lunes, 1 de enero de 2018

FÉLIX JESÚS DOMÍNGUEZ PÉREZ, UN AMIGO DE LA INFANCIA EN EL RECUERDO



Aniversario de su fallecimiento. Perder a un amigo de la infancia es uno de las experiencias más dolorosas que una persona debe afrontar en la vida. Todos en algún momento sufrimos la pérdida de un amigo y nos resulta difícil aceptar que esa persona, con quien compartimos tantos momentos y a quien confiamos tantas cosas, ya no estará más en nuestra vida.
Aunque la muerte de un amigo nos entristezca el alma y nos deje un inmenso vacío debemos seguir adelante y recordarlo siempre con alegría. Una forma de aceptar la pérdida de un ser querido es despidiéndonos de él y decirle a los demás lo buen amigo que fue y la falta que nos hará.
En un paseo que realicé la mañana oscura del día primero de este difícil año que se nos avecina 2013, una mañana que al salir de casa vi el padre Teide coronado de nubes negras, un día frio y gris, me dispongo a dar una vuelta hasta la plaza del Ayuntamiento, visitar el Belén instalado allí, y regresar por las calles de San Agustín, Avenida Canarias, al llegar a la   Avenida de Emilio Luque Moreno, me encuentro con el amigo Manolito Bello, comunicándome la triste noticia, del la ida al infinito de otro gran amigo de la infancia Félix Domínguez.
Félix, había nacido en la Villa de La Orotava en el año 1948, en el Llano de San Sebastián en la desaparecida ciudadela propiedad de la familia “Los Ascanio”, en la esquina frente al surtidor de gasolina de mi padre Juan Álvarez Díaz por encima de casa de mis abuelos José y Engracia. Actualmente reconvertida en un fantástico geriátrico.
Jugamos mucho en la plaza de Franchi Alfaro, al fútbol, al baloncesto e incluso a guerra de pistoleros con pistolas de aquellas que nos dejaban los Reyes de antaño.
Estudió el bachillerato en el Colegio de San Isidro (salesianos) de la Villa de La Orotava, cerca de nuestras casas, era dos años mayor que yo, y cursaba dos cursos por encima, recuerdo que con él estudiaban, la promoción que en el año 2015, cumplen las Bodas de Oro, la promoción del Colegio de San Isidro de La Villa de La Orotava, que se graduaron en el Bachillerato Superior en el Curso 1964 – 1965.
Una promoción integrada por los siguientes alumnos (entre internos y externos); de la Rama de Ciencias: Sebastián Cruz Hernández,  Antonio Cúllen Salazar (fallecido), Jesús Manuel Díaz Hernández, José Ángel Dorta Díaz, Salvador García Díaz, Domingo García Pérez, Agrícola González Álvarez, Sixto González Álvarez, Alejandro González de Chaves y Díaz, Jesús González de Chaves y Pérez (Corvo), Andrés Vidal González del Rosario, Felipe Hernández González, Juan Carmelo Hernández González, Pedro León González, Juan Antonio Melchor Yumar, Salvador Oliva Cruz (Tito – fallecido), Pedro Eustaquio Pérez García (Chicho), Pedro Quintana Arencibia, José Félix Sáenz Fernández, Felipe Suñer Machado, Baiza Peropadre y José Bello. De la rama de letras; Juan Cruz Ruiz, José Antonio Valcárcel Boissier, Francisco Martín Pérez (Franci) y José Miguel  Rodríguez Fraga.
Recuerdo que siendo niños revoltosos, cuando pernotábamos la plaza de Franchi Alfaro para los juegos infantiles, a Félix se le ocurrió subirse a un moral de casi seis metros o siete de altura que estaba frente a la calle García Beltrán, cuando nos dimos cuentas, vimos como volaba hacía al suelo entonces de tierra. La verdad que era tan frágil y habilidoso que se levantó muy tranquilo y se fue a su casa.
Félix jugaba muy bien al Baloncesto y al Fútbol, desgraciadamente, se incorporó oficialmente casi a los veinte años, cuando nadie le conocía, pero era tan técnico con el balón en las manos y en los pies que destacaba con mucha agudeza en ambos deportes. El Club Baloncesto AA. AA. Salesianos (actual CB. San Isidro) y el Sporting Orotava del fútbol aficionado, eran las entidades que Félix Domínguez compaginó en el deporte de su pueblo natal La Villa de La Orotava.
Acabo de perder a un amigo de la eterna infancia, que en su vida profesional fue funcionario de la banca, disfrutaba de su jubilación anticipada, me han encargado realizar un alegato en su memoria, solo trato de pensar en los recuerdos gratos que conviví con él y su familia en aquellos años idos infantiles y juveniles, las anécdotas y las alegrías. Procuro que todos se enteren lo significativo que fue en vida con todos sus conocidos que le querían, sobre todo su desconsolada esposa Carmita, y el gran vacío que quizá deje su ausencia.
No trato de hacer un memorándum difuso, pero sí debo expresar numerosos conmociones. Tampoco trato de hacer llorar a los amigos y sobre todo a sus familiares, sino también hacerlos sonreír en un momento tan afligido. Como este en que el amigo Félix Domínguez ya pasea por ese lugar eterno, con sus recordados compañeros del Sporting Orotava (Juanito, Paco….) y algún que otro también relacionado con el fútbol y el baloncesto.
Este espacio, donde reina la felicidad, la paz, la esperanza, quizá sea amigo “Félix” un lugar como aquel donde siendo niños y adolecentes jugábamos a toda clases de escasos esparcimientos  en la plaza de Franchi Alfaro. Un abrazo y hasta pronto.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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