El amigo desde la infancia de la Villa de La Orotava; JUAN CÚLLEN SALAZAR
remitió entonces (04/042015) estas notas que tituló “EVARISTO RODRIGUEZ, SACERDOTE SALESIANO,
SUBIÓ A LOS CIELOS”
Publicadas en el
matutino tinerfeño EL DÍA, 04 de Abril
de 2015: “…El
sábado día 22 de marzo 2015, ya en la antesala de la Semana Santa, Don Evaristo
subió a los cielos, silenciosamente y en frenética carrera hacia las manos
agradecidas del Creador. Cumplió 81 años, tres días antes de morir, en la
mágica Sevilla ahora más salesiana, si cabe, y nos dejó a todos ausentes de su
bondad, pero felices, pues sabemos que
ya disfruta de la presencia de Dios. Fue un gallego, que fichó por la
Congregación salesiana, que lo destinó a La Orotava, incluso antes de llegar al
sacerdocio. Era preciso que primero se enamorara del Teide,
que veía, en todo su esplendor, desde su ventana. Así empezó a amar
profundamente la obra de Dios y a llevar a los jóvenes por el camino más recto
hacia El. Conoció a varios miles de alumnos a lo largo de su vida, y Don
Evaristo se convirtió en el salesiano más amable, bondadoso y querido, de cuantos vivieron en esta Orotava,
a la sombra del colegio San Isidro, que creara Don Nicandro, allá por el año
1916. No hace muchos días comentábamos con él, que el próximo año cumpliría la
Fundación sus primeros cien años de vida. Don Evaristo era un salesiano, que
tenía todas las cualidades que Don Bosco quería para sus hijos, los salesianos,
y siguiendo su ejemplo, fue alegre, amable, paciente y solidario. Como escribía Juan del
Castilllo, en el periódico EL DIA, compañero de nuestra clase y antiguo alumno
de Don Evaristo, “fue siempre un amigo de verdad, sin mácula de ninguna
especie”. Por ello sus discípulos, hoy, ven en él un faro luminoso que nos guía
hacia Dios. Los jóvenes fueron atraídos, por su intermediación, a la devoción a
Maria Auxiliadora, haciéndoles correr en un Cross, con una carrera anual donde
los atletas, sudorosos y alborozados, se
contaban por millares.
Muchos discípulos lloramos su muerte
aunque alegres pues como quería Don
Bosco, un buen alumno salesiano debe mirar siempre al frente, y más aún,
después de conocer a un hombre santo y
ejemplar. Estuvo 33 años en nuestro colegio y se quedó para siempre en
nuestro corazón.
Don Evaristo cumplió 81 años en la
festividad de San Jose y sabedor que este amigo lo felicitaría por ello, se
adelantó para facilitarme la tarea. Otra
cosa es el dato oficial de nacimiento, que por alguna razón a veces no coincide
con la realidad jurídica. Fue la última conversación que sostuvimos.
Don Evaristo en sus últimos años,
reiteradamente, manifestó que quería
morir en nuestro pueblo, y lo consiguió, pues su alma permanece en la capilla
del Colegio, los patios del recreo y sobre todo en el recuerdo de sus alumnos.
Me atrevo a solicitar del Ayuntamiento de la Villa, que su vida y obra se
perpetue dando su nombre a una calle, para que las generaciones futuras sepan
que aquí vivió un sacerdote santo, que amó La Orotava profundamente hasta el
final...”
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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