Aniversario
de su fallecimiento. Otra noticia triste que me llega, en esta tarde rara, con
tormenta y calurosa del lunes 10 de agosto del 2015. Afligida de
verdad, pues se nos acababa de ir para siempre un buen muchacho de la Villa de
La Orotava, que conocíamos por “Manolo”.
Le
conocí desde que nació, y al que tuve la gallardía de preparar y entrenar para
el deporte de la canasta, desde el infantil CB. Águila del Valle, hasta el
juvenil del mismo titular, además al cumplir la edad reglamentaria jugó en el
Junior y Sénior del CB. AA. AA. Salesianos (actual CB. San Isidro).
Manuel
González y González “Manolo”, era un chico sencillo cordial, trabajador,
luchador, amigos de sus amigos, jugó al baloncesto de base, aunque también lo
hacía de escolta. Siempre lo utilicé para organizar el juego del conjunto y
para pausar al equipo de cara a cualquier jugada ofensiva o defensiva. También
jugó al futbol en el Infantil San Isidro de Francisco Sánchez García
(fallecido). Era todo un ejemplo de superación, de deportividad, de amistad y
de concordia.
Nació
en la Villa de la Orotava en el año 1956, estudió en el colegio de San Isidro,
y en el Instituto de Villalba Hervás en la Torrita. Al final cambió los
estudios por el trabajo de relojería y platería, muchos años en el taller del
amigo orotavense Jesús Hernández Álvarez, independizándose por su cuenta al
final de su vida.
Fue el
tercer hijo del matrimonio de la Villa; Manuel González y Virgilia González;
siendo sus hermanas; Teresa y Florita González y González.
Con 59
años, tras una rápida e inesperada enfermedad, nos dijo adiós definitivamente.
Los que le conocimos, en el mundo del baloncesto de la Villa de La Orotava y
todos los estamentos sociales estamos totalmente consternado por su marcha,
sobre todo un servidor, que fue su preparador en el deporte de la canasta.
“Manolo”,
“Manolito” como te llamábamos y en algunas veces te llegué a bramar dentro de
la cancha, espero que en ese terreno eterno, vuelva a jugar al baloncesto como tú
siempre lo hacía, por ahí te encontrarás con algún que otro compañero, sobre
todo con tus padres; Manolo y Virginia, además con tu hermana Teresa. Que descasé
en el paraíso de la esperanza y de la misericordia.
Los que
nos quedamos aquí, esposa, hijos, familiares y amigos te queremos y te seguiremos
queriendo. Un abrazo y hasta siempre.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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