Un amable amigo de la Villa de La Orotava que desea permanecer en el
anonimato, remitió entonces (14/07/2023), estas notas y fotografía. Referente a
una Peña de amigos villeros tomando un aperitivo en la Plaza De la Constitución
“Kiosco”. La instantánea fue tomada en las Fiestas Mayores del año 1947, según
reza la inscripción a lápiz que aparece en el reverso. El lápiz era un recurso
que los carpinteros siempre tenían a mano. Los nueve contertulios tienen una
edad comprendida en torno a los 25 años. Todos ellos nacidos a principios de
los años veinte, forman parte de la generación que vivió la Guerra Incivil en
la adolescencia, y serian llamados a filas nada más terminar la contienda.
Llama la atención el aspecto del mobiliario del popular Kiosco orotavense
de la época: las eternas sillas de tijera, que se acomodaban sobre la marcha en
torno a unas ligeras mesitas redondas. El sifón siempre presente en los bares y
casas de comida, seguramente de DRAGO, la afamaba fábrica villera de agua con
gas, hoy tristemente desaparecida, fundada por la familia “Padrón”, en la calle
La Carrera, con depósitos en la calle Cantillo, laboriosa industria que contaba
con aquella romántica camioneta que
conducía Mateo Cruz. Sobre la mesita de madera también la botella de Martini,
que se pedía a escote.
El bar Kiosco de la plaza estaba regentado entonces por Pepe Pérez,
conocido cariñosamente con el mote de “el fino”, por el pulso y habilidad que
empleaba para cortar las lonchas de chorizo y queso de los bocadillos, a través
de las cuales se podía ver al trasluz; no hay que olvidar que en esos años
estaba en vigor la cartilla de razonamiento de alimentos, fruto de las penurias
que ocasionaron la Guerra Incivil y la Guerra Mundial sucesivamente. Las
necesidades agudizaban el ingenio.
Sobre el fondo difuminado de la fotografía se adivina un caballito de los
que usaban los fotógrafos de la Feria, que indica que se trata de un día de Las
Fiestas Mayores de La Villa de La Orotava, por la nutrida cantidad de paseantes
en el lado sur de la plaza. Los amigos contertulios sentados en la mesa,
mayormente de la Villa de Arriba, lucen sus mejores galas, corbata y pañuelito
en el bolsillo superior de la chaqueta, incluso una flor en el ojal, acicalados
con la recurrente brillantina.
Se podrían hacer muchas reflexiones sobre esta imagen de un grupo de
villeros de los años cuarenta, que enhebraban la, amistad en torno a una mesita
con una botella de sifón y de Martini, con la expresión alegre y un punto socarrona,
distendidos y en apariencia felices.
De izquierda a derecha: Jesús García funcionario del Ayuntamiento, Adolfo
Padrón Hernández ebanista, Vicente Oramas Canalero, Lorenzo Hernández García
“Castro” recaudador de contribuciones, Chuchín Quintero bancario del Banco
Hispano Americano, Liborio Valencia Pérez tallista-ebanista, Sebastián
Hernández González “Chano” molinero, Antonio Delgado ebanista barnizador y
Jesús Sosa administrativo.
BRUNO JUAN
ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR
MERCANTIL
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