martes, 2 de enero de 2018

CARLOS RODRÍGUEZ Y RODRÍGUEZ EX PRESIDENTE DEL CB. SAN ISIDRO EN EL RECUERDO



Aniversario de su fallecimiento. Carlos Rodríguez y Rodríguez fue el segundo presidente del CB. San Isidro de la Villa de la Orotava, cuando el club se denominaba CB. AA. AA. Salesiano Mayaba. Fue precisamente durante su presidencia cuando se le cambió la denominación al club.
Temporada 1974 – 1975, su junta directiva, acuerda por unanimidad dar  de baja en la federación tinerfeña al equipo sénior, nunca supe las causas.
El club que se había fundado en el mes de septiembre del año 1967, solo se quedó con el Junior y Juveniles. Hasta la siguiente temporada (1975 – 1976).
Fue entonces cuando el CB. Puerto Cruz le cedió la plaza sénior a la que había pertenecido, por su retirada de la competición.
A partir de ahí el club tuvo que cambiar de denominación, a llamarse CB. San Isidro, pues se tenía que endosar un patronímico que tuviese relación con el Colegio de San Isidro de la Villa, donde jugaba y utilizaba sus instalaciones y tenía su sede.
Carlos Rodríguez y Rodríguez nació en el Puerto de la Cruz en el año 1941, y falleció en el Hospital Universitario de Tenerife, el día 2 de enero del 2017, a los 76 años de edad.
Trabajó de administrativo en la recordada empresa comercial portuense de don Ruperto Peña en la esquina de las calles Luis de la Cruz y San Juan.
Casó en la Villa de La Orotava con la orotavense Coral Sálamo Padrón, de cuyo matrimonio tuvieron cinco hijos; cuatro varones y una hembra: Carlos Vicente, Pedro Ángel, Francisco Javier, María de la Fuensanta y Enrique Nicolás Rodríguez Sálamo.
Su afición por la música coral era evidente.  Perteneció a las corales; de la Orotava (Los Pirandones) y Liceo de Taoro.
Presidente del Club Baloncesto AA. AA. Salesianos Mayaba de la Villa de La Orotava (actual CB San Isidro), durante las temporadas; 1974 -1975 y 1975 – 1976.
Un hombre serio, servicial, trabajador, le conocí cuando se vino a vivir a la Villa de La Orotava. En la vida hablé muy poco con él, vivió un tiempo cerca de mi casa en la histórica calle El Calvario de la Villa, y cuando hablábamos, lo hacíamos del baloncesto y alguna que otra vez del canto coral. Al final de su vida vivió en el sur de Tenerife.
Ahora en el paraíso sempiterno, disfrutando del merecido descanso, de la esperanza y de la eternidad.
Un abrazo Carlos hasta siempre.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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