El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR
GARCÍA LLANOS, remitió entonces (20/09/2020), estas notas que tituló; “HOTEL
VALLE MAR, UN TOQUE DE DISTINCIÓN”: “…A
la espera de concretar fechas y pormenores, se han cumplido cincuenta y seis
años de la entrada en funcionamiento del hotel Valle Mar, en el Puerto de la
Cruz, propiedad de la familia Ybarra, sin duda uno de los distinguidos en la
oferta alojativa portuense, situado en pleno centro de la avenida Colón,
esquina Venezuela. Fue Philip Feier su primer director, cuando el
establecimiento abrió sus puertas, en 1964.
En primera línea de playa, cuando aún existía la de Martiánez, que iba
cediendo su espacio a la transformadora mano del hombre, primero con el Lido
San Telmo, y luego con las piscinas (zona Los Alisios) que habrían de culminar
con la construcción del Lago hasta completar el complejo turístico que
cambiaría sustancialmente la fisonomía urbanística de la zona, en pleno
litoral.
Junto a otros afamados hoteles que componen el primer gran elenco de
los que constituían una selecta oferta alojativa en la que se perfilaba a pasos
agigantados como ciudad turística, al establecimiento siempre le distinguió un
toque de calidad.
El Valle Mar fue otra de las grandes escuelas de hostelería y
restauración cuando la apertura al turismo, en el Puerto, era ya incontenible.
Acogió a no pocos trabajadores procedentes del sector agrícola, pesquero o de
la construcción. Y allí aprendieron idiomas (inglés o alemán, preferentemente)
por uno de esos milagros inexplicables de la asimilación fonética. No se
exagera cuando se dice que se convirtieron en grandes profesionales.
El “hotel de la marquesa”, como coloquialmente era denominado e
identificado en el argot turístico, experimentó algunas transformaciones. En
los años sesenta se vio afectado por un temporal marítimo que causó estragos en
instalaciones y avenidas de Martiánez. Fotos de sus balcones y habitaciones
daban la vuelta al mundo cuando había celebraciones de Carnaval y cuando el
circuito urbano de Martiánez acogía el gran premio ‘Ciudad de Puerto de la
Cruz’. Muchos clientes, no solo extranjeros, seguían la prueba desde
privilegiadas atalayas.
Dos nombres asociados al Valle Mar (cuya plantilla laboral llegó a
disputar aquellas celebres competiciones futbolísticas de verano en el viejo
campo El Peñón, aún con cancha de tierra): uno, la boite “Los Caprichos”, un sugerente recinto en el ‘Puerto
Cruz la nuit’ de la mejor época, donde Falo y Los Palmers entonaban sugerentes
melodías para parejas y enamorados. Y otro, Café de París, una hermosa y
atractiva cafetería, siempre con un ambiente selecto.
Como lo tenía el hotel cuando el Puerto no tenía competencia en el ámbito
turístico: aquellas cenas-baile de Navidad y Nochevieja, a las que las parejas
accedían con riguroso traje de etiqueta mientras el público observaba desde la
avenida Colón y los jardines del complejo Martiánez las evoluciones de
celebraciones tan señaladas.
El Valle Mar, pues, va para sus seis décadas de funcionamiento. Una
seria y sustantiva contribución a la hostelería canaria y al Puerto de la Cruz
como destino turístico…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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