El amigo de La Villa de La Orotava;
EVARISTO FUENTES MELIÁN, “ESPECTADOR”, remitió entonces (03/02/2022) estas notas
que tituló; “EL
CARNAVAL ES...EN CARNAVAL”: “…El Carnaval es
en Carnaval, y tiene su fecha en el calendario. Los carnavales
estuvieron prohibidos a lo largo de los años de la posguerra, pero la gente
procuraba celebrarlos aunque fuera a escondidillas, huyendo de los guardias
urbanos que, por orden de la superioridad, perseguían a toda persona que fuera
con careta o disfraz por la calle. Luego el carnaval se disfrazó hasta en su
nombre, para llamarse Fiestas de Invierno, con desfiles organizados, pero eso
no es carnaval puro y duro, que en sustancia es la transgresión por unos
días, fuera de toda norma.
Contaré una
anécdota: fue el año 1953, yo tenía catorce añitos lozanos, cuando llegó el
Lunes de Carnaval, la fecha central del Carnaval, que empieza el sábado
anterior, continúa el miércoles de Ceniza y termina el sábado Gordo y el
domingo de Piñata.
Pues bien:
las chicas de entre 15 y 25 años aproximadamente, se arremolinaron, en mi
Orotava del alma, por fuera de la vivienda privada del señor alcalde, que
era ni más ni menos la mansión que actualmente ocupa y disfruta el Liceo de
Taoro.
Y… ¡oh milagro!, el
alcalde se asomó por la puerta de su señorial vivienda y desde lo alto de la
escalinata de entrada con sus 22 peldaños tuvo la educación, la valentía y la
delicadeza, de decirle al alborotado y alegre grupo juvenil, casi todo
femenino, que él, como señor alcalde, no podía hacer nada para permitir
el carnaval, puesto que la prohibición de vestirse de máscaras y disfraces en
la vía pública venía ordenada desde el Gobierno Civil de la Provincia, e
impepinablemente había que acatar órdenes.
Aquel señor
alcalde de grato recuerdo para los que peinamos calvas y canas ochentonas, fue
don Juan Guardia Doñate.
En resumen y
conclusión: a mí me parece que dejar las fechas de Carnaval para más adelante,
para el verano o el otoño, es una solemne tontería (iba a decir jilipollez),
que no conduce a nada bueno, es una aberración de un almanaque loco y una
estulticia como la copa de un pino…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario