El
amigo de la infancia de la Villa de La Orotava; EVARISTO FUENTES MELIÁN,
“ESPECTADOR”, remitió entonces (08/01/2019) estas notas que tituló; “OCTAVIO CUBAS”: “…Octavio Cubas, nacido grancanario del
interior norteño, licenciado en la ULL, recientemente acaba de
fallecer. Octavio Cubas residió los últimos años en el Valle de La Orotava, en
el Camino del Durazno, que divide la Villa y el Puerto; y se
paseaba en su moto, saludando con su gracejo innato a todos los amigos que se
encontraba.
Hay una anécdota de
este hombre tan lisonjero como buena persona, amigo de sus amigos. Y es la
anécdota del Carnaval de 1975 (cuando Francisco Franco ultimaba su estancia
alborotada en este mundo). Aconteció que un nutrido grupo de amigos
orotavenses, bajo la batuta física, mental y espiritual de Ángel García
González, vestido y ejerciendo de músico de una supuesta Banda
Municipal, montaron sobre un pedestal una enorme mesa alargada, a modo de
carroza triunfal---junto a la plaza de la Alameda, por fuera del mini estanco
de la inolvidable Anita--- parodiando a las tres fuerzas ‘más’ vivas del
municipio: al alcalde, Juan Antonio Jiménez, representado por el amigo Isidoro
Sánchez; al presidente de la UD Orotava, Buenaventura Machado, en la persona de
Octavio Cubas; y al presidente del Liceo, Luis González Acebal,
extrapolado en el licenciado Gabriel.
La carroza fue muy
bien engalanada y rodeada con letreros alusivos a los problemas vigentes en la
Villa, y estaba presidida (¡agárrense!) por una
guillotina de tamaño natural. Hubo trece comensales, presididos por
quien leyó las sentencias, ante el jolgorio y las risas del numeroso público,
que se agrupó alrededor de tan original como ‘afilado’ escenario… Hubo también
otros personajes actores, como Tomás el Cojo con la capucha del verdugo, y
Pedrito Cruz como el sacerdote de la absolución.
Las últimas
voluntades de los sentenciados a la pena capital destacaron por muy ingeniosas.
Octavio Cubas, como presidente de la UD Orotava, pidió (sic): “que me ejecuten
regándome césped del verde estadio”.
Me sobran las
palabras. Y no es frase hecha que con este recuerdo se me saltan las lágrimas
de emoción. Octavio Cubas nunca perdió el buen humor. Descanse en
paz…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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