Fotografía referente a los archivos de Bello Baeza.
El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR GARCÍA
LLANOS, remitió entonces (19/06/2025) estas notas que tituló “LAS INQUIETUDES DE PEDRO LASSO”: “…Pedro Lasso Purriños
(Puerto de la Cruz, 1948-Santa Cruz de Tenerife, 2025) fue acumulando
inquietudes a lo largo de su vida, además de esmerarse en su faceta de
funcionario, licenciado en Derecho, técnico de Administración General, que
ejerció en los ayuntamientos de Puerto de la Cruz y Adeje y culminó en la
Inspección General de Servicios del segundo Gobierno de Canarias que presidió
Jerónimo Saavedra. Fue condecorado en su día por la Encomienda de la Orden del
Mérito Civil que le impuso la entonces delegada del Gobierno en Canarias,
Carolina Darias San Sebastián.
Pedro
era sensible con el cine -hasta incursionó en un corto de la primera sección de
estudiantes del Instituto de Estudios Hispánicos de Canaria, a principios de
los años sesenta-, con la fotografía, con la heráldica, con el municipalismo,
con la comunicación audiovisual y con la estadística electoral, que a todo eso
dedicó buena parte de sus afanes. Siempre con seriedad y con un rigor que le
hizo ganarse el respeto de quienes fueron mentores de sus obras o le encargaron
algunos menesteres.
(Después
de la primera censura en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, en 1995,
presentamos una moción relativa a la consideración de municipios turísticos.
Lasso quiso dejar su sello. No prosperó la iniciativa pero los fundamentos
sirvieron para posteriores criterios de la Federación Canaria de Municipios
(FECAM) a la que contribuyó a desarrollar).
Años
después, publicaría algunos libros que merecieron excelente críticas no solo
por sus acabados impresos sino por sus llamativos contenidos. En uno de ellos,
‘35 años de ayuntamientos de mocráticos’, se recoge, de manera detallada, los
datos de los consejeros y consejeras del Cabildo Insular de Tenerife, así como
de los alcaldes y concejales de cada uno de los treinta y un municipios de la
Isla que salieron elegidos por los ciudadanos en las primeras elecciones
democráticas de abril de 1979.
En
el acto de presentación de la obra estuvo el presidente de la Corporación,
Calos Alonso; acompañado por el consejero insular de Cultura y Patrimonio
Histórico, Cristóbal de la Rosa; el propio Pedro Lasso; el que fuera alcalde de
Santa Cruz en 1979, Manuel Hermoso, recientemente fallecido y el consejero del
Cabildo en aquellas elecciones, Lorenzo Dorta.
El
libro es un homenaje al que fuera presidente del Cabildo, José Miguel Galván
Bello, y a sus 27 consejeros y consejeras; a los 31 alcaldes y a los 480
concejales y concejalas que afrontaron con ilusión la construcción de la
democracia tras muchos años de dictadura. Recoge también los partidos que se
disputaron en las urnas el devenir político de la Isla, y hace una mención
especial a los que protagonizaron aquella época y ya han fallecido.
El
propio Pedro Lasso fue consejero del Cabildo de Tenerife desde 1983 hasta 1991.
Además, dirigió e impartió diversos cursos a funcionarios y opositores de la
Administración Local.
Igualmente,
redactó el texto base de la Federación Canaria de Municipios (Fecam) sobre la
Ley del Fondo Canario de Financiación Municipal. Participó, además, en el grupo
de trabajo compuesto por el Ministerio de Hacienda y la Federación Española de
Municipios y Provincias (Femp) responsable de la Modificación de la Normativa
de Gestión Recaudatoria Municipal y Provincial.
Y
es el autor, como hemos dicho, de varias publicaciones, como ‘Sinfonía de
verano y balada de otoño, ‘Canarias y la monarquía parlamentaria (1977-2000)’
(cuya rúbrica compartió con Adrián García Rojas y Sixto Peraza Padrón),
‘Heráldica institucional de Canarias’, ‘Blasones de los municipios canarios’ y
‘César Manrique, homenaje de ida y vuelta’.
Se
convirtió, ya al final de su etapa en activo, en analista electoral, tanto de
la Radiotelevisiòn Canaria como de Radio Club Tenerife (SER). En cierta
ocasión, intervino como pregonero de las Fiestas de Julio del Puerto de la
Cruz.
Era
ocurrente, bromista y a la vez, muy juicioso. Y para muchos que le escuchaban,
a veces, le perdonaban una cierta insistencia, esa pesadez no siempre
soportable…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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