sábado, 6 de enero de 2018

CALLE CALVO SOTELO, VILLA ARRIBA, LA OROTAVA



El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (06/01/2018) estas notas que tituló; “CALLE CALVO SOTELO, VILLA ARRIBA, LA OROTAVA”: “… Siguiendo el tono del aparejador y sin embargo amigo, Chacho Vital (alias, Jesús García Delgado) (alias es al revés, pues casi nadie lo conoce por su nombre de pila), costumbre de no ocultar ningún apodo, lo que en esta zona canaria se llama nombrete, cuento un par de anécdotas de aquellos años cuarenta y cincuenta del siglo XX.
El hijo de Isidro el Sacristán, que yo conocí, era Pepe Madame, y una vez que estábamos algo beodos (¡veo doble, veo dos!) coincidimos con Pepe Madame en la bodega de Mario, padre de Malucho el Guagua. Mario murió enseguida y fuimos a su entierro; la bodega estaba en la calle León, frente la casa de don Eusicio Celorrio. Pepe Madame  estaba  ya entrado en copas, y algún gamberro entre los más jóvenes le llenó subrepticiamente, ¡con vinagre puro!, su vaso de vino.  Pepe Madame se lo mandó de un trago, sin percatarse del contenido, estilo barra del  <Saloon>  de las películas del Oeste…
Otra anécdota: En el campo de la Garrota y su más próximo entorno, que yo recuerde, había junto a la casa de Pedro el Pollo, verdaderos profesionales artistas jugando al boliche (canicas, en godo) en cancha de tierra, de tal modo que, con los dedos pulgar, índice y medio, manejaban el boliche (de barro cocido y un cm escaso de diámetro) con una habilidad asombrosa;  a más de un metro de distancia acertaban a introducirlo en la <ganga>, (hueco cóncavo de unos quince cms. de diámetro por diez de fondo) que era como el comodín en el póker o algo así. ¡Algunos eran verdaderos artistas, se quedaba uno bobo! Había también boliches de vidrio, llamados <vidriucas>, pero eso era un lujo.
Y en la cancha de la Garrota (10x20 metros, no más) recuerdo a Alejandrino (a) el Buzón (buzón por su ancha boca),  extremo izquierdo de una calidad extraordinaria;  se fue joven a Venezuela  y tengo entendido que murió de taxista en Caracas. No volvió aquí, como se suele decir, <más nunca>. Era un chico al que le coges aprecio, nada más contactar con él.
Nota.- Era nada frecuente ver a un niño de <gente rica> jugar ni al boliche ni al mini futbol en el campo de la Garrota…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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