid, llamado por su amigo de infancia y de la juventud el convecino Antonio Santos Cruz.

Perteneció la organización juvenil española OJE, donde fue jefe de centuria en los campamentos, en su juventud jugó al baloncesto en el CB. Águila del Valle y Rayo San Isidro, fundador en el año 1967 del CB. AA. AA. Salesianos (actual CB. San Isidro). También jugó al fútbol en categoría juvenil, en los equipos San Fernando y Juvenil Orotava. En este ultimo deporte se le bautizó por el apelativo “Larry”, por su forma de jugar parecida al entonces jugador de la segunda división nacional  Larry del Atlético Tetuán.

Desde pequeño fue forofo y aficionado con Antonio Delgado alía “El Puchade” actualmente en Caraca Venezuela que se le bautizó como el interior valenciano que formó parte de la Selección absoluta de fútbol que le ganó a los Ingleses en Maracaná Brasil en el año 1950  y  Carlos el de la desaparecida recientemente peletería La Campana al Valencia CF.

Siendo entrenador del CB Águila del Valle filial del CB. AA. AA. Salesianos, donde un servidor jugaba a su ordenes, me sucedió un caso anecdótico; en un encuentro del trofeo María Auxiliadora del Club Baloncesto Águila del Valle AA AA Salesianos de la Orotava frente a una selección de jugadores de Viejas Glorias de la Orotava, en la cancha de la plaza de Franchi Alfaro, el fallecido primer alcalde de la restauración de la democracia en España el amigo y convecino de la calle el Calvario de La Orotava Francisco Sánchez García fallecido, jugaba con las viejas glorias y un servidor en el Águila del Valle, casi finalizando el encuentro, con el  electrónico igualado, le doy un balón a Francisco para que meta el aro, tanto fue la sorpresa que mi entrenador “Paquito Polo” corrió tras de mis hasta la puerta de mi propia casa.

Trabajador en el bar de su padre “El Suizo”, hasta su fallecimiento, que le sobrevino siendo aún joven, no tenía cincuenta años.

Paco Polo en la faceta cultural, realizó una inolvidable labor como locutor  de radio, sobre todo como actor y director de teatro, fundador del Grupo aficionado “La Palestra”, con sus amigos; José Hilario Chela, Jorge González Pérez, Benjamín Afonso, Miguel Ángel Martín, Aníbal Martín, Antonio García Escobar, Miguel Ángel Dorta (apuntador), Concha Machado, Ica Lorenzo Perera, Ana María Hernandez etc.

Tenían su local de ensayo en una casa terrera de la calle El Calvario propiedad del abuelo de Paco, conocido por don Paco Polo, intimo amigo de mi abuelo paterno José Álvarez Luque, ambos llegaron a la Orotava al acuartelamiento de San Agustín desde Málaga con el batallón de Borbón en la quinta del año uno.

Interpretaron numerosas e importantes obras de principales libretos del teatros, dirigidos por recordado Chela, entre ellas del dramaturgo de Orihuela Miguel Hernández, así como obras de García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda etc.

Presentaron una versión de los Auto sacramentales de Calderón de la Barca, el jueves de la octava del Corpus en las fiestas mayores de La Orotava, una vez entrada la procesión en Nuestra Señora de la Concepción, en las escalinatas principal de la plaza del Ayuntamiento, evento que organizó la desaparecida emisora de la Voz del Valle. Recorrieron los pueblos de Tenerife para su presentación con el mencionado grupo en sus obras teatrales. Tuvieron un incidente en el teatro cine del Realejo Bajo, pues la guardia civil le censuró una de sus obras a presentar en el citado recinto.

Al mediado de la década de los años sesenta del siglo XX, casó con la realejera “Nina”, de su matrimonio tuvo un hijo Tino Polo ex jugador del UD. Orotava que ejerce de pintor de la construcción.

En la política formó parte del comité de apertura del local de la Agrupación Socialista de La Orotava PSOE desde su instauración en la Villa hasta su muerte.

En el mes de junio del año 1973, conmemorando Las Bodas de Plata de la llegada de los padres Salesianos al Colegio de San Isidro de la Villa de La Orotava, Francisco Polo Regalado, hizo unas declaraciones en el boletín conmemorativo: “…Comencé desde el año de su fundación, hasta el de 1954, siete consecutivos. He tenido muchísimas alegrías en mi etapa de vida colegial, tanto en el aspecto cultural como en el deportivo, pero quizás de la que guardo mejor recuerdo, fue cuando hice la Reválida de Cuarto, en el Instituto Medio de Santa Cruz de Tenerife, obteniendo una nota media de notable.

… Hay otras muchas cosas, pero es largo enumerarlas. Triste realmente no tengo ningún recuerdo, en los años que permanecí en este Colegio, jamás fui castigado en ningún sentido; como título anecdótico, tengo que decir que en una ocasión fui llamado por el entonces Director D. Pacífico, llamándome la atención por «tirar piedras a un estanque» pero todo quedó en simple advertencia.

… Sí, fue triste la marcha del primer director D. Claudio, un excelente sacerdote y una incomparable persona. El Colegio fue para mí en aquella época juvenil, una de las experiencias más importantes de mi vida, en el aspecto de enseñanza, la que tengo que agradecer públicamente a esos profesores extraordinarios que son los Padres Salesianos…”

La amiga de mi Calle El Calvario de La Villa de La Orotava; LALA TORRES MORALES, remitió entonces (11/12/2013) estas notas: “… Se te olvida comentar a Chicha Ojeda, Pedro el marido de Miguelina Lima a mí, estuve poco tiempo pero también participé en algunas obras. Pedro y yo en algunas hicimos de novios. Con "Chela" hice el Lazarillo de Tormes…”

El amigo de La Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (11/12/2013) estas notas  “…Estaba la compañía del recordado Chela, LA PALESTRA,  ensayando en el Liceo Viejo (hoy Tercera Edad), en la sala de actos de la planta alta, y al otro lado de la bastante larga sala, en el fondo, estaban Neno Casanova y compañía jugando al dominó,  haciendo los inevitables ruidos al mover fichas y sobre todo dando el fuerte golpe sobre la mesa al final en cada juego. Pero Paco Polo, en el ensayo teatral, se sentía incómodo por el ruido, y va y les grita a los del dominó: "¡¡Por favor, no hagan ruido con las fichas,  que no puedo concentrarme en mi papel¡¡"…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

jueves, 26 de agosto de 2021

CF PIEDAD

El amigo de la Villa de La Orotava; FRAN ÁLAMO GONZÁLEZ, remitió entonces (28/12/2016) esta fotografía referente al recordado CF. Piedad.

Tomada en el entonces estadio Municipal de la Villa “El Quiquirá”, al final de los años cuarenta del siglo XX.

CF. Piedad procedía y tenía sus sedes en el histórico Barrio de La Piedad de La Villa de La Orotava, lugar por donde se entraba a la Villa viniendo de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna, a través del camino Real (Camino Polo).

En el mencionado Barrio orotavense existió por la misma época otro club, que se denominaba Unión Piedad, ambos participaron en el campeonato de clubs no adheridos.

Por esa zona, al principio de los cuarenta del mismo siglo XX, existió un club que se llamó “Victoria”, que en el año 1943, se unió al CF. San Pablo y al CF. Orotava, para formar el UD. Orotava, según me cuenta el amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; Ángel García González.

De arriba abajo de izquierda a derecha: Lelo, Antonio Cabrera, Rubio, Carrillo, Nano, ¿?,  Miguel Linares, Arnoldo, Santiago Sánchez, Pepe Hernández Sánchez (El Buje I), Deogracias y Manolo de paisano (Delegado del Club).

En esta fotografía, destacar a Pepe Hernández Sánchez (El Buje I), que prometió ser un excelente futbolista del UD. Orotava y a Deogracias, que posteriormente pasó a ser un fuerte y agresivo jugador del Baloncesto orotavense en los club; CB Orotava, CB Independiente y CB. Águila del Valle.

Curiosamente Miguel Linares, jugó de extremo derecho en el CF. Piedad tal como le vemos en la foto, posteriormente pasó a jugar en el UD. Orotava de portero.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

miércoles, 25 de agosto de 2021

CHICHA

Ascensión Abréu Martin conocida por CHICHA, su hijo Carmelo González de Chávez Abréu “Melo”, me comunica su fallecimiento, acaecido en la Villa de La Orotava el día 30 de Julio del 2021, a los 75 años de edad, a punto de cumplir los 76.

Nació en la Villa de La Orotava el día 15 de Agosto del año 1945. Hija del matrimonio orotavense: Mateo Manuel Abréu Rodríguez y Amelia Martin Gutiérrez, de cuya unión tuvieron numerosos hijos; Amelia, Ángeles, Ascensión, Manuela, Estanislao, Manuel, Antonio, Rosario y Candelaria Abréu Martin.

Estudió en el Colegio de la Milagrosa de las Hermanas de la Caridad de San Vicente Paul.

El día 20 de mayo del año 1968, en el templo Parroquial y Matriz de Nuestra Señora de la Concepción. Contrajo matrimonio con el industrial villero Carmelo González de Chávez y Pérez. Tuvieron los siguientes hijos; Ascensión, Carmelo, Cristóbal Manuel, y M. Alberta González de Chávez y Abréu.

Chicha se educó con sus hermanos en la calle Duque (Buenaventura Machado Melián), hasta que contrajo matrimonio, que vegetó la Sociedad Cultural del Liceo de Taoro y La Murga “Peña El Casco”, en la que su marido Carmelo fue fundador y componente.

Perteneció a una familia numerosa, humilde, trabajadora y luchadora por la vida, considerada de muy humana, comunicativa y caritativa.

A Chicha la conozco desde mi infancia y juventud así como a algunos de sus hermanos y hermanas.

Chicha, reconozco conocerte mucho más a partir de tu matrimonio con el amigo Carmelo González de Chávez y Pérez, siempre te veía en los alrededores de las actuaciones de la recordada murga villera “Peña El Casco”.

En la vida fuiste una gran mujer, esposa, madre y abuela, entregada totalmente a tu familia y a tu hogar.

Ahora descansa en el paraíso eterno, y disfruta de la tranquilidad, de la esperanza y de la misericordia, con tus padres queridos a los que les acompañarás.

Un abrazo CHICHA. Hasta siempre.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


martes, 24 de agosto de 2021

CALLE BLANCO: RASGOS Y RECUERDOS (y II)


El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS. Remitió entonces (25/08/2021) estas notas que tituló; “CALLE BLANCO: RASGOS Y RECUERDOS (y II)”: “…Nos habíamos quedado en el chorro en forma de falo en Las Cabezas.

Descendemos Blanco, ahora por el lado derecho, que era el de lo impares. Atrás queda el distribuidor de tráfico, popularmente conocido por ‘pulpo’.

Está la casa de los Jordán y en la que vivió Molo Acosta, contiguas a la residencia Plataneras, con un jardín visible desde la vía. Estuvo en funcionamiento hasta hace unos años.

Siguen los garajes de Hernández Hermanos que, durante muchos años, albergaron los chasis, elementos de carpintería y enseres del Ayuntamiento. En ellos trabajó Ramón Castilla Yanes, Pepín, que calculaba paneles y altura de las figuras al milímetro para poder salir y acceder a la vía.

Una pequeña casa terrera, donde vivió Emilio Abreu hasta su fallecimiento, antecede a la casona canaria que pertenenció a Matilde Rodríguez de la Sierra y luego a Melchor Sotomayor, con un patio interior muy espacioso desde el que se conectaba con un garaje habilitado como casa de comidas y restaurante desde la primera década del 2000. Hace pocos años, Sebastián González Villavicencio, el Chileno, preparaba puchero los jueves y venían destacados profesionales de Santa Cruz y La Laguna a saborearlo.

Esta casona albergó en la planta inferior la sede de los laboratorios clínicos Bonnet, luego trasladados al sur. Y en la planta de arriba, con una generosa azotea para completar la edificación con una solares próximos al paseo Las Damas, instalaron uno de esos espacios denominados ‘chill out’, aptos para el sosiego, la relajación y la armonía musical y para la ambientación agradable des desfiles de moda o similares.

Cruzamos Cupido para admirar la mansión donde vivió el regidor ilustrado, José Agustín Álvarez Rixo, y luego parte de la familia Hernández. Un espacioso garaje acogió durante décadas las guaguas de Transportes de Tenerife que eran objeto de reparación y revisión mecánica. El patio interior era muy llamativo. Los balcones de la fachada, originales. Cerrada desde hace muchos años, pero un elemento muy valioso en el patrimonio urbanístico portuense.

Alejandro Baeza arregló unos cuantos relojes en su establecimiento, abierto a la modernidad para tratar de competir en el ámbito de la joyería. Y para que nada faltara a la calle, en esa franja hay que consignar el uso turístico, con el hotel (Onuba) de los Wildpret, recientemente rehabilitado, por cierto.

La esquina con Iriarte se alcanza con la anterior sede del Ayuntamiento y del desaparecido Juzgado de Paz. Allí estuvo también la sede de la policía local. Los problemas de aparcamiento en la vía fueron creciendo a medida que avanzaba el desarrollo turístico. En las dependencias, nada más entrar, nos encontrábamos con una pizarra gigante en cuyo encabezamiento siempre figuraba la farmacia de guardia del día. Eran los tiempos en que se llamaba a la policía para saber donde comprar ácido acetilsalicílico, alcohol o mercuriocromo.

En esa esquina, también, Darío Franco y sus confecciones. Sus camisas y sus pantalones de dril. Sus telas para disfraces. Otros géneros sustituyeron a aquella sencilla tienda, hoy Almacenes Herreros.

En la esquina de enfrente, el casino de los caballeros, desde cuyo exterior se veía una mesa de billar donde los mayores jugaban sin gran entusiasmo. En el sótano, el comerciante Sixto Trujillo instaló su depósito/almacén. Le seguía la casa que perteneció al padre del librero Fernado Luis y que ocupó el interventor municipal, Pedro Martínez. En la parte baja de la vivienda, un local comercial donde funcionó durante mucho tiempo Sastrería Violán.

Ya acercándonos a la plaza, las casas de Santiago Baeza González, durante unos años alcalde de la localidad; y la que habitaron Prudencio Suárez y familia, que ejerció como apoderado del Banco Exterior de España; y Pedro Montes de Oca. En los locales de alguna de ellas, estuvo Radio Mundo, donde Antonio García se abría paso entre amplificadores de sonido y aparatos de radio.

La llamaban coloquialmente, “la casa del coño”, construida por Germán Reimers. Cuando la edificaron, la altura de fachada, que incorporó años después a su tipología líneas de madera, era tal que la gente miraba hacia arriba y exclamaba: “¡Coñó, fuerte casa!”. Allí surgió hotel-residencia Isora, donde trabajó Julio Pérez, entonces vinculado al incipiente desarrollo del hecho turístico y padre del actual consejero de Presidencia, Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, Julio Pérez Hernández. También lo hizo, Gilberto Hernández Linares, popular personaje del Puerto de la Cruz de los sesenta. Hay quien recuerda antecedentes: la venta y los billares de los hermanos Agustín y Jorge Rodríguez. Años después, por cierto, en la azotea de Isora, los alumnos del colegio de segunda enseñanza organizaron unas cuentas fiestas escolares, con bailoteo y todo.

En la planta baja de Blanco,1 estaba Las Afortunadas, un comercio especializado en ferretería que tuvo una fase boyante coincidente con el bum de la construcción en la ciudad. El rostro circunspecto de Juan Méndez, desde que entraba en las oficinas, era el reflejo de la seriedad con que se desenvolvía la empresa.

Otra personalidad tenía Fernando Luis, propietario con su esposa Antoñita, de Librería Tenerife, en la que emprendió, por cierto, una reacondicionamiento que fue una auténtica transformación del género librero en aquella época. En la librería leíamos los periódicos en voz alta para deleite de las señoras mayores. Una reducida tertulia en torno a la figura de Juan Reyes Bartlett caracterizaba a menudo el paso por el establecimiento. . Los lunes al mediodía se formaban unas colas considerables de personas que venían a adquirir Aire Libre, un semanario deportivo en el que Juan Cruz Ruiz y Santiago Rodríguez firmaban sus crónicas. Fernando Luis, cuando llegaron los periódicos en lengua extranjera, llegó a organizar un equipo de voceadores que distribuía los diarios y las revistas por las calles y en los hoteles.

Al lado, ya terminada la numeración de la vía, Agencia Ford, con Julio Cruz González a la cabeza, y los hermanos Fermín y Alonso Rodríguez. A principios de los sesenta, llegaron los primeros televisores, en blanco y negro, por supuesto. Cuando cerraban el establecimiento, dedicado a repuestos y accesorios mecánicos, dejaban uno encendido para que las personas que se concentraban en el exterior –se hacía cola para guardar el puesto- pudiesen observar la reducida programación de la época.

Seguía la casa de Luis Reverón, con varios locales comerciales, uno de ellos, la peluquería de Ignacio, al que sucedió en la misma su hijo Servando, donde los sábados, como en otras de la localidad, no atendían a los niños. Kashmir, en la esquina, junto al paseo Quintana, popular Canal de Suez, era el otro comercio que resolvía los problemas de última hora en las jornadas de compras de regalos. Antes, era muy frecuentado un establecimiento de ultramarinos, perteneciente a Carlos popularmente conocido por Carlos Pisahuevos.

En la desembocadura del citado paseo, pintaron un paso de peatones. Lógico: tanto para subir como para bajar, cruzar Blanco se hacía cada vez más complicado. Por eso, colocaron también unas vallas publicitarias. Y por si fuera poco, a determinadas horas un policía local ordenaba y distribuía tanto el tráfico rodado como el peatonal. En una palmera próxima ubicaba cada semana Santiago Martín Cheché un cartelón anunciador de los partidos de fútbol. La gente se detenía a leerlo, sobre todo cuando el encargado tenía alguna ocurrencia y la plasmaba en el cartelón. Una vez escribió ‘dicisivo’ y algunos escolares replicaron un par de días, borrando la primera i tintada en azul y dejándolo en algo ininteligible.

El paso peatonal –a continuación, en la franja izquierda, se iniciaba el estacionamiento de los taxis- era cruzado por cientos de clientes del Banco Exterior de España, donde, entre otros, Aurelio Sanz, Salvador González, Prudencio Suárez, Pedro Real y Pedro Lasso, que tenía en la misma edificación su vivienda familiar, atendían con fruición a los clientes, tanto nativos como visitantes. Desde el balcón principal, en la tarde-noche del Viernes Santo un cura explicaba, con sonido amplificado, el sermón de las siete palabras, mientras los pasos quedaban detenidos a lo largo de la vía, en una estampa de gran belleza estética y fervorosa.

Cuando aparecieron las boutiques, una quedó emplazada justo al lado del banco, Bo Ti Su, atendido por personal muy popular y apreciado que solía lucir prendas de corte muy modernista en los que ya eran ambientes sofisticados del Puerto. En la vivienda donde estaba, residían los González de Chaves-Sotomayor. El zaguán, durante unos años, fue utilizado como vestuario informal de algunos equipos de baloncesto: los jugadores cruzaban la calle, sorteaban los estacionamientos de los taxis y se ponían a jugar en la cancha de tierra de la plaza. Cuando la casa, que conectaba por arriba con la plaza del Doctor Víctor Pérez (popular San Francisco) cedió al desarrollismo y los Chaves-Sotomayor se mudaron, construyeron un edificio en forma de media luna y al que sacaron el jugo comercial, principalmente con un restaurante sueco que funcionaba en temporada invernal.

Ahí terminaba Blanco en sentido descendente, en una de las casonas del impresionante conjunto arquitectónico culminado en balconadas inigualables. En ella estaba emplazada la firma inglesa Yeoward Bros, que resistió entonces hasta bien entrado el siglo XX.

La calle, ya dijimos que adoquinada, adornada con artísticos arcos y grímpolas cada mes de julio, tuvo su adaptación peatonal a principios de los ochenta, durante la fructífera gestión del primer gobierno local democrático. César Manrique dirigió personalmente las obras ejecutadas por Losada. Las últimas paradas de carreras de sortijas y los desfiles de carrozas y coches engalanados se celebraron cuando el concepto de lo lúdico experimentaba ya los necesarios y primeros cambios.

Actualmente, han tratado de hacer más diáfano y con menos obstáculos físicos el tramo peatonal. Ahora, terrazas y paraguas pueblan una vía que conserva una cualidad: sigue siendo muy, pero que muy transitada.

(Fin)…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

DOÑA PEPA

Fotografía que remitió entonces (18/12/2013) mi amiga desde la infancia de la calle El Calvario de La Villa de La Orotava; CARMEN PÉREZ Y PÉREZ (NININA). Tratase de su abuela materna, que la conocíamos por Doña JOSEFA GONZÁLEZ BRITO (DOÑA PEPA).

Vivía en la casa anexa a la de mis padres en la calle El Calvario, no la conocí, ni me acuerdo de ella, quizá falleció antes de yo nacer o cuando era aún un pequeñuelo.

Pero si conocí su casa en mi infancia y juventud, allí vivían sus hijos; Maruca, Pepe y Aurora.  Entraba y salía de esa mansión vecina como si fuese la mía.

Recuerdo cuando falleció su hijo Pepe, conocido por “Pepe el del Kiosco”, jugando con mis amigos en la acera por fuera de la ventana de su habitación, me acerqué a ver el cadáver a través de los cristales,  lo que me produjo un espanto monumental de niño, que me tuve que quedar una semana con mi tía Consuelo mi segunda madre.

Doña Pepa González Brito, que conocíamos por; Doña Pepa la de la calle El Calvario. Con anterioridad vivió en el Llano de San Sebastián, en la esquina con la plaza de Franchi Alfaro, donde hoy está ubicado el moderno geriátrico. 

Tuvo cuatros hijos; tres hembras Águeda,  Maruca y Aurora y un varón Pepe.

En la panorámica la vemos disfrutando de sus nietos  en el patio de su casa en la calle el Calvario;  Carmen (Ninina), Ana María, Chicha, y Pepito Pérez y Pérez.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

CALLE BLANCO: RASGOS Y RECUERDOS (I)


 

Fotografías del principio del siglo XX, correspondiente a una bella panorámica de la antigua e histórica entrada a la Ciudad del Puerto de la Cruz a través de la calle Blanco, por la zona conocida popularmente por el Barrio de Las Cabezas.

 

El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS. Remitió entonces (24/08/2021) estas notas que tituló; CALLE BLANCO: RASGOS Y RECUERDOS (I)”: “…Han reacondicionado la calle Blanco, en el Puerto de la Cruz, tramos comprendidos entre Cupido e Iriarte/Doctor Ingram, que sigue siendo apto para la circulación rodada; y el que con carácter peatonal llega desde esta intersección hasta el costado sur de la plaza del Charco. Desde la finalización de las obras, disponíamos de algunos apuntes para hacer una entrada en la que desmenuzáramos algunos rasgos característicos de su tipología constructiva y de la gente que habitaba en aquella vía que recordamos con adoquines hasta unirse con la explanada que antecede al refugio pesquero y todo el sector conocido por La Marina.

El nombre (en realidad, apellido) lo toma de Nicolas White, comerciante irlandés que llegó a ocupar la alcaldía de la localidad en el último tercio del siglo XVIII. Hay numerosas fotografías de la calle Blanco, desde distintos ángulos y en distintas épocas. La plaza, en sí misma, es el gran punto de encuentro, paseo, reunión y las más diversas actividades de los portuenses.

Pero bueno, el propósito es recorrer la calle Blanco. Situémonos en los años cincuenta. Subamos entonces desde el costado sur, donde por la derecha, en la casa que fue de Diego Arroyo, Manuel Pérez regentaba su establecimiento de venta de comestibles, allí despachó su hija Irlanda. Luego fue adquirido por Sixto Trujillo. Aparece la pequeña mercería/textil/juguetería de Belén Hernández y Basilio González, una tienda en la que mujeres de toda condición social hablaban sin parar desde tempranas horas. La panadería Torrents, al lado, despedía un sabroso olor que daba la vuelta a la manzana. Doña Teresa y doña Josefa se esmeraban en una atención que se concretaba en el despacho de candeal, parisién o sobado. Muchos años después –la modernidad apremiaba- llegaron los dulces y pasteles de elaboración propia. Seguía el hospital veinticuatro horas que era el despacho de don Celestino Cobiella Zaera, la consulta permanentemente abierta para atender a un accidentado o una parturienta o un acatarrado que el galeno prescribía a veces con sorna, como cuando mandó a un pescador a sanar en “casa de las niñas”, en Santa Cruz. La meretriz, cuando pidió los cinco duros de tarifa, se encontró una respuesta curiosa:

-Oiga, que me mandó don Celestino por el seguro de enfermedad.

Junto a la consulta, estaba Radio Bazar, donde Antonio García, antes de viajar a Venezuela, ya experimentaba con los primeros receptores y amplificadores. Gregorio Padilla y Agustín Armas, fieles colaboradores. Al garaje de la vivienda del doctor Cobiella, integrado en una casona antigua, con una fachada pródiga en ventanas que se poblaban los días de procesión. Era una fachada generosa. Era la casa de los Bazo, donde vivía Manuel el Follito que vendía tabaco, donde Juan Manuel Morales y Tita, siempre andaban atentos a los preparativos de Carnaval y a las festividades del mes de julio. En la planta baja, la venta de Sixto y Carmen Trujillo. Luego acogió Arcón, donde Plácido Bazo gestionaba la compra-venta de antigüedades y daba noticia de los emigrados a Venezuela.

Siempre en este sentido ascendente, llegamos a las estribaciones del “imperio” de Hernández Hermanos. En una agencia de autorepuestos y recambios se formaron muchos portuenses, o lo que es igual, encontraron su primer empleo. Antes de alcanzar otras propiedades, como un gran garaje y la sección de recauchutados que llegaban hasta una huerta próxima, estaba la casa que habitaron Agustín Cabo y Domingo Hernández Martín, a la que seguía el domicilio de los Sotomayor y donde convivió la familia de Pedro González de Chaves y Rojas, político y profesional del turismo. Allí hubo durante un tiempo una tienda de juguetes. En la primera planta de esa vivienda, que tenía un gran fondo, hubo prósperos y rentables negocios ya avanzados los años setenta y hasta nuestros días.

Otra casa canaria que debió ser utilizada como almacén y taller, antecedía a una edificación de tres plantas, donde vivían Víctor Hernández y Nicolás Pestana, en tanto que se afanaba a diario en su taller Tomás Hernández. En la venta de doña Marina, esquina a Cupido, vivía la familia de Adolfo Expósito. Allí fabricaron y dotaron la moderna sede la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) que venía a sustituir la vieja centralita desde donde transmitimos nuestras primeras crónicas periodísticas desde la sede de Hernández Hermanos, llamando a cobro revertido.

Blanco arriba, estaban las casas de Polegre, Izquierdo, Reverón y Oramas. Hay que recordar el almacén/molino de los Topham, una pequeña industria en la que los conductores de camiones hacían malabares para poder acceder. Ahí surgiría una pequeña gran superficie, de gran calado social para la zona del centro del municipio, con una marca archiconocida, Mercadona, cuya última etapa en este emplazamiento terminó dando a dos vías, Blanco y Nieves Ravelo.

Algunas casas cedieron a la transformación urbanística se convirtieron en edificaciones de viviendas, apartamentos y locales, con diversos usos, desde gimnasios y despachos profesionales a sedes de centrales sindicales. Y así, hasta alcanzar el chorro de Las Cabezas, con forma de falo, inutilizado desde hace años pero adecuadamente adornado cuando cada mes de mayo se celebran las fiestas fundacionales de la localidad. Muy cerca, la venta de María Yanes Campolimpio, a la que recordamos sentada en su trono controlando el despacho de cuartas de vino y platitos de chochos o frutos secos.

(Continuará)…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

lunes, 23 de agosto de 2021

LA MAGIA DE PAULINO


Paulino Gutiérrez Hernández  nació en la Villa de La Orotava, el 27 de Mayo del año 1957. Hijo del matrimonio de trabajadores orotavenses;  Adoración Hernández Cabrera  (ADORACIÓN LA PANADERA) y  Paulino Gutiérrez y Gutiérrez. Tuvieron cuatro hijos: Natividad, Francisco, Rosario y Paulino  Gutiérrez Hernández 

Estudió en Las Graduadas de Nuestra Señora de la Concepción de la Villa de La Orotava, hasta los 14 años.

Como todos los niños de su época, ayudaba a su madre a repartir el pan. Pero a los catorce años, comienza a trabajar en los Tejidos de don Manuel Arbelo, hasta los 16 años.

A partir de esa edad entra en el mundo de la magia, en la que en un corto periodo se convierte en un autentico mago.

Trabajaba entonces en la empresa mencionada, cuando el hijo del propietario; Javier Arbelo (mítico jugador de baloncesto villero), que ya practicaba la magia, le dio la oportunidad de aprender algunos trucos de cartas y magia de salón, dándole la congruencia de dedicarse exclusivamente a la Magia con tan solo 16 años y autónomo.

A partir de entonces comienza a trabajar de Mago en toda la isla de Tenerife. Moviéndose por todos los pueblos. Pero su debut lo realiza en las históricas fiestas de La Piedad (Villa Arriba). Cuando presidía la comisión de fiestas su  estimado amigo; Jesús Rocío Ramos.  

En el sótano de su casa, en la calle  CUBO ALTO, actuaba para los niños de las calles próximas, las tardes de los domingos por dos pesetas. 

Posteriormente, comienza actuar en el Puerto de la Cruz en salas como: La Isla Del Lago, El Martiánez, Hawái combinando con hoteles cada noche.

Contrajo matrimonio con la señorita; María del Rosario Núñez Peña, tienen un hijo en común; Madai Gutiérrez Núñez. Desde ese momento la pareja forma un dúo mágico con el nombre artístico; “PAULINO Y ROSI”.

En el año 1979 concursan en el programa  televisivo “GENTE JOVEN”.

En el año 1980 se presentan al Congreso Nacional de “MAGIA” de la especialidad  “MAGIA GENERRAL” celebrado en Santa Cruz de Tenerife, en el cual obtienen el primer premio y el gran premio Nacional.

Después de 38 años de matrimonio, se divorcian (2012). Desapareciendo el dúo “PAULINO Y ROSI”.

Paulino Gutiérrez Hernández emprende una nueva vida artística como mago con una nueva partener que forman un dúo, denominado “PAULINO Y SU MAGIA”, por lo que actualmente sigue con la  MAGIA y sus galas. 

Paulino me indica que; está entregado aprender cada día todas las novedades, en el mundo mágico, a través de las nuevas tecnologías de Internet, en el cual se intercambian ideas y vídeos.

Tanto es así que tiene en su mente y le gustaría que su muerte sea en los escenarios.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

domingo, 22 de agosto de 2021

DON SOTERO ÁLVAREZ BRITO, CAMIONERO


Que dura la vida del camionero, de aquí para allá con la interminable labor de conectar cosas con lugares. El paisaje y la ruta, su único destino, la perseverancia de cumplir su objetivo su única inspiración. Solidarios unos con los otros, conscientes de la labor que deben cumplir, sabiendo el peligro que día a día los aqueja en sus pesados rodados; los que, hora tras hora; aseguran el plato de comida para su familia. Sólo basta repetir: ¡Qué dura la vida del camionero!

La urgencia de abastecer de alimentos Y mercaderías a la Villa de la Orotava, como el trajinar de llevar los plátanos de este Valle al muelle de Santa Cruz era tan urgente, como urgente era que las calles del viejo Santa Cruz se ensancharan y dejaran entrar de una sola vez a aquellos románticos camiones que hacían una larga cola desde  la Cruz de Señor para aplacar de una vez la foto panorámica del viejo muelle chicharrero. Alegría, amor Y paz, pensaba que era lo que transportaban esos camiones, pero en realidad lo que se encontraba en el interior de sus cubiertas, eran piñas de plátanos envueltos en papel para ser trasportadas a tierra peninsular.

Don Sotero Álvarez Brito era hombre eminentemente honesto, de carácter estoico y parco en palabras, pero enamorado del oficio que se convirtió en su medio de vida, el transporte.

Nació en Villa de La Orotava en el año 1897 y residió toda su vida en la calle El Calvario de esta localidad, donde le tocó soportar  muchas vicisitudes, entre ellas la escasez de una guerra o la pérdida de dos hijos por enfermedad cuando ya disfrutaba de su jubilación.

Aprendió a conducir a la temprana edad de 17 años de la mano de don Enrique Ascanio y Méndez, con un vehículo
marca Martine, que éste había traído de un viaje a Inglaterra. A su vez, Sotero enseñaría a conducir a los hermanos de don Enrique y don Alonso Ascanio. Quedándose a trabajar con don  Tomás Ascanio en la finca del empaquetado La Charca de Agua, conduciendo coches como el Rapi o el Martine.

Más tarde, Sotero comenzó a conducir un camión, no sin antes enseñar el oficio a otro pupilo de nombre Alejandro, el cual se quedaría a cargo del coche.

El camión que conducía Sotero por  aquel entonces era de marca AES, tenía ruedas macizas y se empleaba para realizar el transporte relacionado con la actividad del empaquetado. Allí también enseñó  a conducir a un señor llamado Martín. Contaba Sotero anécdotas ocurridas durante su vida laboral como la que sucedió mientras él y Martín interrumpieron un
viaje a Santa Cruz, con sus camiones cargados de plátanos, para almorzar en el Pinito. Don Tomás, que acostumbraba a
situarse en el patio del empaquetado para ver subir los camiones por la Cuesta de la Villa, al no verlos pasar, se echó a andar para ir a buscarlos y los sorprendió en la bodega  saboreando unas viejas con un buen vaso de vino. Cuál fue su sorpresa, cuando don Tomás, lejos de echarles una reprimenda, bromeó y.les reprochó que no le hubieran invitado a comer con ellos.

Después de unos cuantos años trabajando con don Tomás, tuvo la oportunidad de comprarse un camión marca Chevrolet, lo que le permitió independizarse. Más tarde cambiaría su camión por otro de la misma marca, pero de mayor tamaño. Con éste comenzó una nueva etapa, trabajando para el empaquetado de la FAST.

Por aquel entonces, un 29 de abril del año 1931, contrajo matrimonio con Marina García Santos, mujer de carácter alegre y bondadoso que dedicó abnegadamente su vida al cuidado de su esposo y de sus hijos.

De esta unión nacieron cinco hijos, Maximiliano, Sotero (ejemplar presbítero, que falleció muy joven mientras ejercía su
sagrado misterio, hombre intelectual de las letras, de las artes y la música), María del Carmen, Antonio y José Andrés. A tres de ellos inculcó su padre el cariño por la profesión, que también se convirtió para ellos en su sustento. Maximiliano y Antonio se dedicaron al transporte en Venezuela, país al que emigraron desde muy jóvenes, y José Andrés en Tenerife.

Sotero y Marina convivieron durante más de cincuenta años y tuvieron la oportunidad de celebrar sus bodas de oro con todos sus hijos, yerno, nueras y la mayoría de sus nietos. También trabajó Sotero para la empresa de don Diego Álvarez, siguió enseñando a conducir a más gente y volvería a cambiar su camión dos veces más, un Chevrolet matrícula TF5502 y un Austin matrícula TF, 8296, con el que se acabó jubilando.  Este último camión se lo dejó a su hijo José Andrés, que también ha dedicado toda su vida al mundo del transporte y que actualmente se encuentra jubilado.

Don Sotero, que por cierto fue el número 51 del carné y que a su renovación por error se le puso el número 141, falleció silenciosamente en su cama un domingo día 8 de mayo del año 1983 a los 86 años, y hoy su recuerdo perdura en sus hijos, sus nietos, que en múltiples ocasiones han hablado de él y de su esposa Marina a sus biznietos y la gente quejo conoció. Nos ha dejado la lección del amor al esfuerzo del trabajo y a su oficio, así como la generosidad de enseñarlo a otras personas.

Con el paso de los años por ese viejo camino del norte de Tenerife, el amanecer, el atardecer hasta que solo la luz de las estrellas logra alumbrarlo, se recuerda el paso de este eminente camionero villero, algo novedoso lo reconoce, tras vislumbrar su viejo camión: que ha asombrado a todos los amantes de aquellos viejos camioneros.

Presiento qué ese gran hombre muy amigo de mi padre Juan Álvarez Díaz, cuyos suministros (la gasolina) le unían una gran adhesión, vendrá de nuevo a arreglar y poner en ruta su viejo camión. Solo espero que algún día se reencuentre con mi papá y con sus compañeros del volante y de la carretera en esa inmensa montaña que se llama El Teide.  

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

viernes, 20 de agosto de 2021

SOR JOSEFINA


Sor Josefina León Cabrera hermana de la Caridad de San Vicente Paul, nació en la Villa de La Orotava el día 13 de junio del año 1933 y falleció en la misma Villa el día 20 de Agosto de 2021, a los 88 años de edad.

Hija del matrimonio orotavense dotado de religiosidad católica - cristiana; Leopoldo León y Mercedes Cabrera, que tuvieron los siguientes hijos; Josefina, Leopoldo, Arsenio y Cándido León Cabrera.

Estudió en el colegio de la Milagrosa de la Villa de La Orotava, lugar donde se entregó a realizar el aspirante, postulado y noviciado a la comunidad de San Vicente Paul.

Posteriormente en tierra peninsular hispánica es consagrada definitivamente a monja de la hermana de la Caridad, siendo uno de sus destinos el Colegio de San José de Valdemoro de la Comunidad de Madrid.

Regresa a su Orotava natal, a su colegio de la Milagrosa que había construido una monja gallega Sor Soledad Cobián, es nombrada superiora de la comunidad orotavense, y al cesar recibe nuevo destino en el Banco de Alimentos de Santa Cruz de Tenerife, en la histórica calle La Noria. Ahí realiza una caritativa labor fundamental con la pobreza social e humanitaria de Tenerife.

Josefina nos conocemos desde que yo era niño, por mi hermana Fina esposa viuda de tu hermano Cándido.

Reconozco que en la vida fuiste una gran mujer, entregada a la causa, a la enseñanza, a la pobreza, a la caridad, sobre todo a la humanidad. Fuiste una excelente comunicadora, diste y ayudaste tanto como pudiste.

Ahora descansa en la casa de tu padre “San Vicente Paul”, de tu madre “La Milagrosa”, y disfruta de la tranquilidad, de la esperanza y de la misericordia, con toda tu familia querida a la que acompañarás desde hoy.

Un abrazo Sor Josefina.

Hasta siempre.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL