El
amigo de la Villa de La Orotava; JAVIER LIMA ESTÉVEZ. Graduado en Historia por
la Universidad de La Laguna, remitió
entonces (14/01/2018) estas notas que tituló; “LA REPOBLACIÓN FORESTAL Y EL
AGUA”.
Publicadas el 12 de enero de 2018 en La Opinión de Tenerife: “…Diversas
crónicas de inicios del pasado siglo nos informan sobre la necesidad de
conservar y luchar por la riqueza natural de nuestro territorio, con la
finalidad de evitar o, al menos, intentar reducir el desastre que desde
diversos rincones de nuestro territorio ya se realizaba sobre el medio. Como
parte de esas reivindicaciones destacamos el artículo del tristemente
desaparecido en su tierna juventud, Francisco Codesido y Hernández, cuyas referencias han sido utilizadas por
quien suscribe el presente artículo en anteriores ocasiones. En concreto, nos
situamos ante un artículo publicado en Heraldo de Orotava, el 22 de octubre de
1922, bajo el título “repoblación forestal”, disponible para su consulta en la
hemeroteca digital de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna. El
periodista inicia su artículo recordando el llamamiento realizado por Gaceta de
Tenerife en atención a la necesidad de impulsar la repoblación forestal,
situando los problemas que al respecto se generaban con el hacha, las cabras y
los incendios. Sin embargo, a pesar de situar esos tres factores como problemas
a solucionar, no duda en justificar que los leñadores, cabreros e incendiarios
actúan atendiendo a su propio beneficio inmediato, dejando a un lado las
consideraciones futuras en el tiempo. Codesido continúa exponiendo algunas
consideraciones en atención a la defensa realizada al respecto por algunos
especialistas. Por otro lado, apunta los beneficios innegables que para nuestro
territorio aporta el agua y la necesidad de agradecer un elemento que de no
existir en cantidades necesarias nos obligaría “resignarnos a retroceder a
tiempos análogos a los bíblicos, en los que se podría ser feliz y patriarca con
un huerto y un sicomoro o un olivo”. Una cuestión que enlaza con el cultivo de
variedades tropicales que dependen del agua, imaginando las consecuencias
terribles que para la economía canaria pudiera ocasionar su inexistencia.
Para la solución del problema del agua, Codesido
recoge las propuestas emitidas por diversas autoridades en relación a la
construcción de galerías subterráneas, aunque matiza que el descubrimiento de
tales recursos sería insuficiente ante la demanda existente y la que se podría
llegar a generar en el futuro.
De la escasez de precipitaciones y la
necesidad de preservar el agua no duda en acudir ante la relación que se genera
con los árboles, en tanto que el arbolado contribuye a alimentar las corrientes
subterráneas de aguas, ya sea directa o indirectamente, como matiza y expone
por ejemplo a partir de los estudios realizados por el destacado geólogo en
distintos montes, Lucas Fernández Navarro. También subraya la importancia de
los árboles en atención a su carácter como elementos para la sujeción de la
tierra y el hecho de que a partir de su conservación podría extraerse el único
“medio conocido y positivo de multiplicar el caudal de agua existente, y la
manera de conjurar el peligro que corremos de irnos quedando paulatinamente sin
montes”.
Codesido incluye algunos apuntes y
referencias históricas para aproximar al lector ante la explotación del
arbolado, tanto por la utilización en nuestro territorio como por el hecho de
emplearse en construcciones en otros lugares.
La opinión del periodista era un
llamamiento que se unía a todo un conjunto de personas que defendían la
necesidad de actuar a favor de los árboles. No duda en pedir y solicitar la
lucha por la repoblación y el fomento del arbolado de los montes canarios.
Dirige su llamamiento a las autoridades, solicitando su colaboración para
impedir los abusos que se generaban, estableciendo vigilancia y un control
efectivo al respecto y castigando con mano dura cualquier atentado que se
pudiera cometer. Por último, envía también su mensaje a los labradores y
propietarios, con la finalidad y esperanza de que puedan entender que el hecho
de plantar árboles y no contribuir en su destrucción puede ser el mejor
beneficio para el futuro de sus hijos y la prosperidad del territorio…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario