El amigo desde la infancia de la Villa de
La Orotava; Evaristo Fuentes Melián “Espectador”, remitió entonces (09/11/2017),
estas notas, que tituló; “LOS TOPÓNIMOS CANARIOS Y LOS LABERINTOS”: “…No
nos quepa la menor duda de que los canarios en general somos la mar de
enrevesados. Si hablamos de los topónimos, pongan atención, queridos lectores:
aquí, en Tenerife, a mediados de los años cincuenta del siglo XX, dejamos
resuelto con la unión de ambos municipios en uno solo (Los Realejos), el
laberinto que suponía un municipio llamado Realejo Alto, que tenía costa; igual
que el vecino municipio del Realejo Bajo, que también tenía costa, pero tenía
un barrio en la montaña llamado Icod El Alto, que estaba más cerca del casco
principal del otro Realejo, el Realejo Alto, y que además no tiene nada que ver
con Icod de los Vinos, otro municipio que tiene en medio a los de San Juan de
la Rambla y La Guancha.
Para
más inri, en Los Realejos actual hay otro núcleo urbano llamado Cruz Santa, que
está a cuarenta kilómetros de Santa Cruz, la capital.
No
paran ahí los laberintos: conocí hace años a una empresa constructora
peninsular, que se adjudicó en subasta una obra en Buenavista del Norte, a
ochenta kilómetros de la capital, pensando que quedaba en las afueras, en
Vistabella.
Vayámonos
a la isla de La Palma. El puerto de mar más cercano al casco principal del
municipio de Los Llanos de Aridane es el puerto del municipio
de Tazacorte, que está a tres kilómetros en línea recta del casco
principal de Los Llanos; sin embargo, el puerto de mar de este municipio es
Puerto Naos, que queda mucho más lejos, a diez kilómetros de distancia del
casco principal de Los Llanos.
Pero
lo peor de todo, es que en la isla de La Palma, con el reparto guanche anterior
a la conquista, que se puede ver en un mapa que hay en el Centro de Visitantes
de La Caldera, las divisiones del territorio insular eran en línea recta, de
monte a mar, y sanseacabó, mucho más lógico y sencillo.
En
consecuencia, se dan anécdotas psicodélicas como ésta: hace algún tiempo, un
árbitro andaluz, en un partido de Segunda B, en Santa Cruz de La Palma, fue
agredido y quedó algo turulato, de modo que al declarar en una emisora de radio
con su acento andaluz, dijo que: “había
zalido de Parma muu zoliviantao”.
Nunca
se supo, ni el mismo árbitro tampoco, si tuvo amnesia momentánea y no se
acordaba del lugar donde había arbitrado y recibido la leña: Palma de Mallorca,
Las Palmas, la ciudad italiana de Parma o en La Palma isla todo lo bonita que
ustedes quieran, queridos lectores, pero que fue donde le dieron los cachetones
al árbitro de marras…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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