El amigo desde la infancia de la Villa
de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN “ESPECTADOR”, remitió entonces (25/12/2014)
estas notas: “…Se inauguró
el bar del ‘Camellito’, dando a la calle, en el Liceo viejo, hoy Centro
de Mayores, el día cuatro de junio domingo (víspera de las Fiestas
Mayores de la Villa de La Orotava) del año 1961…”
El Camellito, conocido por el bar de la
vieja sede del Liceo Taoro en la calle de San Agustín, se denominó así por el
esplendido mural en su frente interior, confeccionado a base de piezas de
diversos colores cuadradas diminutas de “gresite”, diseñado por el artista –
alfombrista orotavense Pedro Hernández Méndez, cuyos planos fueron realizados
por el arquitecto don Tomás Machado Méndez y Fernández de Lugo, ejecutado por
el célebre y recordado artista villero Pepe González Alonso, que aún se
conserva en la nueva y esplendida sede del Centro de Mayores de La Villa de La
Orotava.
El Camellito fue un bar que proyectó
entonces la sociedad El Liceo Taoro de la Villa y lo mantuvo en arrendamiento
hasta su cierre, en el que le dio de baja como tal.
Destacó desde su inauguración del año
1961 hasta el año 1975, que desapareció por la marcha de la sociedad Liceo
Taoro a su nueva sede (actual).
Tenía la particularidad; que estábamos
en cualquier lugar de la geografía tinerfeña, y decíamos; “Nos vemos en el
Camellito…”, era una frase que se repetía en el fútbol, en el baloncesto, en la
sociedad, en la universidad, en el instituto, en el trabajo etc.
El bar destacaba por sus platos de
ensaladilla, el buen vino de Abel que tenía sus bodegas en la calle El Loro
(actual Juan Padrón) muy cerca del Barranquillo de Araujo, que él encerraba de
los mostos de sus fincas matanceras. Además también se servía otros vinos en
botellas de la península Ibérica, de Francia y demás…
En el “Camellito”, hubo muchas tertulias:
de amor, de la política (prohibida y de distintos colores e ideología), del
fútbol, de los carnavales, de las fiestas patronales y sobre todo de las
cuestiones multitudinarias. Recuerdo que don Juan Álvarez Armas, y Don Miguel
Hernández (Carrasco) siempre estaban en su barra con sus copas de vinos a igual
que don Carlos Argüelles.
El café, el cortado eran una
monstruosidad, una maravilla. En el “Camellito” muchas parejas que aún
perduran, se hicieron parejas, muchos encontraron su primer amor en ese magnífico
bar que ya es recuerdo en la Villa.
Lo empezó a explotar Luis Mesa Hernández
que conocíamos cariñosamente por “El Choricero”, continua Fidel Delgado Hernández antiguo operario del
desaparecido y recordado Bar “Te veo” de Lorenzo Báez, que estaba ubicado al
lado del Cuartel de Infantería de San Agustín, y posterior del Bar del Kiosco
de la Música en la plaza de la Constitución.
Más tarde se hizo con la gestión del
“Camellito” el recordado Rafael Gómez, que procedía de Écija provincia de Sevilla,
vino a la Orotava al servicio militar al cuartel de infantería de
San Agustín, se quedó y se casó en la Villa, trabajando primero en el “Bar
Fariña” en la calle Calvario, después en su Churrería, cuyo contrato de arrendamiento
se lo redactó el jurista orotavense Jesús Hernández. Acosta.
Rafael murió aún siendo muy joven,
quedándose su señora viuda Carmen León Domínguez con la administración del bar,
bajo la tutela administrativa y gestora de don Carlos Argüelles.
BRUNO JUAN ÁLVAREEZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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