sábado, 8 de septiembre de 2018

NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS DE SAN JUAN BAUTISTA DE LA VILLA DE LA OROTAVA.


La parroquia de San Juan se en­cuentra ubicada en pleno casco his­tórico de La Villa de la Orotava, con­cretamente en el populoso barrio llamado  El Farrobo y cuya denominación obedece al portugue­sismo que en castellano servía para designar al algarrobo. No obstante este topónimo ha dejado de usarse en esta zona de La Orotava y se ha sustituido por el de Villa de Arriba o simplemente San Juan. Pero para conocer la historia de la parroquia hay que remontarse a sus orígenes como. Ermita integrada a la jurisdic­ción eclesiástica de la Concepción.
El origen de la iglesia de San Juan lo podemos situar a principios del siglo XVII, al ser el número de habi­tantes del barrio suficiente por aque­llas fechas como para demandar un lugar de culto propio y no tener que desplazarse a la iglesia de la Con­cepción a cumplir las obligaciones religiosas.
En el año 1606 se fundó una ermi­ta, pero sólo de forma documentada o sobre el papel. Don Francisco de Valcárcel, alfé­rez mayor y regidor perpetuo de Tenerife, cedió un terreno, en 1608, para que los vecinos hicieran esa ermita. La superficie cedida era de 21 x 12 metros. Y como los nobles de antaño estaban habituados a dar cosas materiales, que les sobraban, a cambio de "favores espirituales”, don Francisco puso como condi­ción que en esa ermita-iglesia se re­servara lugar para tres sepulturas destinadas a su familia. Con las contribuciones económi­cas de los vecinos y limosnas - ayudas de muy diversa procedencia, se inició la construcción el 15 de mayo de 1608. No cabe duda de que la mayor contribución vecinal sería la mano de obra, tan abundante, bara­ta y eficaz. Las obras duraron unos diez años. El documento que testifica la utilización de la ermita - iglesia para su fin, data de 1634.
El día de San Juan, de ese año, se celebran ceremonias religiosas en honor del Santo Patrón­ no de los labradores de la zona. A partir de esos años se regulariza la práctica de culto en el lugar. De la primitiva ermita apenas queda más que su pórtico: una portada de frontón partido que en la actualidad es impenetrable y de­cora la trasera exterior de la capilla mayor en la plazoleta de El Fa­rrobo.
Es digna de referencia la utiliza­ción que hacen los frailes agustinos de la ermita-iglesia de San Juan, hasta que se levanta su convento en la Villa de Abajo. En palabras de Viera y Clavijo "hacia 1645 ya esta­ban establecidos en el barrio de San Juan, utilizando su ermita como cen­tro conventual...”
Esta ocupación de los agustinos tuvo sus ventajas para la diversifica­ción de cultos, pues además de hon­rar al patrón San Juan se favoreció el culto a la Virgen de los Remedios, San José, Santa Lucía...
La distribución de las imágenes en el recinto religioso pone de mani­fiesto que en 1673, la Iglesia estaba adaptada al culto en toda su varie­dad. El retablo del altar mayor con tres nichos: en el centro Nuestra Señora de los Remedios, en: el lado del evangelio San Juan y en el de la epístola, San José. En otro altar Santa Lucía y un Niño Jesús pequeño. Hasta el año 1681, en el que se crea la parroquia de San Juan Bau­tista del Farrobo, la vida de la ermi­ta-iglesia y sus feligreses estuvo orientada a tener parroquia propia. Los pasos más destacados en este proceso fueron: La petición recibida por el obis­po de Canarias para crear dicha parroquia y que no podía aten­der por no quedar vacante nin­guno de los cuatro beneficios (o asignaciones económicas-parro­quias) existentes en la Concep­ción, una de las cuales podría pasar a San Juan. La propuesta de los tres beneficiados - párroco de la Concep­ción para que al haber quedado vacante uno de los beneficios, éste pasara a quedar integrado en El Puerto de la Cruz y San Juan. La propuesta del propio obispo de Canarias al rey Carlos II para la asignación de una "ayuda res­tringida" a San Juan pero depen­diendo de la Concepción.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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