Año 1958, la Avenida de José Antonio (actualmente Canarias) de la Villa de
La Orotava, recién terminada. Esplendidos edificios entonces modernos que
cubrían la parte derecha de esta flamante Avenida que unía la calle El Calvario
con la Sidrona. En el cruce de la resplandeciente Avenida con la calle El
Calvario se colocó por primera vez una tarima con un paragüita blanco donde se
regulaba entonces el pequeño trafico existente en la Villa por un guardia
urbano que casi siempre le correspondió al señor Abrante.
Por la derecha vemos el Cine de don Casiano, o el Cine Orotava recién
terminado, le sigue la Casa - Escuela de Doña Lucía Mesa, con su maravilloso
jardín cerrado con unos baluartes de hierro que le daba sombra dos nispereros.
Frente a esta legendaria escuela donde muchísimos orotavenses aprendimos a leer
y a escribir en tiempos difíciles estaba la parada de los Taxis Piratas que
transportaban a los villeros hacía la capital tinerfeña. Le sigue el edificio
construido por los herederos de la señora Viuda doña Luz esposa en segunda
nupcias del exiliado de origen alemán don Alberto Müzemayer de tres plantas,
cuyos salones estaban cubiertos desde la derecha a la izquierda de la citada vía
por; Comestibles Hernández, Tejidos Árbelo, Bar Restaurante Tapia y Comercio de
don Bernardo Hernández León. El segundo edificio lo construyó don Pompeyo
Barona, el cual forjó su vivienda particular en el ático y puso su farmacia
laboratorio en la parte baja, a su derecha estaba el Bazar Butano. El Tercer
edificio construido por don Toribio Quintero y sus hijos, colocaron allí la
famosa y recordada “LA ACADEMIA” con su Bar- Restaurante y Hostal, el ultimo
edificio que no vemos en la foto, en la parte baja don Pedro Pérez Betancourt
montó su Bazar de electrodomésticos donde mi padre le compró la primera
lavadora eléctrica a mi madre. En la parte alta esta la barbería de Antonio
conocido por el “Tacón – Junior”, donde trabajaban Pepe y Antoñito. En el anexo
a la barbería estaba la Escuela de Automóviles que regentaba Tito Muzemayer.
De mi infancia y juventud, recuerdo las farolas de encendido blanco, el
jactancia corto bordeado de luces de colores (parecido a un pequeño semáforo)
que señalizaba una pequeña placeta, el buzón de correo en la esquina y el
letrero luminoso en la azotea del primer edificio que anunciaba FUME 46.
Por ese año empezaron los bailes de fin de año en La Academia, desde donde
se tiraban fuegos artificiales.
La entonces apoteósica y moderna Avenida se inauguró siendo alcalde de la
localidad don José Estévez Méndez en la fiesta mayor de ese año 1956 amenizado
por la orquesta Royal Taoro. Y a partir de ese momento los viernes de las
citadas fiestas se organizaban exhibiciones de JIKAMA de automóviles y
campeonatos de camareros. El Club Deportivo Tenerife se concentraba en el
Restaurante – Bar Tapia.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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