viernes, 18 de junio de 2021

ANITA, EN EL CORAZÓN DEL PUEBLO


 

El amigo y compañero de docencia en el IES La Orotava Manuel González Pérez; AGAPITO DE CRUZ FRANCO, nos cuenta en su libro; LA OROTAVA, CURRÍCULUM VÍTAE (Excelentísimo Ayuntamiento de La Orotava, 2013), en las páginas; 189, 190, 191, la figura de Anita la del Estanco que tituló ANITA, EN EL CORAZÓN DEL PUEBLO”: “…María Josefa Ana Francisca Martin Herrero es uno de los personajes más populares de La Orotava. Así, con nombre y apellidos al completo, sería difícil reconocer que estamos ante quien desde 1947 –con apenas 12 años- regenta esa pequeña-gran tienda, el “Estanco Las Antillas” en la esquina sur de la céntrica plaza de La Constitución, antiguamente plaza de la República, popularmente conocida como plaza del Quiosco o de La Alameda y que más de una persona reivindica para ella también con su nombre. De hecho hay hasta una página en Facebook que reza así: “La plaza de La Constitución debería llamarse plaza Anita”. Hija de José Antonio y Juliana, naturales de Monleras, un pueblito de Salamanca, nació en la propia Orotava el 4 de octubre de hace ya 81 años (2013), donde su padre trabajaba como comisario de la policía local. Fue él quien alquiló este pequeño y reducido local –de quien aprendió la seriedad y puntualidad para el trabajo- y en el que su madre llegó a querer ponerle una camita detrás para que durmiera. De hecho no ha llegado a cerrar ni un solo día. Está soltera y sin compromiso y no se piensa casar, aunque tiene unas sobrinas –hijos del matrimonio de su hermano Jesús- que son como sus hijas, dice, al hablar de Aurora y Conchitina, hoy sus sucesoras en la vocación comercial y popular de Anita. Su peculiaridad estriba en un carácter dicharachero y afable. Habla mucho con los clientes, siempre sonriente y a menudo haciendo chistes. Así, se ha ganado la simpatía de chicos y grandes. Pero es que además, es una persona trabajadora de las de verdad. Si cierra el estanco –nunca ha cerrado por vacaciones-, es apenas para dormir y da igual que sean días laborables que festivos: Anita siempre tiene abierto para vender, ante todo las típicas pachangas, junto con todo tipo de golosinas, caramelos, pasteles de la Orotava, Los Realejos, Puerto de la Cruz, La Cruz Santa, La Laguna, etc. mimos, regaliz, chocolate, chupetes, bombones, tartas, velas de cumpleaños, chicle, cigarrillos, lacitos, tortas de manteca, bizcochón, gelatinas, hojaldre, piononos, carretes de fotos, cigarrillos vendidos por unidad para ese primer cigarro… Y eso sí, como sistemas para enredarte te puede llegar a decir que no tiene cambio y la vuelta tendrá que ser en chicles o darte más de la cuenta para que otro día se lo devuelvas o –en el caso de aglomeración de gente– comenzar a atender por el último de atrás para que no se le vaya nadie. Como alguien ha escrito en el grupo citado de Facebook Anita inventó las mejores técnicas de venta mucho antes que naciera el marketing moderno. Al escribir estas líneas Anita está ya retirada, pero si te la encuentras por la plaza camino de su otra tienda en la calle San Agustín, verás que sus anécdotas se multiplican: Te puede decir que no tiene música favorita aunque le gusta mucho Jorge Negrete. Siente predilección por las papas y el arroz y le encantan los animales sobre todo gallinas y pollitos. Habla de un italiano, el cual, como no le daban la medalla del trabajo apareció un día con una placa dedicada a ella, y cada año la felicita en su día. Te puede llegar a contar cómo la han robado muchas veces: “Me pedían cambio para un billete y se marchaban con el cambio y con el billete, o algunos que llevaron una caja de dulces al coche aún les estoy esperando”. Suele dejar sola la tienda –incluso responsabilizando de su cuidado con total confianza al primero que llegue– por lo que una vez le llegaron a sustraer hasta 60.000 Ptas. E incluso una de las veces se coló uno por la ventana a robar: “...pero quedó dentro al estar los candados puestos y tuvo que venir la policía a sacarlo”. Nunca ha estado enferma. Como muchas cataratas o reuma. Sube y baja las escaleras trepando como nadie por las paredes del diminuto local para coger las mercancías, las cuales sabe donde están todas y cada una dentro de esa abigarrada cueva de las fantasías infantiles: “¿Acaso no tengo buen cuerpo?”, suele decir. Le llegó a mandar reposo el médico a raíz del reuma citado pero a continuación, conociéndola le espetó: “Si vas a morir del corazón por estar deprimida al no trabajar, es mejor que mueras de la pierna”. Se jacta de que no tiene enemigos, aunque reconoce que no es muy espléndida ya que: “...me ha costado ganar el duro”. Para añadir: “Si me tocara la lotería, seguiría trabajando con el mismo entusiasmo”. Y como es de ley, ha recibido múltiples felicitaciones. Así el 12 de noviembre de 1996 recibió el homenaje de entidades públicas y privadas a través de los ex alcaldes de la Villa: José Estévez Méndez, Cándido Acosta y Francisco Sánchez, junto a la entonces teniente alcalde Guillermina Hernández en representación de Isaac Valencia, primera autoridad municipal, así como un representante de la Tercera Edad. En diciembre de 2006 la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Tenerife le concedió el “Garbanzo de Plata” por su merecimiento tras 60 años iniciando a los niños en las actividades mercantiles… Más recientemente, la pequeña y mediana empresa la ha felicitado también y desde la Concejalía de la Mujer y Políticas de Igualdad del ayuntamiento que coordina María Belén Rodríguez, se le ha rendido homenaje junto a otras tres mujeres empresarias. Un grupo político, ANC, ha llegado a pedir para ella que sea nombrada “Hija predilecta” con lo que se: “...reconocería el mérito al trabajo diario, así como la figura de un personaje popular que solo con su constancia se ha asentado entre lo más tradicional del casco villero. Pues es un ejemplo de villera y mujer trabajadora, la cual podría también dar nombre a una calle o plaza”. Sin embargo los más entrañables de los reconocimientos le han venido a través de cartas desde la propia Venezuela. También desde Sevilla donde alguno de los militares desplazados en su momento desde Sidi-Ifni al antiguo cuartel de San Agustín de La Orotava, la ha seguido recordando y visitado luego con su familia. Y por cierto, dirigirle una carta tan solo con “Anita la de la plaza del Quiosco” y llegarle con normalidad. Muchos han escrito sobre ella como Gabriela Gulesserian en Diario de Avisos, el juez ya fallecido José Luis Sánchez Parodi, el rotativo El Día e incluso un viejo periódico escolar del Colegio Público San Agustín: “La pizarra”. Sólo deseo añadir al reconocimiento general, mi felicitación más sentida a esta mujer emprendedora, alegre, sencilla y que se ha hecho a sí misma. Y por todos los años que llenó de color y dulzura el mundo infantil y no tan infantil, y por lo significativo que sería, proponer, que por suscripción popular, con la aprobación de la Corporación Municipal y de la mano de uno de los artistas villeros, se erigiera –como símbolo hacia niños, grandes y pajaritos del olvido– una estatua con la delgada silueta de Anita, junto a su lugar de trabajo de la plaza del Quiosco, en el corazón mismo del pueblo…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


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