Fotografía
del CD. Puerto Cruz en el histórico encuentro en el Peñón de la liguilla de
ascenso a la primera categoría del futbol regional tinerfeño, del domingo 28 de
febrero del año 1960, en la que Arturo formó parte (de pie en el centro de la
fila).
El amigo del Puerto de la
Cruz SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (10/09/2024) estas notas que
tituló; “UN RESULTADO SIN ARTURO”: “…En el paseo vespertino de ayer, recomendado por los
médicos, aprovechamos para preguntar por el resultado del partido liguero de
Puerto Cruz. Ganó 3-1 al Añaza.
Lo
que va de ayer a hoy: hubo un tiempo en que vivir el marcador del equipo del
pueblo se completaba suministrándolo puntualmente y hasta sorteando
dificultades de comunicación a los medios convencionales de entonces. Ahora
salimos a enterarnos en la calle veinticuatro horas después.
Lo
escribimos hace años, cuando la decadencia del fútbol regional se hacía
palpable: los chicos, los últimos aficionados, preguntaban y conocían primero
los resultados de la Premiere League inglesa antes que los representativos de
sus localidades. Era también una forma de medir la evolución del fútbol: se
iban perdiendo progresivamente los valores de competiciones próximas o
cercanas, se decía adiós a la rivalidad y al interés por sentir lo que se
llevaba dentro y se compartía en plazas, aulas, cafeterías, círculos y
ambientes sociales donde ese tema, sin que lo estableciera nadie, tenía un
lugar asignado para debatir y compartir. Era, por así decirlo, el tercer
tiempo.
Ahora,
ya ven, el resultado se posterga en el listado informativo. Algunos hasta
bromean porque tienen dificultades para acceder a los medios que, teóricamente,
deben informar. Como se ha hecho toda la vida.
Bueno,
en el curso del paseo, mientras alegraba la noticia del triunfo portuense,
accedimos a otra de cariz más triste: había fallecido Arturo, medio volante “de
aquel Puerto Cruz llamado el pequeño Real Madrid” que inmortalizara, en unas
célebres décimas, el poeta popular portuense Vicente Yanes.
Arturo,
en efecto, formaba parte de una alineación extraordinaria: Tito; Alberto,
Galindo, Elfidio; Arturo, Berto; Germán, Soriano, Pagés, Del Pino y Vicente, la
que memorizamos después del memorable encuentro con el Juventud Silense,
disputado en El Peñón el domingo 28 de febrero de 1960, en pleno domingo de
Carnaval, con un lleno extraordinario (algunas crónicas hablan de cinco y seis
mil personas) aunque no hay fotos de máscaras ni de gente disfrazada, sí de un risco,
privilegiada tribuna, que no se distingue por lo superpoblado que estaba. La
actuación arbitral, de Calvo, Almenara y Valle, siempre ha sido cuestionada. De
aquella alineación, ya solo viven Tito, Alberto y Elfidio.
Arturo
jugaba de medio volante, así se decía entonces. Y también, componente de la
línea medular. Lo que uno recuerda eran sus características de futbolista
tesonero, aplicado, cubriendo distintas zonas del campo y tapando huecos.
También se recuerda su célebre gol (se dice que fue el único que marcó) al
Unión Isora, en el campo de la localidad sureña, por donde pasaba la guagua y
se interrumpía el juego, anotado desde el medio campo, favorecido por el viento
reinante.
Arturo
fue un taxista atento y educado. Vivía muy cerca del campo. Cuentan que no
guardaron, en su memoria, un minuto de silencio, lo menos que debían en señal
de respeto. Despiste o ignorancia, que ya el fútbol regional, el de toda la
vida, el más cercano, también se va quedando sin memoria.
Descansa
en paz, Arturo. Hasta siempre…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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