El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA
LLANOS, remitió entonces (09/07/2025) estas notas que tituló “DOMINGO HERNÁNDEZ TORRES, ENFÁTICO”: “…Los primeros
recuerdos que conservamos de Domingo Hernández Torres, fallecido en el Puerto
de la Cruz el pasado domingo, son del desaparecido teatro Topham, cuando
presentaba -ya vestido de esmoquin-aquellos festivales lírico-musicales -así
aparecía en los anuncios artesanales- que dirigía Jesús Hernández Martín, el
Maestro. Domingo era, sobre todo, enfático, sin impostar la voz con la que nos
identificamos cada vez que escuchábamos La Voz del Valle, la emisora que
dirigía el padre José Siverio y tenía su sede en el Ayuntamiento de La Orotava,
hasta que llegó la frecuencia modulada (FM) y mandó a parar. Allí, en tétricos
estudios, frente a micrófonos antediluvianos, hizo Domingo sus prolongadas
prácticas, directos y grabaciones, esquelas y discos dedicados, texto de
clásicos, algo de teatro hablado: un locutor de primera cuando la radio luchaba
contra sus propias limitaciones y aún existían los guiones.
Hernández
Torres, ya con bagaje y escuela, cruzó luego a Radio Popular de Güímar, también
de la mano de Siverio. Su locución era como un banderín de enganche, incluso
cuando presentaba las grabaciones de música clásica en “Sala de audiciones”,
con la que muchos, por cierto, dormían la siesta cada tarde.
De
Güímar a La Laguna a medida que avanzaba en su condición de autónomo, reparando
televisores y receptores de radio. Domingo siempre encontraba alguna solución,
alguna lámpara, algún condensador, alguna pieza reciclable.
Así
lo acreditaba años después, cuando se encargaba de las coberturas megafónicas
electorales de los actos que promovían los socialistas del Puerto de la Cruz.
Muy celoso con su archivo personal, iba engrosándolo con grabaciones insólitas
por las circunstancias que concurrían. A él se le debe, en parte, el auge de
una canción rescatada de la Guerra incivil española, pseudotitulada ‘La
morenita’, que el PSOE portuense convirtió durante décadas en una suerte de
himno que tarareaban en el pueblo hasta quienes no eran socialistas.
Domingo
nos ha dejado la discreción y la reserva de las que hizo gala durante su vida.
Un hombre introvertido al que gustaba el humor ácido y al que Juan Cruz Ruiz le
ha dedicado, a modo de despedida, una semblanza cargada de simbolismo
generacional…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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