Fotografía referente a la Junta
directiva del Unión Deportivo Orotava (año 1971), cuando se inauguró el césped
natural en el Estadio Municipal “Los Cuartos” de La Villa de La Orotava,
presidida por el recordado doctor Don Buenaventura Machado Melián, uno de los
principales promotores del Trofeo Teide. Aún se está esperando que el
mencionado Estadio orotavense se le honre con su nombre.
Es evidente la remembranza de un día,
mes, y año, exactamente el once de Agosto de 1971, se inauguraba en la
Noble y leal Villa de La Orotava, la restauración de un gran Estadio
de fútbol, letargo de un Doctor inolvidable; Don Buenaventura Machado Melían.
Un hombre filántropo, que soñaba en muchas ocasiones con el esplendor de una
misión denominada “monstruo”, sembrar de césped el Estadio Municipal de “Los
Cuartos”, junto con el acrecentamiento de las gradas y vestuarios. Dos
argumentos, solo dos, se le quedaron lúgubre, trascendentales propósitos, que a
pesar de su acostumbrada lid, no pudo o no le dejaron confiscar, proyectos como
la iluminación eléctrica, y sobre todo, remitir a su eminente conjunto,
conocido en el fútbol territorial por “Los Copos de Nieve”, a metas mas altas.
Sin embargo este querido Doctor, que trabajó para el ente vallero de manera
desinteresada y sacrificada, merece la mejor compensación del fútbol
orotavense, - perdóneme que lo tenga que repetir -, pues este hombre
entusiástico debe permanecer en bronce, para divisar el egregio Estadio
Villero, su estadio, su querido estadio, pues era sorprendente verle organizar
lo utópico con la ayuda de sus copartícipes, en el restablecimiento de la
vanguardia del gran aposento acrobático embellecedor de la glorieta futbolera
orotavense.
En 1971, entre los colectivos sin una
cobertura económica eficiente se encontraban los equipos puntales del fútbol
regional isleño. Estos obtenían la asistencia económica a través de humilde
cuotas de socios, y taquillas de los pequeños estadios existentes. Para hacer
frente a estas circunstancias, a algunos de sus dirigentes de talante
ilustrado, se les ocurrió celebrar trofeos estivales. Los primeros contactos se
establecieron entre amigos, pero este sistema consideró que lo mejor era formar
un colectivo relativo para su organización, llegándose a un acuerdo, para así
utilizar las zonas estratégicas del fútbol alejado de la capital para arrastrar
a seguidores norteños. Efectivamente en la tarde del once de Agosto de 1971, el
Estadio Municipal “Los Cuartos” se encontraba absolutamente repleto de almas
humana, lucía un Sol espléndido, y en su terreno de juego de color verde zarzal
estaban presente; los recordados; Don Juan Cúllen y Lugo entonces Alcalde
de La Orotava, Don Leandro Medina Arcipreste y párroco de Nuestra Señora
deLa Concepción, Don Félix Álvaro Acuña Dorta Delegado Provincial de Deporte,
representaciones municipales de los pueblos del Valle, presidente de la
Federación Tinerfeña de Fútbol, presidentes y directivos de los equipos
organizadores, Presidente del Club Deportivo Tenerife, directivos del equipo
invitado, el Deportivo de La Coruña de la primera División Española,
y bellas señoritas ataviadas con el traje típico de La Orotava, que
repartían claveles rojos entre los jugadores. Se inauguraba la nueva pista para
la práctica de fútbol en la Villa Norteña, y al mismo tiempo nacía un
persistente trofeo que llevaba el nombre de nuestro padre Teide.
Perentoria iniciativa de Don
Buenaventura Machado Melían presidente del UD. Orotava, Don Luís Guiance Abreu
presidente del Real Unión de Tenerife, y Don Alberto Hernández Illada
presidente del CD. Puerto Cruz. Esa misma tarde se jugaba el primer partido del
trofeo, el orotavense Galindo inauguraba el marcador, la emoción estuvo a
punto de desintegrarse. Pero la profesionalidad y la inteligencia del coruñés
“Manolete” en el centro del campo gallego, mermaba las aspiraciones del novel
canteriota Orotava, que terminó vencido por tres tantos a uno.
Sin embargo el UD. Orotava, se
clasificaba en el tercer puesto del trofeo al vencer por dos tanto a uno al
Real Unión de Tenerife, el partido se celebró en el estadio del Peñón del
Puerto de la Cruz, el día catorce de Agosto de 1971, inauguraba el
marcador por parte del Orotava Sánchez II, en el minuto 19 del segundo tiempo,
a ganarle la acción al meta Hilario del Real Unión. En el minuto 30 igualmente
del segundo tiempo, empataba el unionista Lázaro, que tras dar en Silverio,
cambia la trayectoria del balón. En el minuto 10 de la prórroga el orotavense
Juan Jesús marcaba el definitivo dos a uno, tras recibir un rebote de Sánchez
I. El partido fue mediocre sobre todo en los primero cuarenta y cinco minutos.
Todo el juego que se pudo presenciar se realizó en el centro del campo. Las delanteras
se mostraban muy ineficaces cara al marco. La segunda parte fue más movida. Se
notaba en los conjuntos más garras u fuerzas. La prórroga resultó mejor jugada
por ambos equipos que los noventa minutos. En el Orotava destacó la inclusión
de Isidro que demostró clase, tanto defendiendo como atacando. El Real Unión
tampoco rehusó al ataque, buscando inusitadamente el triunfo.
La gran final de la primeriza e
inaugural edición del prestigioso Trofeo Teide, la protagonizaron en el
remozado Estadio Los Cuartos, El Deportivo de La Coruña y el CD.
Puerto Cruz, el domingo quince de Agosto de 1971, imponiéndose los gallego por
dos tantos a cero, goles marcados por el coruñés Beci, sin embargo los
portuenses opusieron seria resistencia al primera división gallego,
entregándose solamente en los quince minutos finales. Los Cuartos volvieron a
registrar una gran entrada, en los prolegómenos se guardó un minuto de silencio
por la muerte del presidente del CD. Vera, Don Salvador Ledesma Devora. Los
primeros cuarenta y cinco minutos fueron de gran interés, porque el Puerto Cruz
sorprendió a todos. El cuadro portuense era quien dominaba la zona central del
campo, con un fútbol de mucha precisión y llegaba con facilidad hasta el área
del conjunto gallego, pero a sus delanteros le faltaba eficacia en los remates.
El Coruña en su rapidísimo contraataque, siempre bien llevados por Manolete
-hasta que resultó lesionado -, daba muestra de gran peligrosidad. No se
esperaba que el Puerto Cruz pudiera mantener el ritmo de juego que imprimió,
dejando constancia de una gran preparación física y lo que fue más
sobresaliente que nunca se entregó al Coruña. Al cuadro portuense le salió un
partido redondo, donde todos sus jugadores se entendían perfectamente y sus
avances eran llevados a base de un solo toque y con rapidez. Lástima que sus
delanteros no tuvieran la misma facilidad rematadora de que hacían galas los
delanteros gallegos. En la segunda mitad el Coruña salió decidido en busca del
triunfo, que en principio se le había puesto muy cuesta arriba ya que los
jugadores portuenses no daban un balón por perdido y siempre buscaban iniciar
las jugadas desde atrás cosa que casi siempre consiguieron. Al final el Coruña,
serenó más su juego. No obstante, el Puerto Cruz seguía defendiéndose con mucha
soltura y en muchas ocasiones puso en peligro el portal del coruñés Seoane. Al
final del partido, el delegado provincial de Educación Física y Deporte, hizo
entrega al capitán del Coruña, del trofeo de campeón. El Excmo. Señor García
Lastra, al capitán del Puerto Cruz, Basterra el de sub - campeón, los equipos
fueron despedidos con una gran ovación por el excelente fútbol practicado y por
la deportividad de que hicieron gala a los largo de los noventa minutos, y como
colofón de este primer Trofeo Teide se quemó una traca en los anexos del
flamante recinto deportivo. Como nota destacada, por el equipo portuense, muy
bien Lito, con paradas extraordinarias y cubriendo con oportunidad todos los
ángulos de tiro. En la cobertura los mejores fueron Basterra y Paco, sin
desentonar al resto. En el centro del campo estuvieron muy bien Félix, que
entró en la segunda parte por Donato, sin que éste tampoco estuviera mal, y el
interior izquierdo Candi, un jugador que apuntaba grandes cualidades y que
sería pletórico, si mejorara su condición física. Delante muy bien Movilla,
pero mejor cuando pasó a interior, pues el puesto de extremo no le iba bien.
También este era un jugador que apuntaba genio, pero con el mismo defecto que
Candi. Cejas estuvo valiente, pero no muy afortunado en sus intentos de
remate. Morales tampoco desentonó. Le tocó vérselas con Bello, un defensa
realmente difícil de rebasar. En el Coruña sobresalieron; el meta Seoane, un
portero que prometía llegar lejos en el fútbol profesional, en la cobertura
Bello y Luis, en el centro del campo Vales, y delante Cortés y Beci. Arbitró el
encuentro el recordado tinerfeño Vera de León, que realizó un extraordinario
arbitraje, siguiendo siempre el juego de cerca.
Antes de dar comienzo de esta autentica
final, el capitán del Juvenil Real Unión equipo que había actuado en partido
preliminar con el Juvenil Orotava encuentro que terminó con empate a cero
goles, - entregó un banderín al Coruña, en la persona de su capitán, Manolete.
El Vice - presidente del Coruña, señor Pereyra, hizo entrega al presidente del
equipo de aficionados del Puerto de la Cruz, Céltic, de un artístico
banderín con los colores del Club Gallego. Los capitanes de los equipos
finalistas también intercambiaron banderines. Al finalizar el encuentro se
procedió, - como hemos indicado -, al reparto de trofeos. La señora del
presidente de la Peña los “Diez Magníficos”, Don Fernando Díaz Pérez
entregó al coruñés Bello , el donado para el jugador más regular del Torneo; el
general Jefe de los Servicios de Intendencia de Canarias Señor Lastre, al
capitán del Puerto Cruz, Basterra; el correspondiente al sub - campeón del
Torneo y el delegado provincial de Educación Física y Deportes, Don Félix
Álvaro Acuña Dorta, al capitán del Deportivo de la Coruña, Beci; el primer
trofeo Teide, como equipo ganador de la competición. La prensa decía; que la
comisión organizadora de esta primera edición del Trofeo Teide, se encontraba
satisfecha del éxito logrado en todos los aspectos. El gran ausente del Trofeo
que en lo sucesivo se convertía en uno de los grandes prestigiosos del
Archipiélago Canario, fue el representativo de la provincia el CD. Tenerife.
Pues el CD. Tenerife organizaba en la capital chicharrera un trofeo
Internacional de forma triangular, a jugar en el Heliodoro con la participación
del Os Belenenses de la primera división portuguesa y el Royal Beerschot,
campeón de la liga Belga del año 1971.
En aquel año de 1971, se esperaba del
eminente Trofeo Teide solidez para muchos años, gracia al tesón de su promotores
por el fútbol tinerfeño. Se empezaba sin dificultad alguna, no había
instituciones que le cerraran el paso. Como se pudo suponer, hablo de unos
hombres de intelecto futbolístico, daban todo por el fútbol, pero nunca pensé
como pudieron alcanzar la razón definitiva y enigmática de su posterior
abandono. Tenían apariencia deportiva campechana. Era exactamente la época en
que los jóvenes querían ser buenos futbolistas. El Doctor Don Buenaventura
Machado Melián, era la dulce persona que hacía afición en este réprobo Valle de
Taoro, a base de abnegación y serenidad. Era el hombre que no necesitaba mover
grandes capitales, como se hace hoy en el fútbol para que este caminara por las
sendas de la alegría, solo le bastaban sus sugerencias, en el esplendoroso
estadio de “Los Cuartos” se puede reverenciar su testificación. Eran tiempos de
idolatría al fútbol, algunas veces se desbordaba el alborozo, las puertas
estaban abiertas a todas las familias amante certeramente del deporte Rey. El
trabajo fue rígido y desinteresado, sin embargo, todo parece que fue ayer, y al
cabo de 41 años, EL TROFEO DECANO DE CANARIAS Y CUARTO DE ESPAÑA EN LA
VIDA ESTIVAL, deseamos que se haga severidad con los promotores. Por ello, nuestro
fascinante Trofeo Teide debió sentirse seguro. Lo cierto que el avenir de su
supervivencia, se rememora este año de 2011, maltrecho por el tiempo pero
cuidadosamente aliñado bajo lo que hoy han querido conservarlo.
La gestión del Trofeo Teide
estratégicamente descansa en ayudar a los Club organizadores, unas sociedades
demandantes del sobrevivir, recuerdo las gestiones administrativa de un gran
tesorero villero Don Juan Pérez (fallecido), Juanito Pérez para los
deportistas, que llegó a encajar el balance del prestigioso Trofeo con un
superávit de ocho pesetas y veinte y cinco céntimos, parece mentira que en esa
ocasión visitaba la Villa el Real Zaragoza. Por eso ha de ser una
referencia obligada a la hora de fijar los presupuestos de las futuras
competiciones del estío, ya que constituye una pieza maestra de la
competitividad de las economías de los Club organizadores.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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