lunes, 5 de marzo de 2018

LA OROTAVA Y SU SEMANA SANTA



Fotografía referente a la procesión del Mandato del jueves Santo por la tarde en la década de los años cincuenta del siglo XX en la Villa de La Orotava, que sale desde el templo parroquial de Nuestra Señora de la Concepción, a su paso por la calle de Tomás Pérez (Home).

Desde muy antiguo la Villa de La Orotava celebra la Semana Santa con gran brillantez. Sus templos se ven en estos días concurridísimos de fieles, así como los numerosos desfiles procesionales que salen desde diferentes templos. La riqueza de las cofradías y hermandades, el valor artístico de las imágenes, los tronos y las andas de plata repujada de los pasos, hacen de la Semana Mayor orotavense, una de las mejores de la Isla. El Domingo de Ramos por la mañana, desde la capilla de los padres Salesianos, sale el Señor del Burrito, escultura que encargó a un taller de Sevilla en las décadas de los 50 el entonces Director del Colegio Don Pacifico Medina Sevillano. Al mediodía desde la iglesia nuestra Señora de La Concepción, culto al Señor Predicador, del imaginero Blas García, sentado en un bello sillón policromado barroco. Y por la tarde, como remate del día desde San Francisco La Oración del Huerto de Murga. El lunes Santo, los cultos se centran en el populoso barrio del Farrobo, en su iglesia parroquial se venera el Ecce Homo, que llamamos cariñosamente el Señor de la Cañita. El martes Santo, desde la iglesia de nuestra Señora de La Concepción, es protagonista el paso del Señor Preso y San Pedro, obra de Sebastián Fernández. Les da guardia de honor, la Hermandad del Santísimo, una de las sacramentales más antiguas de Canarias. El Jueves Santo, por la tarde. La cofradía de la Santa Vera Cruz y Misericordia, una de las más antiguas de la Villa, fundada a mediados del siglo XVI. En el testero de la nave del Evangelio, tenía esta cofradía su altar con las imágenes del Cristo de la Misericordia, la Dolorosa y San Juan el Evangelista. En 1.632 terminó de fabricar la Hermandad su nueva capilla; el arco lo labró el cantero José Rivero. Las efigies se colocaron en un retablo o nicho de cantería, obra del maestro Francisco Rodríguez. En el inventario del año 1.563, figuran registrados el Cristo de la Misericordia, La Dolorosa y San Juan. Siendo preboste y hermano mayor de la cofradía Don Antonio de Calderón el mozo, encargó, en 1.586 a Juan de Arfián la policromía del Cristo. La sepultura, según consta en los libros de cuentas fue tallada por un artista que vino desde Garachico. El Cristo copia exacta del Cristo de La Laguna es de Ruíz Díaz un imaginero que todavía no ha comprendido, ni ha entrado de lleno en el Renacimiento. La Dolorosa y el San Juan Evangelista que estaba al pie de la Cruz, fueron sustituidos en el siglo XIX, por otras imágenes del Grancanario José Luján Pérez. La figura de San Juan es de talla completa, una de las mejores esculturas que salieron de las manos de este imaginero Canario. La Dolorosa es de vestir. Estas imágenes salen cada una en su trono o base de plata repujada. Por la noche, se celebra la solemne procesión del Cristo de la Columna y la Virgen de la Gloria, acompañadas por las imágenes de San Juan y la Magdalena, que sale desde la parroquia de San Juan Bautista del Farrobo. Esta procesión es organizada por la Hermandad de Esclavos del Santísimo Cristo de la Columna. Fue fundada esta Hermandad en 1.759, previa licencia concedida por el Obispo de Canaria Fraile Valentín de Morán de la Orden de la Merced. La imagen del Señor de la Columna fue regalada a la parroquia de San Juan Bautista del Farrobo por el canónigo de la Catedral de Las Palmas e hijo de la Villa, don Francisco Leonardo Guerra, en 22 de enero de 1.639. Esta escultura, una de las mejores de Canarias, se atribuye al sevillano Pedro Roldán o a su hija Luisa. Este paso tiene un bello trono de plata repujada primorosamente labrada. En 1.799 se añadió a este paso el de la Virgen de Gloria, obra de José Luján Pérez. Dolorosa de categoría artística, de talla completa de estilo barroco. Después de la definitiva exclaustración de los frailes, se añadieron a esta procesión dos pasos, el de San Juan el Evangelista y el de la Magdalena, procedentes del convento de San Francisco. Ambas imágenes son de vestir; la de San Juan es de Luján y la de María Magdalena de Estévez. La Cabeza del apóstol es una copia de la del evangelista de la iglesia de la Concepción del mismo autor. El Viernes Santo por la mañana, después de los cultos propios del día, sale de la iglesia del ex-convento de Santo Domingo la procesión del Nazareno, formada por los pasos de; el Nazareno, con el Cirineo, la Dolorosa, San Juan y la Verónica. Al llegar a la plaza del Teatro tiene lugar la ceremonia del "Encuentro". Las imágenes son de vestir El Nazareno es una escultura de la segunda mitad del siglo XVII y parece obra de los imagineros de Garachico. La Dolorosa es de la misma época; el San Juan y la Verónica tienen menos interés. Al mediodía, en la ermita del Calvario en la que recibe culto un grupo escultórico que se conoce con el nombre de Cristo del Calvario. Tratase en verdad de una Piedad obra del siglo XIX del artista orotavense Fernando Estévez. El 12 de febrero de 1.864, el obispo de Canaria y Administrador apostólico de Tenerife Fraile Joaquín Lluch y Garriga concedió licencia al Mayordomo de la ermita, para fundar la Venerable y Real Hermandad de Misericordia del Calvario. Tenía por objeto esta institución, según dice la solicitud, "solemnizar el culto de la Santa imagen del Cristo del Calvario de esta Villa". Esta procesión sale a la una de la tarde de la citada ermita y se dirige hacia la iglesia de Nuestra Señora de La Concepción, donde se celebran los cultos de costumbre. Por la tarde sale de la iglesia parroquial de San Juan Bautista del Farrobo la procesión del Santo Entierro, le acompañan a esta procesión la Dolorosa, La Magdalena y los Santos Varones. Estas proceden del convento franciscano de donde pasaron a la parroquia después de la exclaustración. El paso del Señor Difunto está formado por una bella urna de plata repujada, según el historiador orotavense Manuel Hernández González es del orfebre lagunero Pedro Merino Cairós, sin dosel, en donde yace el cuerpo del Redentor. La escultura es un Cristo con los brazos articulados, con el que se celebraba en la iglesia del convento el descendimiento de la Cruz. Parece obra sevillana del siglo XVIII y dicen que es original del imaginero Vega, discípulo de Montañés. Los Santos Varones, obras de regular mérito son de finales del siglo XVIII. La Magdalena y La Dolorosa de Fernando Estévez, son de vestir, la Virgen está inspirada en la de Luján de la Iglesia de Nuestra Señora de La Concepción. Inmediatamente después de cerrarse la ceremonia del entierro sale de la parroquia de San Juan Bautista del Farrobo la procesión de La Dolorosa, la de Estévez, a la ermita de la Piedad. La Virgen regresa a la iglesia el Sábado Santo por la tarde, a última hora. A las once de la noche, sale de la Iglesia de nuestra Señora de La Concepción la procesión del Silencio, formada por el paso de la Dolorosa obra de Luján Pérez. El sábado, cuando el júbilo caiga sobre el Valle el pueblo resplandecerá puro, "como dice el orotavense Juan del Castillo y León",  el pueblo se ha bañado en la sangre redentora de Cristo; esa noche sonará mejor que nunca el espléndido órgano de la iglesia de nuestra Señora de La Concepción, legado de un Alcalde, don Tomás Pérez, "orgullo del patrimonio musical de Canarias". A la Semana Santa orotavense le faltan los imprescindibles estudios monográficos, se puede deducir que la primera procesión, que debió de desfilar por la Villa, hubo de ser de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Misericordia fundada ha mediado del siglo XVI. Esta primitiva procesión que salía de la Concepción estaba formada por los pasos siguientes: Santo Cristo de la Misericordia, la Dolorosa y San Juan Evangelista, que aparecen registrado en el primer inventario parroquial de 1.563. En el siglo XVII se inauguraron casi la totalidad de las procesiones. De la Parroquia de Nuestra Señora de La Concepción salió la del Señor Predicador, en 1667; y la del Señor Preso, a fines de la centuria. El convento de San Francisco organizó la del Señor del Huerto, hacia 1650; y la del Santo Entierro, en los últimos años del siglo. El Monasterio de Santo Domingo fundó la del Nazareno, después de 1.687. La iglesia Parroquial de San Juan Bautista del Farrobo participó, a partir de 1.689, con el paso del Señor de la Columna. En los postreros años del siglo, dos nuevas procesiones salieron a la calle desde el convento de San Agustín: la del Señor de la Cañita y la del Señor de la Humildad y Paciencia.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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