El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA
LLANOS remitió entonces (10/11/2015) estas notas que tituló; MELECIO
“MEMORIALISTA”: “…Convenimos, eso
parece, que hay que superar la amenaza del olvido inevitable, tan latente en
cualquier manifestación de la experiencia humana. Cuando la gestora cultural y
escritora madrileña, Bárbara Palomares Sánchez, señala que “el espacio de la
memoria permanece atrapado en los rincones de nuestro silencio, de nuestra
soledad, sin que el olvido pueda desdibujar para siempre los recuerdos que, de
manera inexplicable, perduran aferrados en sus calles, en sus casas, en sus
aromas, en sus escondites, en sus miradas, en sus vacíos… y, en ocasiones, en
la nada…”, está dando a entender la importancia de cultivarla: la memoria, la
capacidad para recordar, almacenar y construir. La historia, la iconografía,
las voces y los sonidos, las imágenes fotografiadas o filmadas, e incluso la
tradición oral -tan valiosa entre los canarios para conocer y entender muchas
cosas- alimentan un cierto sabor inconfundible de la memoria.
Hay que agradecer a las personas que la
conservan esa facultad, su retentiva, especialmente cuando, por razones fáciles
de colegir, la memoria fue condenada o relegada o cuando, sencillamente, no se
quería que existiera; o cuando, a diferencias de los tiempos actuales, no había
recursos ni medios técnicos para ponderarla como es menester. “Somos un pueblo
sin memoria”, hemos dicho en numerosas ocasiones para reprochar alguna omisión
o alguna falta de reconocimiento. “Un pueblo sin memoria es un país sin
futuro”, escribió en uno de los accesos al Estadio Nacional de Santiago de
Chile una corporación de ex presos políticos que padeció allí mismo los
horrores de la dictadura derivada del golpe de Estado de Pinochet. Para que
nadie olvidara.
Pues bien, la Junta de Cronistas
Oficiales de Canarias va a distinguir mañana, en el Instituto de Estudios
Hispánicos de Canarias (IEHC), a Melecio Hernández Pérez como Memorialista, que
viene a ser, según el diccionario, aquella persona que por oficio escribe
memoriales o cualesquiera otros documentos que se le pidan. Se trata de un
justo reconocimiento a un quehacer sensible y constante, indisolublemente
ligado a la preocupación por los valores autóctonos que ha sabido defender, sin
estridencias y con certeza, en su infatigable dedicación a la lectura, en sus
observaciones minuciosas y en sus investigaciones al servicio de la comunidad,
plasmadas en artículos y libros que plasman ya el rico y sin igual anecdotario
portuense ya los orígenes, las etapas y los episodios sobresalientes de la
historia del turismo en su ciudad natal, Puerto de la Cruz.
Melecio Hernández Pérez, espléndidamente
octogenario, llegó a ser librero y es, por derecho propio, un vigía del legado
que distingue y enorgullece a un pueblo. Su ejercicio memorístico bien vale
este reconocimiento de los cronistas oficiales canarios que saben de su
compromiso y desempeño hasta encontrar en él una fuente fiable y autorizada,
sobre todo, para mantener viva la memoria colectiva. Si todos somos
depositarios de lo que ha pasado, alguno, como Melecio, tiene el privilegio de
saber testimoniar.
BRUNO
JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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