Sabemos que la atribución de la imagen
del Cristo a la Columna que se venera en la parroquia de San Juan Bautista de
la Orotava, la más barroquizante de Canarias según el ex catedrático de la
complutense madrileña don Jesús Hernández Perera, se le atribuye al sevillano
Pedro Roldán y sobre todo a su taller, pero también existe una atribución a la
terminación de la imagen que encargo el canónigo Suárez Guerras a su hija Luisa
o a uno de sus discípulos. Para saber quién era Luisa Roldan, conocida por la
Roldada, traemos una pequeña síntesis de lo que fue su vida, su obra y su
taller.
Nace en Sevilla en 1652, hija del
escultor Pedro Roldán y bautizada con el nombre de Luisa Ignacia. Su padre,
observando la inclinación hacia la escultura que manifestaba la niña desde
pequeña, le enseñó a dibujar y modelar. Pedro Roldán organizó un amplio taller
de escultura que gozó de gran renombre en Sevilla. Estaba relacionado con los
mejores artistas de la época, como por ejemplo Juan Valdés Leal, y con las más
acaudaladas familias y comunidades sevillanas.
Luisa, pese a la oposición familiar, se
casó en 1671 con un aprendiz del taller de su padre, Luís Antonio de los Arcos,
pero fue la actividad profesional de la mujer la que sostuvo económicamente a
la familia.
En el taller de su padre aprendió las
técnicas del trabajo en madera, piedra y barro y el empleo de la pintura, el
dorado y el estofado de las imágenes. Su periodo de madurez se caracteriza por
una mejor expresividad de los rostros, gracia en las posturas y soltura en los
ropajes, alcanzando su estilo
Hacia 1686 se trasladaron a Cádiz y dos
años después a Madrid con la pretensión de obtener una plaza como escultora
real. En la capital conoció al pintor y escritor Antonio Palomino.
En 1692, el rey Carlos II le concede el
título de escultora de cámara pero el nombramiento no le supuso grandes
ventajas económicas. La situación política, social y económica que atravesaba
entonces el país, afectaba a todas las clases sociales. Así, a la falta de los
pagos correspondiente de la Hacienda Real por su cargo, se unía el retraso en
el cobro de los encargos hechos a la escultora por la nobleza. Esto se aprecia
en las cartas que Luisa Roldán escribe al rey y a la reina solicitando, en
principio, el dinero adeudado pero más adelante conformándose con pago en
especie (alimentos o vestidos) o poder ocupar algunas habitaciones que habían
quedado vacías en palacio, lo que indica la miseria extrema que padecía la
familia y la inexistencia de aporte a la economía familiar por parte de su
marido ni de ninguno de sus hijos que estaban ya en edad de trabajar.
Con la muerte de Carlos II y la llegada
al poder de Felipe V, solicita al nuevo rey que le confirme en el cargo de
escultora de cámara, hecho que ocurre en 1701. A partir de 1704 no se tiene más
noticias de la escultora lo que podría indicar una enfermedad o incluso que
hubiera muerto.
Se conoce la fecha de muerte de La
Roldana y alguna actividad que realizaba en sus últimos años desde que la
Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía organizó la exposición Roldana
en Sevilla en 2007. En el catálogo se difunde que: la artista murió en Madrid y
fue enterrada el 10 de enero de 1706; en sus últimos años estuvo realizando un
Belén de numerosas piezas para el Duque del Infantado; su marido murió en 1711,
después de ella, no como hasta entonces se pensaba. El catálogo ha desfasado
las anteriores monografías que existen sobre la artista.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario