viernes, 5 de febrero de 2021

DON MANUEL GONZÁLEZ PÉREZ, ÚLTIMO ALCALDE REPUBLICANO DE LA VILLA DE LA OROTAVA



Fotografía remitida por su hijo; José González Casanova y datos biográficos remitidos por su hijo; Francisco González Casanova.

 

En febrero del año 2001, el I.E.S. La Orotava decide (después de catorce años) perpetuar el nombre de don Manuel González Pérez, ultimo Alcalde Republicano de la Villa, debido a su trayectoria, pues mientras ostentó la alcaldía solicitó para su pueblo un Instituto de Enseñanzas Medias, aprobado por el Gobierno de la Nación de entonces, y abolida la orden posteriormente por el Gobierno Nacional. El catedrático de la Complutense madrileña y ex Rector de La Universidad de La Laguna, don Jesús Hernández Perera (fallecido), indicó como anécdota que en la Monumental Alfombra del Corpus, confeccionada en el año 1936 en la Plaza del Ayuntamiento por su amigo el artista don Norberto Perera, se plasmó en uno de sus laterales la consecución del Instituto de Enseñanzas Medias para la Villa, que tardaría unos treinta años en implantarse.

Don Manuel González Pérez se trasladó de muy pequeño con sus padres a la Villa de La Orotava. Comenzó sus estudios de  bachillerato en el colegio de San Isidro de los Hermanos Cristianos, terminándolo en el Instituto de Canarias en La Laguna. Marcha a Barcelona donde  estudia los primeros años de Medicina, teniendo que dejarlos al fallecimiento de su padre.

De formación social bastante avanzada. Soñaba con un mundo mejor, donde todos tuvieran las mismas oportunidades; un mundo libre, sin diferencias de clases, donde todo ser humano tuviera hacia su semejante el respeto, cariño, y la obligación de prestarle toda la ayuda que necesitara de una forma voluntaria. Su meta era llegar a una verdadera democracia para el bien común. Sentía una gran admiración hacia Cristo y sus Evangelios, pero con todas sus letras, no para escoger lo más fácil. Era muy humanista y demócrata, enemigo de toda violencia. Nunca consideró enemigo a quien pensara distinto.   

Verdadero pacifista, se desvivía por ayudar a cuantas personas se encontraran en situaciones angustiosas. Fue el primer alcalde de la Villa de La Orotava en la Segunda República y estuvo en dicho cargo desde el comienzo al final,  a excepción de los años 1934 y 1935.  En el mes de junio de 1936, viaja a Madrid en unión  de don Luís Benítez de Lugo y don Domingo Regalado con la esperanza de resolver el grave problema agrícola; Proyectos de sindicación forzosa, Créditos,  Bonificaciones de fletes, Instituto de Segunda Enseñanza y Escuelas Públicas.

En Madrid le cogió el Alzamiento Militar, cuando ya había solucionado los problemas que llevaba en proyecto. La noche del 16 de julio de aquel triste año 1936, al salir del Teatro de la Zarzuela (Madrid), en unión de don Luís Benítez de Lugo y don Domingo Regalado, sintió que le llamaban, era el caricaturista “Mesita”, el cual le comunica que las Tropas de Marruecos se habían sublevado. Como buen demócrata, viendo que sus compañeros don Luís y don Domingo deseaban regresar a sus casas, les gestionó toda la documentación para que salieran para Tenerife. Declarado el Movimiento, todos los canarios se agruparon en Madrid, ocupando un local, organizando un grupo bastante numeroso y unido. Decidieron tomar parte en la defensa de la Villa y Corte. El grupo fue destinado a primera línea de fuego, contactando con el enemigo, rechazándoles en la penetración y estableciendo una nueva línea. Sufrieron  un fuerte bombardeo, pero siguieron adelante. En una de estas batallas, cae mortalmente Miguel Pérez González, natural  de La Orotava.  Don Manuel tuvo la suerte que una bala le pasó por debajo de la barbilla cuando iba en un coche, llevando pertrechos para el grupo. Uno de los acompañantes que iba al lado del chofer murió en el acto.  Organizado el ejército republicano, se incorporaron cada uno a sus destinos correspondientes.

Como es lógico, los canarios pensaban siempre en su tierra, decidieron preparar un plan para ocupar las islas. Por sorpresa consiguieron un barco que llevaron a Sagunto. Una vez artillado, consiguieron que le acompañara otro barco de guerra. El desembarco iba a ser por Garachico. El cuerpo expedicionario iba a venir disfrazado de guardias civiles. El político socialista don Indalecio Prieto se les oponía, decía que la escuadra alemana e italiana andaba por allí y por el estrecho de Gibraltar, pero ellos siguieron con su empeño, hasta que un compañero del Ministerio de la Marina se fuga para  Baleares llevándose consigo el plan de desembarco, desistiendo de la operación.

Don Manuel González Pérez marcha a Valencia, donde se encontraba el Gobierno Legítimo de la II República, para incorporarse al servicio militar, marchando después a Madrid y Barcelona. De regreso a Valencia se hospeda con el poeta y escritor gomero Pedro García Cabrera. Una noche sonó la sirena de aviso que venía la aviación enemiga a bombardear. Pedro le indicó que se levantara y fuera al refugio, pero don Manuel no hizo caso y siguió en la cama, al regreso Pedro se encontró a don Manuel campante como si nada hubiera pasado, pues siempre decía que la muerte en cualquier parte se la podía encontrar. Así era su temperamento: hasta en los momentos de peligro sus nervios eran de acero.

Estuvo en Casablanca y en Tánger donde se puso en contacto con Mohamed Torres. Regresa a la península para reunirse con su grupo, embarcando más tarde en un barco cargado con armas. Cuando empezó la retirada hacía Francia, don Manuel se encontraba en Barcelona, de allí pasó a Figueras, donde se encontró con su amigo Félix Sosa Hernández  compañero y Teniente de Alcalde de La Orotava.

En los últimos días de lucha y en retirada, salió hacía Francia. Pasando por los campos de concentración de Argeles, Saint Cyprien, y Barcarés. Logró escaparse de los primeros, pero tuvo la mala suerte de que lo detuvieran. Los llevaron a Barcarés, allí se encontró otra vez con compañeros de La Orotava (Agustín Baeza, Juan García y Estanislao Bellos). Le comunican de París si desean salir para América, don Manuel contesta que aceptaba si los amigos que se encontraban con él salían también, pues le era imposible dejarlos en la situación en que se encontraban. La contesta no la recibe oportunamente, debido a la toma de Francia por parte de las tropas alemanas. Debido a unos incidentes, fueron trasladados a compañías de trabajos forzados.

En diciembre de 1947 se encontraron en Andorra don Manuel González Pérez y su hijo Francisco González Casanova, su hermano don José González  Pérez y su sobrino Francisco Calamita González. Don Manuel vino de Francia caminando a través de la nieve, ya que los puertos estaban cerrados por una gran nevada. El  Gobernador de Lérida hace entrega de los pasaportes a los isleños. Gestión realizada por el general villero don Lorenzo Machado Méndez y Benítez de Lugo, al que quedaron muy agradecidos.

Con cuánta emoción se encontraron los familiares de Tenerife después de doce años que no se habían visto. Pasaron unos días juntos. Una tarde fueron al cine y grande fue la sorpresa pues vieron una película filmada en el Puerto de la Cruz, donde se veía la Playa de Martiánez, el Puerto y una pelea de gallos. La principal protagonista de la película se llamaba Rosa como su esposa, apareciendo escrito su nombre en las arenas de la playa Martiánez. Paco González Casanova y su primo Paco Calamita, planearon sin saberlo su tío Pepe, que si su padre don Manuel no venía para Canarias, ellos se fugarían a Francia. Paco Calamita se había traído de Barcelona, donde trabajaba en telégrafos, un archivo con sus historias, recortes de periódicos y fotografías, referente a la natación en España, donde había sido campeón. Pero no hizo falta, pues don Manuel consideró que regresaría a Francia para que viniera con él su viejo amigo Domingo Alayón, de Lanzarote. Así lo hizo y regresaron juntos. 

De regreso hicieron noche en Barcelona. En un hotel, el recepcionista les comunica que estaba todo ocupado, pero en ese momento llegó el gerente, se quedó mirando a don Manuel y dijo: a este señor le busco habitación, aunque tenga que fabricarla ahora mismo. Era un compañero que había estado con él en uno de los campos de concentración.

Por fin, en Tenerife, se encontraba toda la familia en el Puerto de Santa Cruz, donde recibieron a don Manuel y a su amigo Alayón. También estaban sus amigos de La Orotava, entre ellos el abogado don Rafael Hernández Correa (fallecido).

Hay que agradecer la iniciativa del que fuera director del Antiguo Instituto de F.P. de La Orotava, don Carmelo Vega Espada, basándose en la misiva de don Jesús Hernández Pérez, proponiendo  que el Centro que entonces dirigía llevara el nombre del recordado alcalde villero de la segunda republica española. Sin embargo, esta denominación no se hizo efectiva en dicho momento. Hasta el curso 2000 – 2001, a través de su nuevo equipo directivo el cual tenía en su programa poner un nombre al Instituto, no obstante el Consejo Escolar de entonces recibe una propuesta del Ayuntamiento con el nombre de una antigua inspectora de E.G.B, pero el director plantea que los distintos componentes del Consejo Escolar propongan otros nombres. El profesor Juan Montesino Barrera allí presente y que ya estaba en el consejo escolar de hace 14 años atrás, expone que ya el Instituto tiene un nombre y que la cuestión está en refrendar lo aprobado, con la denominación IES LA OROTAVA- MANUEL GONZÁLEZ PÉREZ, lo que se llega a término que se apruebe por unanimidad. El director José M. Ruiz Fuentes tramita con urgencia el expediente, para que el nombre figure en las efemérides del 25 aniversario, que se estaba celebrando en el citado curso escolar.

 

BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU

PROFESOR MERCANTIL


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