sábado, 1 de enero de 2022

SUBIDA AL VOLCÁN DEL TEIDE

Fotografía correspondiente al oleo de nuestro amigo Luis Perera que donó al Ayuntamiento de la Villa de La Orotava, y que se encuentra expuesto en el salón noble.

Colección particular tomada de mi cámara.

 

El amigo de La Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN, “ESPECTADOR”, remitió entonces (01/01/2022) estas notas que tituló; “SUBIDA AL VOLCÁN DEL TEIDE”: “…En mi ya la larga existencia en este p. mundo, he subido al Teide, al cráter del Teide, tres veces. Fue en los años 1958, 1961 y 1972, ésta última vez estrenando el teleférico.

Las dos primeras veces, septiembre de 1958 y 1961, subimos al Pico Teide en pandilla. Fuimos unos veinte chicos y veinte chicas, casi todos veinteañeros, en la carrocería del camión de Esteban, un amigo residente en la Villa Arriba de La Orotava.

Lo cierto es que más de una pareja se arremolinó en sus mantas y  algunos se transmutaron en enamoradizos, ante el paisaje del amanecer desde el Pico Más Alto de España (todo con mayúscula, como debe ser).

Las pequeñas fumarolas, si te sientas descuidadamente sobre una roca, te pueden quemar el trasero y la parte del escroto, cuyo nombre popular no voy a utilizar en esta redacción. En otras palabras: se puede cocer o guisar  un huevo de gallina, colocándolo tapadito en la lava volcánica.

También hubo, en lo anecdótico, una muchacha veinteañera de muy buen ver, que (a mi entender) hizo un poco de teatro y se mareó y se desmayó en la misma punta del Teide; no hubo más remedio que cogerla en los brazos cruzados de cuatro forzudos varones excursionistas y llevarla en volandas hasta que se le quitó el mareo. . (Piensen ustedes, queridos lectores, que seguramente pudo haber en aquel desvarío algo de fingimiento teatral…)

En fin, para contar lo más impresionante, para mí fue la sombra del Teide ante el sol naciente, proyectada sobre la isla de La Gomera, que como todos sabemos, queda exactamente al oeste de Tenerife y del Teide gigante, que es la Isla Colombina donde se proyecta la sombra teideana a la salida del sol por el este. (Yo no cobro nada por esta lección de Geografía…)

En resumen: fue una excursión inolvidable, también el descanso nocturno en las pocas camas del dormitorio del Refugio de Altavista, donde los más jóvenes de ambos sexos se dedicaron, sentados en el suelo,  a taparse con una manta única y solidaria, y algunas parejas---lo sé—se hicieron cosquillas mutuas en sendos metatarsos (ir al diccionario de la RAE para traducir este palabro). Fue con mucho disimulo, no exento de cariño.

Y lo más escatológico: también menudearon las ventosidades personales nocturnas nerviosas, casi involuntarias,  debido al mal de altura…

Resumiendo: Por lo que recuerdo, algunas parejas terminaron en boda, poco tiempo después.

Y aquí doy final a esta bonita historia. The end…”

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL

 

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