Fotografía remitida por su hijo; José González Casanova y datos biográficos
remitidos por su hijo; Francisco González Casanova.
En febrero del año 2001, el I.E.S. La Orotava decide (después de catorce
años) perpetuar el nombre de don Manuel González Pérez, ultimo Alcalde
Republicano de la Villa, debido a su trayectoria, pues mientras ostentó la
alcaldía solicitó para su pueblo un Instituto de Enseñanzas Medias, aprobado
por el Gobierno de la Nación de entonces, y abolida la orden posteriormente por
el Gobierno Nacional. El catedrático de la Complutense madrileña y ex Rector de
La Universidad de La Laguna, don Jesús Hernández Perera (fallecido), indicó
como anécdota que en la Monumental Alfombra del Corpus, confeccionada en el año
1936 en la Plaza del Ayuntamiento por su amigo el artista don Norberto Perera,
se plasmó en uno de sus laterales la consecución del Instituto de Enseñanzas
Medias para la Villa, que tardaría unos treinta años en implantarse.
Don Manuel González Pérez se trasladó de muy pequeño con sus padres a la
Villa de La Orotava. Comenzó sus estudios de bachillerato en el colegio
de San Isidro de los Hermanos Cristianos, terminándolo en el Instituto de
Canarias en La Laguna. Marcha a Barcelona donde estudia los primeros años
de Medicina, teniendo que dejarlos al fallecimiento de su padre.
De formación social bastante avanzada. Soñaba con un mundo mejor, donde
todos tuvieran las mismas oportunidades; un mundo libre, sin diferencias de
clases, donde todo ser humano tuviera hacia su semejante el respeto, cariño, y
la obligación de prestarle toda la ayuda que necesitara de una forma
voluntaria. Su meta era llegar a una verdadera democracia para el bien común.
Sentía una gran admiración hacia Cristo y sus Evangelios, pero con todas sus
letras, no para escoger lo más fácil. Era muy humanista y demócrata, enemigo de
toda violencia. Nunca consideró enemigo a quien pensara
distinto.
Verdadero pacifista, se desvivía por ayudar a cuantas personas se
encontraran en situaciones angustiosas. Fue el primer alcalde de la Villa de La
Orotava en la Segunda República y estuvo en dicho cargo desde el comienzo al
final, a excepción de los años 1934 y 1935. En el mes de junio de
1936, viaja a Madrid en unión de don Luís Benítez de Lugo y don Domingo
Regalado con la esperanza de resolver el grave problema agrícola; Proyectos de
sindicación forzosa, Créditos, Bonificaciones de fletes, Instituto de
Segunda Enseñanza y Escuelas Públicas.
En Madrid le cogió el Alzamiento Militar, cuando ya había solucionado los
problemas que llevaba en proyecto. La noche del 16 de julio de aquel triste año
1936, al salir del Teatro de la Zarzuela (Madrid), en unión de don Luís Benítez
de Lugo y don Domingo Regalado, sintió que le llamaban, era el caricaturista
“Mesita”, el cual le comunica que las Tropas de Marruecos se habían sublevado.
Como buen demócrata, viendo que sus compañeros don Luís y don Domingo deseaban
regresar a sus casas, les gestionó toda la documentación para que salieran para
Tenerife. Declarado el Movimiento, todos los canarios se agruparon en Madrid,
ocupando un local, organizando un grupo bastante numeroso y unido. Decidieron
tomar parte en la defensa de la Villa y Corte. El grupo fue destinado a primera
línea de fuego, contactando con el enemigo, rechazándoles en la penetración y
estableciendo una nueva línea. Sufrieron un fuerte bombardeo, pero
siguieron adelante. En una de estas batallas, cae mortalmente Miguel Pérez
González, natural de La Orotava. Don Manuel tuvo la suerte que una
bala le pasó por debajo de la barbilla cuando iba en un coche, llevando pertrechos
para el grupo. Uno de los acompañantes que iba al lado del chofer murió en el
acto. Organizado el ejército republicano, se incorporaron cada uno a sus
destinos correspondientes.
Como es lógico, los canarios pensaban siempre en su tierra, decidieron preparar
un plan para ocupar las islas. Por sorpresa consiguieron un barco que llevaron
a Sagunto. Una vez artillado, consiguieron que le acompañara otro barco de
guerra. El desembarco iba a ser por Garachico. El cuerpo expedicionario iba a
venir disfrazado de guardias civiles. El político socialista don Indalecio
Prieto se les oponía, decía que la escuadra alemana e italiana andaba por allí
y por el estrecho de Gibraltar, pero ellos siguieron con su empeño, hasta que
un compañero del Ministerio de la Marina se fuga para Baleares llevándose
consigo el plan de desembarco, desistiendo de la operación.
Don Manuel González Pérez marcha a Valencia, donde se encontraba el
Gobierno Legítimo de la II República, para incorporarse al servicio militar,
marchando después a Madrid y Barcelona. De regreso a Valencia se hospeda con el
poeta y escritor gomero Pedro García Cabrera. Una noche sonó la sirena de aviso
que venía la aviación enemiga a bombardear. Pedro le indicó que se levantara y
fuera al refugio, pero don Manuel no hizo caso y siguió en la cama, al regreso
Pedro se encontró a don Manuel campante como si nada hubiera pasado, pues
siempre decía que la muerte en cualquier parte se la podía encontrar. Así era
su temperamento: hasta en los momentos de peligro sus nervios eran de acero.
Estuvo en Casablanca y en Tánger donde se puso en contacto con Mohamed
Torres. Regresa a la península para reunirse con su grupo, embarcando más tarde
en un barco cargado con armas. Cuando empezó la retirada hacía Francia, don
Manuel se encontraba en Barcelona, de allí pasó a Figueras, donde se encontró
con su amigo Félix Sosa Hernández compañero y Teniente de Alcalde de La
Orotava.
En los últimos días de lucha y en retirada, salió hacía Francia. Pasando
por los campos de concentración de Argeles, Saint Cyprien, y Barcarés. Logró
escaparse de los primeros, pero tuvo la mala suerte de que lo detuvieran. Los
llevaron a Barcarés, allí se encontró otra vez con compañeros de La Orotava
(Agustín Baeza, Juan García y Estanislao Bellos). Le comunican de París si
desean salir para América, don Manuel contesta que aceptaba si los amigos que
se encontraban con él salían también, pues le era imposible dejarlos en la
situación en que se encontraban. La contesta no la recibe oportunamente, debido
a la toma de Francia por parte de las tropas alemanas. Debido a unos
incidentes, fueron trasladados a compañías de trabajos forzados.
En diciembre de 1947 se encontraron en Andorra don Manuel González Pérez y
su hijo Francisco González Casanova, su hermano don José González Pérez y
su sobrino Francisco Calamita González. Don Manuel vino de Francia caminando a
través de la nieve, ya que los puertos estaban cerrados por una gran nevada.
El Gobernador de Lérida hace entrega de los pasaportes a los isleños.
Gestión realizada por el general villero don Lorenzo Machado Méndez y Benítez
de Lugo, al que quedaron muy agradecidos.
Con cuánta emoción se encontraron los familiares de Tenerife después de
doce años que no se habían visto. Pasaron unos días juntos. Una tarde fueron al
cine y grande fue la sorpresa pues vieron una película filmada en el Puerto de
la Cruz, donde se veía la Playa de Martiánez, el Puerto y una pelea de gallos.
La principal protagonista de la película se llamaba Rosa como su esposa,
apareciendo escrito su nombre en las arenas de la playa Martiánez. Paco
González Casanova y su primo Paco Calamita, planearon sin saberlo su tío Pepe,
que si su padre don Manuel no venía para Canarias, ellos se fugarían a Francia.
Paco Calamita se había traído de Barcelona, donde trabajaba en telégrafos, un
archivo con sus historias, recortes de periódicos y fotografías, referente a la
natación en España, donde había sido campeón. Pero no hizo falta, pues don
Manuel consideró que regresaría a Francia para que viniera con él su viejo
amigo Domingo Alayón, de Lanzarote. Así lo hizo y regresaron juntos.
De regreso hicieron noche en Barcelona. En un hotel, el recepcionista les
comunica que estaba todo ocupado, pero en ese momento llegó el gerente, se
quedó mirando a don Manuel y dijo: a este señor le busco habitación, aunque
tenga que fabricarla ahora mismo. Era un compañero que había estado con él en
uno de los campos de concentración.
Por fin, en Tenerife, se encontraba toda la familia en el Puerto de Santa
Cruz, donde recibieron a don Manuel y a su amigo Alayón. También estaban sus
amigos de La Orotava, entre ellos el abogado don Rafael Hernández Correa
(fallecido).
Hay que agradecer la iniciativa del que fuera director del Antiguo
Instituto de F.P. de La Orotava, don Carmelo Vega Espada, basándose en la
misiva de don Jesús Hernández Pérez, proponiendo que el Centro que
entonces dirigía llevara el nombre del recordado alcalde villero de la segunda
republica española. Sin embargo, esta denominación no se hizo efectiva en dicho
momento. Hasta el curso 2000 – 2001, a través de su nuevo equipo directivo el
cual tenía en su programa poner un nombre al Instituto, no obstante el Consejo
Escolar de entonces recibe una propuesta del Ayuntamiento con el nombre de una
antigua inspectora de E.G.B, pero el director plantea que los distintos
componentes del Consejo Escolar propongan otros nombres. El profesor Juan
Montesino Barrera allí presente y que ya estaba en el consejo escolar de hace
14 años atrás, expone que ya el Instituto tiene un nombre y que la cuestión
está en refrendar lo aprobado, con la denominación IES LA OROTAVA- MANUEL
GONZÁLEZ PÉREZ, lo que se llega a término que se apruebe por unanimidad. El
director José M. Ruiz Fuentes tramita con urgencia el expediente, para que el
nombre figure en las efemérides del 25 aniversario, que se estaba celebrando en
el citado curso escolar.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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