El amigo del Puerto de la
Cruz; SALVADOR GARCÍA LLANOS remitió entonces (19/10/2022) estas notas que
tituló; “TRASLADO DE LAS LONJAS”: “…Relata el que fuera cronista oficial del
Puerto de la Cruz, Nicolás Pestana Sánchez, que "la mayor parte de las
lonjas para la venta del pescado se hallaba ubicado en el centro del pueblo,
con el consiguiente malestar para los vecinos por los males olores que de ellas
se desprendían, en especial, por el producido por el pescado putrefacto".
Damos
por hecho que las lonjas ocupaban un espacio en la calle del mismo nombre que
actualmente se prolonga desde la plaza de Europa hasta la explanada de la
Antigua Casa de la Real Aduana, la única edificación que sobrevivió a la
práctica desaparición de un singular conjunto arquitectónico en las
inmediaciones del refugio pesquero. En la calle Lonjas, en la actualidad, se
ubica la cofradía de pescadores Gran Poder de Dios, un pequeño museo dedicado a
motivos marítimo-pesqueros y la capilla conocida popularmente por Cruz de los
Pérez que acoge cada 3 de mayo, fecha de la fundación de la ciudad, una
conmemoración religiosa.
Pero
en 1822, según el cronista, el Ayuntamiento dio la orden para que todas
aquellas lonjas fuesen trasladadas a unas construidas recientemente en el lugar
conocido como "Montullo de Pacheco", como medida de buena policía
urbana. Montullo, según el Diccionario histórico del español en Canarias,
significaba manada, igual a porción de cereal o hierba, en fin, un manojo
que se puede coger de una vez en la mano. La voz se conoce en La Gomera y
en Tenerife.
Pero
la disposición municipal se complica desde el momento que había
muchos lonjeros que habían anticipado a los propietarios de los locales donde
estaban instaladas estas lonjas el importe de sus alquileres y no estaban
dispuestos a perderlos.
Cuenta
Pestana que estas lonjas estaban arrendadas por el marqués de La Candia y por
los herederos de Placeres, con precio de arrendamiento muy inferior al de las
nuevas construidas en el citado montullo. Parece ser, además, que éstas no
estaban totalmente terminadas, así como tampoco el murallón de defensa de aquel
sector contra los embates del mar.
Por
todas estas razones, los lonjeros reclamaron al Ayuntamiento pero este se
mostró inflexible y las lonjas fueron trasladadas a aquel espacio conocido por
"Montullo de Pacheco"…”
BRUNO JUAN ÁLVAREZ
ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
No hay comentarios:
Publicar un comentario