El amigo del Puerto de la Cruz; SALVADOR
GARCÍA LLANOS remitió entonces (18/02/2022) estas notas que tituló; “MOVILLA”: “…El fútbol español experimentó sensibles cambios de todo tipo con la
llegada de la democracia, en la segunda mitad de la década de los años setenta
del pasado siglo.
Los cambios afectaron también a
los profesionales del balón que, en pocas palabras, pasaron a tener un estatus
más respetable, sobre todo, en lo que concernía a garantizar sus derechos. Los
futbolistas, especialmente los de menor rango, los de menores ingresos, los de
reducido relumbrón mediático. Estaba surgiendo, eran los primeros pasos de la
Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
Fue un vuelco considerable en
una de las piezas esenciales en la estructura futbolística del país.
En la historia del Club
Deportivo Tenerife se registran varios episodios caracterizados por la tensión
y la tirantez que fueron factores de inestabilidad y sinónimo de crisis que se
fueron resolviendo a duras penas. En eso apareció Movilla, un destacado jugador
en las categorías de base, goleador en todos los equipos que militó. Probó, sin
fortuna, en el Real Madrid.
En algunos de aquellos
episodios, la participación de Gerardo González Movilla fue decisiva. Fueron
los que, desatados en el ámbito interno, y habiendo afectado al plantel de
jugadores y sus respectivos vínculos profesionales, requirieron de mediaciones
y negociaciones para superar los trances, alguno de ellos muy intrincado y de
notable dimensión mediática.
En una incursión a la historia
del club, ahora que está conmemorando cien años, nos acercamos a sus
entretelas, a las relaciones convulsas, al papel de algunos de sus
protagonistas.
Las entretelas, se sabe, son
conflictivas pero en esas zonas de penumbra o de tinieblas siempre hay
personas, serenas, predispuestas, con talante, dotadas con ese sentido de la
mesura que conforman una personalidad que termina siendo aceptada para confiar
y viabilizar una salida. A finales de los setenta, cuando la AFE era una
criatura concebida con las dudas que inspiraba un país de escasa cultura
solidaria y sindicalista, sus avances hasta la consolidación tuvieron en
personas como Movilla un necesario baluarte para que los logros pasaran de la
teoría a la práctica.
Asistimos, cuando hacíamos
periodismo deportivo, al parto de aquella asociación. Por los micrófonos y las
páginas que estaban a nuestro cuidado, empezaron a ser familiares personas como
Quino Sierra, Juan Manuel Asensi, Juan José Iriarte, que habían sido
futbolistas de postín, y José Cabrera Bazán, catedrático de Derecho del Trabajo
y primer secretario general de la AFE.
Hoy recordamos de manera
gratificante el seguimiento dedicado a aquel hecho que cambió el rumbo para los
futbolistas españoles los cuales hicieron huelgas para decir ¡aquí estamos!
Movilla estuvo en el núcleo de aquellas decisiones. Encierros, negociaciones,
mediaciones en circunstancias conflictivas, fichajes… Y en concreto, las que le
relacionaron con el Tenerife y con la totalidad del fútbol canario, encontraron
siempre sensibilidad y receptividad. Había sido futbolista antes que gestor o
defensor de los intereses de los profesionales. Y eso valía lo suyo.
Es de justicia, tras su
comparecencia en el Foro ‘Ángel Arocha’, expresar un reconocimiento a todo su
desempeño. Primero, como goleador; después, como dirigente que ganó un puesto,
representando a España, en la delantera de la organización internacional de
profesionales del balón integrada por cuarenta asociaciones nacionales y unos
cuarenta mil futbolistas, la FIFPro. Y siempre como tinerfeño y tinerfeñista
cabal que hoy luce –sin alardes, como es norma- su condición de socio del club…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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