La gran final de la primeriza e inaugural edición del
prestigioso Trofeo Teide, la protagonizaron en el entonces remozado Estadio
municipal “Los Cuartos” de la Villa de La Orotava. El Deportivo de La
Coruña y el CD. Puerto Cruz, el domingo quince de Agosto de 1971,
imponiéndose los gallego por dos tantos a cero, goles marcados por el coruñés
Beci, sin embargo los portuenses opusieron seria resistencia al primera
división gallego, entregándose solamente en los quince minutos finales.
“Los Cuartos”, registró entonces una gran entrada, en los
prolegómenos se guardó un minuto de silencio por la muerte del presidente del
CD. Vera, Don Salvador Ledesma Devora. Los primeros cuarenta y cinco minutos
fueron de gran interés, porque el Puerto Cruz sorprendió a todos. El cuadro
portuense era quien dominaba la zona central del campo, con un fútbol de mucha
precisión y llegaba con facilidad hasta el área del conjunto gallego, pero a
sus delanteros le faltaba eficacia en los remates. El Coruña en su rapidísimo
contraataque, siempre bien llevados por Manolete -hasta que resultó lesionado
-, daba muestra de gran peligrosidad. No se esperaba que el Puerto Cruz pudiera
mantener el ritmo de juego que imprimió, dejando constancia de una gran
preparación física y lo que fue más sobresaliente que nunca se entregó al
Coruña.
Al cuadro portuense le salió un partido redondo, donde todos sus
jugadores se entendían perfectamente y sus avances eran llevados a base de un
solo toque y con rapidez. Lástima que sus delanteros no tuvieran la misma
facilidad rematadora de que hacían galas los delanteros gallegos.
En la segunda mitad el Coruña salió decidido en busca del
triunfo, que en principio se le había puesto muy cuesta arriba ya que los
jugadores portuenses no daban un balón por perdido y siempre buscaban iniciar
las jugadas desde atrás cosa que casi siempre consiguieron. Al final el Coruña,
serenó más su juego. No obstante, el Puerto Cruz seguía defendiéndose con mucha
soltura y en muchas ocasiones puso en peligro el portal del coruñés Seoane. Al
final del partido, el delegado provincial de Educación Física y Deporte, hizo
entrega al capitán del Coruña, del trofeo de campeón. El Excmo. Señor García
Lastra, al capitán del Puerto Cruz, Basterra el de sub - campeón, los equipos
fueron despedidos con una gran ovación por el excelente fútbol practicado y por
la deportividad de que hicieron gala a los largo de los noventa minutos.
Como colofón de este primer Trofeo Teide se quemó una traca en
los anexos del flamante recinto deportivo. Como nota destacada, por el equipo
portuense, muy bien Lito, con paradas extraordinarias y cubriendo con
oportunidad todos los ángulos de tiro. En la cobertura los mejores fueron
Basterra y Paco, sin desentonar al resto. En el centro del campo estuvieron muy
bien Félix, que entró en la segunda parte por Donato, sin que éste tampoco
estuviera mal, y el interior izquierdo Candi, un jugador que apuntaba grandes
cualidades y que sería pletórico, si mejorara su condición física. Delante muy
bien Movilla, pero mejor cuando pasó a interior, pues el puesto de extremo no
le iba bien.
También este era un jugador que apuntaba genio, pero con el
mismo defecto que Candi. Cejas estuvo valiente, pero no muy afortunado en
sus intentos de remate. Morales tampoco desentonó. Le tocó vérselas con
Bello,un defensa realmente difícil de rebasar.
En el Coruña sobresalieron; el meta Seoane, un portero que
prometía llegar lejos en el fútbol profesional, en la cobertura Bello y Luis,
en el centro del campo Vales, y delante Cortés y Beci.
Arbitró el encuentro el tinerfeño Vera de León, que realizó un
extraordinario arbitraje, siguiendo siempre el juego de cerca.
Muestra de este acontecimiento, lo podemos ver en la fotografía
expuesta, que según al amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS,
entonces cronista del desaparecido rotativo tinerfeño “La Tarde”. El CD. Puerto
Cruz Alineó (según la fotografía), de izquierda a derecha de arriba abajo: “… Lito, José Manuel Gil, Govea, Aníbal,
Basterra, Donato, Paco, Movilla, Cabrera, Cejas, Candi, Morales, y Perico
Rivero…”
“…Lito sí
era de Los Silos. Llegó procedente del Tenerife, aunque también jugó en el
Silense, Era imponente bajo los palos. Unas piernas largas intimidaban en el
uno contra uno…”
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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