lunes, 6 de noviembre de 2017

DON ACISCLO



Mis amigos desde la infancia en la calle El Calvario de la Villa de La Orotava, hermanos; Isidoro Sánchez García y Eduardo Sánchez García  “Dardi”, publicaron una obra maestra de la historia de la Villa. 
Tratase de la historia de las centrales hidrológicas de “Hacienda Perdida” y “La Abejera”, que en su tiempo estaban considerada como energía limpia, y que iluminaron a los orotavenses y a gran parte del Valle de La Orotava de luz a través del las aguas de El Heredamiento, que nacían en el famoso Barrio de Los Altos “Aguamansa”.
“La Orotava energética”,  es el título de esta interesante obra de mis amigos los hermanos; Isidoro y Eduardo (Dardi) Sánchez García, que han tenido que trabajar, muchísimas horas, pero muchísimas, con estancias prolongadas en los archivos; municipales, provinciales, regionales e incluso nacionales, para dar luz como titula su encabezado a esta gran obra científica, tecnológica e histórica jamás salida desde La Villa de La Orotava, para nutrir a muchos estudiosos; científicos e historiadores que la requieran.
Me llama la atención esta fotografía del archivo Municipal de La Orotava de la década de los años cincuenta del siglo XX, sobre la figura de un personaje, vecino de mi Barrio “EL LLANO”, que en la memoria de mi infancia está presente. Localizada en la página 175.
Lo recuerdo con mucho cariño, vivía con su señora doña Lucia en una casita que aún se conserva, actualmente propiedad de los herederos de José Hernández Fariña, en la calle de Juan Padrón, cerca a la de García Beltrán y de la Plaza de Franchi Alfaro de la Villa de La Orotava.
Don Acisclo Serrano Merino en mi infancia formaba con su señora Doña Lucia un matrimonio rancio que tenía una venta en el mismo sanjuán de su casita, en donde vendían golosinas, sifones y alguna que otras verduras y frutas. Era un matrimonio un tanto extraño, nunca supe sus procedencias, me pareció ser peninsulares.
Tuvieron un hijo en adopción muy conocido en la Villa en el mundo; del fútbol, la Contabilidad y la administración, Pedro Serrano. Fue arbitro de fútbol, protagonizando muchísimas anécdotas, como la establecida en el Estadio Municipal La Manzanilla (actual Francisco Peraza) de la Ciudad de La Laguna, en un encuentro de juveniles, Estrella (La Laguna) – Plus ultra de La Orotava (2 -1), se produjo una batalla campal, debido al señalar un penalti a favor de los juveniles orotavenses.
Fue administrativo muchísimos años de la asesoría ubicada en la calle de San Agustín frente a La Plaza de La Constitución, de La Alameda o del Kiosco de la Música, propiedad primero de don Tomás Méndez Dorta y después de su sobrino el alfombrista de La Orotava don Pedro Hernández Méndez. Daba clases de Contabilidad, primero ayudando a su maestro don Inocencio Sosa Hernández en la Calle de La Hoya (Hermano Apolinar) y después se instala por su cuenta en casa de su suegro en la Calle Cólogan.
Don Acisclo fue un personaje espectacularmente anecdotario en la infancia de varias generaciones infantiles del Barrio orotavense El Llano. En la nuestra, recuerdo de ir a por los sifones para mi padre Juan Álvarez Díaz, aprovechando la visita para comprar allí los famosos pirulines que me endulzaban el paladar. Pero con la pandilla recuerdo que nos escondíamos en las inmediaciones a su casita para alcanzar los pirulines cuando su Venta se encontraba solitaria. Hacíamos turnos de prensadores y salíamos corriendo a escondernos en los entonces jardines de la citada plaza de Franchi Alfaro.
Recuerdo que me contaba mi querido vecino desde mi infancia en la calle El Calvario Nazario Hernández García (Chile), que con su pandilla de infancia. Alberto Quintero Santos que ejercía en la villa de herrero, vivía junto por detrás de la casita de don Acisclo, por la calle García Beltrán. Se ponían de acuerdo, Alberto desde el patio de su casa llamaba a don Acisclo para distraerlo, mientras que los demás de la pandilla entraban a la venta y se llevaban los pirulines.
Esta recordada foto de este ejemplar hombre y vecino de mi vida, aparece en la “La Orotava energética”,  por qué fue cobrador de los recibos de la luz, de la compañía SEO, depuesto en el tiempo de la guerra incivil española, por don Victoriano Sosa, debido a su influencias políticas republicanas.
Don Acisclo tenía en propiedad, - en alquiler muchos años -, el inmueble de dos plantas con balcón en la parte central alta, en la plaza de La Constitución, de la Alameda o del Kiosco de la Música, anexo al inmueble donde estuvo el correo Telégrafo. Se la tenía alquilada, la parte baja a Lorenzo Báez dueño del recordado e inolvidable Bar TE VEO, y la parte superior a la familia Amaro (Churreros y Feriantes). Ambos inmuebles fueron adquiridos por el entonces Banco Bilbao, donde actualmente aún se encuentran sus oficinas.

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL

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