sábado, 19 de agosto de 2017

UN PEZ GRANDE



Esta simpática y extraordinaria fotografía, corresponde a aquella playa de Los Cristianos de la década de los años sesenta del siglo XX. La que visitábamos y disfrutábamos de sus baños tranquilo, de su territorio celestial, del buen pescado. Una playa que fue lugar de descanso de la naturaleza, de la tranquilidad, de lo honestidad y que hoy está convertida en un hecatombe absoluto de hierros y cemento. Aquello fue un romance que nuestras generaciones estudiábamos en el bachillerato y recitábamos con nuestras pandillas sobre la arena amarilla y el romper de las pequeñas olas marina en una playa que era grande de corazón y de la vida.
Lo que éramos del norte, siempre soñábamos en ella, la que visitábamos por la carretera de Vilaflor a través de Las Cañadas, y tantas curvas para llegar por aquellos viejos camino, los de la capital a través de la larga y pesada carretera del sur tinerfeño.
Siempre que íbamos, pensábamos que llegábamos a un paraíso de la esperanza y de la fraternidad.
Este espectáculo que vemos en la foto, de una señora con el PEZ GRANDE, era habitual cuando visitábamos la lejana Playa de Los Cristianos, se trata de un buen atún blanco capturado por sus habitantes que conformaban un pequeño pueblo de pescadores y tomateros, en aquellas inmensas aguas marinas cristalinas y tranquilas.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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