viernes, 2 de marzo de 2018

LA CLÁSICA ROTONDA DEL AUTOSTOP EN EL TIEMPO



Era el curso académico 1968 – 1969, me disponía a una nueva vida académica, los estudios del Preuniversitario en el Instituto San Agustín (Cabrera Pinto) de la ciudad universitaria de La Laguna. Una vez graduado en el bachiller superior, realizado en el colegio de San Isidro de La Orotava. Un grupo de muchachos y muchachas de La Orotava, nos desplazábamos a la Laguna a estudiar Preu. En mi caso, y en calidad de huérfano de mi pobre padre, no tenía, ni teníamos a pena un duro en el bolsillo, nos desplazábamos diariamente a nuestras aulas en el transporte de moda de aquella década prodigiosa, que estaba en las canciones de la música ligera de entonces, El Autostop. Desde la Plaza de La Paz o del Calvario de la Villa, casi de madrugada, hacíamos colas, en días de luna llena, y en días de lluvias para montar en el vehículo de turno. Siempre recuerdo a mis compañeros del oficio y del estudio; Pedro Padrón Pacheco, Carmen Lola Quintero González y Toña (hija de la recordada profesora del parvulito del colegio La Concepción, doña Tella). Todos las mañanas no íbamos hacía la rotonda que vemos en la foto, nos dejaban en la esquina de la derecha, por lo que cruzábamos a toda velocidad la rotonda, la avenida de la Trinidad, para sentarnos en los pupitres del Instituto a las ocho horas de las mañanas. La vuelta era indiferente, a veces nos juntábamos y a veces no. Pero las colas eran interminables, puesto que éramos muchos los estudiantes del norte de la isla de Tenerife que hacíamos estas prácticas de desplazamiento, la mayoría universitarios y siempre nos paraban los entonces sufridos conductores, a los que le estoy agradecido, y que no menciono, pues fueron tantos y no me gusta dejar en el tintero a algunos de ellos.
Esta foto que cuelga a través del Facebook, el amigo y convecino de la Villa de La Orotava Juan Pedro Pérez Rodríguez conocido por Peyo, me trae a la memoria, toda una vida estudiantil académica preuniversitaria y universitaria en el tiempo.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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