El amigo de la Vera, natural de Los Realejos; JOSÉ PERAZA
HERNÁNDEZ remitió entonces (07/01/2017) estas notas que
tituló; “MANCHAS ROJAS EN EL BARRIO DE LA VERA 1950-2016”: “…Las historias son buenas o malas, pero
siempre nos gusta recordar aquello que ha sucedido en años pretéritos. Lo
pasado, es la historia que los de hoy no recuerdan o no saben, por lo cual, lo
que se escribe, queda para la historia. Hay momentos que hay que rescatar, y
traer hasta nuestros días. Claro está que con el respeto que ello se merece.
Por lo cual, con estas líneas, quiero rendir mi más sentido pesar a todas las
familias en general.
Éste
suceso, ocurrió un 23 de marzo de 1950. Fallecieron personas de este barrio de
la Vera, como en Los Realejos y en El Sauzal. Procedemos a detallar sus
características.
En
1951, otro suceso hizo vibrar al barrio, así como a la isla entera, o en donde
llegó la noticia. Fue un caso asombroso, como escalofriante, y más durante esa
época. Se trató del abuso y asesinato de una menor.
Por
último, fue otro accidente ocurrido en este mes de diciembre de 2016. Un
accidente de circulación que pasamos a relatar. Éste último, fue comparado con
los dos anteriores, del enorme gentío que acompañó en su entierro. Fue una
inmensa masa de gente que acompañó a este joven.
Pasamos
a desarrollar la crónica negra del suceso de 1950, el que sucedió en el
municipio de El Sauzal. La historia comienza en un casa de comida, situada en
la carretera general de tal municipio, donde varias personas murieron
envenenadas con gofio que estaba lleno de arsénico. En él, fallecieron la dueña
de la casa, su sobrino y su sobrina, además de dos comensales más.
Al
parecer, éste gofio se usaba para matar a las ratas. El escrito habla de ocho
muertes en total, tanto de vecinos de La Vera (del Puerto de la Cruz) como del
municipio de Los Realejos y El Sauzal.
LA
NOTICIA ERA LA SIGUIENTE: Tres personas han resultado muertas y otras 30 se encuentran
en grave estado, por intoxicación producida al comer pescado, con queso y gofio
que contenía arsénico. Este gofio se destinaba a matar las ratas.
En la
carretera general, al norte del pueblo del Sauzal, se encuentra situada una
casa de comidas, muy frecuentada por los habitantes del contorno y transeúntes,
los propietarios de esta casa son el matrimonio Juan Acosta Díaz, de 48 años de
edad, y Áurea Ávila de 34 años.
Esto
sucedió al mediodía de ayer cuando almorzaban en ella los hermanos, de corta
edad, Domingo, Carlos y Juan Figueroa Barroso. También almorzó la dueña, Áurea Ávila,
junto a su hermana Ángela y un sobrino del propietario, así como los ocupantes que
llegaron en un camión que se detuvo en dicho lugar. Tales eran el chófer (con
su mujer), dos hijos jóvenes y otra señora.
Transcurrida
una hora comenzaron a sentir molestias todos ellos, con vómitos que tomaron características
alarmantes, al no ceder a los auxilios prestados por los médicos, quienes diagnosticaron
que se trataba de un caso grave de intoxicación. La gravedad se acentuó en algunos
y fallecieron en las primeras horas de la noche los hermanos Juan y Carlos Figueroa,
así como la dueña la casa de comidas, Áureas Ávila, siendo una de las más afectadas
junto a otros dos familiares de los dueños.
Los
ocupantes del lugar abandonaron el mismo, una vez terminado el almuerzo y según
noticias que se reciben en el Puerto de la Cruz y la Vera, se hallan en grave
estado, temiéndose que fallecieran. Domingo Figueroa se salvó de la muerte por
no comer pollo.
Se
decía que eran noticias confirmadas. A primera hora de la tarde habían
fallecido ocho personas y unas 30 habían sido ingresadas.
Hay que
decir que informaron de Urgencia y que cuatro personas más fallecieron a
consecuencia de la intoxicación ocurrida en una casa de comidas de la localidad
de El Sauzal. Otras más se hallaban en gravísimo estado y alguna menos graves.
Se
conocen los nombres de las cuatro nuevas víctimas del envenenamiento ocurrido
en una casa de comidas, tales son: Rosario Martin Hernández, de 21 años,
soltera; Ramón Martín Hernández, de 83, soltero; Miguel Pérez y Pérez de 16 años,
y Secundino González Martín, de 32. Todos ellos experimentaron los efectos de
la Intoxicación cuando regresaban en un camión al Puerto de la Cruz, de donde eran
vecinos y dejaron de existir al llegar a su domicilio.
Asimismo,
el conductor del camión, que se dirigía a Realejo Alto, llamado Santiago Rodríguez,
había participado en tal comida. Sintió malestar de envenenamiento durante el
viaje, por lo que tuvo que dejar el volante a un amigo que le acompañaba (el
cual no había comido el gofio), llegando a su domicilio en estado preagónico.
El
alcalde del Puerto de la Cruz presidió el sepelio de las víctimas, que constituyó
una gran manifestación de duelo. Se ha establecido que la causa del
envenenamiento fue pollo preparado con arsénico para matar ratas, propiedad del
padre de los hermanos fallecidos en El Sauzal, el cual había sido entregado al
dueño del establecimiento donde se sirvió la comida, para que lo guardara con
el fin de evitar confundirlo con el resto de la harina que despachaba en un
molino de su propiedad.
La
dueña de la casa de comidas, que asimismo falleció y que tenía conocimiento de
tal paquete, parece que no lo tuvo presente cuando mandó a su hermana que
trajera el gofio de la cocina para preparar el almuerzo. Esta última continuó
en un gravísimo estado, así como un sobrino suyo…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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