José Pérez y
Pérez (Pepito), nació en la Villa de La Orotava en la Calle El Calvario en el año
1943, y falleció en la misma Villa a los 74 años de edad en la madrugada del
día 14 de Noviembre del 2017.
Tercer hijo del
matrimonio orotavense; José Pérez y Águeda Pérez: Ana María, Carmen (Ninina),
Pepe y Chicha.
Estudió en los
colegios de la Villa de La Orotava; San Fernando y San Isidro. Realizó el
servicio militar en la Aviación en las Palmas de Gran Canarias.
Perteneció a la
Agrupación Juvenil Orotava, que dirigía el amigo Paco Morales Rodríguez.
Casó con la dama
villera; Cándida Rosa Suarez Sánchez, de cuyo matrimonio tuvieron dos hijos;
María José y Javier Pérez Suarez.
Pepito, para mí y
mi familia era un hermano, no de sangre, pero si de calle, acera y demás. De
pequeño era muy retozón, y un buen expendedor en la confección de juguetes
infantiles así como los juegos de aquellos años.
Una excelente,
persona, como amigo, vecino, esposo y padre, amigo de sus amigos. Trabajó toda
su vida en el negocio familiar, primero con su padre en la Cuesta de la Villa,
y finalmente donde se retiró laboralmente en el comercio habitual y detallista
de la calle El Calvario.
Este año de 2017,
este verano – otoño (sin presencias de las lluvias, de temperatura veraniega),
no he dejado de escribir a infinidad de despedidas de amigos, compañeros,
hermanos, vecinos, familiares y que se yo.
Toda la tinta de
mi estilográfica la he tenido que utilizar, para despedir definitivamente a
todos ellos, que barbaridad.
Pepito a pesar
que conocía tu enfermedad desde hace tiempo. La triste noticia, me llegó en la
misma madrugada del martes 14 de Noviembre, y me llegó a través del siempre
comunicador y amigo y compañero de la comunidad salesiana, tu cuñado; Paco Mesa
Bravo.
Enseguida Pepe,
tuve que ponerme a escribir, otra vez la estilográfica, otra vez las nuevas tecnologías,
y qué más quieres que te diga Pepe de todo corazón.
Pepe, la vida físicamente
acaba aquí, es evidente, pero el descanso eterno es divino, allí tienes a tus
padres; Pepe y Águeda, y allí tienes muchos amigos. La esperanza y la misericordia
son ejemplares en el paraíso.
Aquí se quedan;
tu esposa e hijos que te quieren y lo seguirán haciendo. Y todos tus amigos,
todos aquellos ejemplares clientes de aquel histórico comercio familiar de la
mediana de la calle El Calvario, que fue de todo, desde nuestros juegos
infantiles, tertulias hasta cualquier acontecimiento.
Un abrazo Pepito,
que seas feliz y hasta siempre.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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