Inédita fotografía coloreada del año 1893, de la colección de
PISQUITO PLUTO (F. A. DE TENERIFE),
correspondiente al Llano de San Sebastián y a la entonces plaza de
Franchi Alfaro de La Villa de La Orotava, virgen por qué veo por primera vez
como era este terruño de mis infancias al final del siglo XIX, con la
inauguración de los jardines, pila original y arboles de la plaza de mi niñez.
Lo más curioso que por la calle el Calvario en la mansión de mi
amigo desde la infancia Juan del Castillo y León existía una puerta de origen
canario, conjuntada con las mansiones sucesivas, que correspondía a la vieja
serventía que unía la calle citada con La Sidrona. En el tiempo Don Juan del
Castillo (Padre), fabricó en ese lugar en sustitución de la histórica puerta un
garaje para su automóvil, manteniendo la Cruz en el Angulo central, en la actualidad
se conserva en una esquinita del tejado de la mansión con el edificio de los
herederos de “Los Molinas”.
Al anexo de este caminito podemos ver la casita donde vivía
Aniceto el de “Las Macetas” (padre de Pepe y Perico), cuyo quehacer de fabricar
macetas y macetones con barro obtenido en los barrancos y el transporte de las
mercancías en un carrito fabricado de madera personalmente.
Llama la atención la entrada a la plaza por la zona Sur, que era
un camino bajado de tierras. Las edificaciones que hasta antes de construirse
el actual Geriátrico de San Sebastián estaban en la curva con la continuación
de la calle El calvario de estilo colonial y sobre todo la forma y trazado de
estilos marselleses de los jardines, sin los laureles de india que están actualmente
y lo plátanos de Líbanos dentro de la misma plaza.
Curiosamente podemos observar los históricos arboles “Plátanos
de Líbano”, que fuero cepillados en el año 2017. Y que entonces se encontraban
dentro del recinto. Así como las carretas tiradas por yunta de bueyes, ya que
entonces no había aparecido el automóvil de motor.
El origen de este espacio se sitúa en pleno siglo XVI, cuando
tan sólo era concebido como una explanada próxima a la ermita de San Sebastián,
por lo que era conocido como el Llano homónimo.
Se trataba de un Recinto sin pavimentar ni delimitar, que se
mantuvo durante siglos bajo esas mismas condiciones, como testigo del
desarrollo urbano de este sector, a la vera del camino real de entrada y salida
del pueblo por el este, a través del Calvario.
En tal sentido, y mientras el Llano de San Sebastián continuaba
siendo un terreno en el que eventualmente tenía lugar la celebración de algún
evento tanto de naturaleza civil como religiosa, la imagen de su entorno
inmediato fue variando con la edificación de distintos inmuebles que
proporcionaron a este lugar de una identidad propia. De este modo, el Hospital
de la Santísima Trinidad, levantado en el siglo XVIII sobre la antigua
ermita de San Sebastián, o las similares casonas de estilo tradicional, fueron
complementados ya en la centuria siguiente, por otras edificaciones
relativamente cercanas como el antiguo Hostal El Suizo, en el otro extremo del
Llano.
Por aquella época, finales del siglo XIX, este espacio fue
reordenado por vez primera, siendo considerado ya como plaza. Ello se debió a
la iniciativa particular de los vecinos de la zona, que instaron al
Ayuntamiento a iniciar las obras de mejora de un espacio que hasta entonces
servía para la celebración anual de la festividad de los santos patronos, y
para que el Batallón de Infantería destacado en la localidad, realizara a
diario sus maniobras e instrucciones.
El 25 de Junio de 1879, los señores Don Luís Fumagallo y
Don Miguel Rodríguez y Borges presentan al Ayuntamiento una solicitud para arreglar
una plaza de recreo en el referido Llano, contando con sus propios recursos, la
cooperación de los vecinos y la cantidad con que el Ayuntamiento quiera
contribuir.
La Petición se aprueba por unanimidad de votos, concediendo
una ayuda de trescientas setenta y cinco pesetas con destino a dichas obras,
con lo que se comienzan los trabajos de explanación.
A continuación, el 4 de Diciembre de 1879, se saca la
subasta de la construcción de los muros de contención y circunvalación
de la Plaza de San Sebastián, denominación que comienza a darse a
este lugar público, adjudicándose las obras en segunda convocatoria en Marzo de
1880.
Los trabajos se prolongarán por varios años causando problemas
al Batallón de la Villa, ya que en dicho Llano acostumbraba efectuar sus
ejercicios.
Finalizadas las obras, sabemos, por el Periódico "El Valle
de Orotava", que se siguió con mucho interés la plantación de los árboles
que actualmente disfrutamos y la puesta en funcionamiento de la fuente; se
llamaba la atención al servicio de policía para que vigilase la zona y evitase
su deterioro.
Diez años más tarde, en 1889, la Corporación municipal
acordó calificarla oficialmente como plaza, dedicando su nombre a uno de los
inolvidables protagonistas de la historia de La Orotava, Juan Francisco de
Franchi y Alfaro, quien consiguiera en 1648 el título de Villa Exenta para la
localidad.
BRUNO JUAN ÁLVAREZ ABRÉU
PROFESOR MERCANTIL
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