lunes, 8 de octubre de 2018

JUANMA, AFERRADO A LA VIDA


El amigo desde la infancia de la calle El Calvario de la Villa de La Orotava; ISIDORO SÁNCHEZ GARCÍA. Remitió entonces (09/10/2018) estas notas, que tituló; “JUANMA, AFERRADO A LA VIDA”: …Juanma Reyes Rodríguez fue un personaje singular del valle. Lo mismo era del Puerto de la Cruz que de La Orotava o de Los Realejos incluso de La Laguna. Resultó ser un hombre inquieto, coherente, de espíritu abierto al que le gustaba vivir. Conoció a su padre durante pocos años ya que su progenitor falleció cuando Juanma apenas tenía 7 años y una hermanita. Menos mal que su madre, la incombustible   Charo, se mantuvo fuerte en el seno de la familia afrontando los palos de la vida por culpa de las enfermedades. Así hasta que su hijo conoció en La Orotava a mi prima Victoria, que se licenció en Medicina y le animó a vivir como Dios manda, sobre todo en los momentos difíciles. Con medicinas, agua, coches y la banca. Incluso le ayudó a procrear tres chicas muy especiales: Victoria, Isabel y Sarita, que les sirvieron para “disfrutar” de la vida en la recta final de su caminar por la isla y las aguas del Atlántico que tanto les gustaban. 
Mis relaciones con Juanma crecieron en la recta final del siglo XX por razones de familia y de gustos naturales, con el agua como protagonista. Inolvidables los viajes a la isla del Meridiano con Francisco y Dardi. Llegamos a conformar el grupo de Amigos del Garoé. Al igual que las visitas a la finca El Reventón, del tío Eduardo en La Palma, cuando fuimos a rodar “Una semana fuera del mundo” para recordar la figura literaria de Dulce María Loynaz en su primer verano en Canarias. No puedo olvidar la irrupción de los drones en el mundo documental del agua cuando planteamos la historia energética de La Orotava y rodamos imágenes en las cumbres de La Orotava, desde Aguamansa a la Cruz Verde. Juanma era nuestro principal apoyo logístico con el jeep y la música de Pepe Floro, que nos permitía amansar los esfuerzos realizados en los montes y en las fincas del valle en los ratos que teníamos que actuar. Algunas anécdotas cerca de la Planta Vieja de Hacienda Perdida pueden servir de referencia. Eran los años posteriores a las reuniones gastronómicas que hacíamos en la finca de Mamio donde no podían faltar las bochas. Su información sobre la galería de San Nicolás nos hizo evocar a nuestros abuelos.
En el barco de Juanma paseamos a lo largo de la costa del norte de la isla, desde el muelle de Garachico hasta La Rapadura de Santa Ursula. Fue un martes de la embarcación de la Virgen del Carmen en el Puerto de la Cruz. Nos permitió fotografiar la obra histórica de Gordejuela en las laderas de Los Realejos, así como la costa de El Rincón y de Santa Úrsula. Animadas siempre fueron las excursiones de arroces y pescados que hacíamos a Las Aguas, tanto al guachinche de Francisco como a los restaurantes de la zona. La última visita que hicimos juntos fue el 11 de agosto reciente, a “La casa de mi madre”, unos días antes de la marcha de Dardi. 
Juanma y Dardi eran referentes de la resiliencia, con una capacidad de superación inigualables. Ambos aferrados a la vida como pocos. Llevaban años y años intentando superar las crisis que le generaban sus terribles enfermedades y siempre actuaron con fe y tranquilidad. Hasta ayudaron logísticamente a los expedicionarios de la Humboldtrace de 2018 cuando vinieron a subir al Teide. Inolvidable la parada-desayuno en Santiago del Teide y las endorfinas que cargaron de las retamas, en Vilaflor, en una reciente excursion familiar…”

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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